Deodoro para todxs

El acto de presentación y puesta en valor de la colección Deodoro Roca se llevó a cabo el 9 de septiembre en la Biblioteca «Elma Kohlmeyer de Estrabou». También se renombró la sala de lectura de planta baja llamándola “Deodoro Roca”. En este lugar ahora se encuentra una de las colecciones más importantes de la Universidad Nacional de Córdoba y de nuestro medio, ya que los libros pertenecieron a quien fuera uno de los referentes más importantes de la Reforma Universitaria y de la vida política,  social e intelectual de las primeras décadas del siglo XX y están disponibles al público para su consulta.

El 23 de abril de 2018, en el año del centenario de la Reforma Universitaria, la Facultad de Filosofía y Humanidades recibió la donación de la biblioteca que perteneció a Deodoro Roca, que consta de cerca de 2000 libros, revistas y folletos, de parte de la familia de uno de sus hijos, el abogado Marcelo Roca.

El material quedó al resguardo de la Biblioteca Elma Kohlmeyer de Estrabou, y su personal se encargó de clasificar, restaurar, limpiar y poner en condiciones para que estuviera disponible al público para su consulta.

Unos meses después, el 27 de junio, se realizó la ceremonia de donación de la biblioteca de Deodoro Roca y la presentación del inventario, con la participación de integrantes de la familia, el decano de ese entonces, Juan Pablo Abratte; el ex decano Diego Tatián, quien llevó adelante las tratativas para concretar la donación con la familia Roca; Guillermo Vázquez, prosecretario de Relaciones Internacionales de la FFyH, e investigadores y estudiantes que habían participado en el inventario de los libros. “Estoy seguro que si mi abuelo estuviera vivo, esta sería la Biblioteca a la que donaría sus libros”, dijo en ese momento Hernán Roca, nieto de Deodoro e hijo de Marcelo, en cuya casa se encontraba esta biblioteca.

En 2024, en el marco de los 90 años de la Biblioteca de la FFyH, se realizó la puesta en valor de esta colección y se inauguró la Sala de lectura “Deodoro Roca”, denominada así mediante la resolución del Consejo Directivo 203/2024, ya que alberga “una de las colecciones más importantes de la Universidad Nacional de Córdoba”,  que perteneció a uno de los destacados referentes de la Reforma Universitaria.

Estos libros ahora se encuentran aquí para que investigadores, docentes y estudiantes abran nuevos campos de investigación sobre las vertientes ideológicas de la Reforma Universitaria en general y sobre la figura de Deodoro en particular.

El acto para recordar al ideólogo y redactor del Manifiesto Liminar de la Reforma se realizó el lunes 9 de septiembre, el mismo día que en 1918 los estudiantes reformistas se subieron al techo de la Universidad y quedaron inmortalizados en la famosa foto. La misma fecha cuando la Federación Universitaria de Córdoba asumió la dirección de la UNC y el gobierno ordenó al Ejército reprimir la revuelta.

Se contó con la presencia del secretario de Extensión Universitaria de la UNC, Conrado Storani, autoridades de FAMAF y la Facultad de Lenguas, directores de distintos institutos y centros de investigación de la Facultad, miembros del equipo de Gestión de la FFyH, Cristina y Carolina Roca, en nombre de los familiares de Deodoro, Feliciano Supaga y familia, celosos cuidadores del Museo Deodoro Roca de Ongamira, e integrantes de la Red de Bibliotecas de la Universidad Nacional de Córdoba, entre otras personas que se llegaron al Pabellón Agustín Tosco para celebrar la memoria de Roca.

Además, se preparó especialmente una vitrina para la ocasión donde se pueden ver algunas obras que llevan su firma, las dedicatorias de Saúl Taborda, Arturo Capdevilla,  Rafael Alberti, Pablo Neruda, entre otros, y publicaciones de la FFyH y la UNC. Cabe destacar que también se puede acceder a todo el catálogo en línea desde https://ffyh.unc.edu.ar/biblioteca/colecciones/, y que se sumó a las que ya se encuentran en la Biblioteca, como las de Saúl Taborda, Aníbal Arcondo, Iván Baigorria y Renata Donghi de Halperín, entre otras.

Los libros de Deodoro

El bibliotecario y consejero nodocente, José Luis Díaz, fue el maestro de ceremonias y destacó entre los libros de la vitrina una edición de Las mil y una noches que tiene una anécdota particular, rescatada en las páginas introductorias del Inventario que publicó la Editorial de la Facultad en 2018. “En alguna parte, Gustavo Roca recordaba que su amigo Ernesto Guevara, aún adolescente -habrá sido el año 44 o 45- recorría con fruición los libros de la biblioteca de Deodorо, que acababa de morir. Seguramente, quien en pocos años sería mundialmente conocido como el Che, encontró en esas páginas -que también habían alimentado el fuego de la Reforma- inspiraciones varias. Según el relato de Gustavo, una particular atracción ejercían sobre Ernesto los 23 volúmenes de Las mil y una noches (editados en 1899 por la editorial valenciana Prometeo y traducidas por J. C. Mardrus), que llevaba prestados para leer en casa pese a las protestas de su amigo (en la biblioteca como actualmente nos ha llegado faltan los cuatro primeros volúmenes, lo que, no sería imposible lucubrar, acaso se deba a un pequeño olvido de restitución de su apasionado lector)”, escribía el ex decano Diego Tatián en la presentación.

La primera oradora fue la Decana de la FFyH, Flavia Dezzutto, quien rescató la trayectoria del abogado, periodista, militante por los derechos humanos y referente de la Reforma Universitaria de 1918, quien nació en el seno de una tradicional familia de Córdoba el 2 de julio de 1890 y falleció el 7 de junio de 1942 en esta misma ciudad. Estudió en el Colegio Nacional de Monserrat y luego en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Córdoba. “La figura de Deodoro sigue mostrando la potencia de su rebeldía ante una universidad y una sociedad impregnadas de hipocresía, oscurantismo y mezquindad. Como abogado, activista e intelectual comprometido, defendió a exiliados en su reclamo del derecho de asilo, así como a presos políticos durante la Década Infame argentina. Co-fundador y promotor de organizaciones de defensa de los derechos humanos, también editó y escribió en revistas de pensamiento político, activismo ciudadano y vanguardias culturales (como «Flecha» y «Las Comunas»). Su visión social y política, su lucidez intelectual, sus invectivas ante el conformismo y el conservadurismo de su época siguen desafiando nuestra capacidad de cuestionamiento y transformación de la universidad y de nuestra vida colectiva”, señaló Dezzutto.

“Deodoro nos sigue invitando ‘a llamar a todas las cosas por el nombre que tienen’. Su voz resuena en los libros de su Biblioteca, que ha hallado en la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC una casa modesta, también un aula, una trinchera, una tribuna pública, el lugar para disputar un legado”, subrayó la Decana.

A continuación, el Vicedecano, Sebastián Muñoz, se preguntó: “¿qué significa la biblioteca de Deodoro Roca 106 años después de la Reforma Universitaria y en el noventa aniversario de nuestra Biblioteca?”. “Muchas cosas”, respondió y aclaró que en primer lugar “podemos señalar su importancia material, el que esté disponible para estudiantes, docentes e investigadores, ofreciendo una continuidad histórica, que no está exenta de eventos traumáticos, vinculados al terrorismo de estado, ya que la que presentamos hoy es solo una parte de la aquella colección”.

Al día siguiente del golpe militar de 1976, el Ejército allanó el estudio de abogacía que compartían Gustavo Roca y Lucio Garzón Maceda. Gustavo usaba el viejo escritorio de su padre Deodoro y allí también se encontraban libros y documentos del reformista que se perdieron en manos de los militares al mando del represor Luciano Benjamín Menéndez. “Dichas fuerzas cortaron el tránsito de la avenida céntrica donde están ubicadas las citadas oficinas y tras el retiro de los archivos, obras de arte, cuadros, fotografías y diplomas, procedieron al incendio del mobiliario y papeles”, dice un documento recuperado por el periodista Juan Cruz Taborda Varela en el libro “La ley de la revolución”, una biografía política de Gustavo Roca.

“La biblioteca es también un lugar de trabajo, inspiración y búsqueda. Un lugar de creación no regido por los algoritmos que condicionan la realidad y construyen una que sea apta para el consumo. La colección Deodoro Roca nos recibe al ingresar a la Biblioteca de la Facultad y nos invita a sumarnos en ese proceso”, continuó el Vicedecano, quien destacó el lugar central que ocupan estos libros en la Biblioteca Elma K. de Estrabou,y finalizó con una reflexión sobre la contemporaneidad del pensamiento de Roca: “La historia importa, muchos de los problemas que señaló, abordó y discutió Deodoro a lo largo de su vida siguen siendo causa de  nuestros pesares como sociedad hoy en día. En un presente signado por el atraso, donde un presidente de la Nación opone su resentimiento violento al conocimiento y el pensamiento crítico que generamos a partir de la investigación científica en instituciones públicas, nunca más vigentes las palabra de Deodoro: Toda la educación es una larga obra de amor a los que  aprenden”.

Por su parte, Carolina y Cristina Roca, nietas de Deodoro Roca, recordaron a su abuelo que no llegaron a conocer personalmente, pero al que recurren siempre. Carolina insistió en rescatar al “Deodoro escritor”, porque, dijo, más allá de su autoría del Manifiesto Liminar, hay muchos ensayos y textos que mantienen una vital actualidad y es preciso poner en valor su calidad como escritor.

Como su familia fue la encargada de donar esta colección, también hablaron de la fuerte experiencia que significó el desprendimiento de este tesoro y destacaron la importancia de que ahora se encuentre disponible a todo el público que quiera consultar los libros que ellas leían diariamente en su casa.

El trabajo de conservación y puesta en valor

A su turno, la directora de la Biblioteca, Alejandra Greiff, realizó un minucioso informe desde que llegaron los libros en 2018 hasta el presente, destacando las tareas que se hicieron en cada momento. 

Lo primero que se llevó a cabo fue el relevamiento de cajas e inventario de libros, realizado por un grupo de estudiantes de la FFyH (conformado por Diego Garcés, Francisca Mattoni, Luca Miani, Emilia Asís, Juan Patriglia, Jacinta Gorriti, Micaela González Valdés, Valentín Brodsky y Santiago Gerchunoff), bajo las indicaciones de la bibliotecaria Beatriz Storino, quien en ese momento era la Jefa del Departamento de Procesos Técnicos de la Biblioteca, con la colaboración del docente e investigador, Pablo Requena.

Luego se hizo el proyecto de estabilización de la colección, a cargo de dos especialistas en conservación del patrimonio: Paula Fiori e Ivana Quinteros, quienes se encargaron de la limpieza y procesamiento del material.

“Hoy me detengo más en los detalles y leyendo una vez más el Manifiesto Liminar encontré una palabra que para mí fue clave y me alegró mucho que Deodoro la pusiera ahí hace más de 100 años, considero que uno tiene que poner amor en cada cosa que hace. Y hoy sigue siendo tan vigente y necesario como en ese entonces”, apuntó Greiff.  

Posteriormente, Micaela González Valdez, Francisca Mattoni y Jacinta Gorriti, integrantes del equipo que trabajó en la realización del inventario en 2018, contaron su experiencia con la colección.

A continuación, la conservadora Paula Fiori, quien se encargó de la estabilización de la colección junto con Ivana Quinteros bajo la supervisión de la bibliotecaria Sonia Mangas, se refirió al trabajo llevado adelante por ellas. “Esta colección incluye aproximadamente 2100 unidades entre libros, folletos y publicaciones periódicas, que reflejan gran parte del pensamiento político, literario y filosófico de su tiempo. La conservación del patrimonio no fue tarea sencilla”, destacó Fiori. “Se realizó un exhaustivo diagnóstico del estado de todo el conjunto, lo que permitió identificar los agentes de riesgo, tales como la exposición a la luz, la humedad, las plagas y la manipulación inadecuada. Las alteraciones generadas condujeron a la fragilización de los materiales, representando un riesgo inminente para su conservación a largo plazo. Este relevamiento reveló, además, que el 5% de las obras presentaba signos de biodeterioro, provocados por hongos e insectos, lo que llevó a establecer líneas de acción que incluían medidas de estabilización inmediatas y recomendaciones para el manejo a largo plazo”, señaló la conservadora.

Finalmente, Carolina Salazar, del área de Procesos Técnicos de la Biblioteca, se refirió a la puesta en valor de la colección a partir del relevamiento de los estudiantes y de la estabilización realizada por las conservadoras. Salazar explicó que luego de este procedimiento se llevó a cabo el ingreso al sistema Koha y el otorgamiento de un número de inventario a cada documento. Cabe destacar que estas tareas fue iniciadas por las bibliotecarias Elena Arrieta y Mónica Navarro.

“De los aproximadamente 1.860 libros y folletos que posee la colección Deodoro Roca, el 75% (1.404) son anteriores a 1930, y el 25% (456) posteriores a 1931. También posee aproximadamente 2.100 números, distribuidos en 235 volúmenes de 26 distintos títulos de revistas, de los cuales el 63% (148) son anteriores a 1930 y el 37% (87) son posteriores. Sus temáticas son variadas, hay material de literatura, filosofía, psicología, historia, entre otros, en idiomas español, francés e italiano. Podemos encontrar ediciones que varían alrededor de los años 1800 a 1940”, relató la bibliotecaria que se encargó, junto con Andrea Marasca, de la limpieza de los libros.

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Texto y fotos: Pablo Giordana