Grisel García es bombera en el cuartel de Saldán y estudiante de la carrera de Letras en la FFyH. Durante los incendios de agosto de 2020 en las sierras de Córdoba, participó activamente contra el fuego en el cerro Pan de Azúcar. “Ser bomberx no pasa por la identidad de género de cada unx, sino por la continua capacitación, la formación y el compromiso”, dice.
“Entré a la Facu en el año 2018 con muchas expectativas respecto a la carrera. Me gustó mucho la propuesta de estudio desde que iba al secundario, así que apenas me egresé me mandé a Letras, con la duda de si seguir Modernas o Clásicas. Estoy en tercer año de Modernas, y sigo enamorada de Clásicas, así que también hago Latín I como complemento, aprovechando, creo, la única ventaja que tiene la virtualidad y no tener horarios físicos de cursada. Siempre disfruté la carrera, con algunas preferencias en materias como todo el mundo”, cuenta Grisel García, estudiante de Letras, que combina la carrera universitaria con su profesión de bombera voluntaria en el cuartel de Saldán. “Este año se me complicó bastante la cursada, porque los cuarteles de bomberxs también están afectados a tareas en relación a la pandemia. Las guardias semanales siguen estando, y las emergencias se reciben las 24 horas todo el año. Todas las veces te vas y no sabes a qué hora vas a volver”
Grisel ingresó al Cuartel de Bomberos Voluntarios de Saldán en 2015 y se recibió de bombera en junio de 2020. Este espacio está muy enlazado a la historia de su familia, ya que su padre fundó el cuartel en 1995, después de llegar a esa localidad con la madre y la hermana mayor de Grisel. “Él era bombero en La Cumbre junto con sus tres hermanos, y cuando llegó no había bomberxs que cubrieran las emergencias del lugar, así que se puso en campaña para tener un cuartel acá”, relata a Alfilo.
“No sé bien cuando decidí que iba a ser bombera, es algo que sabía que quería desde chiquita. Tengo una familia con muchxs bomberxs, porque dos de mis primas también lo son”, sigue la estudiante de Letras y bombera voluntaria. Esto significa que no recibe ninguna paga por las tareas que realiza. “Pero eso no quiere decir que no estemos capacitadxs de manera profesional”, aclara.
Cambiar la mirada
Por su historia, las actividades de lxs bomberxs están predominantemente asociadas al ambiente masculino. Sin embargo, cada vez son más las mujeres que se suman a los cuarteles, como en el caso de Saldán, en donde hay bomberas desde su creación y esto se mantiene hace 25 años. “Incluso me preguntan si las tareas que realizamos son las mismas. Dentro del cuartel, las tareas siempre son las mismas, por lo menos a donde yo estoy. Tendrá que ser la sociedad la que cambie de una vez la mirada y deje de asignarle roles de género, que encima son binarios, a los trabajos”, dice Grisel, quien precisa: “Me crie en un contexto en el que nunca tuve que vivir el ser mujer como un impedimento para ser bombera, y lo naturalicé”.
Pero no en todos los lugares es así, en algunos cuarteles el acceso a las capacitaciones para desempeñarse como bomberx es sólo para varones. En ese sentido, Grisel visitó ciertos establecimientos donde las mujeres recién habían podido ingresar hace poco tiempo y no eran bien recibidas en ese sitio. “Tuve y tengo el privilegio de no vivir esas situaciones dentro del cuartel y entre mis compañerxs. Afuera del cuartel siempre se pueden presentar situaciones o comentarios, pero lo importante es no frenarse por eso y seguir ganando y abriendo estos espacios. No me imagino lo que otras mujeres se han tenido que bancar para que yo pudiera estar hoy trabajando en el incendio, pero sí sé que es importante seguir abriendo brechas para que cada vez más personas que quieran colaborar con la comunidad puedan hacerlo. El requisito para ser bomberx debería ser simple, aprobar el examen de ingreso y aprobar el primer nivel”.
“En lo personal, -afirma Grisel- el ser bomberx no pasa por la identidad de género de cada unx, pasa por la continua capacitación, la formación y el compromiso. En la zona de Sierras Chicas por suerte tenemos muchas compañeras bomberas, sub oficiales y jefas de cuarteles. Son espacios que en algunos lugares están más ganados que en otros, pero que hay que seguir trabajando, siempre hay que seguir trabajando”.
Por más pibas en los cuarteles de bomberxs
Una de las fotos que se viralizó en las redes sociales durante el incendio en el cerro Pan de Azúcar en el mes de agosto, muestra a un grupo de bomberas extenuadas después de haber luchado contra el fuego durante horas y horas. En ella, se ve a Grisel y sus compañeras, la cabo primera Mariana Pontelli, Rocio Salgado y Lucia Martín, del cuartel de Saldán, Ailen Diaz y Florencia Villagra, de Mendiolaza. “Sentí mucha emoción con la foto de mis compañeras. Ese día éramos ocho entre bomberos y bomberas, seis mujeres y dos varones. La dotación de mi cuartel la conformábamos cuatro mujeres, y estábamos a cargo de la única sub oficial mujer que tenemos actualmente en el cuartel. Es algo que no pasa muy seguido, así que estábamos muy contentas. Trabajamos todo el día, bajamos de la loma a las siete de la tarde”.
“Es una tarea en la que nunca sabes cuándo va a sonar la sirena, así que por las dudas tratas de estar lo más lista posible”, describe la bombera, que durante este incendio perdió toda la primera semana de clases, ya que por su magnitud todo el personal disponible tuvo que dar respuesta durante ocho días seguidos, ya sea apagando fuego en la loma o quedándose en la central por si pasaba algo en la localidad, recibiendo a la gente que se acercaba a colaborar, preparando el almuerzo para quienes estaban en la sierra o acondicionando los equipos usados para el día siguiente. “Después del incendio, perdí otros dos días de clases durmiendo”, admite.
Si bien Grisel ya había participado en otros eventos, el incendio del Pan de azúcar fue su primer incendio forestal y todavía nunca había estado en la loma. “Sé que por la magnitud, el terreno y la cantidad de hectáreas quemadas, fue uno de los peores incendios desde 2013 en la zona. Fue un trabajo pesado, cansador y muy largo. Algunos lugares eran muy difíciles para acceder con vehículo, así que había que caminar un par de horas con la mochila de agua y las herramientas para llegar. Salíamos temprano y volvíamos de noche sin un horario fijo”, relata sobre esa experiencia.
Ella está muy contenta por la difusión de la imagen de las bomberas y afirma que “está muy bueno porque así todas las pibas que creen que por ser pibas no pueden ser bomberas están descubriendo que la cosa no va más así”. “Ojalá se sumen cada vez más pibas y pibes que quieran venir a aportar al cuartel y ser bomberxs. En nuestra página de Facebook hay un formulario para inscribirse como postulante. Apenas se pueda, porque ahora está todo pausado por la pandemia, se largan los exámenes de ingreso al cuartel”.
Por Pablo Giordana
Fotos: gentileza Grisel García