Eugenio Raúl Zaffaroni estuvo en la FFyH y compartió un riguroso análisis de la situación política por la que atraviesa América Latina y el mundo. Lo hizo en el marco de la charla “Fascismos, Democracia y Derechos Humanos”, organizada por el Programa de Derechos Humanos y el Núcleo de Estudios e Intervención en Seguridad Democrática de la FFyH, junto a otras organizaciones que integran la Escuela Popular de Derechos Humanos.
El auditorio Hugo Chávez colmado de gente un sábado a la mañana, con un calor que derretía las piedras, confirmó que había necesidad de escucharlo. De recibir en vivo y en directo el análisis de uno de los juristas y criminólogos más reconocidos del mundo. El batacazo de Jair “Mesías” Bolsonaro en el ballotage brasilero aún retumbaba de este lado de la frontera. El triunfo del racista, misógino y homofóbico ex capitán del Ejército abre el interrogante sobre si su grotesca figura expresa el resurgimiento de proyectos neofascistas, o si es un fenómeno acotado a las características específicas de gigante sudamericano.
Zaffaroni es miembro de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, fue juez de la Corte Suprema hasta enero de 2015 –cuando decidió renunciar al cumplir los 75 años que marca la ley- pero sobre todo es un hombre de un conocimiento universal envidiable. La formidable biblioteca de su casa en el barrio de Flores es el testimonio vivo de una formación cultural que excede largamente sus pergaminos académicos, enriquecidos además por una participación política que lo llevó a ser legislador de la Ciudad de Buenos Aires y convencional constituyente en 1994.
El eje de la charla, “Fascismos, Democracia y Derechos Humanos”, invitaba al debate. Un debate urgente en tiempos de trasnacionales financieras que gobiernan el mundo, donde los Estados han pasado a ser cáscaras vacías al servicio de esos intereses y no de los ciudadanos que viven en ellos.
Previo a su disertación, que incluyó preguntas del público, el Decano de la Facultad, Juan Pablo Abratte, rescató la importancia de la actividad y la del invitado: “Es un honor y un alegría tremenda tener a Zaffaroni hoy aquí. La importancia de los derechos humanos en un momento regresivo de éstos en América Latina, le agregan más valor a esta conferencia, que se enmarca en un debate y un trabajo que esta Facultad viene generando desde hace años”.
César Marchesino, coordinador del Programa de Derechos Humanos de la FFyH, fue quien tomó la palabra como uno de los organizadores de la actividad, realizada de manera conjunta por quienes integran la Escuela Popular de Derechos Humanos: el Sindicato de Luz y Fuerza, Justicia Legítima, la Cátedra Política de la UNC y el Núcleo de Estudios e Intervención en Seguridad Democrática de esta Facultad: “Venimos haciendo un trabajo permanente para defender los derechos humanos y resistir el embate. No hay un piso en esto”, sostuvo Marchesino, antes de Patricia Cóppola, docente de la Facultad de Derecho: “Aunque en Derecho no hay una cátedra, sí hay gente muy comprometida con los derechos humanos”, señaló la especialista en Criminalística.
Feliz por la concurrencia y el afecto recibido de parte de un público que aplaudió varias veces su intervención, Zaffaroni trazo un recorrido histórico-jurídico sobre los derechos humanos, explicó que lo que hoy gobierna al mundo es un “Totalitarismo Corporativo Financiero” que se lo comió todo –incluso al capitalismo productivo-, y que el neoliberalismo más que un sistema económico es la máscara ideológica que encubre los intereses de estos pulpos financieros. “Es a esos intereses a quienes los gobernantes tienen que cumplir cuando llegan al poder, no sus votantes”.
Para enfrentar a un poder omnímodo cuya única bandera es la de acrecentar sus ganancias en el menor tiempo posible, favorecido por la estructura jurídica de una economía que Zaffaroni cataloga de “macrodelincuencial”, el ex juez de la Corte recibió a Alfilo en una aula contigua al auditorio Hugo Chávez, donde compartió sus siempre lúcidas reflexiones acerca de la realidad local, continental y planetaria.
Texto y entrevista: Camilo Ratti
Fotos: Pablo Giordana
Cámara, sonido y posproducción: Maximiliano Broggi, Francisco Palomeque y Lisandro Civarolo