Entrevista
Sáenz:
“Los cineastas de Córdoba
no
valoran sus propias películas”
Esta
es una de las hipótesis que sostiene Sebastián Sáenz, licenciado en Cine y
autor del primer catálogo de películas cordobesas, después de haber analizado
más de 200 films realizados a lo largo del siglo XX. El libro, que se presentó
en noviembre último, refleja la actividad de los realizadores desde 1915,
cuando se filmó la primera producción local.
Sebastián
Sáenz, licenciado en Cine y Televisión y becario de la Agencia Córdoba
Ciencia con lugar de investigación en el Centro de Investigaciones (CIFFyH) y
en el Centro de Documentación Audiovisual (CDA) de la FFyH, realizó el primer
catálogo de la producción cinematográfica de Córdoba.
El
libro “El Cine en Córdoba” abarca todas las películas realizadas entre
1915 y el año 2000 y fue presentado en noviembre último. El catálogo expone
los resultados de un trabajo de investigación desarrollado entre los años 2001
y 2002 y su finalidad es dar cuenta de la cantidad y las características de las
películas realizadas en la provincia a lo largo de casi un siglo.
El
relevamiento mostró que, en total, se hicieron en Córdoba 205 producciones,
once de las cuales permanecen inconclusas; de las 194 restantes, Sáenz sólo
consiguió datos referidos a 153, ya que la información de las otras 41 películas
resultó imposible de rastrear.
El
autor dialogó con Alfilo sobre su
trabajo, que demandará una segunda etapa, en la que investigará sobre las
condiciones de producción en las que se realizaron las películas relevadas.
-
¿Cómo nació la idea de realizar un catálogo de las películas cordobesas?
- En el año 1996 me empezó a llamar la atención cómo cada vez más gente se vinculaba a lo audiovisual y al cine en particular. Eso no se veía reflejado de ninguna manera en la producción concreta. Es decir, no se veían películas hechas en Córdoba. Todo eso funcionó como disparador para reflexionar sobre porqué había tanta gente que se dedicaba al cine y no había películas en las salas comerciales, ni tampoco en las alternativas. En ese momento caí en la cuenta de que no se podía analizar demasiado esa situación si no se tenía una idea acabada de las películas hechas hasta entonces.
-
Detectaste
mucho
interés en el cine y poca información sobre cine
-
Sí,
a principios del año 2000 empecé las primeras entrevistas exploratorias para
contextualizar el proyecto y vi que los realizadores, guionistas y productores
que consultaba tenían un conocimiento bastante limitado de la producción
local; es decir, conocían una o dos películas contemporáneas, pero no mucho más.
Eso me motivó a armar un proyecto de investigación, en este caso un proyecto
de nivel exploratorio y descriptivo, que fue mi trabajo de tesis de la
licenciatura en Cine.
-
¿Cuál era la idea de la investigación?
-
La idea era hacer un relevamiento que pudiera dar cuenta de cuáles son las películas
hechas en Córdoba. Mi intención era buscar e individualizar qué se hizo. Y en
la misma etapa de armado del proyecto empecé a hacer una serie de recortes,
como por ejemplo dejar afuera todo lo hecho en video. Así la búsqueda se
restringió a las películas hechas en soporte fílmico, incluidas algunas de la
década del ’90 que fueron rodadas en fílmico y finalizadas en video. Básicamente,
busqué películas rodadas originalmente en soporte fílmico, ya sea en súper
8, doble 8, 16 mm, súper 16 o 35 mm, pero siempre en soporte fílmico. A este
proyecto lo presenté para las becas de la secretaría de Extensión
Universitaria, donde obtuve una beca, y sí empecé la parte gruesa del trabajo.
-
¿Cómo llevaste adelante el relevamiento?
-
Esas películas lamentablemente están dispersas, no están en ningún lugar físico
determinado y fue muy difícil acceder a ciertos materiales. Lo que hice fue
armar un sistema de relevamiento centrado en un cuestionario que se entregaba a
realizadores, productores, guionistas y otra gente vinculada a la actividad. Eso
fue retroalimentado la información y fueron apareciendo datos para orientar la
búsqueda. Era un cuestionario escrito y se complementó con entrevistas
personales a determinados realizadores.
-
¿Cómo determinaste el período de tiempos que ibas a abarcar?
-
Quería abarcar todo el siglo, pero era algo muy complejo. Estaba todo tan
disperso que la idea fue hacer un relevamiento general, pero la fecha límite
fue diciembre de 2000, porque tenía que hacer un corte. Después del
relevamiento encontré que la primera película era de 1915.
-
¿Esa es la primera película que se hizo en Córdoba o tenés conocimiento que
se haya hecho otra antes?
-
No, además la película no responde a ningún patrón de producción; es decir,
no había un sistema o un espacio de gente dedicada a producir cine. Es más
bien una aventura individual.
-
¿Cómo es esa película?
-
La película se llama “Deuda sagrada” y la dirigió Julio Brunner Nuñez,
que era un periodista de La Voz del Interior y aparentemente tenía la motivación
personal de hacer cine. Tomó una novela de un autor alemán y la adaptó; trajo
un camarógrafo de Buenos Aires que en esa época era muy importante y con una
sociedad de beneficencia armaron cenas para recaudar fondos. Con eso hicieron la
película. Aparentemente esta película está perdida, no hay copias, y la
información se sacó de una nota de Efraín Bischoff de la revista “Todo es
Historia” del año 1975. Es muy probable que haya desaparecido porque los
materiales de principios de siglo eran muy inflamables, eran auto combustibles,
así que es muy probable que se haya quemado… o que esté guardada en algún
baúl viejo y no sepamos. Lo que sabemos es que partes del rodaje se hicieron en
el Palacio Ferreyra, en el Museo Genaro Pérez y en el lago del Parque
Sarmiento.
-
¿Cómo continuó después el cine en Córdoba?
-
Después hay algunos cortos documentales recién en la década del treinta. En
el medio pareciera no haber nada. Estos cortos se hicieron durante la gobernación
de Amadeo Sabattini, cuando se creó un centro de formación cinematográfica
cuyo objetivo era formar a los docentes de nivel medio en el manejo de la cámara.
A través de este centro se hicieron entre cinco y diez cortos documentales que
en algún lado deben estar, pero el último rastro que hay es de la década del
setenta. Lo único que pude averiguar de estos cortos es a través de notas
periodísticas. A partir de la década del sesenta se produce el grueso del
material.
-
En el catálogo se nota que en la década del sesenta se producen muchos
documentales, desde cortos de arqueología hasta la vida de los estudiantes en
la Universidad. ¿Se puede decir que en esta década hay un predominio del cine
documental?
-
Creo que eso tiene que ver un poco con la génesis que tuvieron esos trabajos;
algunos están vinculados a Extensión de la Universidad y a la creación del
Departamento de Cine. Sin embargo, en las películas relevadas hay un 45% de películas
ficcionales y un 45% de documentales, el resto son películas experimentales y
animadas. En general, en cuanto a los géneros, se han mantenido muy parejos,
quizás fluctúe si se examina década por década. Yo no hice ese trabajo.
-En
cuanto a los directores, ¿pudiste descubrir cuál fue el que realizó más películas?
-
El más prolífico es un documentalista que se llama Mario del Boca, que hizo
cerca de diez o doce documentales, de los cuales he podido ver uno solo, porque
es sumamente difícil acceder a esos materiales. Este realizador trabajó mucho
en lo que es el documental antropológico.
-
¿Qué balance hacés después de descubrir todo lo que se hizo en Córdoba?
-
No sé si hablar de una sensación, porque vi muy pocos materiales. La mayor
cantidad que vi es de la década del ’90, algunos de los ’80 y muy pocos de
las décadas del ’60 y ’70, que era lo que más me interesaba por la
distancia generacional que existe. La idea es tratar de entender por qué se dio
este tipo de cine. Me interesa saber por qué después de tantos años de
actividad es posible hablar de una sola película exhibida en salas. Eso es lo
que más me llama la atención. De todas las películas relevadas hay un cinco o
seis por ciento de largometrajes, de los cuales uno o dos han logrado su
exhibición en sala. También me parece que hay un escaso grado de valoración
de los realizadores por su obra, ya que en las entrevistas hay muchos que no
reconocen sus obras como películas.