Los estudiantes recomiendan

 

 

Alfilo y la Secretaría de Asuntos Estudiantiles presentan esta sección en la que los alumnos de la facultad pueden recomendar muestras, sitios, proyecciones de películas, presentaciones de libros, conciertos, videos, publicaciones, experiencias y todas aquellas actividades, vinculadas con el arte y la cultura, que quieran promover y difundir.

Los alumnos interesados en participar de este espacio pueden contactarse con la subsecretaria de Asuntos Estudiantiles en la oficina ubicada en la planta baja del Pabellón Residencial o por mail a saefilo@ffyh.unc.edu.ar

 

Golpeando el camino

En el camino (1957), de Jack Kerouac.

Si abren un libro y sienten que el flujo de las palabras los envuelve hasta ubicarlos en un torbellino de imágenes, si deben volver las páginas releyendo direcciones, repasando paisajes, riendo por lo bajo con las aventuras narradas, no lo duden, lo que sostienen entre sus manos es esta joya de la literatura beat.
Las aventuras de Sal y Dean, tropelías autobiográficas del mismísimo Jack Kerouac y su amigo y también escritor Neal Cassady, conducen al lector a través de una montaña rusa que lo mantiene atento y concentrado a cada momento.
Nacido en el pequeño poblado de Lowell, Massachusetts, en mil novecientos veintidós, Jack Kerouac es uno de los grandes exponentes de la llamada Generación Beat, generación que allá por la década del cincuenta se sobreponía a una sociedad barrida por la depresión económica, la Segunda Guerra Mundial y la amenaza de la bomba atómica. Desencantados y reaccionarios, estos artistas denunciaron en sus obras la mentira del american dream, el lado oscuro de la superpotencia, el racismo y la mediocridad que la envuelven. De más está decir que los beatniks, anticiparon el movimiento hippie, aluvión contracultural que sacudió al mundo entero en la década del sesenta.
Kerouac escribió muchos años tratando de encontrar su propio estilo, hasta desembocar en lo que él llamaba la “prosa espontánea”, cuyo concepto fundamental era la desnudez de la autoexpresión como semilla de la creatividad. Otro postulado del autor y sus compañeros generacionales, tenía que ver con el famoso desorden de los sentidos (iniciado por aquel joven y atormentado Rimbaud) como método para expandir la conciencia del artista.
En el camino, describe sus viajes haciendo autostop y arriba de autos destartalados, que el propio Kerouac realizó a través de los Estados Unidos, entre los años 1947 y 1949. Gracias a su narración rítmica, que en partes recuerda los golpeteos de las teclas de la máquina de escribir, y en otras ostenta la sutileza de la prosa poética, nos vamos adentrando en aquella América marginal que ofrecía una nutrida colección de personajes a contramano de los cánones burgueses. Prostitutas, intelectuales que experimentan con drogas pesadas, erráticos, haraganes, “la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas”. Como alter ego del autor encontramos a Dean Moriarty, vagabundo, ladrón de coches, criado en un reformatorio, interesado por escribir y conocer a través de la meditación y la experimentación con drogas, el misterio de las cosas. El partenaire ideal para un Sal Paradise algo deprimido después de una separación y anhelante de vivencias que lo alejen del tedio de la vida.
Dividido en cinco partes, con más de trescientas páginas rebosantes de energía, En el camino es la obra ideal para internarnos en ese mundo fascinante y revelador que fue la cultura beatnik.

Eloísa Guerra
Estudiante de Letras Modernas
FFyH - UNC