Presentaron una cartilla sobre Parto Respetado

Mediante una charla-taller, el 23 de junio se presentó la cartilla “De mujeres a mujeres, una herramienta para la defensa y divulgación de los derechos en el embarazo y el parto. Organizada por las secretarías de Extensión de la FFyH  y de la Facultad de Ciencias Sociales, la actividad contó con la participación de los colectivos Mujeres por un Parto Respetado y Mujeres Unidas por los Barrios.

A lo largo de la historia y en distintos tipo de culturas, las mujeres han sabido  organizarse y transmitir en rondas diversas experiencias para darse fuerza y salir adelante. En la actualidad, grupos barriales o colectivos de mujeres revitalizan esta vieja tradición como en una modalidad genuina capaz de desarrollar actividades que les permiten exigir, generar o modificar situaciones adversas. Durante la tarde del 23 de junio, el Aula de la Biblioteca de la Facultad de Ciencias Sociales fue el lugar elegido para reunir al colectivo de Mujeres por un Parto Respetado y las Mujeres Unidas por los barrios. Ambos grupos trabajan desde hace años de manera voluntaria con acciones específicas, tendientes a eliminar practicas violentas relacionas al embarazo y los nacimientos, promoviendo los derechos a un parto respetado.

Durante esa tarde, las Mujeres Unidas por los Barrios comentaron que se reúnen desde hace más de 10 años y que la mayoría de ellas han sufrido distintos tipos de violencias en todos sus partos. «Son situaciones muy difíciles, entre tantas otras  violencias que también soportamos», expresó Elsa Paz. Lucía, una de las madres que ya es abuela, comentó que en sus doce partos sufrió lo que hoy se conoce como violencia obstétrica. «Por eso tratamos de que la información y el respeto llegue a los hospitales, donde la mayoría de nosotras tenemos nuestros partos».

Por su parte, las integrantes del colectivo Mujeres por un Parto Respetado hablaron sobre las distintas campañas y acciones de sensibilización que desarrollaron a partir de 2013, en forma conjunta con las secretarías de Extensión de la FFyH  y de Facultad de Ciencias Sociales de la UNC. «Fueron actividades muy importantes, pero somos conscientes que todavía falta mucho para garantizar que en clínicas y hospitales se efectivicen y cumplan los derechos a un parto respetado».

Una herramienta concreta

Durante la presentación de la Cartilla, – que se ya puede descargar de este blog–, Lucía Reano explicó que la producción de este material surgió como resultado final de un trabajo colectivo, después de haber obtenido una Beca para Proyectos de Innovación Tecnológica Socioproductiva (BITS) de la UNC.

El grupo interdisciplinario que la acompañó estuvo integrado por estudiantes de trabajo social, comunicadoras y trabajadoras sociales, docentes universitarios y personal de las secretarias de Extensión de la FFyH y de la Facultad de Ciencias Sociales, comprometidos en la tarea de promover los derechos a un parto respetado. También se involucraron profesionales de la salud que trabajan en los dos dispensarios barriales en los que se realizó el trabajo de campo: el centro de salud 16 de noviembre, ubicado al noroeste de la ciudad, y el centro Cárcano, al sureste de la capital de Córdoba.

En ambos centros, se comprobó lo difícil que resulta que se cumplan los derechos contemplados en la Ley 25.929. Sobre todo, porque en estas zonas de nuestra ciudad, la mayoría de las embarazadas deben ir a parir a las maternidades de hospitales, como el Neonatal y la Maternidad Provincial de Córdoba, respectivamente.

De esta manera la mayoría de las mujeres, en el tramo final de sus embarazos se topan con una limitación estructural entre los niveles de atención que brindan los dispensarios; y la atención concreta que reciben en las maternidades de los hospitales públicos.

Durante el trabajo en los barrios, se comprobó además que la violencia obstétrica está prácticamente naturalizada. Es decir, la mayoría de las mujeres no son conscientes de que algunas prácticas  –que no se respeten los tiempos biológicos en sus embarazos, la imposibilidad de elegir la posición para parir, negarles estar acompañadas, ser rasuradas o que se le practique de rutina una episiotomía, entre otras– constituyen violencia obstétrica. Lo que sí aparece como recurrente son los malos o buenos tratos verbales recibidos por parte de los profesionales médicos. Además, se constató que existen mitos o creencias falsas que tampoco contribuyen a una participación activa de las decisiones de las embarazadas, a la hora de enfrentar el nacimiento de sus hijos o hijas.

En base a ello, el contenido de esta cartilla fue pensado y elaborado con y para las mujeres de los sectores populares de Córdoba. Esto se percibe en el lenguaje utilizado y la estética de la información publicada. La fotografía es de Natalia Roca, los dibujos del artista plástico Daniel Marín y el diseño gráfico, de Beatriz Barbosa.
Se trabajó con el objetivo de que resulte un material ameno sobre la promoción de derechos, de crítica y también de aprendizaje.

Su objetivo central es que de manera paulatina las mujeres vayan teniendo la información adecuada, y dispongan de las herramientas concretas durante todo el embarazo y el parto. «Que en los momentos de estar en un hospital conozcan sus derechos; que sepan lo que pueden pedir, o logren reconocer qué tipo de prácticas les están haciendo. Que soliciten información para después elegir. Que la cartilla les sirva para la toma de sus decisiones y  que su lectura genere una mayor autonomía y confianza en un momento tan significativo de sus vidas», afirma Reano.

La cartilla se propone como una herramienta más en la tarea de poder exigir que se garanticen y cumplan los derechos de la Ley 25.929 de Parto Respetado. “Sabemos, la historia nos lo ha demostrado, –subraya  Lucía Reano–  que los derechos se conquistan en las prácticas cotidianas, y que esto es aún más potente cuando se llevan adelante al calor de apuestas colectivas”.

Para defender nuestro derechos

Existen tres leyes fundamentales vinculadas a los momentos del embrazo y el parto: la Ley 26.529, de los derechos de los pacientes. Ley 26.485, de protección integral a las mujeres, donde se especifica  la categoría de “violencia obstétrica”, definiéndola como una modalidad de violencia hacia las mujeres. Y por último, la Ley 25.929, de Parto Respetado, donde se garantizan una serie de derechos para las embarazadas, su núcleo familiar y el niño o niña que está por nacer.

«Si bien se ha logrado un cuerpo de leyes bastante completo, también hemos comprobado que todavía existe una distancia muy grande en lo que se dice y lo luego pasa en la práctica del día a día cotidiana», explicó Reano, momentos antes de que arrancara el taller de rondas  y danzas, a cargo de Chiqui la Rosa.

Tal como sostiene Rita Segato, la mayor eficacia de las leyes radica quizás en el poder de nombrar los derechos y las garantías que en ellas se establecen. Es decir, de darle nombres y categorías a las prácticas y experiencias deseables o no deseables para una sociedad. En ese sentido –dice Reano–  «el aspecto más significativo de toda ley es que construye un discurso legítimo para el conjunto de la población y propone un sistema de nombres. Esos nombres, una vez conocidos, pueden ser adoptados, debatidos y también exigidos para que se cumplan».

Texto y fotos: Irina Morán

 

1 comentario

  1. detras de cada derecho siempre hay un deber… la verdadera conciencia de derechos y deberes creo que se obtiene a travez de una correcta educación …

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