Relación con la comunidad
Digitalizarán la Reserva Patrimonial del Museo de Antropología
Cerca de 60 mil objetos arqueológicos, etnográficos y folclóricos componen la Reserva Patrimonial del Museo de Antropología de la FFyH. Un equipo interdisciplinario trabaja diariamente en la conservación y documentación de las colecciones. Actualmente se encuentra en marcha un proyecto de digitalización de los fondos documentales y las piezas en resguardo para ponerlos a disposición de los investigadores y la comunidad.
La Reserva Patrimonial del Museo de Antropología de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC es el lugar donde se custodian, preservan y se almacenan los materiales que componen las colecciones acumuladas a lo largo del tiempo en el Museo.
Allí, desde hace más de 10 años se trabaja en el inventario, registro, catalogación, digitalización y conservación preventiva de los más de 60 mil objetos que componen el acervo en custodia. Un equipo interdisciplinario compuesto por arqueólogos, fotógrafos, historiadores y especialistas en conservación, son los que realizan las diferentes tareas de acondicionamiento, preservación, resguardo, documentación y digitalización de los diferentes objetos y documentos. Por otro lado, también brindan asesoramiento y asistencia a investigadores, estudiantes e interesados.
Asimismo, desde mayo de 2010 se puso en marcha el “Proyecto de apoyo a la informatización de los archivos documentales y colecciones del Museo de Antropología”, con el objetivo de digitalizar todos los fondos documentales y los objetos antropológicos y folklóricos resguardados por el Museo de Antropología. “Esto surge de una inquietud de todo el equipo de la Reserva Patrimonial desde hace varios años, ya que tenían la necesidad de hacer un censo general de todo el material que se encuentra allí”, explica Andrés Izeta, coordinador general del Proyecto.
Así fue que en 2008 se contactaron con la Fundación Williams, que financiaba un proyecto similar en el Museo de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia, de la ciudad de Buenos Aires. “En base a esa experiencia, ya que ellos estaban digitalizando todas sus colecciones, empezamos a ver la posibilidad de que la Fundación costeara un proyecto similar pero en ciencias sociales y les pareció interesante”, cuenta Izeta.
Este proyecto de digitalización es apoyado institucionalmente por el Museo de Antropología y forma parte de un programa especial del Conicet, llamado Plataforma Interactiva de Investigación para las Ciencias Sociales (PLIICS), que cuenta con investigadores de las universidades de Buenos Aires, La Plata, Centro de la Provincia de Buenos Aires, Tucumán y Córdoba, y de varios institutos y museos. PLIICS es una iniciativa que tiene como finalidad armar un repositorio digital, desarrollado en dos niveles: un catálogo de bases de datos y un Portal de material multimedia, con los materiales que generan los investigadores de Conicet.
El trabajo de digitalización
En la Reserva se encuentran cuatro repositorios (A, B, C y D) equipados con estanterías y un sistema de seguimiento de condiciones ambientales, que resguardan los conjuntos y colecciones antropológicas, arqueológicas, bioantropológicas, etnográficas y folklóricas de diferentes zonas de nuestro país, como las sierras centrales, el Noroeste, la Mesopotamia y la Patagonia, además de Bolivia, México, Brasil y Perú.
También allí se encuentran laboratorios de conservación de materiales, de digitalización y de fotografía con equipamiento para trabajos específicos y un archivo que resguarda la documentación en papel, fotografías, mapas y material fílmico, relacionado con el Instituto de Antropología. Entre otros, están los fondos documentales de Osvaldo Heredia, Jorge von Hauenschild y Aníbal Montes.
Aunque anteriormente se había realizado un registro de casi 3 mil piezas a través de una base de datos comercial que sólo podía ser consultada en la Reserva, este nuevo proyecto de digitalización permitirá el acceso de los objetos y documentos a los investigadores y el público a través de una plataforma en Internet.
Para llegar a esto, se deben seguir una serie de pasos, que los miembros del equipo explican a Alfilo. “En el laboratorio de la Reserva se trabaja con la perspectiva de la conservación preventiva que, a diferencia de la restauración, lo que busca es mejorar las condiciones de almacenamiento y guarda para investigación o para exhibiciones. Por lo general no tenemos acciones interventivas. Lo que se busca es diagnosticar, prevenir y después, si es necesario, intervenir”, revela Darío Quiroga, responsable del Área de Conservación, Preservación y Documentación de la Reserva y uno de sus miembros más antiguos.
Primero, se analiza cada uno de los materiales que se encuentran en las cientos de cajas y cajitas que componen la Reserva para su individualización. Luego, dependiendo del tamaño y consistencia del objeto, se escanea o se fotografía. Posteriormente, se cruzan los datos del material con las fichas históricas, que tienen cómo se recolectó el material y cómo llegó a la Reserva. “Por una parte es un rescate de la información asociada al objeto y por otra, la conservación de esos bienes”, dice Quiroga.
“El fondo documental se puede escanear, pero las piezas arqueológicas que son objetos 3D necesitan otro tipo de implementación. Ahí es donde se pensó en integrar el registro fotográfico digital con el escaneo de toda la información asociada de cada una de las piezas”, agrega Izeta.
En el proceso de fotografía se toman distintas vistas, los perfiles, la parte trasera y también donde se apoyan las piezas. Ese trabajo está a cargo de Graciela Ortiz Skarp, quien también es especialista en conservación de fotografía antigua.
Izeta destaca que “cada reserva y cada caja es un desafío distinto”. “Hay cajas que están perfectas y tienen solo un objeto y otras que hay hasta que cambiar esa caja. Pero se guarda toda la información de cómo estaba la pieza”, dice y completa: “En las 60 mil piezas hay desde los objetos más bonitos hasta carbón o semillas que se recuperaron en una excavación arqueológica y que al público quizás no le dice nada, pero a un investigador sí”.
Durante todo el año pasado se trabajó con el repositorio A y ya está completo. Hoy se encuentran en el C. Allí hay 20 estanterías y sólo una les demandó tres meses. “Llevamos cargadas alrededor de 5 mil fichas, que no implican que sean 5 mil piezas. En una ficha pueden existir cerca de 100 cargas, pero debemos estar entre los 8 mil y 9 mil fragmentos y materiales completos relevados, incluido el material documental, fotos y mapas”, señala Walter Borges, estudiante de Historia y becario del Proyecto, encargado del escaneo de las colecciones.
Marina Salas, estudiante y becaria, y una de las encargadas del Archivo junto con Micaela Mazzola y Soledad Ochoa, relata parte de su experiencia: “Nos encontramos con bolsas plásticas que decían ‘década 1970’ y adentro había una cantidad de documentos arrumbados. Entonces, empezamos a hacer una conservación preventiva y al ir limpiando esos documentos sin orden, se fueron acomodando”. Ella y Micaela se encuentran ahora abocadas a la colección Aníbal Montes, donada en agosto de 2010, será uno de los fondos documentales que va a estar abierto al público a través de una página web.
“La sistematización es un trabajo lento y muy a largo plazo, porque los resultados se ven a partir de algunos años. Hay que tener paciencia”, afirma Quiroga. “Pero eso redunda en un mejor servicio, ya que vienen investigadores de todo el país y del extranjero. Es toda una apuesta de la institución”, continúa Lilia Hernández, asistente de conservación.
Desde 2004 en la Reserva se trabaja a través de una línea que establece una estandarización de protocolos para los procedimientos de consultas de colecciones o documentos. “Eso es novedoso en un museo universitario. Somos el único que lo está haciendo a nivel nacional”, indica Quiroga y remata Izeta: “El Museo de Antropología es uno de los líderes en Argentina en el tema de preservación y conservación de los materiales arqueológicos”.
El origen de la Reserva
Desde 1940, el antiguo Instituto de Arqueología, Lingüística y Folklore comenzó a colectar, a partir de los llamados “trabajos de campo”, ciertos conjuntos de objetos que eran sistematizados con propósitos científicos. Además, en aquellos años de poca legislación patrimonial, se realizaban canjes, donaciones y compra de objetos, así que varias de las colecciones que alberga la Reserva Patrimonial, en muchas ocasiones, son parte de ese tipo de prácticas.
Estos bienes culturales, algunos con una antigüedad que supera los 10 mil años, reflejan el legado material de innumerables grupos humanos que habitaron estas tierras, así como también se encuentran colecciones de tipo sensible como los restos óseos humanos, que proceden principalmente de la provincia de Córdoba, que se encuentran adecuadamente acondicionados, con el fin de lograr el respeto que se merecen.
Los restos humanos precolombinos ocupan una parte importante de la reserva y algunos llegan hasta los 5 mil años de antigüedad. Muchos de esos restos están en custodia y en algún momento pueden volver a las comunidades de donde fueron extraídos.
Antes de estar en la Avenida Yrigoyen, el Museo de Antropología funcionaba en la sala A del Pabellón Argentina y su muestra era muy pequeña. Al mudarse a la casona de Nueva Córdoba, esto implicó una selección de ciertos objetos para ser exhibidos allí. De los 60 mil que hay en la Reserva, menos de 2 mil fueron al Museo. Esto da una idea del patrimonio cultural con que cuenta la Facultad y la Universidad.
“Cada objeto tiene una conservación diferencial y reacciona de distintos modos a las conservaciones ambientales y de guarda. Los objetos son muy frágiles y pueden reaccionar ante el mínimo cambio de temperatura y pueden ser afectados también con la manipulación o el traslado”, advierte Quiroga.
Por eso, cada repositorio tiene un microclima especial y los objetos están cubiertos con embalajes especiales. Pero esto recién se empezó a hacer desde el 2004, con las nuevas autoridades de ese momento del Museo y los miembros del equipo que se hicieron cargo de la Reserva. “Esto es parte del patrimonio cultural del Estado argentino y por suerte hubo un cambio de paradigma en el manejo y la conservación de los bienes culturales de parte de la comunidad académica”, concluye Quiroga.
En ese cambio de paradigma también radica el nombre de la Reserva, que antes se llamaba “Depósito”.
Galería de imágenes
El equipo completo
Responsable general: Dra. Roxana Cattáneo (Directora del Museo)
Coordinador General del Proyecto de Digitalización: Dr. Andrés Izeta
Responsable del Área Conservación, Preservación y Documentación: Sr. Darío Quiroga
Responsable del Archivo: Lic. Soledad Ochoa
Equipo de Trabajo: Lic. Lilia Hernández (Conservación), Arq. Graciela Ortiz Skarp (Fotografía), Lic. Soledad Ochoa (Archivo), Prof. Gustavo Llanes (Archivo), Est. Micaela Mazzola (Becaria Proyecto Digitalización, Archivo), Est. Marina Salas (Becaria Proyecto Digitalización, Archivo), Est. Soledad Salega (Becaria Proyecto Digitalización, Colecciones), Est. Walter Borges (Becario Proyecto Digitalización, Colecciones), Victoria Andrea Novello (Becaria Proyecto Digitalización, Colecciones) y Luana Brizuela (Becaria Proyecto Digitalización, Colecciones).
Además colaboraron durante el año 2010: Mariana Gontero Grasso, Leandro Paina, Agustín Liarte, Daniela Sacco, Pablo Tonoli, Cecilia Diaz (estudiantes de la Lic. en Antropología y Lic. En Historia)
Más información y consultas
La Reserva Patrimonial se encuentra en el subsuelo del Pabellón Azul (cara sur del Pabellón Argentina), Ciudad Universitaria. Teléfono: (0351) 433 4259, interno 34.
Página web: http://blogs.ffyh.unc.edu.ar/reservapatrimonialmda/
Horario de atención: de 8 a 16 hs. (coordinar previamente la visita)
Por consultas sobre digitalización, deben dirigirse a Andrés Izeta (andresizeta@gmail.com); por colecciones a Darío Quiroga (dbquiroga@hotmail.com) y por archivo a Soledad Ochoa (gsoledadochoa@hotmail.com)
Los procedimientos para las consultas de colecciones o documentos deben ajustarse a los protocolos establecidos por el Museo de Antropología, que pueden consultarse en http://blogs.ffyh.unc.edu.ar/reservapatrimonialmda/protocolos/
Nº 32 / Julio-Agosto de 2011
Editorial por Nélida Milagros Agüeros
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Institucional
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