Sin fronteras

Rosa Báez: “El bloqueo afecta material
y espiritualmente a las bibliotecas cubanas”

En los últimos días de septiembre, la Biblioteca de la FFyH contó con la visita de Rosa Báez, responsable del boletín electrónico “Librínsula”, realizado en la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí. En diálogo con Alfilo habló sobre la situación de las bibliotecas en su país y la incidencia del bloqueo estadounidense.


La bibliotecaria cubana Rosa Báez de visita en la FFyH.

El 26 de septiembre la Biblioteca de la FFyH “Elma Kohlmeyer de Estrabou” recibió a la jefa de redacción del boletín “Librínsula” de la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí. La bibliotecaria cubana dictó una conferencia-debate, en la cual se refirió a la historia de la Biblioteca, la situación de su país y la incidencia del bloqueo estadounidense en estas instituciones. Antes de la conferencia, Báez dialogó con Alfilo y abordó los principales aspectos de la política bibliotecaria en Cuba.

Rosa Báez es licenciada en Información Científico Técnica y se desempeña como profesional en la Biblioteca Nacional de Cuba desde hace más de 30 años. Fue directora durante tres años del área de informática de la biblioteca cubana y actualmente se ocupa del Boletín LIBRINSULA, en el Departamento de Publicaciones Electrónicas de la Subdirección de Promoción y Desarrollo de la Biblioteca. Llegó a Argentina a recibir el Premio Nacional "Madre Teresa", que concede la Biblioteca Popular "Madre Teresa", de Virrey del Pino, en el Partido de La Matanza, provincia de Buenos Aires.

El premio se entrega desde el año 2000 y le fue otorgado por el trabajo llevado adelante con “Librínsula”, una publicación virtual relacionada con el fomento de los libros y las bibliotecas. “Creo que el premio sirve no sólo para valorar el trabajo que realizamos con el boletín, sino también para desmentir; porque la Madre Teresa tenía una validación religiosa de su quehacer social y cultural, y eso demuestra que en Cuba no hay censura religiosa”, dice.

La isla de los libros
“Librínsula, la isla de los libros”, es una publicación digital, de frecuencia semanal, dedicada a temas vinculados con la información, la cultura y la educación en Cuba y el mundo, que ya tiene dos años de existencia y más de 140 números publicados.
El boletín tiene colabores en todo el mundo y, según Báez, una de las enseñanzas que les dejó “Librínsula” es que “Cuba tiene amigos en todas partes porque nos hemos contactado con movimientos de solidaridad en Brasil, Argentina, Japón, México, Italia, Inglaterra y España”.

Antes de hacer “Librínsula”, en la Biblioteca, se realizabo otro boletín que se llamó “La polilla”. “Con este boletín establecimos muchos lazos de amistad con bibliotecarios argentinos”, señala Báez, quien agrega con orgullo: “Fuimos los primeros en promocionar ‘La Gran Catalogata’, que se hace aquí en la Escuela de Bibliotecología”.

“La polilla, pese a que tenía difusión internacional, era un boletín cuya información era circunscrita al ámbito de las actividades que se hacían en la Biblioteca Nacional de Cuba. Muchos colegas nos escribían pidiendo información sobre lo que acontecía en Cuba, y pensamos que era un buen momento para establecer la salida de un boletín que no sólo expusiera al mundo qué pasaba realmente en el país, sino que además sirviera de tribuna a los bibliotecarios y personas de otros países”, cuenta Báez sobre el nacimiento de “Librínsula”.

El boletín se realiza desde una óptica bibliotecaria para difundir información, pero no sólo son noticias relacionadas con las bibliotecas, sino que tiene ocho secciones fijas, dos de ellas se refieren a la historia de Cuba. Hay una sección de documentos; otra de noticias, donde se refleja lo más novedoso en el ámbito social, político, cultural y bibliotecario y también está el dossier, que compendia un tema de actualidad en cada edición.

“Librínsula, fundamentalmente, sirve para difundir la verdad de Cuba, servir de tribuna a los colegas que quieren exponer sus criterios o situaciones que suceden en el mundo”, dice Báez.

Las bibliotecas en Cuba
A continuación, Báez se refiere concretamente a la situación de las más de 400 bibliotecas en su país, la función que cumple la Biblioteca Nacional José Martí y la incidencia del bloqueo económico que desde la década del ’60 impone el gobierno estadounidense a la isla.

- ¿Cómo funciona el sistema de bibliotecas públicas?
- Hay 413 bibliotecas públicas, con un sistema de información que forma parte del Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas, liderado por la Biblioteca Nacional José Martí, como rector metodológico. Las bibliotecas públicas forman parte de los módulos culturales que cada municipio y provincia tiene. Entonces, hay una imbricación muy fuerte entre el sistema y el Ministerio de Cultura. También hay un sistema de bibliotecas escolares, que es una red que reúne a las bibliotecas de escuelas, tanto primarias, secundarias, como universitarias. El Fomed, por otra parte, es el sistema de bibliotecas médicas, que tiene un servicio de Internet con información muy variada y puntual para los médicos.

Por último, está el sistema de información, que lidera la Biblioteca Nacional de Ciencia y Técnica y el Archivo Nacional, amén de un sistema que recoge los archivos de todos los ministerios.

- ¿Qué es el Programa Nacional de Lectura?
- Es un programa ligado a diferentes Instituciones Nacionales. Tiene numerosas actividades; por ejemplo, por ejemplo, para promover el uso del servicio bibliotecario entre los niños antes de entrar a la escuela se han creado las "Bebetecas". Otra de las actividades del Programa son los clubes Minerva, que son un servicio de préstamo por pago, en el cual por diez pesos anuales (50 centavos de dólar) el usuario tiene derecho a extraer libros.

Para promover el amor por los libros y el uso de las Bibliotecas entre los niños, tenemos también varios concursos literarios, como el certamen "Leer al mundo" que alienta a los estudiantes a buscar una obra literaria y hablar sobre ella. Lo mismo pasa con el concurso "Leer a Martí", que se hace de forma conjunta con el Ministerio de Educación, el Instituto Cubano del Libro, al Instituto Cubano de Radio y Televisión, a los medios masivos de difusión y al Programa Martiano, en el que se estudia la obra martiana, y sirve para comprender cómo ven los niños a Martí, cómo ven sus obras y qué les gusta de ellas. En este concurso participan las escuelas primarias y secundarias; se hace una selección previa por municipio y por provincia, que luego se envía a La Habana. Esa selección se lleva a concurso y se publica un libro con los textos ganadores.

La bibliotecaria también explica que “cualquier persona tiene acceso a las bibliotecas públicas” y que actualmente están en un proceso para establecer “una categorización de usuario, porque en la Biblioteca Nacional se están deteriorando las colecciones y como producto del bloqueo hay mucha dificultad para conseguir los materiales de conservación y encuadernación”.

Además, Báez revela la imposibilidad de ofrecer Internet a todas las bibliotecas, porque hasta el momento hay solamente conexión satelital en el país y sólo algunas colecciones tienen su catálogo en línea.

- ¿En qué afecta el bloqueo a las bibliotecas?
- Podríamos decir que espiritual y materialmente. Espiritualmente, por llamarlo de alguna manera, porque cercena la colaboración de bibliotecarios cubanos con bibliotecarios de otros países. Por ejemplo, recientemente se desarrolló un encuentro bibliotecario en Puerto Rico y no les fueron dadas las visas a los representantes de nuestro país porque el gobierno norteamericano prohíbe, por la ley Helms Burton, el intercambio académico con Cuba. Por otra parte, los libros que se podrían adquirir directamente en los Estados Unidos, la mayoría de las veces tenemos que comprarlos en terceros países, encareciendo los gastos de compra y de traslado. Los canjes que establecíamos con bibliotecas norteamericanas, en los casos que no han sido truncados, se han minimizado.

- ¿Entonces había intercambio con bibliotecas norteamericanas?
- Había mucho intercambio, de hecho el establecimiento del sistema bibliotecario en Cuba tuvo en sus inicios, como un fuerte puntal a las bibliotecas norteamericanas. Incluso, en este momento la asociación de bibliotecarios norteamericanos (ALA) es amiga y apoya a Cuba, pero está invalidada por las leyes que rigen en su país. En 1961 el presidente Kennedy estableció las bases para el bloqueo contra Cuba, donde se establece que el bloqueo solamente deberá ser económico. Sin embargo, también es cultural, porque si le prohíben viajar a un bibliotecario a Cuba, eso es un bloqueo cultural, no económico. Por otra parte, nos prohíben el acceso a Internet por fibra de cable óptico. En consecuencia, tenemos que utilizar Internet por satélite, que es tres veces más caro y más lento. También estamos en un proceso de instalación de software libre porque tenemos problemas con la instalación de productos de Microsoft, entre otros servicios que resultan prohibidos para nuestro país.

Para más información y suscribirse al boletín Librínsula, puede visitar la página Web de la Biblioteca Nacional “José Martí”: www.bnjm.cu