Editorial
La extensión y sus sentidos
Durante el primer cuatrimestre de este año, la Secretaría de Extensión de la Facultad de Filosofía y Humanidades, a través del Área de Programas y Proyectos, organizó y llevó adelante el curso–taller: “Proyectos de extensión universitaria: aportes teóricos y metodológicos para la elaboración y el diseño de propuestas”. Con esta actividad se inauguró el plan de trabajo del área que, actualmente, reúne seis programas aprobados y apoya diversos proyectos en curso, incluyendo aquellos beneficiados por el sistema de becas de extensión de la UNC. Gracias a la colaboración entusiasta de profesores de la casa y miembros de la Secretaría de Administración, fue posible ofrecer un conjunto de conocimientos sólidos en distintos campos de interés para la elaboración de proyectos extensionistas. La propuesta contó con la asistencia de docentes, egresados y estudiantes de la Facultad y de otras unidades académicas.
Alumnos y docentes en el taller
sobre proyectos extensionistas
Para la Secretaría de Extensión uno de los principales réditos de la tarea, coordinada por el licenciado Carlos Szulkin, fue la oportunidad de conformar un nuevo espacio de reflexión colectiva en torno al papel y los sentidos de la extensión en la Universidad. En este marco, la propuesta apuntó a generar dinámicas de transmisión de experiencias concretas en terreno y a poner en debate las perspectivas político-institucionales que la Facultad ha logrado desarrollar y acumular en este campo.
En consonancia con la trayectoria construida en los últimos años[1], concebimos la extensión como lugar de encuentro entre la universidad pública y la sociedad, espacio de construcción conjunta en el que la Universidad tiene un claro compromiso desde su función específica ligada no sólo a la transmisión del conocimiento sino a su producción, sistematización y articulación en las prácticas sociales para el abordaje de las problemáticas colectivas. Un hito sustantivo en este camino fue la aprobación, en el año 2001, del Reglamento que sienta las bases conceptuales, regula las actividades y ofrece marcos institucionales para la formalización y acreditación académica de las mismas.
Recuperando las conclusiones elaboradas en el Foro de Extensión "Repensando el compromiso de la universidad pública”, que se llevó a cabo en 2003 en la UNC, importa destacar que "la extensión no sólo es un proceso de formación integral a través del cual se co-resuelven problemáticas sociales definidas, con el aporte del conocimiento producido por la investigación, la reflexión y la crítica, sino que constituye un aporte fundamental en la planificación de la enseñanza formal universitaria y para la orientación y tematización de la investigación científica”. Cumple, de este modo, un papel político sustancial al constituirse en receptora de las múltiples demandas que se dirigen a la Universidad desde el campo social y enfrentar la necesidad de generar líneas de trabajo que, atendiendo a estas demandas, ponen en tensión las propias estructuras académicas e interpelan el saber construido a su interior, a los propios actores universitarios y a quienes -entre ellos - cumplen con la responsabilidad de la gestión.
La reflexión crítica sobre las orientaciones y desarrollos de la labor extensionista colabora en "garantizar la pertinencia social del trabajo de la universidad" y requiere, por lo tanto, de una permanente vigilancia sobre los procesos que tienen lugar en este ámbito escasamente apoyado, regulado y evaluado en el marco de las políticas universitarias.
En este contexto de definiciones y frente a las diversas miradas que se confrontan en este campo, nos interesa destacar algunas notas que permiten profundizar los sentidos de la extensión en el marco de las funciones de la Universidad. El compromiso ético, social y político, el trabajo con el conocimiento en el que la investigación y sus resultados juegan un papel sustantivo, las apuestas a la construcción de abordajes interdisciplinarios, el desarrollo de la creatividad y la innovación, y el tipo de relación que se plantea con los diversos actores sociales entendidos como sujetos activos y ciudadanos políticamente habilitados para problematizar su realidad, nos distancian de las perspectivas que reducen la extensión a la mera “transferencia” o “venta de servicios” y nos permiten abrir canales de interacción colaborativa con el conjunto social[2].
Estas pautas ordenan un modo de pensar y gestionar la extensión que busca plasmarse en diferentes áreas y líneas de trabajo. Actualmente, la Secretaría organiza su actividad en tres áreas: Actividades artísticas y culturales, a cargo de la Subsecretaría de Extensión; Formación continua, que incluye los cursos y programas de capacitación y los programas de postitulación docente, y Programas y proyectos de extensión. En la tarea de todas ellas colabora el sector de Informes y Secretariado.
El camino andado hasta aquí invita a aceptar los desafíos a los que estamos diariamente convocados con miras a profundizar la inserción en los diversos campos de prácticas sociales y a continuar aportando desde la Facultad en el recorrido abierto junto a otras unidades académicas para consolidar el lugar ética y socialmente comprometido que la extensión debe alcanzar en el seno de la Universidad.
Mgter. Silvia Ávila
Secretaria de Extensión de la FFyH
[1] Recuperamos en estas líneas un conjunto de ideas que orientaron el desarrollo de la Secretaría de Extensión en la Facultad, planteadas por Marcela Pacheco en “Reflexiones en torno a la construcción del espacio de la Extensión Universitaria hoy". Cuaderno de Educación N°3. Ciffyh. UNC.
[2]. Conclusiones del Foro de Extensión "Repensando el compromiso de la Universidad Pública", organizado por la Facultad de Filosofía y Humanidades, Facultad de Psicología, Facultad de Ciencias Económicas, Escuela de Trabajo Social y Escuela de Ciencias de la Información de la UNC en agosto de 2003.