Escribiendo por un
sueño
Pregúntale al polvo, de John Fante.
A través del personaje de Arturo Bandini,
John Fante resume la ambición, obsesión y perseverancia
de todo joven escritor que busca el éxito. Pregúntale al
polvo es una historia que tiene como ejes centrales el racismo, el dinero
(o la falta de él), la obsesión por la escritura y la falta
de amor.
Nos figuramos que en la América de los años treinta, el
racismo que caracteriza a los Estados Unidos debió haber sido mucho
más profundo que en este nuevo milenio, de todas maneras Fante
describe con garra las mentalidades de los personajes que pueblan la novela.
Algunos, como el propio Bandini o su enamorada Camila López, renegando
de su procedencia étnica, y otros, como la señora Hardgraves,
haciendo uso y abuso de una discriminación confesa. Memorable es
aquella escena, una de las primeras, en las que Bandini llega a la pensión
que aquella regentea y mantienen una graciosa primera conversación.
La obsesión por la escritura está perfectamente reflejada
en la escena en que Arturo, a punto de morir ahogado, sólo puede
pensar en describir de la mejor manera posible la situación. Sólo
quien ha llegado a semejantes extremos puede entender el apoderamiento
de espíritu que precede a toda obra de arte.
En una muy mala versión de la novela, llevada al cine con el nombre
de Pregúntale al viento, Robert Towne se atreve a cambiar el final
de la novela y convertir la infelicidad de Bandini por la indiferencia
de Camila, en un amor consumado. Para los amantes de los culebrones venezolanos
este giro inesperado basta y sobra, pero para alguien convencido de que
los finales tristes son más bellos, es una falta de respeto. Cualquier
idiota sabe que el producto de una ausencia, de un vacío, es la
posibilidad de una obra de arte verdadera. Pocas calidades han sido paridas
por estómagos llenos que duermen en camas de dos plazas. Porque
si algo hay de atractivo en la historia de desamor de Bandini, eso es
la imposibilidad, la negación de Camila, ese taparse la cabeza
y destaparse los pies, que hacen que el protagonista trastabille en pos
de su felicidad.
Escrito en un lenguaje sencillo y ágil, con intermitentes apariciones
de humor irónico y apacible, Ask the Dust es una excelente compañía
para las noches de soledad.
Se recomienda la versión de Editorial Piadós (Barcelona)
del año 1988, que incluye un interesante prólogo de Charles
Bukowski, discípulo literario de Fante.
Eloísa Guerra
Estudiante de Letras Modernas
FFyH - UNC |