El miércoles 27 de abril se realizó en la Facultad de Filosofía y Humanidades la primera reunión entre la Secretaría Académica, el Consejo Asesor de Directores y el Área de Tecnología Educativa, en la que se presentó a la nueva coordinadora del ATE, Lila Pagola, y la referente pedagógica, Belén Uanini. En esta ocasión, se presentaron los lineamientos principales de trabajo de esta Área para los próximos meses y los desafíos en la postpandemia. Alfilo conversó con ambas profesoras sobre las acciones que se proyectan desde el ATE.
¿Cuáles son – a su juicio- los desafíos que se abren para las tecnologías educativas en este proceso de postpandemia que estamos iniciando?
Lila: Principalmente, repensar las prácticas y funciones de la universidad en el marco de una experiencia de mediación técnica inédita en su duración y centralidad. La tecnología educativa tiene larga trayectoria, pero los procesos de uso y adopción en pandemia construyeron una amplia base de experiencias muy valiosas que necesitamos recuperar, analizar, comprender y potenciar frente al regreso a una presencialidad redefinida también. Los principales desafíos son recuperar las buenas prácticas y recontextualizarlas en el nuevo escenario, revisar y discutir decisiones tomadas bajo la premura de las urgencias y demandas -especialmente aquellas de carácter instrumental- y potenciar la experimentación y la apropiación de las tecnologías disponibles con sentido pedagógico crítico, especialmente entre los equipos docentes.
Belén: La virtualización exclusiva de las prácticas de enseñanza y aprendizaje, en el contexto de pandemia, nos interpeló sobre los modos de construir nuestra comunicación didáctica. Vimos cómo las dinámicas habituales se quedaban con pocas respuestas ante los nuevos escenarios para habitar. Fue a partir de allí, precisamente, que comenzamos a animarnos a reconfigurar las prácticas, los espacios y las propuestas docentes. Por eso, en este momento de nuevos encuentros, es necesario resignificar las preguntas didácticas y las herramientas que nos acompañaron a lo largo de estos últimos años. Es preciso, como dice Lila, recuperar las buenas experiencias, sistematizadas y construir desde allí acciones y políticas institucionales, pedagógicas y técnicas que enriquezcan los modos de hacer en las aulas presenciales y en los espacios virtuales. Pero, sobre todo, estas oportunidades de reflexión, de reconstrucción y de sistematización son las que nos permiten poner en valor las propuestas de enseñanza y complejizarlas, no solo desde los aspectos técnicos o instrumentales, sino desde una mirada pedagógica mucho más enriquecida y experimentada.
¿Y para la Facultad de Filosofía y Humanidades, cuáles son particularmente esos desafíos?
Lila: La heterogeneidad de las carreras y sus comunidades representa un desafío específico a trabajar, en la medida que las apropiaciones de los recursos técnicos y las prácticas de enseñanza y aprendizaje que se sostuvieron en pandemia se construyeron sobre esos conocimientos y experiencias previos. Para el ATE, en este sentido, el desafío es recomponer un proyecto de trabajo reflexivo y habilitante en torno al uso de tecnologías digitales con sentido pedagógico crítico, que permita tanto a los equipos docentes como a les estudiantes, construir ciudadanía digital en un sentido amplio, al tiempo que se potencian procesos de formación disciplinar con nuevos recursos y herramientas.
Belén: Otro de los desafíos es, también, capitalizar las experiencias construidas en este tiempo. Desarrollar acciones institucionales de formación y producción significativas que permitan enriquecer la articulación entre entornos virtuales y clases presenciales. Generar a partir de la singularidad de cada unidad académica la posibilidad de revisar, repensar el itinerario didáctico de las propuestas de enseñanza y promover espacios para la exploración, experimentación y apropiación de herramientas tecnológicas.
A grandes rasgos, ¿cuáles acciones tienen previstas para este período que están iniciando?
Lila: En esta primera etapa, nos encontramos sistematizando el modo de trabajo con los recursos técnicos, para proponer espacios de trabajo en las aulas que puedan ser habitados por estudiantes y docentes, en estos nuevos modos de redefinir la presencialidad que estamos ensayando con el complemento de las aulas virtuales, principalmente. Aspiramos a que la comunidad de la FFyH profundice el uso de sus aulas virtuales como un recurso que extiende y potencia los procesos de enseñanza y aprendizaje, acompañada por el Área de Tecnología Educativa.
En esa misma línea, entendemos que es prioritario retomar las tareas de capacitación docente continua, y las de producción de recursos educativos, que serán nuestras primeras propuestas de trabajo en los próximos meses.
En el mediano y largo plazo, las acciones del ATE se orientan a promover discusiones fundadas en torno a debates centrales en el ámbito educativo, tales como los procesos de plataformización de servicios digitales, el derecho a la educación y la cultura, y la construcción de ciudadanía digital crítica, desde la universidad pública.
Belén: Como plantea Lila, las acciones de sistematización nos permiten generar instancias de formación más específicas y articuladas con las demandas y necesidades de las y los docentes. Orientar la reflexión y el abordaje hacia recursos que permitan potenciar esta redefinición de la presencialidad, a partir de los diferentes procesos de apropiación de las herramientas digitales que se desarrollan en nuestra Facultad. Es en esta línea, también, nos parece muy importante recuperar las convocatorias para la producción de materiales educativos abiertos, donde la variedad de lenguajes y formatos que hemos utilizado en este tiempo pueda verse reflejada-, al mismo tiempo que permita compartir lo construido en la articulación de saberes disciplinares y tecnológicos.