Agosto - Septiembre 2007 | Año 3. Nº 19
UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA, Argentina
 


Sin Fronteras

Marsha Gall: performance y activismo

Durante los meses de junio, agosto y septiembre se dictó en la Facultad de Filosofía y Humanidades el curso de posgrado  “Intervención política: performance, teatro y activismo”, organizado por la Secretaría de Posgrado. La actividad contó con la participación de Marcela Fuentes (reconocida también con el nombre de fantasía “Marsha Gall”), especialista argentina que desde hace algunos años está radicada en Estados Unidos y realiza estudios de performance en la Universidad de Nueva York

La complejidad del concepto de performance, así como su frecuente utilización para designar diferentes prácticas, no representa una dificultad para Marsha Gall, sino todo lo contrario. Para ella,  “era necesaria la palabra perfomance  -que es la presencia de cierta teatralidad en la sociedad- para nombrar ciertas formas teatrales que ya no pueden llamarse como tales”. En diálogo con Alfilo señala que la amplitud de este campo es tal que podría establecerse un paralelo entre la idea de “todo es cultura” y  “todo es perfomance”.
Sin embargo, al momento de dar una definición, la docente plantea: “Performance es un objeto, es algo que tiene un principio y un fin concreto, es una conducta estructurada; etimológicamente tiene que ver con el concepto de realización y acción que se completa”. En este sentido, indica que los estudios de performance son deudores de muchas otras disciplinas, como la antropología, la sociología, el teatro, las artes visuales, el psicoanálisis. “Esto permite tener un abanico en el que todas estas disciplinas intercambian objetos y metodologías”, sintetiza.
Marsha Gall se interesa por aquellos fenómenos que puede ser vistos como performances constantes, como por ejemplo el modo en que actuamos nuestro género o el poder.  Según la especialista, en muchos casos,  “asumir que son performances significa un adelanto para poder subvertir esas situaciones. ¿Cuáles son las performances que nosotros generamos y cuáles las que nos son impuestas?”

Activismo contra Cavallo
Gall, quien además es editora responsable de E-misférica (www.institutohemisferico.org) -la revista del Instituto Hemisférico de Performance y Política-, fue una de las activistas que participó e ideó el escrache a Domingo Cavallo cuando  fue invitado como profesor “honorario” a la Escuela de Negocios de Nueva York, después de la crisis del 2001. En aquel momento, Marsha cuenta cuánta sorpresa e indignación les causaba a los docentes argentinos encontrarse con Cavallo en los bares y los espacios comunes de la Universidad de Nueva York. “Como en la universidad había en ese momento una serie de obras de construcción, utilizamos el formato de los carteles amarillos que decían ‘precaución’ para alertar a la gente de la presencia de Cavallo”, relata.
Del mismo modo, para la clase de “Activismo en la red” , Marsha creó -con el apoyo del Instituto Hemisférico- un sitio en internet en el que se invitaba a participar en una acción virtual contra el sitio web de la Escuela de Negocios, que era la responsable de que Cavallo estuviera dictando clases en carácter de “profesor honorario”. La acción consistía en avisar que en un período de tiempo determinado (tantas horas) la gente podía entrar a este sitio, desde el cual se generaban múltiples ingresos a la página de la Escuela de Negocios, hasta que el sitio cayera o colapsara por el tráfico informático. “En ese momento, que estaba a pleno la discusión sobre el terrorismo informático, llamaron los servicios que se encargan de la seguridad informática de la Nación para pedir que se diera de baja esa información. Después del escándalo, pusimos la palabra ‘censurado’ en el sitio”, recuerda y continúa: “Con esta ‘no performance’, algo que nunca sucedió, me felicitaban como si hubiera sido un éxito. Después que la coordinadora explicara esta situación a las autoridades universitarias, a Cavallo no le renovaron el contrato. Tal vez en algo pudo incidir la acción”.

Intervención política a través de una acción planificada
Una de las cuestiones que Marsha aborda en relación con las performances es el armado de  una estructura comparativa en la que se explicite lo que puede resultar eficaz según las reglas de cada contexto. “Para nosotros (los argentinos) la calle es el lugar lógico de la performance. En Estados Unidos es un lugar que el poder bloquea todo el tiempo”, ejemplifica.
En su investigación, esta activista analiza algunos casos de Argentina, Perú, México y Estados Unidos, que sucedieron especialmente durante la era neoliberal. “Me interesa ver cómo acciones paródicas, humorísticas y que pueden parecer inocuas, con un sentido lúdico de lo no violento, pueden tener una incidencia importante; fisurar y confundir al poder”, subraya.
Para Gall, la gente ya tiene una especie de “inteligencia performática”. En este sentido, destaca el caso de una persona que, durante la crisis del 2001 en Argentina, trazaba círculos alrededor de las personas y escribía “asamblea aquí” o cuando un ahorrista decidió “ir de vacaciones al banco” con toda su familia para reclamar por la retención de sus depósitos.
En el caso de Perú, su análisis se centra en la acción “Lava la Bandera”, una acción colectiva realizada sobre la figura del ex presidente Fujimori; en tanto que en las performances de Estados Unidos analiza el estado de excepción e intenta comprender cómo la política de seguridad, por la supuesta amenaza terrorista, cambia el sentido de la esfera pública. “Las políticas de la delación tienen slóganes como ‘si ves algo, dí algo’. Es necesario una intervención incluso para evidenciar el tipo de lazo social que está construyendo la gente cuando en el subte aparece un cartel que dice ‘hay 16 millones de ojos en Nueva York, contamos con todos ellos’. Todos pueden estar sospechando de todos”, dice.
Como oposición a esta modalidad, Gall relata que algunos activistas cambiaron el sentido de las frases usando la misma gráfica de los carteles. “Esta acción se denomina ‘reciclaje sígnico’, porque es como tomar el mismo signo y reciclarlo”, explica.  De este modo, las palabras en el subte aparecían cambiadas y decían: “si tienes miedo, verás algo”.
Un dato interesante que aporta la docentes es que en Estados Unidos se reconoce de manera positiva la “performatividad” argentina, y las Madres de Plaza de Mayo constituyen un hito importante del estudio de performance.