Entrevista a Horacio Ballester

“En Argentina se puede plantear la misma hipótesis de guerra que con Iraq”

 

El coronel retirado Horacio P. Ballester, presidente del Centro de Militares para la Democracia Argentina (Cemida) e integrante del consejo directivo del Instituto Latinoamericano de Estudios Geopolíticos (ILADEG), brindó en la FFyH la conferencia “Consecuencias militares de la geopolítica que aplica EEUU en Latinoamérica y el Caribe. Pasado – presente – futuro probable”. Minutos antes del comienzo, en diálogo con Alfilo, Ballester reconoció la posibilidad de que en el futuro haya guerras por el agua en Latinoamérica. También habló de su participación en los juicios a los militares.

El 9 septiembre se llevó a cabo la conferencia “Consecuencias militares de la geopolítica que aplica EEUU en Latinoamérica y el Caribe. Pasado – presente – futuro probable”, a cargo del coronel retirado Horacio Ballester, presidente y fundador del Centro de Militares para la Democracia Argentina (CEMIDA) e integrante del consejo directivo del Instituto Latinoamericano de Estudios Geopolíticos (ILADEG), organizada por la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC y el Seminario Iberoamericano de Estudios Socio-Económicos “Manuel Ugarte” (SIESE). Antes, Ballester habló con Alfilo.
- ¿Cuáles son las consecuencias de la política que aplica Estados Unidos en América Latina?
- Estados Unidos tiene estructurado totalmente nuestro sistema económico a través del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y otros organismos. En el caso militar, también tiene todo el sistema coordinado de nuestras Fuerzas Armadas, a través del Sistema Interamericano de Defensa (SIAD).

- Parece un guión de una película de ciencia ficción que las próximas guerras sean por el agua, ¿realmente cree que puede ser así?
- Sí, no tengo ninguna duda. Las Naciones Unidas en sus estadísticas internacionales han expresado que para el 2026, apenas en 15 o 20 años, ya el agua potable va a alcanzar para la mitad de la humanidad. Entonces, las grandes potencias internacionales están tratando de asegurarse para ellos el agua potable y dejarnos para el Tercer Mundo los ríos y lagos contaminados y las napas freáticas más superficiales contaminadas. Cada vez que uno encuentra un proyecto del Banco Mundial u otro organismo de ese tipo, que habla de proyectos de explotación sustentable, significa en realidad evitar que los dueños de esos recursos naturales los usen y que queden reservados para el día en que ellos los necesiten…

...¿pero se puede llegar a la guerra?
- En Argentina se puede plantear la misma hipótesis de guerra que con Iraq. Allí, la riqueza que pretendían era el petróleo; en Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, lo que pretenden es el agua del acuífero guaraní. El pretexto en la guerra de Iraq eran las armas de destrucción masiva; la dictadura de Saddam Hussein era cierta, pero no se justificaba que hicieran semejante barbaridad.  El dictador estaba, pero las armas de destrucción masiva –de las que tanto había hablado Bush-, no. Acá en Argentina están trabajando, desde hace rato, sobre el peligro de la triple frontera. Si bien en esa zona hay gente de origen árabe, de ahí a que constituyan un problema para la humanidad, que sean los financiadores de Al Qaeda, que existan células dormidas o que sean el terror del mundo, no. Eso es una ficción que nadie puede tragarse.

- ¿Qué opinión tiene de Chávez, el presidente de Venezuela, que fue uno de los primeros en denunciar esta injerencia de los Estados Unidos?
- Me parecen muy bien todas las actitudes que se adopten en pro de la unidad latinoamericana caribeña, de la cual no somos nosotros los inventores. Ya Bolívar y San Martín lo hicieron. San Martín nunca peleó con la bandera argentina, porque cuando cruzó Los Andes, llevó la bandera de Los Andes, cuando fue a Perú peleó con la bandera chilena. El directorio lo obligó a volver y pelear contra los caudillos del litoral, Artigas, Ramírez y López, y se negó a regresar.

Militares por la democracia
En 1984, Ballester junto a otros militares retirados, “hastiados de golpes de estado y sistemas dictatoriales”, fundó el Centro de Militares para la Democracia Argentina (Cemida), del que actualmente es su presidente. El objetivo del organismo es apoyar, fortalecer y propiciar la continuación del esfuerzo de institucionalización en la República, “con la certeza de que la democracia constituye el único medio para lograr la profundización de la liberación argentina y latinoamericana”.
- ¿Cómo nace el Cemida?
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Durante la dictadura militar de 1976 fuimos varios militares los que nos opusimos, con diferentes consecuencias para cada uno. Algunos desparecieron, a otro lo tiraron desde un sexto piso, otros tuvieron alguna clase de arresto, sin ninguna acusación ni sumario. Cuando vuelve la democracia en el 83, las únicas voces militares que se escuchaban eran a favor del proceso, tanto de militares en actividad como de retirados. Nosotros queríamos hablar pero no teníamos eco en ningún medio. Entonces, pensamos que si nos organizábamos tal vez nos iban a escuchar. Y nos escucharon, porque apenas se formó el Cemida nos pusieron una bomba, que nos voló todas la instalaciones. El estallido de esa bomba se escuchó hasta en Escandinavia, porque salimos en periódicos europeos y norteamericanos. En realidad, somos más conocidos afuera que acá, porque participamos en los juicios que se hicieron en Italia y España.
- También participaron en el juicio a las juntas militares en 1985…
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Sí, en los juicios a las juntas participamos el coronel García y yo, como testigos de la fiscalía; y ahora participamos nuevamente en los juicios de Neuquén, en Corrientes, el de la Esma, la masacre de Fátima y tenemos otros por delante.

- ¿Después de 25 años de democracia, todavía reciben amenazas?
- No, amenazas ninguna, pero lo que sentimos es la indiferencia tanto de las autoridades gubernamentales, como de nuestros camaradas. No estamos en la lista de la promoción, ni en la de vivos ni en la de muertos. No estamos. No existimos.

Sobre Horacio Ballester
El coronel (R) Horacio P. Ballester en su largo desempeño en las Fuerzas Armadas fue miembro del Estado Mayor General del Ejército y prestó servicios en la Secretaría del Consejo Nacional de Seguridad (CONASE), entre otras múltiples actividades. Es miembro fundador y actual presidente del CEMIDA (Centro de Militares para la Democracia Argentina), creado en 1984. También es miembro fundador del OMIDELAC (Organización de Militares por la Democracia, la Integración y la Liberación de América Latina en el Caribe) y miembro fundador y actual integrante del consejo directivo del ILADEG ( Instituto Latinoamericano de Estudios Geopolíticos).
Asimismo, se desempeñó como perito militar en juicios realizados en el país por la violación de los derechos humanos durante la represión ilegal de las dictaduras militares.
El 24 de marzo de 1976, fue separado de los cargos que ocupaba y de la Comisión Directiva del Círculo Militar Argentino. Después, fue sometido a prisión, destitución y baja por sentencia del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas. Fue sancionado en varias oportunidades con arresto domiciliario por declaraciones formuladas en medios de comunicación públicos y reincorporado al Ejército años después en situación de retiro.
Ballester también fue secuestrado por la Policía Federal, por orden del Presidente de facto de la Nación, desde el interior de un avión portugués ya despachado, que estaba estacionado en la cabecera de pista de Ezeiza esperando autorización para decolar.
Ya en democracia, fue víctima de un atentado con bomba explosiva, antes de organizar el CEMIDA. Si bien en el atentado no se produjeron víctimas, hubo grandes daños materiales y nunca se descubrió a los autores.
Fue sancionado con un año de suspensión como socio vitalicio del Círculo Militar Argentino por negarse a aceptar que los militares dados de baja por la Justicia Nacional por cometer delitos violatorios de los derechos humanos fueran incorporados como “socios honorarios” de la institución.

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