Lo urgente y lo colectivo en el entramado de saberes y territorios

Una Práctica Sociocomunitaria de la Secretaría de Extensión que involucra equipos de Geografía y Antropología de la FFyH, acompaña a la Multisectorial “Defendamos Alberdi” en la “cena caliente” que organizan con el colectivo barrial “Vecinos Unidos de Villa Páez y Marechal” para que numerosas familias puedan acceder a alimentos en este contexto de pandemia. Ese acompañarse en lo urgente se enraíza en los diez años de recorrido y trabajos colaborativos que se vienen realizando entre vecinxs y parte del equipo de Geografía.

“El comienzo de nuestro encontrar(nos) podemos reconocerlo en el año 2010, cuando  sucedieron los primeros diálogos y trabajos conjunto-colaborativos en el barrio. Hacer una pequeña actividad de mapeo colectivo, talleres, una que otra actividad que abriera a la problematización de las diversas situaciones que acontecían en la vida cotidiana de Alberdi fue lo que nos llevó a emprender juntxs una co-implicancia de saberes y territorios a partir de un diálogo que lejos de ser pensado como un puente entre saberes, es más una forma de escucha, de como dice Rauber, un respeto mutuo y una complementación de saberes”, cuenta a Alfilo Carla Pedrazzani, integrante de la Práctica Sociocomunitaria (2019-2020) “Saberes en movimiento y territorios en co-construcción. (Re)pensar nuestras prácticas educativas en diálogo con actores comunitarios de la ciudad de Córdoba”, de la Secretaría de Extensión de la FFyH, una propuesta en los barrios Alberdi, Villa Páez y Marechal de nuestra ciudad en la que participan miembros de las cátedras de Epistemología de la Geografía, del Seminario de Organización Territorial I (Urbana-Dpto. de Geografía) y de Etnografía de Grupos Indígenas (Dpto. de Antropología); conjuntamente al equipo de trabajo “Imaginaciones geográficas y espacialidades abigarradas” (Dpto. Geografía).

Y aunque el trabajo colaborativo, horizontal y participativo entre docentes, estudiantes, ayudantes, adscriptxs y los propios vecinxs lleva una década y abarca distintas experiencias, la pandemia cambió las prioridades de manera abrupta. “Con el confinamiento se transformaron de manera repentina la dinámica de las relaciones sociales y lazos comunitarios. Los colectivos y organizaciones sociales debieron redefinir agendas, acciones y modos de participación y por eso en estos momentos estamos trabajando en torno a los ‘modos de aparecer’ de la pandemia en el paisaje o territorio barrial. Cuando hablamos de modos de aparecer, referimos tanto al orden de lo material, en donde la pandemia se instala sobre un paisaje barrial ya precarizado, como al orden de las experiencias, las sensaciones, los afectos”, explica Santiago Llorens, otro integrante de la Práctica Sociocomunitaria.

Como una de las principales actividades urgentes surge el acompañamiento a Defendamos Alberdi en la Cena Caliente” que organizan con el colectivo barrial Vecinos Unidos de Villa Páez y Marechal, a los fines de hacer frente a las dificultades de muchos vecinos, vecinas y familias para acceder a alimentos en este contexto de pandemia. Este movimiento de reconocerse también en lo urgente forma parte de un proceso de co-implicancia en los recorridos y trabajos colaborativos que muchxs participantes de la Práctica vienen compartiendo desde hace al menos diez años en el barrio.

 El trabajo de (y con) la  MultisectorialDefendamos Alberdi en cuarentena

El Covid-19 y el Aislamiento Social Preventivo Obligatorio (ASPO) han complejizado la cotidianeidad y las condiciones de vida en barrios que padecen desde hace décadas la precariedad material en toda su gama de colores, con el agravamiento de hisopados y cordones sanitarios producto de un virus que genera mucha incertidumbre. “Las distintas organizaciones colectivas que realizan trabajo social, ni lxs propixs vecinxs logran acceder a información fehaciente y certera sobre la situación de la pandemia en Alberdi y alrededores, a los fines de desarrollar estrategias y prácticas de cuidado individual y colectivo”, advierte Llorens.

La desinformación pega como el coronavirus entre la gente de una zona castigada de antemano. “La pandemia se instala sobre un medio ya precarizado, por eso desde este acompañar como equipo, nos interesa conversar sobre aquellas que refieren al modo de aparecer de la pandemia en el entorno barrial y las estrategias creadas para habitar el barrio en pandemia y pospandemia”, sostiene el investigador.

Ante esto, dada la complejidad del escenario laboral y económico para las economías populares, desde abril, dos veces por semana, vecinxs de los barrios Villa Páez, Alberdi y Marechal, autoconvocados como “Vecinos Unidos de Villa Páez y Marechal” se reúnen en el Club Deportivo Alberdi de manera voluntaria, solidaria y autogestionada a preparar platos de comida caliente a la que acceden de manera gratuita entre 80 y 100 familias.

Involucrada en la tarea de cocinar, Mónica Arguello, que integra Vecinos Unidos de Villa Páez y Marechal, se detiene un momento para conversar con nosotros: “Vamos cocinando el pollo ¿ves? Porque son 300 raciones. Desde el primer día vino mucha gente. Esto se fue organizando entre todos, yo ponía una cosa, el otro otra y así… Así fue surgiendo, no teníamos ninguna ayuda del gobierno, entonces cada uno aportaba lo que podía. Sobre todo la ayuda de los vecinos, por eso le pusimos ‘Entre Todos’. La gente es de la zona de Alberdi, Villa Páez y Marechal, de los tres barrios. Acá mucha gente está viviendo en muy mala situación, no hay trabajo ¿entendes? Porque han sido despedidas, gente grande que ya no consigue, vendedores ambulantes, familias”.

Franco Barrera, vecino de Marechal y de la misma organización que está en la “Cena Caliente” desde el primer momento, señala que mantenerla de manera autogestiva requiere de mucho esfuerzo: “Para poder conseguir donaciones salimos con una maquinita de sanitización que conseguimos. Recorremos el barrio, vamos a los locales comerciales de la zona, que ya nos conocen, y sanitizamos las entradas, las veredas. Intercambiamos ese servicio por donaciones o algo de dinero que nos permite sostener la cena”.

Como pasa en muchos barrios de la ciudad y de otras ciudades argentinas, el descalabro económico, laboral y social provocado por el virus activó acciones solidarias desde la sociedad civil, que vienen paleando como pueden una situación explosiva. “El Club Deportivo Alberdi colabora con la instalación, pero la organización surge de lxs propixs vecinxs. La solidaridad entre estxs, comerciantes locales y distintas campañas para conseguir alimentos hacen posible su sostenimiento. Vecinos Unidos de Villa Páez y Marechal gestan una ética del cuidado con más de 300 platos de comida caliente a la que acceden familias, desocupadxs, personas en situación de calle y población migrante entre otras. La Multisectorial Defendamos Alberdi acompaña en las campañas de recolección de alimentos, difundiendo y acompañando en el trabajo de servir los platos calientes”, cuenta Llorens.

Al respecto, Pablo Charras, miembro de la Multisectorial, dice: “En esta situación de pandemia que atraviesa a la humanidad, nuestra comunidad barrial no es ajena. Desde ella surgen respuestas a las problemáticas puntuales que se originan o se profundizan (como la pobreza, la falta de trabajo) a causa de ella. Es en ese marco que desde Defendamos Alberdi solidariamente colaboramos con varias actividades, como es la que organizan Vecinos Unidos de Villa Páez y Marechal con la Cena caliente, iniciativa para tratar de acercar un plato de comida caliente a muchas familias de vecinos y amigos que la están pasando mal”.

En ida y vuelta permanente entre los integrantes de la PSC y lxs habitantes de estos barrios para conocer cómo afrontan la pandemia, lxs vecinos destacan la condición de precariedad en la infraestructura de sus barrios. Parte del paisaje cotidiano son cloacas desbordadas en forma permanente, un problema que atenta contra las condiciones de higiene y salubridad fundamentales para garantizar la salud de la población. “Las condiciones del barrio están en evidencia”, apunta Pedrazzani.

Otro reclamo social es la falta de acceso al trabajo, que si bien fue fuertemente afectado por el virus, la pandemia desnudó otras situaciones de desempleo estructural. Sin embargo, a pesar de estas necesidades evidentes, la solidaridad entre lxs vecinxs es un punto a destacar: “Un día, un joven del barrio que trabaja de limpiavidrios, conocido por todos acá y que viene todos los martes y viernes para llevar una ración de comida, aparece con un bolsón grande de fideos. No sé si lo consiguió o lo habrá comprado, pero lo cierto es que vino y lo donó para la cena caliente y dijo: ‘para que la gente del barrio tenga qué comer”, cuenta Franco Barrera, de Vecinos Unidos de Villa Páez y Marechal.

La voluntad mueve montañas

Los lazos solidarios no surgen por arte de magia, se co-construyen desde la confianza y apoyo mutuo y a partir del ejercicio de escucha atenta y respetuosa de variadas voces. Con esas premisas bien claras, entre 2012-2013 se diseñó de forma conjunta el Proyecto de Voluntariado Universitario “Defendamos Alberdi” (UNCOR-45), en el marco de los proyectos de voluntariados universitarios promovidos por la Secretaría de Políticas Universitarias y el Ministerio de Educación de la Nación. “Ese proceso de aprendizaje mutuo, de escritura colectiva y de acompañamiento, forjó con mayor fuerza los lazos de confianza mutua. Lo rescatamos como gesto, acto de co-implicancia y de diálogo de saberes que permitió dislocar el orden prioritario y jerárquico que suele adjudicarse al conocimiento científico-académico en tanto logramos definir acuerdos, complementar conocimientos que tenían raíz en lo que veníamos compartiendo de las actividades conjuntas en los años anteriores, y concretar una propuesta que incluyera tanto la problemática comunitaria que nos moviliza en conjunto con miembros de la Multisectorial, como aquello que desde nuestro campo disciplinar y experiencia podíamos aportar”, advierte Pedrazzani, que agrega: “En ese proyecto lxs vecinxs son lxs protagonistas y motor de nuestra práctica. Gracias a ese entramarnos se posibilita una dinámica de reflexión-acción en relación a los cómo de la extensión con sus múltiples quiénes, y a una revisión crítica de nuestras prácticas y recorridos como geógrafxs”.

La experiencia del Voluntariado dejó su huella: “De pronto coincidíamos trabajando en distintos espacios y momentos con cantidad de colectivos, vecinxs, estudiantes y docentes del Instituto de Culturas Aborígenes, docentes y estudiantes de instituciones medias, con la comunidad comechingón del Pueblo La Toma, con migrantes de diversas comunidades (peruana, boliviana y afromigrantes), con el Instituto de Presencia Africana, el Área de cultura del club Belgrano, la murga Descontrolados de Alberdi, el Centro Vecinal de Alberdi y Alto Alberdi, ex trabajadores de la cervecería Córdoba”, recuerda Llorens.

La propia Multisectorial “Defendamos Alberdi” aunaba esta multiplicidad de expresiones que se encontraban -con sus singularidades-, en el objetivo colectivo de luchar/defender el patrimonio, la identidad y la vida barrial frente al avance de los grupos inmobiliarios y la connivencia estatal. En ese defender el patrimonio histórico-cultural, la recuperación del teatro “La Piojera” fue crucial, combinándose con talleres, muestras, exposiciones en espacios públicos, recorridos barriales, trabajos con instituciones educativas, marchas, etc. “Esto permitió reconstruir y dar sentido a una narrativa sobre la historia y presente barrial. Narrando un poco ese devenir juntxs y la experiencia intensa de trabajo barrial, surgió en 2016 el libro “Alberdi no está en venta. Espacios, historias y relatos de luchas y resistencias”, que tenía la característica de ser polifónico, con escritos de la Multisectorial Defendamos Alberdi, estudiantes, docentes y miembros de los colectivos”, destaca Llorens.

En ese enredarse desde las espacialidades y lazos solidarios con Defendamos Alberdi, surgieron múltiples actividades construidas de forma colectiva, como el proyecto “Recorrido barrial, histórico y patrimonial. Alberdi histórico, un paseo por el barrio” (2017), propuesto por la multisectorial y en el que los integrantes de la FFyH participaron en una labor colaborativa tanto en la escritura conjunta del proyecto, como en sumar categorías y conceptualizaciones, además de proponer y realizar actividades en el barrio desde metodologías cualitativas y participativas que permitieron recuperar espacios e historias del patrimonio tangible e intangible de Barrio Alberdi y sus alrededores (Barrio Alto Alberdi, Barrio Villa Páez y Barrio Marechal).

Otra forma de enredo fue el Mapeo Fotográfico Alberdi 2019, cuya propuesta fue abordar de forma participativa diversas problemáticas que afectan a la comunidad barrial, desde la fotografía y el mapeo colectivo. Para ello se articularon diversas cátedras de la Licenciatura en Geografía con una cátedra de la Licenciatura en Trabajo Social, un grupo de trabajo e investigación de la carrera de Psicología de la UNC, La Lumiere escuela de fotografía, el Club Deportivo Alberdi y la multisectorial Defendamos Alberdi. “El encuentro posibilitó no sólo un diálogo profundo entre quienes lo organizamos, sino también tender redes de trabajo, visibilizar diversas problemáticas vinculadas al barrio, potenciar procesos de participación colectiva y reflexión crítica sobre las formas de construir conocimiento y el poder crear acciones conjuntas”, resalta Pedrazzani.

Fotomapeo en cuarentena

El ASPO complicó pero no impidió seguir con el proyecto de fotomapeo barrial. “Ante medios de comunicación que desinforman y la discursividad ambigua que se instala desde el Estado provincial y municipal respecto a la pandemia y el aislamiento, el Fotomapeo Alberdi en Cuarentena se propone visibilizar el modo de aparecer de la pandemia en el propio territorio barrial, las experiencias diversas, sus ritmos, temporalidades, dificultades, contrastes y conflictos. Y, con igual relevancia, trabajar en la construcción de sentido sobre las prácticas de cuidado individual y colectivo, en donde “cuidado de sí, del otr*, y cuidado del territorio barrial, van indisolublemente de la mano”, aclara el investigador.

Por eso, el fotomapeo se encuentra en proceso y se convoca a vecinxs o colectivos para que envíen sus fotografías y  comentarios. La propuesta permite ver la relación y  las continuidades entre distintas problemáticas, pero también entramados que pueden acoplarse de maneras diversas según las distintas experiencias y modos de habitar la pandemia en el territorio.

Una manera de entender la Extensión

Desde el equipo de investigación buscan resaltar dos aspectos sobre su recorrido extensionista en Alberdi: “El primero refiere al ejercicio de una práctica de ‘retaguardia’, que implica un acompañamiento desde diversas estrategias y metodologías, una escucha profunda atenta a las luchas y epistemes barriales. Un ida y vuelta entre conocimientos de las geografías barriales que surgen de los propios colectivos y aquellos de la geografía-disciplina, que permite la producción de conocimiento geográfico sobre los procesos y transformaciones territoriales que atraviesa nuestra ciudad desde el diálogo de saberes. Y el segundo, lo que denominamos, en línea con Boaventura de Sousa Santos, las “geografías de las emergencias”, que permiten atender a las contiendas entre poder y resistencias que conforman espacios barriales enmarañados y cartografías multiescalares y que contestan los sentidos y trayectorias de la matriz de racionalidad sobre lo urbano hegemónica que se despliega en el barrio”.

Así, tanto el “Fotomapeo Alberdi”, las “Postales de Alberdi en cuarentena”, el acompañamiento a la iniciativa de la “Cena Caliente” o la multiplicidad de acciones realizadas en años anteriores, sitúan a los integrantes de la PSC en un enmarañado que “está deviniendo, en proceso, en una socialidad que está siendo configurada, en la cual nos involucramos y colaboramos al mismo tiempo a darle forma. Ante esto, podemos señalar que la extensión como un gesto y acto de co-implicancia es un acto político de imaginar otras espacialidades posibles con otr*s, y también una responsabilidad”.

Por Camilo Ratti
Fotografías: gentileza Carla Pedrazzani y Defendamos Alberdi


Alberdi en Cuarentena

Cena caliente para familias en emergencia

El Equipo de trabajo de Práctica Socio-comunitaria “Saberes en movimiento y territorios en con-construcción” (Cátedra de Epistemología de la Geografía, Seminario de Organización Territorial I (Urbana) Cátedra de Etnografía de Grupos Indígenas) y el Equipo de investigación  “Imaginaciones geográficas y espacialidades abigarradas” (FFyH-UNC) acompañan la campaña solidaria que hacen posible “la cena caliente” y el sostenimiento del trabajo barrial, autogestionado y solidario de Vecinos Unidos de Villa Páez y Marechal, con el apoyo de Defendamos Alberdi, en las instalaciones del Club Deportivo Alberdi.

Se pueden acercar alimentos (arroz, fideos, lentejas, aceite, tomate, condimentos, pollo, carne molida y verduras) y elementos de higiene (alcohol en gel o común, lavandina, estropajos y guantes descartables) para uso de las personas que trabajan en el lugar.

Contactos: Mónica Arguello (351 266-9274), Franco Barrera (351 671-1696), Pablo Charras (351 593-8664).
Horarios: Martes y viernes de 19 a 21 hs.
Lugar: Club Deportivo Alberdi. Calle 12 de Octubre 1995
Por consultas en Dpto. de Geografía: Santiago Llorens (351 308-8984) sllorens@unc.edu.ar