Por las escuelas

Debaten sobre el plan de estudios en Archivología

Durante el 4 y 5 de octubre se desarrollaron en la Escuela de Archivología las primeras “Jornadas de reflexión y evaluación del plan de estudios 2000”, organizadas por las cátedras de Metodología de la investigación y Gestión y marketing archivístico. El encuentro estuvo coordinado por las titulares de dichas materias, Ana María Martínez de Sánchez y Lucía Sequeiro. Si bien todavía no están los resultados, docentes, egresados y alumnos consideran que la actividad fue sumamente positiva.

“El plan de estudios está en vigencia desde el 2001 y en ese momento los docentes tuvieron que hacer un esfuerzo grande para adaptarse. Algunos cambios no resultaron adecuados para el perfil del archivero, entonces había que parar y pensar un poco”, señala Ana María Martínez de Sánchez, titular de Metodología de la Investigación e ideóloga de las jornadas.

Si bien en el objetivo de la actividad se contemplaba la modificación del plan, las jornadas sirvieron para reflexionar y evaluar su contenido. “Después, de acuerdo a los diagnósticos que se hagan, se procederá a reformarlo”, explica Martínez.

Además, Cristina Suárez Soto, alumna de quinto año de la Licenciatura y empleada del Archivo Central de Historias Clínicas del Hospital Córdoba, señala que las jornadas resultaron “una experiencia provechosa, ya que posibilitaron la participación de todos los estamentos y la intercomunicación, reflexión y análisis entre los pares”.

Metodología de trabajo
Lo novedoso de la metodología de trabajo
de las jornadas consistió en que los instructivos, el plan y las guías se enviaron por correo electrónico. De esta manera, los alumnos sabían qué aspectos iban a abordar los docentes y los egresados conocían cómo trabajarían los alumnos.

Así, las actividades se organizaron de acuerdo a un preciso cronograma que disponía para el primer día una charla sobre el origen, la redacción y la vigencia del plan. Luego, se dividieron los cursos, de primero a quinto año, en reuniones de trabajo para analizar cada materia. Asimismo, se agruparon los egresados de planes anteriores y los recientes licenciados y, por otro lado, los docentes y auxiliares de las materias que se separaron en cuatro áreas: técnico metodológica; teórico conceptual; instrumental y de investigación. “Este es uno de los logros de las jornadas, porque sirvieron para generar una relación más estrecha entre los docentes”, dice Martínez, quien explica que, por otra parte, “los alumnos analizaron los contenidos de cada materia y revisaron si hay correspondencia entre lo que actualmente se dicta con lo que dice en plan”.

Para el segundo día, los estudiantes sesionaron por ciclos para evaluar la coherencia del plan. Las reuniones se dividieron en dos ciclos que agrupaban, por un lado, a alumnos de primero, segundo y tercer año y, por otro, a estudiantes de cuarto y quinto. Los egresados también tuvieron un espacio de encuentro, así como los docentes que trabajaron divididos por estamentos, titulares por un lado y auxiliares por otro.

Jornadas positivas
Después de cada reunión, se entregó un documento con las conclusiones a las que se arribaron en cada encuentro. “Aunque todavía no se sistematizaron, creo que hay bastantes coincidencias de observaciones y que todas son para crecer. Hay que ver si las sugerencias son factibles de implementar, pero siempre priorizamos la opinión de los alumnos porque son los que deben comprometerse con el estudio”, indica Martínez.

En ese sentido, Suárez señala que un elemento común, originado al analizar los objetivos y contenidos de las materias, fue la necesidad de reformar aquellas que tienen a la informática como eje específico. “Es necesario contar con el aprendizaje de herramientas de nuevas tecnologías para la aplicación laboral”, puntualizó. La organizadora expresa además que las jornadas fueron positivas porque “fueron como mirarse al espejo”. “Realmente había que parar un día y analizar aspectos del plan, cómo mejorar la bibliografía, ajustar algunos programas y revisar las correlatividades”, precisó.

Además, la asistencia a las jornadas tuvo muy buena respuesta de parte de todos los estamentos. “Estos son los ejercicios que debemos hacer en una sociedad democrática para que todos se sientan incluidos”, señala Martínez.

Por otro lado, Suárez agrega: “La convocatoria resultó un espacio válido para que la queja individual o grupal, especialmente del estudiantado, converja en una puesta común y pueda ser expresada fehacientemente”. ”Creo que es necesario rever periódicamente y llevar adelante un efectivo control de gestión de la currícula para responder a la dinámica de estos tiempos y generar profesionales íntegros, que puedan insertarse en el mercado laboral”, finaliza la alumna.

Impresiones de una docente

Desde mi perspectiva como docente y participante de la Escuela desde hace cuatro años, observo que esta actividad resultó de alto nivel de reflexión y toma de conciencia sobre diversos aspectos, que con gran urgencia requerían tratamiento. Entre ellos, dos que a mi modo de ver son prioritarios: el ingreso a la carrera y las tesis de licenciatura. Este último tema, sobre todo, de los licenciados que comienzan a emerger después de la implementación del nuevo espacio curricular, que trasciende lo técnico-archivístico, necesita mucha atención y apoyo sistemático por parte de todo el cuerpo docente y directivo de la Escuela.
Las jornadas sirvieron para poner el tema en el centro de la reflexión y buscar sistematizar su implementación de manera académica, sobre todo atendiendo a su articulación con las diferentes áreas de la carrera, desde el momento del curso de nivelación.
Esas dos cuestiones llevaron a otras tan importantes como las primeras: tomar en cuenta la relación y articulación de las asignaturas de las diferentes áreas para que no se superpongan temas o se obvien otros y se revisen las cuestiones metodológicas. Se observó que justamente lo metodológico tiene carencias serias en el dictado de las materias y es necesaria la actualización al respecto.
Otro aspecto que observé, fue el fuerte entusiasmo y el valor que adjudican los archiveros a su carrera en tanto medio de vida y tarea profesional. Eso debe ser aprovechado por la prestigiosa Escuela de Archivología para elevar el nivel al impartir sus conocimientos y promover una mayor incidencia de la Escuela en la comunidad de Córdoba y también a nivel nacional e internacional donde varios docentes dela casa han establecido vínculos tan importantes, como las profesoras Ana Szlejcher y Norma Fenoglio por sólo nombrar dos.
Las jornadas estuvieron muy bien organizadas y la coordinación de la doctora Martínez de Sánchez fue muy prudente, respetuosa y con mucha responsabilidad para brindar un verdadero espacio de reflexión y obtener de la actividad un provecho para la Escuela, pensando en incrementar el nivel académico de la misma.
Para destacar fue el grado de compromiso de los alumnos y un grupo de docentes que estuvieron abiertos a hacer críticas y autocríticas en aras de un mejoramiento de la comunidad toda de la Escuela. Por otra parte, se están redactando los resultados de estas jornadas que se expondrán próximamente en el aula virtual de la Escuela.
Felicito a la doctora Ana María Martínez, y a los docentes y alumnos que participaron por el alto grado de interés que crearon al implementar este espacio que busca la excelencia académica. Dicha búsqueda responde a los objetivos que establece la ley orgánica de la Universidad al señalar las tareas de docencia, investigación y extensión como prioritarias del hacer universitario. Así, vemos a los miembros de esta Escuela interesados en su cumplimiento y realización, como corresponde a todo integrante de esta institución y de la comunidad universitaria que se precie; consciente, además, de que su tarea de docencia y formación debe atender a políticas educativas según en qué nivel se desarrolla, para alcanzar el crecimiento propio y del entorno en el que se inserta como sujeto activo y responsable de su práctica.

Lic. Gloria Bustos
Docente de la cátedra Análisis del Discurso de la Escuela de Archivología