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Investigación
Cuando los investigadores hacen foco en la educación
La investigadora brasilera Maria Célia Marcondes de Moraes fue una de las panelistas principales de las quintas jornadas de Investigación en Educación, realizadas entre el 4 y 5 de julio en la Facultad de Filosofía y Humanidades. En diálogo con Alfilo, criticó las investigaciones que “se restringen a pensar la práctica” y dejan de lado “las formulaciones teóricas y políticas” en el campo educativo. En una época en la que predominan las visiones pragmáticas y utilitaristas, defendió la formación humanística de los docentes y advirtió sobre la importancia de volver a la teoría para poder mirar a la educación y a la escuela con marcos más amplios.
Marcondes de Moraes: "Vivimos una época pragmática y utilitaria"
“Los investigadores somos perseguidos por un tema”, arranca diciendo Maria Célia Marcondes de Moraes, una de las prestigiosas conferencistas que participó en las quintas jornadas de Investigación en Educación que reunieron a más de 500 investigadores del país y del extranjero (ver recuadro). “Aún cuando hay una digresión o un desvío, nuestro tema está siempre allí, como un foco”, aclara.
Precisamente, el tema que investiga la especialista brasilera -y que expone con una claridad sorprendente- es la producción de conocimientos y la formación de investigadores en el área de educación. “En años recientes, he observado un distanciamiento de la teoría. Tal vez porque la práctica educativa en el aula es tan interesante, los investigadores en el área educación pasaron a preocuparse más por la práctica docente que por las formulaciones teóricas y políticas”, expresa con un tono crítico que va a intensificar a lo largo de la entrevista.
Convencida de que este alejamiento significa “un empobrecimiento muy serio de las investigaciones en educación”, Marcondes de Moraes advierte sobre la importancia de volver a la teoría para poder mirar a la educación y a la escuela con marcos más amplios. “La práctica, por más interesante que sea, es ciega. Está presa de la empiria. El mundo, el aula y la educación son mucho más que empiria. Y si sólo me fijo en lo empírico, no estoy en condiciones de preguntar cuáles son las causas del fracaso de la educación”. En consecuencia, el desconocimiento de las causas sociales que inciden de manera determinante en la educación conduce, según la investigadora, a descargar la culpa del fracaso “en el Estado, en los profesores, en la escuela”.
Una preocupación filosófica y social
Marcondes de Moraes es master en Filosofía y doctora en Educación por la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro. Actualmente trabaja como profesora e investigadora en el Programa de Posgrado en Educación de la Universidad Federal de Santa Catarina, tras haber realizado estudios postdoctorales en la Universidad de Nottingham, en Inglaterra.
Similar importancia revisten en su trayectoria los cargos que ocupó en la Agencia de Coordinación de Perfeccionamiento de los Educadores de la Enseñanza Superior (Capes), como representante adjunta del Área Educación y como miembro de la Comisión de Acompañamiento de los Programas de Posgrado en esta área. Además, integra –hasta el 2008- el comité asesor del Área de Educación del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq), otro espacio clave en la compleja estructura del sistema científico brasilero. Desde allí, tiene una vista privilegiada de la producción científica de su país. Esto le permite rastrear el estado y la evolución de las principales temáticas de las investigaciones que se presentan en su campo disciplinar.
“Me preocupa el nivel de proyectos que llegan a nuestras manos y que se centran, fundamentalmente, en la práctica”, reitera. Bajo distintas denominaciones, (“epistemología de la práctica”, “profesor reflexivo”, “experiencia docente”, “profesor profesional”) Marcondes de Moraes sostiene que se esconde una teoría “muy sofisticada y eficaz”, en términos utilitarios e instrumentales, pero definitivamente malograda “en el nivel de comprensión de la relación entre los fenómenos”.
- ¿Este enfoque tiene que ver con una perspectiva más filosófica de la problemática educativa?
- Tiene que ver con un lugar más filosófico y más social, también. Es muy confortable preocuparse sólo por lo que pasa en el aula, y nada más. En Brasil, hoy es cada vez más común que en los encuentros y conferencias del área de educación se imponga como modalidad el “intercambio de experiencias”. Y eso permanece en un nivel de la experiencia inmediata. Es una modalidad eficaz en la organización instrumental de la práctica, pero profundamente restrictiva desde el punto de vista de la compresión. Estamos hablando de educación. Yo quiero una educación eficaz, competente, que sea capaz de transmitir y socializar conocimientos y que no se quede apenas resolviendo los problemas de la práctica inmediata.
- ¿Esta situación se observa de manera especial en el campo de la educación?
- Pienso que la educación, y las ciencias humanas en general, traducen un espíritu de época. Vivimos una época pragmática y utilitaria. No es sólo la educación, no es sólo el profesor, la época es así. Sería de asustar que la educación no fuera así. En la universidad tenemos algunos grupos de investigación que se están organizando para construir una contrahegemonía a ese pensamiento. Pero aún somos muy pocos. Imaginen que nosotros estamos en una isla de pensamiento crítico en el medio de un mundo que es pragmático.
Para Marcondes de Moraes una de las causas principales del malestar que se vive en la actualidad está relacionada con la imposibilidad de proyectar cambios y soñar un mundo distinto. “Hubo una época en la que teníamos una utopía y pensábamos que iba a llegar un día en el que podríamos construir una nueva universidad, una nueva propuesta educacional. Pasó la dictadura militar, tenemos gobiernos democráticamente electos ¿y dónde están nuestros sueños ahora? El principal desencanto es que perdimos la posibilidad de desear algo diferente”, sintetiza.
- Si consideramos que es inherente al campo de la educación la necesidad de investigar las prácticas para poder encontrar posibles líneas de intervención, ¿cómo podríamos hacer, entonces, para que esa experiencia pueda superar esa superficialidad descripta y aporte a la comprensión de la realidad?
- Pienso que estamos en el campo de la formación docente. Está claro que no se trata de descalificar la práctica de los profesores. En cualquier circunstancia de la vida, es a partir de la práctica que se construyen los conocimientos. La cuestión es que yo siento, como una tendencia fuerte en el área, el predominio de investigaciones que esquivan la filosofía, la ciencia, la teoría y se restringen apenas a pensar la práctica. Ahora, la educación no es sólo pensar la práctica. Estamos hablando de educación, de transmisión y socialización de conocimientos. ¿De dónde salen esos conocimientos? Nosotros tenemos un patrimonio cultural de la humanidad que tiene que ser parte de la educación y al que los profesores deben tener acceso. Ese patrimonio no está en la práctica del aula, está en la formación de un docente apto para comprender filosofía, historia, sociología. Un docente con formación humanística capaz de comprender las relaciones entre los fenómenos empíricos. Los fenómenos no son cosas aisladas, hay relación entre ellos, y esa relación no está dada a la percepción sensible. Preciso leer y pensar, para alcanzar a ver lo que son esas relaciones; recién ahí puedo comenzar a comprender el problema de la escuela.
Perspectiva
La investigadora brasilera también se desempeña como editora científica de la acreditada revista “Perspectiva” del Centro de Educación de la Universidad Federal de Santa Catarina. Esta publicación semestral, que se edita desde 1983, se especializa en la divulgación de la producción académica sobre educación y está clasificada como “Nacional A”. Esta categoría es el resultado de un riguroso proceso de evaluación de las revistas científicas que desarrolla la Capes. “Es un esfuerzo monumental mantener la revista con esta calificación, porque trabajamos en una universidad pública que no tiene recursos”, comparte Marcondes de Moraes.
A lo largo de sus casi 25 años, esta revista publicó más de cincuenta volúmenes y se intercambia en más de 170 instituciones. Recientemente se realizaron los trámites para que el Centro de Investigaciones de la FFyH también reciba esta publicación. Puede consultarse su versión on-line en www.perspectiva.ufsc.br
Un espacio de encuentro
Las Quintas Jornadas de Investigación en Educación, que este año llevaron por título “Educación y perspectivas: contribuciones teóricas y metodológicas en debate”, dan continuidad a las realizadas durante los años 1999, 2001, 2003 y 2005. “Surgen como una idea de nuestra maestra: María Saleme de Burnichon y se constituyen en el mejor homenaje a su memoria”, indicó, en el acto de apertura, María del Carmen Lorenzatti, coordinadora del Área Educación del Centro de Investigaciones de la Facultad.
El encuentro estuvo organizado por esta Área, junto a la Escuela de Ciencias de la Educación y contó, además, con el apoyo del Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación y de la Fundación Arcor.
En la presentación, Lorenzatti ofreció un relato pormenorizado de la historia de estas jornadas que, en sus palabras, “se han constituido históricamente en un espacio de encuentro entre equipos de investigación y diferentes actores del sistema educativo, en la búsqueda de confrontar el trabajo de investigación desde un lugar activo y seriamente comprometido con los procesos actuales”.
La coordinadora puso especial énfasis en el crecimiento que evidenció este espacio en cada una de las ediciones. Muestra de ello es que en 1999 se registraron 41 ponencias y 120 asistentes, en tanto que esta última convocatoria reunió a más de 270 trabajos de 22 universidades nacionales, nueve institutos de formación docente y de investigación de diferentes provincias argentinas; además de expositores de nueve universidades de Brasil, tres institutos de investigación de México y de la Universidad Autónoma de ese país. Se registraron alrededor de 500 asistentes en total.
“Entendemos que los resultados de la investigación contribuyen a avanzar en la comprensión y explicación de los problemas socioeducativos emergentes y ayudan a delinear y dar soporte a las estrategias de intervención en el campo”, concluyó Lorenzatti. |
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