Octubre - Noviembre de 2007 | Año 3. Nº 20
UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA, Argentina
 


Institucionales

Cuatro nuevos libros presentó la Editorial

Jorge Bracamonte, Analía Gerbaudo, Elisa Cragnolino y Darío Dominino Crespo son los autores recientemente publicados por la editorial de la FFyH. Los libros corresponden a las series “Tesis de Posgrado” y “Colecciones”, y se inscriben en el campo de los estudios de la literatura, la educación y la historia. La presentación se realizó en la última edición de la Feria del Libro.

Ya son 33 los títulos que lleva publicados, en los últimos cuatro años, la Editorial de la FFyH. En esta oportunidad se presentaron: “Los códigos de la Transgresión. Lengua literaria, lengua política y escritura contemporánea en la narrativa Argentina”, de Jorge Bracamonte; “Derrida y la construcción de un nuevo canon crítico para las obras literarias”, de Analía Gerbaudo;“Educación en los espacios sociales rurales”, compilado por Elisa Cragnolino y “Escándalos y delitos de la gente plebe. Córdoba a fines del siglo XVIII”, deDarío Dominino Crespo.
El evento se realizó el 17 de septiembre en el marco de la Feria del Libro, en una de las salas del Cabildo Histórico. En su discurso, todos los autores agradecieron a la Facultad por el esfuerzo institucional que realiza para poner en circulación la producción intelectual de los docentes, estudiantes, investigadores y otros miembros de la comunidad académica.

¿Por qué escribir una tesis sobre Derrida?
Analía Gerbaudo es una investigadora de la Universidad Nacional del  Litoral que trabaja, desde hace algunos años, en la relación entre teoría literaria y didáctica. Su tesis doctoral fue elegida por el comité académico de la editorial para ser publicada.
Durante la presentación, la autora remarcó la importancia de la apuesta que hace la FFyH al publicar la serie Tesis. “Quería agradecer a la UNC, como parte del trabajo que hace la universidad pública, por poner a circular las tesis que se escriben, justamente, como un material que aún no se conoce en una comunidad de trabajo”.
La decisión de escribir un texto sobre Derrida, en el caso de Gerbaudo, tiene que ver con su preocupación por abordar la obra de un autor que discute con el estructuralismo, una tradición fuertemente arraigada entre los académicos de la UNL. “La obra de Derrida y sus aportes en relación con la literatura aparecía fragmentaria. Se conoce más su trabajo en el campo de la filosofía y, de alguna manera, el corte que tiene mi trabajo profundiza la relación entre Derrida, la literatura y la enseñanza”, comenta. Sin temerle a la palabra “divulgación”, Gerbaudo señala que su trabajo es está pensado principalmente como material de consulta y estudio para su cátedra de grado.  “La obra está destinada en principio a los alumnos a los que les doy clases en la universidad y también me interesa poner este trabajo a circular en el seno de la comunidad académica”, puntualiza.

Los códigos de la transgresión
Esta investigación de Jorge Bracamonte también es su tesis final del Doctorado en Letras. El trabajo nació como producto de interrogar, desde la crítica literaria y cultural, lo que significó el impacto de la dictadura del 76 en Argentina y las marcas qué dejó esta experiencia en el tejido social. Para el autor, “la literatura y las producciones artísticas y culturales fueron las primeras que exploraron lo que estaba pasando en el país”. La tesis propone una manera de leer los enlaces entre política y literatura, y para ello rastrea -en los textos literarios- cuáles fueron las huellas del proceso militar en nuestro país.

A partir del concepto de “posdictadura”, Bracamonte analiza cómo desde distintos textos y estéticas -de autores cordobeses, santafesinos y del Río de la Plata- se fue tematizando esa trágica experiencia. “El análisis arranca en 1980, porque ahí comienza el resquebrajamiento del régimen militar; pero vuelve hacia atrás, a las dicotomías del siglo XIX y XX que son las que afloran y se actualizan durante la dictadura militar”, indica. Posteriormente, el autor profundiza en el período 1980-1995, a partir de estudiar los textos literarios de Antonio Marimón, Fernando López, Juan José Saer, Abelardo Castillo, Jorge Riestra, César Aira, Ricardo Piglia y Andrés Rivera, entre otros. “Mi preocupación era ver también qué pasó con las poéticas de los escritores en esta etapa. No sencillamente analizar cómo se reflejaba el contexto en los textos literarios, sino también  cómo los textos interrogaban ese contexto desde la lengua”, especificó.

Educación en los espacios sociales rurales
“Este libro se refiere a la educación rural, una problemática escasamente abordada en la Argentina, pese a que más del 50 por ciento de las escuelas de nuestro país son rurales. Esas escuelas, además, se concentran por lo general en las regiones más pobres de Argentina”. Con esta frase comenzó Elisa Cragnolino la presentación del libro que incluye diversos artículos sobre la educación en los espacios rurales. Silvia Ávila, María del Carmen Lorenzatti, Paula Basel y la propia Elisa Cragnolino son algunas de las autoras que reúne esta publicación.
A pesar de que reiteradamente se señala la necesidad de abordar esta problemática, definir políticas y pensar la currícula de las escuelas rurales, la investigadora advirtió sobre los exiguos avances registrados en los últimos años. Esta ausencia de políticas y estrategias específicas tiene también su correlato en el escaso desarrollo académico de la temática. Del mismo modo, Cragnolino comentó que es prácticamente inexistente el espacio formativo en las carreras universitarias de Ciencias de la Educación y en los institutos de formación docente, al igual que se registran pocas publicaciones y trabajos congresos o encuentros académicos sobre el tema.
“La publicación de este libro tiene que ver, justamente, con la intención de dar visibilidad y posibilitar la discusión de una serie de temáticas que venimos investigando desde hace algunos años en la Facultad”, subrayó la investigadora, quien también hizo referencia a las duras condiciones que actualmente se imponen en el trabajo universitario, especialmente para quienes realizan investigaciones en zonas rurales. “Esto implica recursos financieros y tiempos de trabajo empírico que son muy difíciles de sostener”, remarcó.
Un dato relevante sobre el libro es que los estudios que se publican en Educación en los espacios sociales rurales” fueron acompañados, en su mayoría, por experiencias extensionistas, en particular por la realización de talleres con docentes. En este sentido, para la compiladora, estos trabajos “son deudores, de las preocupaciones y de los espacios formativos originados por María Saleme de Burnichon”.
“El desafío investigativo –relata- consistió en analizar las escuelas primarias y secundarias, los espacios del aula, las prácticas docentes y las vinculaciones de las familias rurales con las instituciones escolares”. Asimismo, los trabajos tienen en común una mirada socioantropológica, fundamentalmente etnográfica. “Desde esta perspectiva –dice Cragnolino- se acerca a la escuela y el espacio social rural, a través de un prolongado trabajo de campo; intentando siempre superar las visiones prescriptivas y normativas, y sobre todo intentando complejizar el abordaje de la realidad y la escuela rural”.

Un aporte a la historia de la Córdoba colonial
La presentación de Escándalos y delitos de la gente plebe. Córdoba a fines del siglo XVIII estuvo a cargo de Ana Inés Punta, docente de la Escuela de Historia y directora del trabajo final de la licenciatura de Darío Dominino Crespo, autor del libro. Este joven investigador, que actualmente se encuentra en España, también integra el equipo de trabajo que desde hace varios años dirige Punta. “La mirada de Darío estuvo centrada en ese espacio de los pequeños delitos y transgresiones en esta ciudad aldea colonial, como era la Córdoba de esa época, desde un enfoque que le ha permitido también ir reconstruyendo aspectos poco conocidos de la vida cotidiana en la ciudad”, sostiene.
La atalaya que eligió para ir descubriendo los conflictos en las relaciones cotidiana de la “gente plebe”, en términos de la época, fue el accionar de los alcaldes de barrio, funcionarios menores creados por Sobremonte durante su gobierno, de quienes se sabía todavía muy poco, dado que la mayor parte de sus actuaciones no generaban documentación escrita. “La tesis articula así el trabajo institucional con las formas comunitarias del control social, lo que le permite a Darío ver las sutiles relaciones entre el ejercicio de una justicia formal y las instancias comunitarias de control social”, plantea.  De este modo, en el análisis cobran relevancia los llamados “escándalos”, la “fama” y la “voz común”.
El estudio minucioso y no ingenuo de las fuentes judiciales, le permitió al autor recrear distintos espacios en esta Córdoba colonial, donde el barrio, la pulpería, el río o el taller cobran vida. En este sentido, Punta comenta: “Ha logrado recuperar costumbres, prácticas y valores presentes en esa gente común, afectos siempre esquivos que aparecen fraccionados y dispersos a los ojos del historiador, pero que con sumo cuidado pudieron ser reconstruidos como las piezas de un rompecabezas, siempre incompleto pero no por eso menos sugerente”.
Por otra parte, este análisis minucioso le ha permitido al autor dar referencias en el accionar de estos actores sociales que para las autoridades aparecían como una masa casi indiferenciada -la llamada “gente plebe”-, recuperando matices, particularidades y jerarquías de ese complejo entramado social.
El estudio de esta sociedad, donde los individuos no se comprendían a sí mismos como agentes aislados, sino formando siempre parte de un grupo, en una compleja trama de relaciones, le permite a Dominino Crespo reflexionar sobre las características y las fronteras entre lo que esas sociedad consideraba dentro del ámbito de lo público y lo que pertenecían al campo de lo privado, enriqueciendo también esta problemática.
En síntesis, el libro muestra cómo eran los mecanismos cotidianos de regulación social ejercidos por la familia, la casa, la pequeña comunidad del barrio; los que junto a otros más formales, como la justicia o la iglesia -siempre débiles a pesar de los intentos de la Corona-, permitían a veces de manera contradictoria y otras complementaria regular los comportamientos de la gente de esta pequeña ciudad colonial. “No me caben dudas de que el lector seguirá con atención e interés la lectura de las páginas del libro, ya que considero sinceramente que éste constituye un genuino aporte a la historia oficial y es un eslabón más que enriquece el conocimiento de la Córdoba en el siglo XVIII”, concluye la directora del trabajo.