Con fuertes críticas al sistema económico de crecimiento ilimitado con recursos limitados, durante los días 22 y 23 de junio, la documentalista y periodista francesa, Marie-Monique Robin estuvo en Córdoba, donde participó de una mesa debate junto a miembros de la FFyH, la Asamblea “Malvinas Lucha por la Vida” y la Cátedra Libre de Agroecología y Soberanía Alimentaria de la UNC. La autora de “El mundo según Monsanto” también presentó su película “Agroecología: las cosechas del futuro” y declaró como testigo en contexto del juicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos en La Perla.

“Cambiar el paradigma”. Durante las dos jornadas que la documentalista francesa Marie-Monique Robin estuvo en Córdoba repitió en entrevistas y charlas abiertas al público, el mismo concepto: “Hay que cambiar este paradigma de crecimiento ilimitado con recursos limitados”. No se trata de una frase pesimista, sino más bien de una toma de conciencia para modificar el sistema actual de producción.

“Los recursos están agotándose y la capacidad de absorber los desechos que estamos provocando con nuestra actividad económica ya están al punto de la saturación”, manifestó Robín, en la mesa redonda junto a José Luis Zamar, de la Cátedra Libre de Agroecología y Soberanía Alimentaria (CLAySA), Juan Barri, docente y vicedirector de la Escuela de Filosofía de la FFyH, y Soledad Escobar, miembro de la Asamblea “Malvinas Lucha por la Vida”, que se desarrolló el 23 de junio en el Auditorio Hugo Chávez, del Pabellón Venezuela.

El Decano de la Facultad de Filosofía y Humanidades, Diego Tatián fue el encargado de presentar a Marie-Monique Robin y al panel que conformó esta mesa de debate, coordinada por la docente e investigadora Mirta Antonelli. “Organizar la actividad con la CLAySA muestra lo importante que es articular perspectivas en relación a los debates urgentes y las luchas sociales que se dan dentro y fuera de la Universidad, que debe ser un lugar hospitalario a esos debates y a esas luchas». Y también señaló que la Universidad también debe ser hospitalaria «para un conjunto de actores y movimientos sociales que están llevando adelante una batalla cultural por sus derechos, pero también por derechos comunes y, sobre todo, tratando de interrumpir la circulación, la representación puramente capitalista de lo que es posible y lo que es necesario, para mostrar que todo puede ser pensado de otro modo”.

La jaula de hierro del consumo

La intervención de Robin en Ciudad Universitaria comenzó con una fuerte crítica al sistema de crecimiento ilimitado con recursos limitados, que en Argentina se traduce en el modelo sojero, y a la industria farmacéutica. “Para este modelo está muy bien tener enfermos, porque hay que cuidarlos y venderles medicamentos”, señaló. “El sistema económico basado en el productivismo y el modelo sojero, especifico de este proceso, está acabando con los suelos porque se utiliza un agrotóxico muy fuerte que provoca la contaminación del agua, el aire y los alimentos”.

Robin comparó al capitalismo con una “jaula de hierro”, representada por el consumo, en la que están metidas las personas, pero también las empresas y los gobiernos. “Tenemos que consumir todo el tiempo para alimentar a la bestia, que es insaciable. Porque cuando no se consume no hay producción y hay desempleo. Todas las instituciones están basadas en el crecimiento, pero hay gente que esto lo entendió muy bien y están desarrollando iniciativas que demuestran se puede cambiar de paradigma”.

En ese sentido, la escritora francesa aclaró que “somos adictos al consumo” y que el cambio del paradigma significa “compartir más los alimentos, los bienes, la energía y relocalizar todo lo que se pueda”, porque “el colapso va a ser terrible”. “Si no cambiamos de paradigma, de modo de vivir, muy poca gente va a sobrevivir al final del siglo. Este modelo extractivista incluye a muy poca gente. Es muy urgente cambiar de paradigma”.

También rescató la lucha que lleva adelante la Asamblea de Malvinas Argentinas contra una multinacional muy fuerte como es Monsanto. “En Malvinas hay una lucha muy emblemática. Es un ejemplo que hay que seguir. Ustedes van iluminando el camino y es increíble lo que hizo la comunidad de Malvinas Argentinas, incluso para Monsanto debe haber sido una sorpresa”, destacó Robin.

Por último, declaró que “la gente del pueblo merece una gran admiración y estoy segura que van a ganar porque no van a dejar entrar la fábrica. Se volvió una lucha simbólica de un modelo que no queremos más”.

Agendas conjuntas

Primero, José Luis Zamar hizo un resumen del surgimiento y las actividades que lleva adelante la Cátedra Libre de Agroecología y Soberanía Alimentaria. También habló sobre el “intento permanente de Monsanto de entrar a medios académicos” y relató minuciosamente el paso a paso del convenio que se había firmado con Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNC, que fuera fuertemente criticado y finalmente dado de baja.

Sin embargo, resaltó que “estamos en un marco latinoamericano de gobiernos progresistas en su mayoría” y que “el problema paradojal es que estos gobiernos progresistas están generando un proceso extractivo de los recursos naturales”. “Este extractivismo es diferente al clásico de épocas del neoliberalismo, pero sigue siendo un problema”, señaló Zamar, que consideró este momento como un “proceso de desarrollismo extractivista o, siguiendo otros autores más críticos, un consenso de los commodities”, que se vislumbra en la expansión de la frontera agropecuaria, la extracción y sobreexplotación de los recursos mineros e hidrocarburos. “Ese marco genera una serie de nuevos compromisos de la academia y de la militancia social y política que están preocupados por los efectos e impactos ambientales y sociales que puede tener este proceso”, concluyó.

Juan Barri, por su parte, destacó la necesidad de construir “agendas conjuntas” y actividades como esta mesa de discusión, que “vienen a reforzar esta idea que nos interesa a los trabajadores de la Facultad, para poder dar el debate que implica una clara profundización de la disputa en la batalla de las ideas” y recalcó la continuidad de estos espacios que se llevan adelante entre las instituciones y las organizaciones sociales y políticas, como la que se lleva a cabo con el Movimiento de Campesinos Sin Tierra de Brasil. “Tenemos un desafío como universidad pública de encarar toda esta problemática con la mayor capacidad de profundización exhaustiva. Necesitamos un tiempo para poder caracterizar la complejidad que significan estos procesos del desarrollo que tienen un carácter altamente expulsor”.

De ama de casa a militante

Después fue el turno de Soledad Escobar, una vecina de Malvinas Argentinas, que participa activamente en la Asamblea y el bloqueo contra Monsanto. “De ser una ama de casa pasé a ser una militante para defender los derechos de mis hijos”, contó Soledad con un poco de vergüenza porque era la “primera vez que participaba en una actividad de este tipo”, pero a la vez con una gran fuerza, que arrancó los aplausos del numeroso público que había asistido a presenciar la mesa de debate.

“Hoy estoy acá porque hace tres años empezamos una lucha contra Monsanto y tuve que salir a la calle porque el Estado que yo voté para que me defienda no lo hace. No tenía ni idea de lo que era Monsanto. Cuando se armó la Asamblea Malvinas Lucha por la Vida fui a la segunda reunión que se hizo y ahí empecé a participar de una forma u otra”, narró Soledad, quien es oriunda de Tucumán, pero que hace doce años que vive en Malvinas Argentinas. “Es el lugar que elegí para que se críen mis hijos y donde está toda mi familia. Entonces la voy a defender para que no se instale Monsanto”, dijo.

También detalló que comenzaron con la Asamblea en 2012 haciendo marchas, volanteando y a concientizarse de la problemática. Lo primero que vieron fue el documental de Robin “El mundo según Monsanto”. “Empezamos haciendo vigilias en el municipio, pidiendo ayuda para que no se instalara y tuvimos que armar el bloqueo de septiembre de 2013, que fue una fiesta al principio y fue profundizándose. Tuvimos que poner el cuerpo para que no entraran los camiones, para que no se siga construyendo y tuvimos muchos vecinos heridos. Hasta el día de hoy seguimos en la lucha y no vamos a parar. Me da mucho dolor que tengamos que poner el cuerpo de esta forma por algo que no queremos”.

“Testigo en contexto”

Durante su visita a Córdoba, Marie-Monique Robin organizó su apretada agenda no sólo para protagonizar las actividades impulsadas desde la Universidad Nacional de Córdoba. Además, concedió una numerosa cantidad de entrevistas a medios locales y optimizó su tiempo para cumplir con una serie de compromisos que, desde Francia, ya se había trazado como prioritarios.

Apenas arribó a la Provincia, la mañana del lunes 22 de junio, viajó hasta la localidad de Malvinas Argentinas para tomar contacto directo con los vecinos y los integrantes de la Asamblea de Malvinas Lucha por la Vida. Y el martes 23 de junio, a las 10:30 de la mañana, se presentó en los Tribunales Federales de Córdoba para declarar como “testigo de contexto” dentro de la megacausa La Perla.

La citación, solicitada por el abogado querellante de H.I.J.O.S., Claudio Orosz, fue a raíz de los testimonios que figuran en su libro y documental «Escuadrones de la muerte, la escuela francesa». Un trabajo de rigor que pone al descubierto los vínculos y la colaboración que existieron entre los servicios secretos franceses y los expertos en contrainsurgencia entrenados en la guerra de Argelia, y la cúpula militar golpista de Chile y la Argentina, entre los años ’50 y ’60.

En ese material, la periodista francesa logra demostrar cómo numerosos métodos represivos empleados durante la última dictadura argentina, estuvieron basados en técnicas militares francesas. En el marco de esa misma investigación, Robin pudo acceder a testimonios claves como la del ex ministro del Interior de la dictadura, Albano Harguindeguy, el ex presidente de facto Reynaldo Bignone y el jefe de la DINA –la policía secreta chilena– Manuel Contreras, entre otros.

Durante la audiencia en los Tribunales Federales de Córdoba, según informó la agencia TELAM, se proyectó el documental fílmico y luego se oyó la exposición de Marie-Monique Robin sobre el terrorismo de Estado en Córdoba, entre los años 1975 y 1978. Un tema que, según explicó la documentalista francesa, está investigando actualmente.

«Aprendimos todo de los franceses, pero nuestro error fue que ellos lo hicieron en otro país (Argelia), del otro lado del mar y nosotros estábamos en nuestro país. Acá nos encontrábamos con las madres, los padres, abuelas, hijos….”, contó Robin que le respondió Harguindeguy cuando le preguntó si consideraba que se habían cometido errores.

«Harguindeguy me dijo todo, el Ejército estuvo metido en esto. Todo el Ejército estuvo dirigido a eso: a los grupos de tareas. No hubo un grupo especial encargado de esto. Todo el Ejército estaba dividido en escuadrones de la muerte», completó.

Marie-Monique Robin relató que en la doctrina francesa «se desarrolló un método especial para aplicar la tortura, y la tortura fue considerada un arma en la guerra antisubversiva. Los grupos de tareas, la división en zonas y subzonas…, todo fue aprendido de los franceses».

La investigadora, recordó que en Argelia «se detuvo a mucha gente, se entraba a las casas de familia de noche, y como torturaban mucho, hubo muchas muertes e implementaron la desaparición. La tortura era una de sus armas”.

Al ser consultada por el abogado querellante Orosz sobre dónde llevaban los prisioneros, la periodista respondió: «a centros clandestinos de detención; había decenas de ellos en Argelia. Ahí torturaban y desaparecían a personas. Los vuelos de la muerte (argentinos) también vienen de ahí”.

En una entrevista posterior, otorgada a la agencia TELAM, Marie-Monique Robin también explicó que dado el valor de su trabajo «Escuadrones de la muerte, la escuela francesa» en oportunidades anteriores ya había sido citada a declarar en distintos juicios contra los represores argentinos, “ejecutores de aquella doctrina de guerra anti subversiva”. “Soy testigo clave, testigo protegido en muchos juicios» dijo. Y agregó que incluso, en otras ocasiones, había respondido por teleconferencia desde la propia embajada argentina en París.

Presentación de «Agroecología: las cosechas del futuro» en Córdoba

Marie-Monique Robin es una periodista de investigación, directora y escritora francesa. Desde 1989, realizó cuarenta películas, entre las que se destacan “Sida y Revolución” (1989), “Mamá Coca” (1990), “Ladrones de ojos” (1993) y “Escuadrones de la muerte, la escuela francesa” (2003).Sus películas son el resultado de un largo estudio de campo, proporcionando una mirada crítica sobre la situación de los derechos humanos en distintas partes del mundo, especialmente en América Latina.

Desde 2004, Robin se centra en las amenazas a la biodiversidad y la apropiación de la vida por parte de los gigantes de la biotecnología. Esta temática dio origen a una trilogía de documentales, que comenzó con “El mundo según Monsanto” de 2008, “Nuestro veneno cotidiano”, estrenada en 2011 y «Agroecología: las cosechas del futuro», del año 2013 y presentada por primera en Córdoba el lunes 22 de junio en la Sala de las Américas del Pabellón Argentina.

Esta película reflexiona sobre de los sistemas agroecológicos y sus ventajas frente a la agricultura con químicos de organismos genéticamente modificados, producidos y comercializados por Monsanto. La investigación muestra que se puede resolver el problema de la alimentación haciendo las cosas de otra manera, respetando los recursos y el medio ambiente, y que se debe revisar radicalmente el sistema de distribución de alimentos y devolver a los campesinos un papel protagonista.

Pablo Giordana / Irina Morán

Fotografías: Irina Morán