Compartimos un completo documento elaborado por el Área de Tecnología Educativa de la FFyH y el equipo de investigación “Sentidos y estrategias de la inclusión de tecnologías digitales en la universidad”, radicado en el Centro de Investigaciones de la FFyH.
El Área de Tecnología Educativa a lo largo de los últimos 15 años ha generado espacios de promoción y proyectos orientados al sostenimiento de políticas institucionales vinculadas al Software Libre y la Cultura Libre. Estas acciones se enmarcan en una postura que propone el acceso al derecho a la ciencia, la tecnología y la cultura como compromisos centrales de las instituciones educativas públicas.
“Este recorrido institucional y formativo de la FFyH representa un acervo respecto a la inclusión del software Respondus en contextos de educación pública, que nos obliga a establecer una posición en relación con la decisión adoptada por la Universidad Nacional de Córdoba, mediante la Resolución N° 61/20202”, destaca el informe, donde se alerta que “la toma de decisiones sobre la compra de un software que atraviesa el vínculo docente-estudiante en la evaluación, como parte de un proceso pedagógico, no puede llevarse adelante desde el supuesto punitivo que justifica la vigilancia para prevenir el fraude. Hacerlo tensiona esa relación y la somete a lógicas de sospecha y control”.
En ese sentido, afirman, “se corre el riesgo de generar un clima que erosione el vínculo entre estudiantes y la institución, donde los diálogos pedagógicos adquieren una estructura de vigilancia y sospecha”.
También se advierte acerca del carácter excluyente del software, tanto en relación con el tipo de dispositivo y equipamiento necesarios para estar en condiciones de rendir, como respecto a las características habitacionales que garanticen la inexistencia de movimientos registrables por la cámara durante el examen. “Todo esto, podría redundar en situaciones de aumento de la ansiedad de las personas mientras son evaluadas”, señalan.
“No se trata de Respondus”, concluye el informe: “Se trata una política académica que propicia la transformación de la UNC siguiendo un modelo de universidad global orientada al mercado; con formatos de enseñanza instruccional, evaluaciones memorísticas y curriculums fragmentados intercambiables en un mercado de créditos académicos, bajo pruebas vigiladas que incorporan acríticamente tecnologías que minan nuestra autonomía institucional universitaria y nuestra soberanía nacional”.
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