El rol de la arqueología en la señalización del primer Sitio de Memoria Afro en Córdoba

Un grupo de docentes, estudiantes y egresadxs de la carrera de Antropología realizó un estudio de impacto en la casona ubicada en Independencia 155, lugar donde el 28 de noviembre se instaló en Córdoba la primera señalización de un Sitio de Memoria Afro. Allí funcionó una ranchería de esclavos vinculada al Convento de las Carmelitas Descalzas, y se identificaron materiales asociados a poblaciones afrodescendientes. El trabajo aporta nuevas evidencias sobre la presencia afro en Córdoba y fortalece iniciativas de memoria histórica.

El 28 de noviembre se realizó la instalación de la primera señalética de Sitio de Memoria Afro en la ciudad de Córdoba, organizada por la Asociación Civil Mesa Afro Córdoba y que contó con el acompañamiento del Programa de Derechos Humanos de la Facultad de Filosofía y Humanidades, la Agencia Córdoba Cultura y el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Provincia.

El acto se llevó a cabo en la calle Independencia 155 y constituye un paso significativo en el reconocimiento y la visibilización de la memoria afrocordobesa. En la zona funcionó una ranchería de esclavos, y mediante un estudio de impacto arqueológico, en el terreno perteneciente al Convento de las Carmelitas Descalzas se hallaron materiales cerámicos asociados a poblaciones afrodescendientes.

La intervención fue desarrollada por un equipo de arqueología formado en la Facultad de Filosofía y Humanidades, reafirmando el compromiso institucional con la protección del patrimonio, la investigación interdisciplinaria y la formación de profesionales capacitadxs para actuar en contextos urbanos complejos.

“Algo que caracteriza al trabajo arqueológico es que siempre es colectivo. Trabajamos cuatro personas en este proyecto: María Cristina Miranda, que es estudiante avanzada de Antropología, Cintia Cuestas, Luciano Blázquez, recibido reciente de la carrera de Antropología, y yo como directora”, cuenta Melisa Rodríguez Oviedo, docente en la cátedra Arqueología Pública del Departamento de Antropología e Investigadora Externa en el Instituto de Antropología de Córdoba (IDACOR-CONICET). “Me parece también importante dar cuenta de este proceso de formación que se va dando en la carrera. Esto es un proceso que implica la formación como estudiante y después como profesional en cada uno de los desafíos que involucra la intervención arqueológica”,  agrega.

Melisa fue la encargada de contar en el acto cómo se llevó a cabo el trabajo profesional en el lugar, que es un área declarada de máximo riesgo arqueológico dentro del centro histórico de la ciudad de Córdoba. La intervención se desarrolló bajo marcos normativos nacionales, provinciales y municipales que protegen el patrimonio cultural y que regulan las acciones dentro del área de amortiguamiento de la Manzana Jesuítica.

“Cada vez que se hace este tipo de intervenciones arqueológicas, se tiene que conocer bien los marcos regulatorios que van a afectar directamente el trabajo. Nosotros tenemos en este caso dos marcos regulatorios, por un lado lo que es de la ciudad de Córdoba y por otro lado, lo que es la provincia de Córdoba. Después tenemos lo que son las diferentes ordenanzas municipales que regulan lo que se conoce como zona de amortiguamiento de la Manzana Jesuítica, que corresponde a Patrimonio de la Humanidad de UNESCO con leyes internacionales. En base a toda esa esa información, sabemos cuáles son los marcos regulatorios que van a estar incidiendo de manera directa sobre las parcelas intervenir y las diferentes características a la hora de presentar información y hasta cuánto se puede o no intervenir en un en un terreno, que nos delinean el camino a los profesionales en la arqueología”, señala.

El trabajo de campo —autorizado por la Agencia Córdoba Cultura— incluyó sondeos, perfiles estratigráficos y monitoreo permanente de los movimientos de suelo. Estas tareas permitieron identificar estructuras coloniales de los siglos XVI y XVII, correspondientes a cuartos de servicio, posiblemente cocinas, construidos con piedra bola, adobe y ladrillones. Los hallazgos se vinculan con antiguas propiedades de figuras históricas como Pedro Deza, Pedro Luis de Cabrera, hermano o primo de Jerónimo Luis de Cabrera, y la familia Valladares, protagonistas de la primera traza urbana de Córdoba. Domingo de Valladares, por ejemplo, administró locales comerciales conocidos como los Arcos de Valladares.

“Este trabajo nos permitir narrar otras memorias que parecen invisibilizadas. Entonces, en términos arqueológicos, la estratigrafía y el trabajo de campo ya sea prospección, relevamiento o excavación, nos permite muchas veces a través de la relación entre los materiales y las personas dar cuenta de las prácticas sociales. Y después por otro lado, a nivel documental, encontramos también un montón de información que nos permite ver los procesos de relación social en diferentes momentos eh históricos. Así, nuestro objetivo es poder hacer dialogar esa información con las memorias de los colectivos, en este caso de los afrocordobeses”, concluye Melisa sobre su trabajo en la casona de la calle Independencia.