Opinión

La importancia de recuperar las trayectorias

 

Silvia Palomeque, profesora de la Escuela de Historia, fue la encargada de dar el discurso en homenaje a los docentes que se jubilaron este año, durante el acto de cierre de ciclo lectivo de la FFyH que se llevó a cabo el pasado 23 de diciembre en el Auditorio del Cepia. “Entiendo que en este momento es muy importante recuperar el tipo de trayectoria de estos colegas, rescatar sus preocupaciones y sobre todo el tipo de institución con la que soñaban cuando estaban reconstruyendo la Facultad; todo lo cual lo hacían recuperando el modelo de la universidad que habían conocido en los años ‘60, como aquella con reglas claras para el acceso por concurso a los cargos, con espacios institucionales respetuosos que permitían los acuerdos y los disensos, y con canales políticos que promovían la participación y la tolerancia”.

Me siento honrada por haber sido designada por la señora decana para homenajear a los colegas que han alcanzado su jubilación en el año 2008 y, desde este lugar, quiero  expresarles el sincero agradecimiento de la Facultad y de sus miembros por los muchos y fructíferos años de trabajo cotidiano que han invertido en bien de la institución y de la labor académica que conforma su principal objetivo. También les deseamos que hayan culminado esta etapa laboral sintiéndose plenamente satisfechos de ella, tal como debiera ser y que, a futuro, sigan considerando a esta Facultad y a sus Escuelas como sus  instituciones de pertenencia como ha venido siendo hasta ahora, en tanto éstas son espacios propios que han contribuido a formar con su trabajo y dedicación.
No desconozco que estas palabras las estoy dirigiendo a un grupo de colegas jubilados que ha venido desarrollado un trabajo muy específico en raras condiciones laborales y que, dentro de ellos, me estoy refiriendo a una generación muy particular de docentes universitarios.
Todos sabemos que los trabajadores docentes de las distintas Escuelas de la  Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba desarrollan trabajos que no pueden ser equiparables al común de los trabajadores de nuestro país cuyas labores les aportan casi nulas satisfacciones personales, aparte del salario. Sabemos que estos docentes que se están jubilando, a través de duros, largos y arduos años de formación y trabajo universitario, fueron logrando, fueron obteniendo, el difícil derecho a tener el lujo de ganarse el pan de cada día realizando las tareas creativas e interesantes que eligieron desarrollar hace años, cuando fueron jóvenes ingresantes a esta Universidad. El poder vivir de un trabajo elegido libremente y que brinde satisfacciones personales hace que sus condiciones laborales sean insólitas con respecto al común de los trabajadores, y eso debe incidir en que su jubilación sea también diferente. Difícilmente su jubilación será un hecho claramente festejable, ya que la misma no significará el abandono del trabajo creativo habitual sino que, muy posiblemente, este cambio sólo implicará la continuidad de la parte más agradable del trabajo anterior, con mayor libertad y menos obligaciones formales. Por eso mismo, también es importante remarcar que nuestras Escuelas y  nuestra Facultad siguen siendo sus instituciones de pertenencia habituales.
También deseo resaltar que esta generación de docentes jubilados debe ser más merecedora que otras de este párrafo previo, porque posiblemente pocos hayan tenido que desplegar tanto tesón, creatividad e imaginación para persistir en sus fines, como quienes ingresaron como estudiantes a las aulas universitarias al principio de la década del ‘60 y que en el año 2008 logran jubilarse como docentes universitarios. Porque fue a ellos a quienes les tocó vivir la huelga general universitaria del año 1966, los movimientos políticos masivos del 1969 al 1973, la represión terrible del período 1975 a 1983, y luego las firmes luchas y labores necesarias para que nuestra Facultad volviera a ser una institución donde se pudiera desarrollar la actividad académica creativa.  
Dentro de este grupo de jubilados, hay algunos de ellos sobre los que tengo más referencias que de otros, como es el caso del profesor Moncho y de la profesora Rapela cuyos importantes aportes corresponde mencionar y reconocer explícitamente en este momento. Especialmente, hay dos de las colegas jubiladas a las cuales conozco muy bien por haber sido mis queridas compañeras de estudio y de trabajo a lo largo de mi vida personal y académica. Me refiero a María del Carmen Orrico y a Ana Inés Punta, ambas colegas historiadoras. Carmen Orrico se ha venido desempeñando como docente de la Cátedra de Metodología y Práctica de la Enseñanza de la Historia y también como profesora de Historia de la Escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano en una situación que, a mi entender, ha sido óptima en tanto el cruce de ambas actividades le ha permitido atender en forma muy eficiente la formación pedagógica de nuestros futuros profesores de Historia en dicha Escuela. Ana Inés Punta, quien se ha venido desempeñando como profesora de Historia Moderna con gran reconocimiento por parte de sus alumnos (muchos de los cuales están presentes en esta sala), como investigadora del Área de Historia del CIFFyH, contando con una sólida y reconocida producción édita de investigación y,  además, ocupando continuamente cargos de gestión desde el año 1985, en la Escuela, en el CIFFyH y en la Facultad.
A ambas las conozco muy bien porque juntas comenzamos a estudiar Historia en el año 1964, época que todos califican como la “edad de oro” de la universidad argentina, período en el cual sólo logramos participar durante dos años y medio porque en julio de 1966 despidieron a todos los mejores profesores por apoyar nuestra huelga estudiantil contra el dictador Onganía. Marco esto porque, a mi entender, nosotros somos parte del grupo de docentes que proviene de los estudiantes de izquierda de la década del ‘60 y que, desde  muy jóvenes, alcanzamos a participar en una universidad democrática, con reglas claras para el acceso por concurso a los cargos, con espacios institucionales para los acuerdos y para los disensos, con canales políticos que permitían la participación y la tolerancia, y con prácticas que, a su vez, sabemos que posibilitan la gobernabilidad. Además remarco que nuestra experiencia fue importante porque estas prácticas se fueron desarmando en los años posteriores de agudización de las luchas políticas, más aún en los años de dictadura, y no todos los estudiantes y docentes que nos siguieron conocieron estas experiencias.
Ana Inés Punta, luego de 1985, al ser reincorporada como docente, se sumergió totalmente en las tareas del proceso de reconstrucción institucional que fueran iniciadas con la gestión de Gerardo Manzur, en años en los que la mayoría de nosotros pudimos comenzar a volver a la Facultad.  No lo hace sola, en tanto ella formaba parte de todo un conjunto de colegas con trayectorias similares. Me estoy refiriendo sobre todo a Gerardo Manzur, María Saleme de Bournichon, Elma Strabou, Horacio Faas, Luly Horestein, Alicia Carranza, Gloria Edelstein, Nora Zaga, Ana María Alderete, Liliana Aguiar y Cristina Donda, quienes trabajaron desde los primeros años de la década del ‘80 en forma continua en las tareas de gestión que permitieron la reestructuración de esta Facultad. Junto a ellos estuvimos colaborando varios más que no he nombrado, pero nunca tanto ni tan intensamente como este grupo recién mencionado.
Entiendo que en este momento es muy importante recuperar el tipo de trayectoria de Ana Inés tal como la de los colegas recién mencionados; rescatar sus preocupaciones y sobre todo el tipo de institución con la que soñaban cuando estaban reconstruyendo la Facultad, todo lo cual lo hacían recuperando el modelo de la universidad que habían conocido en los años ‘60, la que recién recordábamos como aquella con reglas claras para el acceso por concurso a los cargos, con espacios institucionales respetuosos que permitían los acuerdos y los disensos, y con canales políticos que promovían la participación y la tolerancia.
Y es muy importante recuperar estas trayectorias y el hacerlo ahora que estamos al comienzo de una nueva gestión decanal, cuando hace poco hemos elegido como decana justamente a Gloria Edelstein quien es una de las integrantes de esa antigua generación que alcanzó a participar de la universidad de los ‘60, y que está acompañada por una vicedecana más joven, Silvia Ávila,  que por algo habrá sido la 'luz de los ojos' de María de Bournichon. El recuperar la fructífera experiencia de esta generación que tanto aportó y aporta a nuestra  Facultad será algo muy valioso para esta   nueva gestión que necesita desarrollar nuevos rumbos para enfrentar la difícil tarea de dirigir una Facultad donde lamentablemente cunden las relaciones conflictivas de diversos e intrincados orígenes. Estamos seguros que las diversas heridas lograrán restañarse cuando se logren recuperar antiguas prácticas de eficacia probada, como lo ha sido la construcción colectiva desde las diferencias, lo que implica el diálogo respetuoso, la tolerancia y la aceptación de las disidencias ya que, en el fondo, todos estamos de acuerdo en que formamos parte de una comunidad donde nuestros objetivos prioritarios son académicos, y que detrás de ellos siempre hemos podido llegar a acuerdos.
Reiteramos nuestros mejores deseos en la nueva etapa de su vida a los colegas que se jubilaron este año, mientras esperamos que  la sigan compartiendo con nosotros tal como siempre lo han venido haciendo. A mis queridas amigas Ana Inés Punta y Carmen Orrico, mis más sinceras felicitaciones por toda una trayectoria laboral, académica y política intachable, que me enorgullece de ser su amiga.

Silvia Palomeque

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Nº26 - Diciembre 2008

▪ Editorial, por Liliana Aguiar y Carlos Longhini
Un ejercicio de memoria

▪ Relación con la comunidad
Identidades étnicas: un pueblo cordobés reivindica sus raíces prehispánicas

▪ Investigación
La educación, la cultura escrita, el trabajo y los jóvenes

▪ Entrevista a Eduardo Corbo Zabatel
Padres + Maestros: con la mirada puesta en los hijos y los alumnos

▪ Opinión
La importancia de recuperar las trayectorias

▪ Historias y personajes
Malicha entre nosotros

▪ Galería de imágenes
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