Jaqueline Vasallo pone en discusión algunas cuestiones para pensar otra Archivología, fundamentalmente por el desafío que implica trabajar en archivos no especializados, en los que los objetivos, las dinámicas y las formas de relacionarse no están necesariamente atravesadas por la cuestión de género. Sostiene que es necesario “romper el techo de cristal de la disciplina”.
Desde hace algunos años, el feminismo comenzó a cuestionar la forma androcéntrica de la organización de archivos y centros de documentación, así como planteó la necesidad de rescatar, visibilizar, preservar y difundir el patrimonio documental de las mujeres o de las memorias de los feminismos[1].
La noción de archivo, el trabajo neutral al que apunta la Archivología positivista necesitó ser repensada, como también, la noción “universal” de “archivero”. Fue entonces cuando se crearon unidades de información especializadas en cuestiones de género o feminismos que resultaron un verdadero desafío para les archiveres que comenzaron a trabajar junto a colegas provenientes de distintas disciplinas.
En este artículo nos interesa poner en discusión algunas cuestiones para pensar en una Archivología feminista, fundamentalmente por el desafío que implica trabajar en archivos no especializados, en los que los objetivos, las dinámicas y las formas de relacionarse no están necesariamente atravesadas por la cuestión de género.
En este sentido, consideramos que los postulados de la Archivística postmoderna pueden contribuir en la apertura de un camino de reflexión y de nuevas prácticas tanto en los postulados teóricos de disciplina como en el ejercicio del rol profesional.
Para ello, retomaremos aportes y experiencias ya existentes y avanzaremos en algunas otras que surgen de analizar los conocimientos y métodos de la ciencia Archivística, sobre el tratamiento de los documentos y los archivos a través de anteojos violetas.
Para empezar, podríamos pensar en utilizar el lenguaje inclusivo para la denominación de los profesionales y así transitar de la noción de archivero supuestamente neutra y universal, a la categoría de archivere vinculado al rol de activista en el ejercicio la profesión.
Lara Wilson, responsable de un grupo de fondos de la historia de las mujeres de la Universidad de Victoria (Canadá), se expresa en esta dirección cuando señala que al trabajar con este tipo de documentos y en contacto con las comunidades o con los grupos de mujeres productoras de los fondos que organiza y conserva “se desdibujan los límites entre el archivero y el activista”. En definitiva, se trataría de una participación y mediación de les profesionales que vendría a completarse con el activismo de usuarios y productores.
La dimensión política que conlleva la administración de archivos podría leerse desde una perspectiva feminista, por ejemplo cuando se dispone la adquisición de documentos, la elaboración de planes editoriales, de cooperación, de reproducción, digitalización y restauración.
Las funciones que forman parte del tratamiento y gestión documental (clasificación, descripción, valoración, conservación y difusión) también podrían ser revisitarlas desde la perspectiva que proponemos. Si hacemos hincapié en la tarea de descripción -que implica la elaboración de instrumentos de descripción como catálogos, guías o inventarios-, entendemos que no es conveniente el uso del masculino con valor genérico y que es necesario dar cuenta concreta de la presencia y roles de las mujeres que aparecen en los registros, evitando su ausencia o exclusión. Sabemos que los instrumentos de descripción deben estar bien confeccionados, ya que juegan un rol fundamental para que los usuarios accedan a la información que buscan.
La necesidad de incluir la perspectiva de género en las tareas de descripción ya comenzó a ser discutida en distintos ámbitos archivísticos, como por ejemplo, la Jornada celebrada en el Archivo General de la Nación durante el mes de marzo de 2019 y discutida en las Jornadas de Historia, Mujeres y Archivos celebrada en la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, en 2018.
La difusión de los archivos también sería factible de ser interpretada y gestionada en clave feminista. Se trata del proceso de identificación, planificación y desarrollo de nuevos servicios para promover el uso de los archivos y de los documentos orientados fundamentalmente hacia el público que no es usuario habitual de los mismos. Es decir, podrían gestionarse publicaciones, conferencias, jornadas, exposiciones y servicios educativos con perspectiva de género. Incluso, también sería aplicable para las políticas de digitalización de documentos.
Las preguntas que se hicieron quienes trabajan con el patrimonio cultural desde una perspectiva de género en los museos, nos sirven para repensar ciertas cuestiones en el ámbito de los archivos: ¿Quiénes gestionan estos espacios?, ¿Es suficiente que haya paridad de género en los equipos de gestión y en el personal técnico?, ¿Cómo se distribuyen las obligaciones y los beneficios en este ámbito?, ¿Las instituciones promueven la formación del personal técnico en esta perspectiva? A lo que agregamos la necesidad de formación especializada en estudios de género, sobre teoría y prácticas feministas en las carreras de Archivología. Un trabajo que sería necesario, según han señalado las investigadoras catalanas Jornet Benito y Tuset Páez, para “completar y equilibrar con la tarea necesaria del voluntariado o de los miembros de la asociación, sociedad o entidad feminista que pueden estar en la base de la recuperación y especialmente de la sensibilización hacia el patrimonio común, y que aportan en muchos casos, la memoria ‘informal’ y el sentido político de la fundación”.
Evidentemente necesitamos seguir pensando en construir nuevos relatos y experiencias que nos hagan romper el techo de cristal de la disciplina. Abrir diálogos y nunca clausurarlos en nombre de la teoría o del trabajo técnico objetivo, y entender el valor político que tiene la organización de un archivo, la creación de instrumentos descriptivos, la gestión y difusión de unidades de información desde una perspectiva feminista.
Por: Dra. Jaqueline Vassallo
Docente de la Escuela de Archivología, FFyH, UNC/ CONICET/
Red Iberoamericana de Investigación en Historia, Mujeres y Archivos (RIIHMA)
[1] Algunas cuestiones de este trabajo fueron brevemente abordadas en Vassallo, J; Contreras Mariela; García, Noelia; Brunero, Sofía y Costilla, Garciela. De memoria y ceniza. El archivo personal de la poeta Malvina Rosa Quiroga, Red de Archiveros de Córdoba, Córdoba, 2019.