Investigación
“Si aceptamos que toda persona que escribe, dirige, lee o presencia un espectáculo teatral es el resultado de un pasado que actúa sobre ella, sea o no consciente de este hecho, conozca o no sus detalles, podemos deducir sin dificultades la categoría de historicidad del teatro. Simultáneamente, el presente de este arte, en cada representación, resignifica constantemente su pasado”.
Fachada del Teatro
Rivera Indarte. Principios del siglo XX (Historia
del teatro argentino en las provincias,
de Osvaldo Pelletieri)
A fines del año 2005 fue presentado en Córdoba el primer volumen de la “Historia del teatro argentino en las provincias”, publicado en Buenos Aires por la Editorial Galerna y el Instituto Nacional del Teatro. Este libro contiene los resultados iniciales de un proyecto dirigido por Osvaldo Pellettieri en el marco de las actividades realizadas por el GETEA (Grupo de Estudios de Teatro Argentino e Iberoamericano), de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. La conjunción de investigadores universitarios e independientes de todo el país constituye un hecho inusual, sin precedentes en la historiografía teatral argentina, que, hasta ahora, limitó sus alcances al teatro producido en Buenos Aires. Superar esa situación que, desde el discurso histórico canónico, contribuyó a fortalecer la antinomia centro/periferia (teatro porteño/teatros provincianos), fue uno de los objetivos primordiales de esta Historia que, como se puede imaginar, tiene su propia historia.
Para llevar adelante esta tarea, comenzada a fines de los noventa, fue necesario fundar el Seminario Permanente para una Historia del Teatro Argentino que, en sus reuniones anuales, intentó allanar diferencias, establecer acuerdos metodológicos y trazar estrategias dirigidas a resolver los problemas derivados del aislamiento y de la falta de antecedentes específicos. Lo imprescindible, más allá de los pactos, fue asumir el compromiso de “un esfuerzo colectivo y de una discusión abierta” que permitiera dar cuenta de la pluralidad cultural argentina, respetando las identidades provincianas. Como afirma Pellettieri, “intentamos hacer una historia multidireccional, que cada coordinador individual o de un grupo provincial se hiciera cargo de la peculiaridad del teatro de su región”. De allí la diversidad de puntos de vista que atraviesan las páginas de este libro, la flexibilidad con que se aplican los modelos teórico-conceptuales y la libertad para adaptarlos a la realidad teatral y social de las doce provincias participantes.
El capítulo sobre Córdoba, contiene trabajos de Graciela Frega, Mabel Brizuela, Ana Yukelson y María J. Villa, integrantes de un equipo de investigación radicado en el CIFFYH y subsidiado por la SECYT de la Facultad de Filosofía y Humanidades (UNC) desde 1999. En él se describe y valora el proceso de constitución del campo teatral cordobés (1900-1945), los estados sincrónicos y las transformaciones diacrónicas experimentadas por los agentes internos (salas, empresarios, autores, público y crítica) y externos (compañías dramáticas visitantes, especialmente porteñas y españolas). De esa manera, se ofrece el marco metatextual indispensable para introducir al análisis de algunas obras dramáticas locales desde una visión abarcadora que facilita el trazado de conexiones entre los textos y el contexto.
Todos los aspectos tratados tienen su importancia histórica. No obstante, el equipo de Córdoba considera que su aporte más significativo es el hallazgo de textos escritos por dramaturgos cordobeses. Los nombres de Martín Goycoechea Menéndez, José María Vélez, Julio Carri Pérez, Raúl V. Martínez y Francisco Mateos Vidal, acompañados de sus respectivas obras, vuelven a estar en circulación. Se cumple así un objetivo común a todos los investigadores convocados por el GETEA: construir una historia del teatro argentino en las provincias, para activar la memoria de un pasado que, aún desconocido o negado, sigue actuando en el presente.