Durante los días 13 y 14 de junio se realizaron las primeras Jornadas “Saberes en Diálogo. Investigar e intervenir con otrxs”, organizadas por el Programa de Derechos Humanos de la FFyH, que recibió cerca de 80 ponencias de Córdoba, Tucumán, San Luis, San Juan, Buenos Aires y de otras universidades del país. Un encuentro que cruzó experiencias académicas y trabajos en territorios sobre siete temáticas. En este marco, se presentó el libro “Educación Superior y Derechos Humanos”.
El abordaje de los derechos humanos en la Facultad de Filosofía y Humanidades merecía un encuentro, un espacio de intercambio sobre las experiencias académicas y territoriales que se desarrollan desde hace años en carreras, cursos de nivelación, seminarios y conferencias. Flotaba la necesidad de un espacio para el diagnóstico del camino recorrido que habilitara la discusión sobre cómo seguir, ampliar o profundizar un eje que es parte de su apuesta institucional y política.
Pero lo que comenzó como unas jornadas internas, tomó otra dimensión a partir de la recepción de cerca de 80 ponencias de Córdoba, Tucumán, San Luis, San Juan y Buenos Aires que se ampliaron al resto de la UNC y de otras unidades académicas de todo el país. “Los trabajos dan cuenta de un abanico de diversidad y discusiones con respecto a los derechos humanos”, señaló César Marchesino, director del Programa de Derechos Humanos, en la apertura de las Jornadas, que compartió con el Decano, Juan Pablo Abratte.
Durante dos días, en mesas temáticas muy productivas, de ricos intercambios entre los participantes, las ponencias giraron alrededor de siete ejes: “Educación y Derechos Humanos”, “Arte”, “Géneros”, “Memoria, Verdad, Justicia”, “Pueblos Originarios y Campesinos”, “Salud” y “Violencia Institucional”.
La clave de las Jornadas estaba en su título: “Saberes en Diálogo. Investigar e intervenir con otrxs”. “Buscamos que los coordinadores de las mesas provinieran tanto de la academia como de los movimientos y organizaciones que trabajan los derechos humanos, porque el objetivo era incorporar esas otras miradas. Cuando hablamos de territorios nos referimos a los sitios de Memoria, al Archivo Provincial, a las organizaciones campesinas, a las comunidades de pueblos originarios. Aunque algunos se formaron o pasaron por ámbitos académicos, hoy desarrollan su trabajo, su militancia en territorios que no son la universidad”, resalta Marchesino, que coordina un equipo de docentes, nodocentes, estudiantes, egresados y jubilados que integran el Programa.
En el panel de apertura, Abratte afirmó que las Jornadas “son parte de una posición que tiene nuestra Facultad con los derechos humanos desde la recuperación de la democracia, desde cuando se los tomaron como un eje de la política académica e institucional”.
De ahí que el Decano enumerara la serie de experiencias que concluyeron en la creación del Programa de Derechos Humanos: “Trabajamos con el tema desde el ingreso en los cursos de nivelación, donde organizamos unas jornadas con paneles sobre derechos humanos e invitamos no sólo a docentes de la FFyH, sino también a distintas organizaciones sociales”.
Además, los derechos humanos articulan actividades de docencia, investigación, de extensión, por eso la actividad se planteó como diálogo de saberes. “Pensamos una concepción amplia de los derechos humanos, con diálogos entre diferentes disciplinas y con distintas organizaciones sociales. En la Facultad, en este último tiempo hay algunos hitos como la Diplomatura en Economía Popular o el trabajo con el Movimiento Campesino de Córdoba. En ese marco este año el Premio Aricó fue para Ramona Bustamante”, señaló el Decano.
También mencionó el trabajo con AMMAR, el espacio generado en el Museo de Antropología en relación a la discusión del proyecto de la interrupción voluntaria del embarazo. “Trabajamos los derechos humanos desde una visión amplia, no solamente lo que fue la violación de los derechos humanos en la última dictadura cívico militar y las políticas de Memoria, Verdad y Justicia, que abordamos junto a los sitios de memoria y organismos, donde hay experiencias muy interesantes, como las prácticas socioeducativas que se desarrollan desde la Secretaría de Asuntos Estudiantiles”, completó Abratte.
Este sentido amplio de los derechos humanos es lo que se buscó trabajar en las Jornadas, porque “abarcan una multiplicidad de campos disciplinares (derechos sociales, políticos, culturales, ambientales, sexuales y reproductivos, lingüísticos y comunicacionales) y conforman un extenso campo de formación e intervención profesional que no debería desconocerse o ignorarse en los espacios universitarios”, señaló el Decano.
Otro eje destacado por las autoridades fue el Programa Universitario en la Cárcel (PUC), que en 2019 cumple 20 años y es pionero en la UNC a la hora de pensar el derecho a la educación superior en contextos de encierro.
La recuperación del nieto 130 por parte de Abuelas de Plaza de Mayo el mismo día que arrancaron las Jornadas, motivó una reflexión del Decano: “Planteamos este evento como un espacio de reflexión e intercambio de diálogos de saberes, como un posicionamiento político y académico y tenemos la alegría de que en ese escenario de riesgos también sucedan estas cosas. Estamos muy contentos de que el azar nos encuentre este día abriendo estas Jornadas”, dijo, en relación al anuncio sobre Javier Matías Darroux Mijalchuk, hijo de Elena Mijalchuk y Juan Manuel Darroux, ambos desaparecidos en diciembre de 1977, que casi en simultáneo contaba su historia en una conferencia de prensa en Buenos Aires.
Un libro necesario
Además de las mesas temáticas, las Jornadas fueron el marco propicio para presentar “Educación Superior y Derechos Humanos, reflexiones, apuestas y desafíos”, un libro editado por la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER), que reúne 24 artículos de quienes participaron del Primer Encuentro Nacional «Derechos Humanos y Educación Superior», realizada en Paraná en septiembre de 2018.
Junto a Abratte y Marchesino participaron de la presentación, Rodrigo Saguas, autor de un artículo y miembro de la Red Latinoamericana y Caribeña de Educación y Derechos Humanos, y Rossana Ramírez, de la UADER, quien valoró que lo abordado en el encuentro de Entre Ríos se tradujera en un libro: “Esta edición es una concreción colectiva e interuniversitaria que da cuenta de las producciones y estado de situación acerca de las temáticas de los derechos humanos en las instituciones públicas”.
El texto está organizado en cuatro apartados con seis ponencias en cada uno de ellos, que amalgaman la reflexión, la producción y la narración de intelectuales, profesores y profesoras, investigadores e investigadoras que “ofrecen una pintura situada desde donde cada voz se expande porque la Red lo posibilita y crea”.
Como uno de los autores del libro, Abratte sostuvo que “la reflexión académica sobre estas temáticas no puede desligarse de procesos históricos de lucha, de actores sociales concretos comprometidos por su propia experiencia personal y colectiva, de articulaciones –inicialmente casi imperceptibles- con otros grupos de militancia, trabajo y formación política e intelectual núcleos que protagonizaron un proceso de institucionalización incipiente, con marchas y contramarchas”. Así, enfatizó el Decano, se constituyó “un campo que articuló prácticas de docencia, investigación y extensión, en vinculación con múltiples actores e instituciones sociales”.
Como ninguna producción intelectual puede estar al margen del contexto político, Abratte consideró que este libro cobra aún más relevancia, porque como en el pasado reciente las dictaduras violaron derechos humanos fundamentales, “las políticas neoliberales restringen derechos individuales y sociales a amplios sectores de la población”. De ahí que “se torne más relevante y necesario fortalecer no sólo las experiencias desarrolladas en cada ámbito institucional, sino también desarrollar trabajos cooperativos, interinstitucionales y en red, como los que se van a consolidar a partir de la Red Interuniversitaria de Derechos Humanos que convoca a este encuentro”.
En este sentido, el Decano señala como “imprescindible incorporar esta dimensión en la formación no sólo por razones históricas y de construcción de una memoria colectiva, sino también como modo de enfrentar los embates que cada vez parecen más urgentes en este campo”.
Citando una experiencia de María Saleme en relación a un trabajo realizado por ella con los hijos de personas desaparecidas durante la última dictadura cívico-militar de Argentina, el Decano advierte que “todos –maestros y alumnos- nos enfrentamos a ciertas cegueras, negaciones, interpretaciones del pasado que requieren modos de ser destrabadas si pensamos no sólo en producir y transmitir conocimientos, sino en construir un saber. En esa operación tan brillantemente descripta por María se encuentra, a mi juicio, el principal desafío de la enseñanza de los derechos humanos como práctica pedagógica, necesariamente histórico-política”.
Texto y fotos: Camilo Ratti – Pablo Giordana
Una producción colectiva
Por Rossana Ramírez
“La Educación Superior y los Derechos Humanos” es un libro que está organizado en cuatro apartados con seis ponencias en cada uno de ellos. En el primer apartado nos encontramos con “La educación Superior: recorridos, desafíos y apuestas” en la que los autores y autoras que participan en el mismo acercan reflexiones y producciones conceptuales sobre las cuales es necesario disputar sentidos, Grosso (UNCatamarca), Feierstein (UBA, UTREF) Abratte (UNC), Daleo (UBA), Badano, Pisarello, Ramirez (UADER) ,cierra este apartado Penhos de la Universidad de Quilmes.
Vamos a encontrarnos con las preguntas de José Luis Grosso en torno a la descolonización de los DDHH, ¿cual es la medida de nuestra colonización? Los DDHH nos deben ayudar a calcularla, pesarla y dimensionarla. ¿Cual es la medida de nuestra colonización en la educación? En la educación superior? Descolonizar es desnaturalizar.
Daniel Feierstein se va a interrogar sobre el lugar de la universidad en el campo de los derechos humanos, apuntando que uno de los objetivos centrales de la universidad pública es aportar claridad y abrir debates con respecto a las consecuencias políticas del uso de conceptos teóricos. Poniendo en cuestión los términos terrorismo de Estado y dictadura cívico militar recorriendo el uso de los mismos. La universidad publica tiene crucial en la revisión critica de los términos construidos al calor de las luchas, de los sentidos que abren u obturan en la disputa por el sentido común, en poder aportar solidez a las caracterizaciones del pasado y del presente como modo fundamental de incidir en las luchas pero no desde la neutralidad aséptica sino desde una de posición explícita en relación a las fuerzas populares.
Juan Pablo Abratte va a hablar sobre Derechos Humanos y Educación Superior. Analiza la inclusión de la problemática en las agendas políticas, académicas e institucionales desde diferentes experiencias y formatos. Señala también la necesidad de consolidar los espacios académicos en la formación para los que realiza una propuesta en las que ubica a los DD.HH. en la formación.
La experiencia de la Cátedra libre de DD.HH. de la UBA es relatada por Graciela Daleo recuperando 25 años de trabajo.
La UADER recupera la experiencia sobre la transmisión de memorias sociales y colectivas del terrorismo de Estado en el grado universitario. Los debates que permitieron la incorporación de la asignatura a todos los planes de estudio de las carreras que se dictan allí, así como la experiencia de trabajo en las aulas universitarias.
En el segundo apartado “La transmisión de los derechos humanos en la educación pública: experiencias, políticas y prácticas” es posible recorrer los diferentes niveles del sistema educativo en sus preguntas centrales, problemas y dilemas, desde el artículo de Verónica Piovani (UNLP, UMET) , Verónica Cruz (UNLP), Susana Reyes (Isauro Arancibia) Camila Perez (UNR); Samanta Casaretto,( UBA) Rodrigo Saguas (UNC)
En el tercer apartado nos encontramos con “La producción de conocimiento en derechos humanos”; espacio y temática tan diversa como necesaria. Luciano Alonso de la Universidad del Litoral, Franco Catalani de la UN de La Pampa, Gladys Loys de la Universidad de Santiago del Estero. Natalia García de la Universidad Nacional de Rosario; Ana María Careaga (UBA) y finaliza Paula Zulliaga de la Unipaz.
En el cuarto apartado sobre “Temáticas y desafíos sociales en el territorio. Ciudadanía y vulneración de derechos”, están los artículos de Amanda Toubes, de la UBA; Rosana Di Tulio de la Universidad Nacional de Rosario; Mariela Edelstein de la Universidad Provincial de Córdoba; Walter Bosisio (UNAJ), Victoria Kandel (UnLa) y culmina este apartado el trabajo de Delfina Veiravé de la Universidad del Noreste.
Como corolario se edita la Declaración final del Encuentro, expresión del conjunto de universidades e instituciones de nivel superior reunidas, en la que se reafirma lo expresado en la Declaración CRES 2018: “Las instituciones de educación superior están llamadas a ocupar un papel preponderante en la promoción y el fortalecimiento de las democracias latinoamericanas, rechazando las dictaduras y los atropellos a las libertades públicas, a los derechos humanos y a toda forma de autoritarismo en la región”.
Este libro, su diversidad, pluralidad temática, geografía, trayectorias de los autores y autoras constituye un material para el trabajo en las aulas, alimentar las investigaciones, desatar propuestas territoriales y en el que es posible también advertir la conformación, el debate intelectual, la búsqueda que quiere saber. Pero sin duda, tal como nos planteamos en los objetivos, da cuenta de un estado de la cuestión del campo de derechos humanos en Argentina, así como visibiliza el compromiso de la Universidad Pública y el trabajo de la Red interuniversitaria en ello.