Zapopan Meza Muela, uno de los principales referentes mundiales en bibliotecología social y crítica tuvo un encuentro con sus pares cordobeses en la FFyH. Dice que el bibliotecario debe ser el intermediario entre los usuarios y la información y también conversó con Alfilo sobre la necesidad de transformar los planes de estudios de estas carreras y criticó la idea de que vivimos en una “sociedad del conocimiento”.
“Si yo te traigo una manzana y tú te la comes o se la regalas a alguien, nadie va a cuestionar tu derecho a hacer lo quieras con ese objeto. Si te doy un libro, le hacemos una copia y tú te quedas con una y yo también, el conocimiento se duplicó, pero eso está prohibido”. Y sí. En casi todas las obras de todo el mundo, hay una leyenda que lo advierte: Fotocopiar libros es un delito.
“Cada día las corporaciones en connivencia con los Estados están sacando nuevas propuestas en torno a la propiedad intelectual, que en lugar de respetar los derechos humanos dicen que es un crimen estar informados. Si compartes información es un crimen. Si fotocopias algo en una biblioteca para un alumno es un crimen. Hay una criminalización del derecho humano a escribir y compartir. Pero no queremos competir con las corporaciones, estamos hablando de los derechos que tenemos a estar informados”, dice Zapopan Meza Muela, investigador, profesor y bibliotecario de la Universidad Autónoma de Nuevo León (México), que en octubre pasado visitó la Facultad de Filosofía y Humanidades y mantuvo un encuentro de reflexión y debate sobre las carreras de Bibliotecología con docentes, estudiantes y bibliotecarios de la FFyH.
La actividad giró en torno a dos temas que trabaja Meza Muela desde hace mucho tiempo y en los cuales es un referente: “Epistemología crítica para una bibliotecología crítica y laborista” y “Crítica al mercantilismo y pragmatismo en los programas de Bibliotecología y otras ciencias de la información documental”.
En este sentido, profesa sobre la importancia de reformar o crear programas de pregrado y posgrado en bibliotecología y otras ciencias de la información documental, con énfasis en la transformación social con una epistemología crítica, destacando lo teorético contra lo pragmático y mercantilista. “Hay una tendencia hacia la mercantilización de la educación. En las universidades públicas ya están incursionado muchas corporaciones u oligopolios y esto está desvirtuando el aspecto humanístico de estas carreras”, señala el investigador mexicano.
– ¿Dónde se puede ver esto?
– En el ámbito educativo, la empresa que más se ha metido es Microsoft, que tiene software privativo sin acceso al escrutinio público y cobran regalías muy ominosas. Ese es el imperio en la ofimática. Pero en lo concerniente a la bibliotecología, tenemos la pugna entre el software libre y el privativo en los sistemas de administración o gestión de bibliotecas, como el OPAC, que administra el catálogo público y bases de datos de todos los usuarios.
– ¿El software libre es una alternativa viable frente a estas grandes corporaciones?
– Sí, pero mientras tenemos el software libre que puede ser gratuito para todas las universidades del mundo, los oligopolios como Orizon no permiten este tipo de desarrollos en software libre porque enganchan a las escuelas para tener una veta de regalías constantes. Eso transforma a los alumnos en clientes o consumidores sin conciencia y no les ayuda a pensar críticamente o a evaluar pros y contras de cualquier sistema. Por el otro lado tenemos alternativas como el Open Access que, aún respetando las leyes capitalistas como el copyright, le podés dar una vuelta.
– ¿Cuáles son las transformaciones que se tienen que hacer en este sentido en las bibliotecas y carreras de bibliotecología?
Una transformación muy importante que se requiere es tomar conciencia política e ideológica de la situación. Si las corporaciones entran a las escuelas, estas no son más escuelas sino sucursales de las corporaciones. Las escuelas, docentes y estudiantes deben empezar a tomar conciencia de la gravedad del asunto.
Aunque, por ejemplo, en la ciudad de México ya se ha instalado software libre en todas las bibliotecas públicas, Zapopan reconoce que esto no es una tarea fácil y cuenta que en la Universidad de Nuevo León se usa un software creado allí para las más de 60 bibliotecas que tiene, pero que es prácticamente imposible hacer cambios que no ordene la Rectoría. “El ethos del bibliotecario es ser el puente entre los usuarios y la información. Si bien no hay un apoyo explícito desde la Universidad, los bibliotecarios damos posibilidades para fotocopiar libros o documentos, pero que la ley lo restringe. De manera formal o informal le damos la vuelta a estas leyes y de forma académica tratamos de generar conciencia. También en las legislaturas estatales (que acá llaman provinciales), municipales y a nivel federal tratamos de convencer a los diputados y senadores. Estamos en todos los frentes”, apunta.
Las redes de bibliotecarios y la sociedad de la información
Uno de los aspectos más criticados en las investigaciones de Zapopan son las sociedades y redes de bibliotecarios e investigadores en ciencias de la información documental que, lejos de cuestionar y criticar a las clases dominantes y sus políticas, forman parte del status quo. “Estas asociaciones promueven abiertamente las ideologías dominantes. Imponen políticas públicas en materia informacional y dictaminan lineamientos como si fueran leyes”, afirma.
Por eso, en uno de sus trabajos analiza la creación de una red internacional en las ciencias de la información documental, y en particular la bibliotecología, en donde se emplee la epistemología crítica, con miras a convertirse en una red alternativa hacia las decisiones de la burguesía y el capitalismo.
Otra cuestión que trabaja Zapopan es la crítica a la idea de que vivimos en una sociedad del conocimiento o la información. “En realidad no se trata de que yo rechace esa propuesta”, dice entre risas. “La idea de sociedad del conocimiento es una estrategia que los thinks tanks de las corporaciones, asociados con los gobiernos, crean para convenir a sus intereses. Son formas que tienen las corporaciones de seguir atizando un capitalismo informacional y cognitivo. Eso hay que resistirlo. La UNESCO dice que el 40 por ciento de la población mundial es analfabeta. ¡Cómo puedes decir que vivimos en una sociedad del conocimiento y la información cuando un gran porcentaje de gente no sabe leer ni escribir!”.
Perfil
Zapopan Meza Muela es profesor e investigador en Bibliotecología y Ciencias de la Información y Jefe de la Biblioteca de la Facultad de Organización Deportiva, Universidad Autónoma de Nuevo León, México.
Es Licenciado en Bibliotecología por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León y Máster en Bibliotecología y Ciencias de la Información, por la State University of New York at Buffalo, Nueva York, EE.UU.
También es Doctorado en Estudios de la Información por la University of Sheffield, Inglaterra y Fundador, Director y Editor en Jefe de la revista Crítica Bibliotecológica: Revista de las Ciencias de la Información Documental.
Como bibliotecario trabajó en bibliotecas públicas y escolares, así como en archivos del sector público. Es docente de Bibliotecología en la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL e investigador en estudios de historiografía y museografía
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