Julián Axat presentó una compilación de poesías en respuesta al anarco capitalismo en el marco del III Encuentro de Derechos Lingüísticos como Derechos Humanos, que se llevó a cabo en la Facultad de Filosofía y Humanidades del 20 al 23 de mayo. Durante su estadía en Córdoba participó también en un encuentro coordinado por el Programa de Derechos Humanos de la FFyH, el Seminario de DDHH de la Facultad de Derecho y el Archivo Provincial de la Memoria.
“Toda poesía es hostil al capitalismo/ puede volverse seca y dura pero no/ porque sea pobre sino/ para no contribuir a la riqueza oficial”, escribió Juan Gelman en su libro Cólera buey, editado en 1964.
Julián Axat tomó el primer verso, lo reescribió y le dio forma a la compilación “Toda poesía es hostil al anarcocapitalismo”, donde recupera poemas surgidos al ritmo del ajuste del gobierno de Javier Milei. “La urgencia de los tiempos que corren, cada vez más hostiles a la poesía”, apunta Axat en el prólogo del libro que se presentó el 20 de mayo en el Museo de Antropologías, en el marco del Encuentro de Derechos Lingüísticos como Derechos Humanos, junto con Tina Elorriaga, Manuela Corral, Jorge Felippa y Mirian Pino.
“En el anarcocapitalismo, el Estado es mala palabra, y sólo se precia como Leviathan penal, policial y militar. Encargado de reprimir cualquier tipo de resistencia que se le oponga. Dicho en pocas palabras: el anarcocapitalismo odia el lado izquierdo del Estado (lo tilda de organización criminal), y ama su puño de hierro. Su lado derecho. El único Estado posible que le asegure el (supuesto) libre juego del mercado. Hoy las redes se han transformado en jaula fascista para las nuevas generaciones que, creen y desean aquello que los esclaviza- En ese esquema, la libertad tan pregonada no es más que quimeras. Lo real vale, pero lo virtual vale más”, continúa Axat en la introducción.
Sin embargo, esas mismas redes sociales fueron las que proveyeron esas poesías contingentes, como Julián las definió en la presentación. La primera que apareció fue esa que le dedicó la docente rosarina Melina Gigli a su alumno Ezequiel Curaba, quien murió electrocutado por robar cables “y más tarde linchado en las redes por bandas de trolls”.
“A la manera del grupo Barrilete en las décadas del 60´ y 70´, aquello que aquí presentamos se trata de un ‘Informe’ de época. Pero en el fondo estamos ante una antología de voces/ testimonios poéticos que buscan representar la urgente (o desesperante) situación que gran parte de la población está viviendo a medida que van pasando los días: desempleo, despidos, inflación, tarifazos, niveles de indigencia, etc”, señala Axat, quien además participó en el encuentro «Derecho a la poesía y poesía en los derechos», moderado por Lucas Crisafulli, el 21 de mayo en la Facultad de Derecho de la UNC.
- Contanos un poco más de qué se trata el libro “Toda poesía es hostil al anarco capitalismo”, cómo surgió la idea y cómo se produjo.
– Se trata de una antología de poesía urgente, que reúne diferentes voces de escritorxs de todo el país y de Latinoamérica, que buscaron escribir sobre lo que está pasando en la Argentina desde que asumió el gobierno de La Libertad Avanza en diciembre de 2023. Se trata de una selección de 170 textos (de entre alrededor de 800 que me fueron llegando) a lo que se suma un manifiesto titulado “toda poesía es hostil al anarcocapitalismo”. El libro funciona como un artefacto contestatario. Se busca confrontar contra las políticas del gobierno, contra la figura del presidente, sus tópicos comunes, su ataque a la cultura, a los grupos vulnerables y al tejido social. Es un libro potente por el lenguaje distinto (el poético) al que no estamos acostumbrados, pues la crítica suele venir del lado del ensayo político o periodístico.
- ¿Qué nos puede ofrecer la poesía en este tiempo, donde en distintos espacios, en ámbitos universitarios y no universitarios nos preguntamos cómo afrontar esta época neoliberal y excluyente?
– Depende qué tipo de poesía, en este caso se trata de poesías que guardan cierta apuesta desde lo formal, evité las más simplistas o denuncialistas; traté de priorizar voces que trabajan niveles de cierta densidad o elección estética, de manera de dejar de lado lugares comunes o clichés. Creo que por eso son textos disruptivos que además dialogan entre sí. Por ejemplo, el tema del perro “Cónan” hay una parodia sobre el poder y sus usos caninos. El poder usa un lenguaje que es carnavalizado por los poetas, y es algo corrosivo, y expone el absurdo y hasta el lugar del rey desnudo.
Un defensor de pibes chorros
Julián nació en La Plata en 1976 inició su actividad como poeta en 1992 con el grupo Los Albañiles y fundó en 2007 junto con Juan Aiub la colección de poesía “Los detectives salvajes”, de la editorial Libros de la Talita Dorada. Sin embargo, su trayectoria también está vinculada con distintos espacios y organismos de Derechos Humanos como abogado y es hijo de Rodolfo Axat y Ana Inés della Croce, secuestrados desaparecidos el 12 de abril de 1977. Fue Defensor de Menores en el Fuero Penal Juvenil de La Plata y desde 2014 se desempeña como coordinador del Programa de Acceso Comunitario a la Justicia ATAJO, dependiente del Ministerio Público Fiscal.
- En el año 2014, declaraste en la causa “La Cacha”, por el secuestro y desaparición de tu madre y tu padre. En este tiempo de negacionismo y apologismo al terror de Estado, ¿creés que en el diálogo entre testimonio, memoria y justicia se pueden hallar algunos vínculos de resistencia a esos discursos? ¿Qué aportan los archivos personales para pensar nuestra historia reciente?
Creo que sí, principalmente porque los juicios de lesa humanidad que se vienen llevando a cabo, pese a los momentos difíciles que vivimos, todavía se sostienen gracias a la presencia de las víctimas, los organismos de derechos humanos, los familiares, y por el compromiso de un sector de la justicia (no toda) que entiende que los testimonios aun no se agotaron, que la prueba debe ser preservada para que siga hablando, que los archivos aun están en proceso de conformación y pueden exponer zonas del terror que siguen sin haber sido juzgadas. Si todavía faltan juicios, quedan archivos probatorios sin exponer, y sin hablar. La resistencia es de algún modo la conformación de los archivos de cada testigo y el archivo colectivo que es su resultado y que pasa –finalmente- por una sentencia que lo valida. Como vemos en estos días, el gobierno de derecha viene a atacar esos archivos (a cerrarlos, desfinanciarlos, quitarle personal, negarlos, etc). Hay que volver a buscar formas de protegerlos. No se pudo hacer una ley de archivos de la memoria, debería haberse realizado. Es algo clave. Respecto a los archivos personales de cada hijo/a de desaparecidos tienen una función esencial en la preparación de lo testimonios, de las querellas. Hijos en muchas provincias ha trabajado este tema de forma muy interesante, no sólo en función del momento judicial, sino en función de la elaboración del duelo, la reconstrucción de la trayectoria militante de nuestros padres, etc. El archivo es político, judicial, autobiográfico, íntimo. Un rompecabezas que conforma finalmente un espejo donde mirarse.
- Desde la FFyH también se coordinó una actividad con la Facultad de Derecho para pensar los vínculos entre justicia, memoria y poesía, a partir de tus libros «diario de un defensor de pibes chorros», «el hijo y el archivo» y la traducción y edición del libro «genocidio» de Raphael Lemkin, ¿por qué apostas cotidianamente a trabajar desde esas intersecciones? ¿Qué creés que tiene para decirle la poesía a la justicia y viceversa?
Todos estos libros representan un modo de trabajo y un cruce de registros. El hijo y el archivo tienen que ver con la pregunta anterior, es un libro sobre la búsqueda y el deseo del archivo en Hijos, para hacer justicia. La cuestión de la minoridad es un tema central, porque naturalmente el tema de la infancia y la violencia institucional nos atraviesa como generación. La cuestión es el trabajo con la infancia pobre de hoy, hay algo de nuestro pasado y experiencia que puede servir para la defensa de esa vulnerabilidad actual. En mi caso fue asumir otra militancia conectada, la de defensor oficial penal juvenil. El “Diario de un defensor de pibes chorros” es esa experiencia de 8 años, contada en primera persona en el libro. Y Raphael Lemkin, y la traducción de sus poemas son el resultado de la búsqueda detectivesca de su “archivo”, los poemas perdidos del padre del concepto “genocidio” eran mi obsesión y pude dar con ellos, traducirlos y publicarlos. La poesía y el problema del Mal esta todo en ese breve libro. ¿Cómo representar el mayor daño cometido por la humanidad por medio de las palabras? Sin duda la cuestión de la justicia, la memoria, la identidad confluyen en Lemkin, y me permite pensar nuevas formas de racionalidad en el derecho y en las palabras, también en la militancia. La poesía le dá frescura a la ciencia jurídica, hoy tan acartonada en su mera instrumentalidad. Como en Lemkin, encontré en el registro poético la clave para diseñar nuevas maneras de deconstruir la ley y sus prácticas.
Por Pablo Giordana y Camilo Ratti
Fotos Museo de Antropología: Pablo Giordana