Historias y personajes
1917: la prerreforma universitaria
Muchos se ha escrito sobre la gesta estudiantil de 1918, pero poco se conoce sobre los acontecimientos que marcaron el camino para que en Córdoba tuviera lugar uno de los hechos más significativos del país en el siglo XX. Gardenia Vidal, profesora de la Escuela de Historia, realizó una investigación sobre el surgimiento de espacios laicistas y el accionar de los centros de estudiantes en 1917. La creación de la “Universidad Popular”, las modalidades de protesta, las alianzas con el estudiantado porteño y el respaldo del diario La Voz del Interior al movimiento reformista son algunas de las cuestiones analizadas en este estudio.
Gardenia Vidal, docente de la cátedra de Historia Moderna, señala
que la cultura política de Córdoba estuvo marcada por una fuerte
impronta clerical durante todo el siglo XIX y parte del XX, pero que esa línea
se quebró en algunas oportunidades, como fue el caso de la Reforma Universitaria.
La investigación que llevó a cabo Vidal -en el marco del proyecto
“La construcción de la modernidad en Córdoba 1870 - 1930” asentado
en el Centro de Investigaciones de la FFyH- comienza en el año 1917 con
el objetivo de rastrear los posibles espacios laicistas que existían
en ese momento. Para ello, hizo un relevamiento de los acontecimientos que se
publicaban en aquel entonces en el diario La Voz del Interior. “En 1917 aparecen
algunas asociaciones de claro signo laicista, cuya preocupación central
era la educación de obreros y sectores populares en general. En este
sentido, es muy interesante la creación de la Universidad Popular”, explica
Vidal.
La Universidad Popular, a pesar de que tuvo una corta vida, fue una organización
muy llamativa para la época y se concreta a través del trabajo
entusiasta de Arturo Orgaz y Deodoro Roca –dos protagonistas claves de la Reforma
del 18-, quienes fueron estimulados por un diputado socialista de Buenos Aires.
Vidal puntualiza que “Orgaz es el presidente de esta universidad”, y apunta:”Las
conversaciones empiezan en mayo y a comienzos de agosto ya está funcionando”.
“La Universidad Popular –explica Vidal- es una organización que se había
desarrollado en Europa y su objetivo, que se traslada a Córdoba, es colaborar,
mediante la educación formal, con los sectores populares en dos aspectos
principales: por un lado, contribuir al desarrollo de su especialización
como trabajador y por ende facilitar el ascenso social. Por otro, ayudar a la
formación del ciudadano, según la perspectiva de los líderes
de tinte socialista”.
El clima de la época
Desde fines del siglo XIX, la Facultad de Medicina de Buenos Aires y algunos
de sus alumnos planteaban los temas que posteriormente reclamará el movimiento
reformista de 1918. Por esa razón, “la necesidad de una reforma no era
ajena al discurso de la población universitaria en general”, señala
Vidal.
Sin embargo en esa Córdoba clerical, desde 1917 comienza a desarrollarse
una serie de acontecimientos en la sociedad en general y en la universidad en
particular que propician la protesta estudiantil del año siguiente. Como
ocurre con los procesos históricos, ese movimiento se va conformando
día a día, y en el transcurso de esa construcción cotidiana
se producen cambios notables, se conforman alianzas, se mejora la organización
estudiantil y surgen diferentes modalidades de protesta, por ejemplo: huelgas
universitarias declaradas por los estudiantes, exigencias al gobierno nacional
para que intervenga la UNC, encuestas a profesores e instituciones influyentes
para obtener su opinión sobre los reclamos estudiantiles, etc.
“Lo que me parece interesante es observar la construcción cotidiana del
movimiento reformista así como la capacidad de trabajo y entusiasmo de
sus líderes”, enfatiza Vidal y agrega: “Asimismo, es importante destacar
el acompañamiento que el movimiento tuvo por parte de los egresados,
no así de los docentes”.
El papel de los centros de estudiantes
“A comienzos de 1917 hay numerosas protestas estudiantiles llevadas a cabo por
el Centro de Estudiantes de Medicina, que se magnifican en septiembre y estallan
a fin de año con el famoso ‘Memorial’ enviado al gobierno nacional. Todo
ello causado por la supresión paulatina del internado del Hospital Nacional
de Clínicas”, indica Vidal. Este documento -precursor de las concepciones
reformistas- fue elevado el 10 de abril de 1918 al ministro de Justicia e Instrucción
Pública de la Nación y al Consejo Superior de la Universidad.
Entre otras cosas, indicaba: "Entendemos que (la Asamblea Universitaria)
no sólo debe estar formada por los académicos de las Facultades,
sino por todos los profesores, titulares y suplentes en ejercicio, por una representación
de los estudiantes y por los profesionales egresados de la Universidad y residentes
en la República".
La historiadora añade que también “hay protestas muy decididas
en Ingeniería a causa de un documento emitido por los decanos que, entre
otras cosas, perjudicaba a los estudiantes que trabajaban, según las
denuncias de los jóvenes. Los reclamos se amplían y antes de que
finalice el año ’17, los estudiantes de esa unidad académica empiezan
a cuestionar las formas de acceso a los cargos de los docentes y proponen el
ingreso a los mismos por concurso de antecedentes y oposición”.
Los centros de estudiantes no sólo tuvieron una participación
directa en el movimiento reformista, sino que llegaron a tener una importante
capacidad de organización en poco tiempo.
Así explica Vidal la incidencia de este sector: “En marzo de 1918, cuando
se declara una gran huelga universitaria, los centros ya habían conversado
mucho entre sí. Los más activos eran los de Medicina e Ingeniería,
al poco tiempo se adhiere el de Derecho. Los tres deciden constituir un organismo
para llevar adelante la lucha para alcanzar sus reclamos: el Comité Pro-Reforma
Universitaria, cuyos líderes van a ser los presidentes de esos centros.
Será ese Comité el que empieza a organizar y llevar a cabo una
serie de alianzas y trabajos con organismos de Córdoba, con representantes
de la clase política y con otras universidades, particularmente la de
Buenos Aires. Esa relación que mantienen con el estudiantado porteño
contribuye a radicalizar el movimiento reformista en Córdoba”.
La Voz de los reformistas
Los diarios más importantes en 1918, y que aún se pueden conseguir
en las hemerotecas de la ciudad, eran La Voz del Interior y Los Principios.
Mientras que el segundo era un órgano de la juventud católica,
apoyado por la jerarquía eclesiástica, La Voz del Interior tenía
una postura claramente laicista.
Por esta razón, Vidal sostiene que “cualquier movimiento anticlerical
tuvo un espacio dentro del diario, y eso era así sin importar el signo
partidario o religioso de esas asociaciones”.
Eso explica el “respaldo del diario al movimiento estudiantil” durante la Reforma.
“Se convirtió en un aliado incondicional de los estudiantes y por lo
tanto, en su mejor propagandista”, dice Vidal.
El diario apoyaba abiertamente, a través de sus editoriales, pero siempre
inculcando la idea de que la protesta debía realizarse manteniendo “el
orden”. “De alguna manera, se puede decir que actuaba como el padre que, orgulloso
de sus hijos transgresores que buscaban ‘el progreso’, temía que en esa
búsqueda trastocaran la base sobre la cual se debía implementar
lo nuevo. Temor, infundado por cierto, puesto que el objetivo más preciado
de los reformistas cordobeses era nada menos que modernizar la institución
que cuestionaban”, finaliza.