Entrevista a Patricia Redondo

“Una ley por sí misma no resuelve
la desigualdad social y económica”

La especialista en educación y pobreza infantil, Patricia Redondo, dialogó con Alfilo sobre algunos aspectos de la nueva Ley de Educación y planteó cómo es la escuela que imagina. Además, alertó sobre la situación de la primera infancia: “El Estado y la sociedad argentina no pueden seguir mirando para otro lado cuando se habla de los niños”.


Patricia Redondo: "Lo que permite la inclusión es propiciar otro modelo económico".

Patricia Redondo asistió a las jornadas de reflexión pública “La educación en debate: desafíos para una nueva ley”, que se desarrollaron del 8 al 10 de agosto en la UNC. (ver recuadro), para participar del panel “sujetos y espacios educativos dentro y fuera de la escuela”. La reconocida investigadora de la Universidad de Buenos Aires es autora de numerosas publicaciones, entre ellas “Escuela y pobreza, entre el desasosiego y la obstinación”. También se desempeña como coordinadora del proyecto de formación e investigación de escuelas de sectores populares del Sindicato de Trabajadores de la Educación de la Provincia de Buenos Aires y dirige el Área de Educación Inicial de la Escuela de Capacitación de la ciudad de Buenos Aires.

- ¿A quiénes debería contemplar la nueva ley?
La ley tendría que poder contemplar a toda la sociedad. Si aspiramos a que este país se democratice, no sólo formalmente, me parece que una nueva ley debería poder contemplar, en términos políticos, aquello que es del orden del interés común y enmarcar de qué modo se va a garantizar el derecho a la educación. Es decir, de qué modo se va a asegurar que todas las generaciones de niños, jóvenes y adultos de nuestro país puedan acceder al derecho social a la educación.

- ¿Cómo se puede pensar desde la ley la inclusión de los sectores que hoy están al margen de la educación?
Una ley por sí misma no resuelve la desigualdad social y económica que existe hoy en nuestro país. El tema es que una ley puede ser una herramienta para que quienes están en situaciones de exclusión puedan demandar aquellas políticas que respondan a garantizar este derecho. La ley por sí misma no incluye. Lo que permite la inclusión es propiciar otro modelo económico, con otra distribución de la riqueza. Si bien se han mejorado ciertos índices de pobreza, aún los niveles de concentración de la riqueza son muy altos y en términos tributarios la situación es de mucha regresión. En este sentido, se ha cristalizado un modelo de organización producido a lo largo de los últimos tiempos, particularmente en la década de los ‘90.

- ¿Qué idea de escuela se imagina que podría proponer una nueva ley?
Me imagino una escuela que pueda condensar lo mejor de las tradiciones pedagógicas y políticas de la historia de la educación de nuestro país. Existen, a lo largo de nuestra historia, muchos momentos donde se han producido alternativas pedagógicas que tienen que ser recuperadas. Pero también me imagino una escuela con la suficiente plasticidad como para poder dar lugar a las nuevas generaciones. Tiene que ser una escuela con condiciones materiales dignas, con maestros y profesores en óptimas condiciones de trabajo, con recursos materiales y simbólicos. Tiene que ser una escuela democrática, lo cual no es una formalidad ni una retórica, sino que implica prácticas políticas y ciudadanas que se puedan configurar al interior del proceso escolar. Es decir, un niño no puede aprender en un pizarrón sus derechos si en la vida cotidiana de la escuela existen normas anquilosadas y absurdas, donde por ejemplo los adolescentes no pueden ingresar con aritos, no tienen espacios de discusión colectiva, no pueden reflejar en las paredes sus vivencias y expresiones. En la escuela de hoy siguen existiendo marcas de autoritarismo y restos de los procesos de la dictadura.

- ¿Cuál es su postura en relación a la universalización de la escolaridad?
Mi postura es absolutamente radical. Lo que quiero decir es que la situación de la primera infancia en la Argentina es gravísima. Desde el año 92, hay datos que indican que la mayoría de los pobres son niños y que la mayoría de los niños son pobres. Esta situación no se ha revertido. Depende de las posibilidades puntuales de las familias que los niños puedan acceder o no a mejores oportunidades educativas. La educación inicial en nuestro país tiene una tradición pedagógica significativa, con momentos en los que fue vanguardia en términos de las propuestas pedagógicas e institucionales. Sin embargo, a partir de la Ley Federal y la obligatoriedad de cinco años, se ha generado un estado de situación con una oferta totalmente desigual. Por ejemplo, en la ciudad de Buenos Aires existen jardines maternales en hospitales y escuelas infantiles con atención desde los 45 días, con horarios que van desde las 7 de la mañana hasta las 10 de la noche; en tanto que en otras provincias sólo hay salas de cinco años sin que se llegue a cubrir la obligatoriedad. Entonces, el tema de la universalización implica asumir una decisión política de que el Estado y la sociedad argentina no pueden seguir mirando para otro lado cuando se habla de los niños. Y si nosotros no decidimos atender la problemática de la infancia estamos dimitiendo de pensar en términos futuros. No hay porvenir alguno para nuestro país si hoy no se resuelve la atención educativa, la salud, la vivienda, la alimentación, en términos de una ciudadanía plena de los niños.

- ¿Cómo piensa que se debería regular la atención educativa en el período de 0 a 5 años?
En relación a la atención de los más pequeños, desde 45 días hasta 3 años, la debilidad más fuerte es que no existe regulación. Por lo tanto, son muchos los sectores que atienden a los niños. Hay algunos que lo hacen con la voluntad de que esta oferta sea en las mejores condiciones y otros sectores que lucran con la situación de una madre que trabaja y se ve obligada a acceder al jardín más cercano a su domicilio o lugar de trabajo. Lo que está ausente es una regulación del Estado que universalice la atención y norme las condiciones en que este servicio se presta. Hoy hay lugares que están regulados por comercios y cualquiera puede en un espacio –sin las condiciones mínimas- abrir un jardín maternal y no va a recibir sanción por parte del Estado. Aspiro a que esta sea una de las cuestiones que se transformen a partir de la sanción de la nueva ley.

- ¿Cuáles considera que son las principales transformaciones institucionales que se deben realizar para poder tener otra escuela?
Para pensar otra escuela, me parece que es necesario cambiar la organización del tiempo y los espacios de las escuelas, además de la organización del currículum. Es decir, el puesto de trabajo docente está pensado en función del tiempo frente al aula; y es evidente que hoy las escuelas necesitan construirse, cada vez más, como colectivos docentes. Para eso es necesario tener un tiempo y un espacio pedagógico que permitan concretarlo. En esto, creo que una de las claves es poder tener otros puestos de trabajo –no sólo el de los maestros y profesores frente a alumnos- y otros espacios colectivos de discusión, formación, capacitación, servicio y actualización permanente. Pero hay estructuras duras de la escuela que si no se alteran, por más que se modifique el discurso en términos democratizadores, no se va a alterar la realidad en la cual hoy se sigue trabajando.

 

“Desafíos para una nueva ley”

La Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba organizó las jornadas de reflexión pública “La educación en debate: desafíos para una nueva ley”, que se desarrollaron en el Auditorium del Rectorado ubicado en Ciudad Universitaria.
La Escuela de Ciencias de la Educación y la Secretaría de Extensión de la FFyH en forma conjunta con la Unión de Educadores de Provincia de Córdoba, la Escuela Normal Superior Dr. Agustín Garzón Agulla, la Escuela Normal de Superior Alejandro Carbó, el Instituto de Educación Superior Simón Bolívar, el Instituto Superior de Formación Docente Renée Trettel de Fabián, el Instituto Superior Carlos A. Leguizamón y la Fundación ARCOR, con el auspicio de UNICEF, ofrecieron a la ciudadanía un conjunto de aportes para pensar la educación en los contextos actuales y avanzar propositivamente en aspectos relevantes para el futuro en la Argentina.
Distintos especialistas participaron del encuentro: Patricia Redondo, Sandra Carli, Mónica Maldonado, Elena Duro, Silvia Novick de Senen González, Alejandro Morduchowicz, Alicia Carranza, María Rosa Almandoz, Flavia Terigi, Lucía Garay, Gabriela Diker, Laura Pitman y Carmen Nebreda.