Paula Canelo es socióloga, investigadora del Conicet, especialista en ciencia política y autora del libro ¿Cambiamos? La batalla cultural por el sentido común de los argentinos. Como coordinadora del Observatorio de las Élites de la Universidad Metropolitana del Trabajo, investiga desde hace años al macrismo y asegura que la disputa cultural es el nudo de la cuestión política, que debe trascender lo electoral. En esta nota, explica las claves de un trabajo que aporta herramientas conceptuales para entender lo que pasó y lo que viene en el escenario nacional.
Lo electoral atraviesa la discusión política argentina. Sin embargo, la investigación de Paula Canelo busca trascender esa discusión a partir de un libro que desmenuza los pilares de Cambiemos, con el objetivo de aportar herramientas conceptuales para intentar entender las profundidades de la primera experiencia neoliberal que llegó al poder a través de elecciones democráticas, en un país que empezó a votar a sus representantes en 1916 con la aplicación del sufragio universal.
“El macrismo era un fenómeno nuevo, por eso en 2016 suspendimos todo lo que veníamos haciendo para estudiar minuciosamente y empíricamente cuál era este nuevo animal que había aparecido en la política argentina. Digo nuevo animal porque es un término que usa Marcos Peña para definir al gobierno y que fue uno de los disparadores del trabajo”, explicó Canelo al comienzo de la presentación realizada en Centro de Estudios Avanzados de la UNC.
Peña, un engranaje central en la construcción del macrismo y del gobierno como Jefe de Gabinete, sostuvo en marzo de 2018 en el Club Político Argentino (grupo de intelectuales afines al gobierno) que ellos eran “un nuevo animal en el zoológico, y eso genera, muchas veces, muchas dificultades para tomar nota de las señales que emitimos en este sistema de poder donde nos movemos”. “Esta idea me permitía analizar porqué la oposición no entendía a Cambiemos. El peronismo estaba atónito, no entendía lo que pasaba, no lograba descifrar este nuevo animal político”, agrega la autora.
Para ella, la batalla cultural es el nudo de la disputa política, y aclara: “No hay que confundir batalla electoral con batalla cultural, que es lo que le pasó al kirchnerismo en 2011 cuando sacó el 54% delos votos en aquella elección”. A los fines de propiciar el debate, Canelo señala que “todas las luchas políticas son luchas por el sentido común, como explicó Alvaro García Linera”. Siguiendo la definición del vicepresidente de Bolivia, el sentido común es “el orden del mundo escrito en la piel de las personas, son símbolos, lógicas, ordenes morales que orientan nuestra vida cotidiana en relación con los otros sin necesidad de pensar en ellas, son disposiciones razonables sobre las que no razonamos”. Por eso, “la batalla cultural es mayor a la batalla electoral, porque es cotidiana, porque nunca termina, porque es construcción y deconstrucción, y porque los cambios sociales son más lentos que los cambios políticos. Es un error pensar que si Cambiemos pierde la elección, va a desaparecer”, asegura Canelo.
Integrante del mundo académico, la autora aclaró que el libro “intenta llegar a un público mucho más amplio, interpelar a un lector interesado pero no experto, por lo cual el lenguaje debía ser otro, un lindo desafío, porque hay otro interlocutor”. También contó que la producción fue realizada con el vértigo de los acontecimientos, entre mayo de 2018 y abril de 2019, “cuando se termina la etapa de gloria del macrismo, cuando Cambiemos pierde el aura, primero por la economía y de ahí a la política”.
En la actividad, organizada por los Proyectos Usos del Pasado en la Argentina Contemporánea y Militancias, Dictaduras y Derechos Humanos en la Historia Reciente de Córdoba, el Área de Historia del CIFFyH y el Programa Política, Sociedad y Cultura en la Historia Reciente de Córdoba (CEA-FCS), Canelo defendió el trabajo de las ciencias sociales y humanas frente a la demonización que ejerció el macrismo, y sobre todo el equipo de comunicación política que controla Peña: “Tenemos que empezar a hablarle más a la sociedad que no nos conoce, para mostrar cómo y desde qué lugar podemos ayudar a comprender mejor una realidad que es compleja”.
En este sentido, contó que “la idea del libro era mostrar la potencia de Cambiemos que nos llevaba hacia el abismo. La gran pregunta que produjo este trabajo fue cómo pudo imponer Cambiemos un proyecto que tuvo importantes apoyos populares, incluso en quienes eran los perjudicados. Algo parecido a lo que generó el menemismo, con la diferencia que aquel gobierno otorgó accesos a consumos que fueron extraordinarios para muchos sectores, mejoró el poder adquisitivo de los salarios y garantizó la estabilidad económica, todo lo contrario de Cambiemos”.
“¿Cómo fue posible que un gobierno de ricos no meritócratas, exigiera sacrificios, a cambio de qué?”, se preguntó y preguntó Canelo al público que participó de la presentación. “La respuesta no es fácil, pero creo que habla sobre procesos de jerarquización social, estratificación social y los vínculos entre las élites y las no élites. Aquí cabe el concepto de meritocracia asimétrica, Cambiemos, su neoliberalismo, nos propuso los modelos del CEO como éxito individual, que diluye el componente de igualdad. En el libro trabajamos los arquetipos de CEOs y emprendedores, que son otra cosa”.
La autora también se pregunta e indaga sobre porqué una parte importante de la sociedad aceptó tarifas de servicios públicos impagables, cuestiona el supuesto “acercamiento” con la ciudadanía a partir de los timbreos, asegura que CFK con la presentación de su libro fue mucho más efectiva en ese plano, y analiza la estética infantil que Cambiemos impuso en su comunicación política, razón por la cual Balcarce, el perro de Macri, forma parte de la tapa del libro.
De CEOs y emprendedores
“Me entusiasma pensar que el libro es una caja de herramientas para pensar la realidad”, soltó Canelo, antes de repasar algunos conceptos centrales de su trabajo. La primera es la idea de “híper individuo”. “Lo que hace Cambiemos es consolidar el proceso de individualización que se inicia durante la última dictadura”. Apelando a un spot publicitario de 1982, Canelo explicó que “la ruptura de lazos sociales fue el objetivo de la dictadura, que cada persona estuviera en los suyo para defender lo nuestro. Pero Cambiemos perdió hasta el componente colectivo, las grandes causas nacionales, por eso hablo de híper individualización, es un paso más en el escalón de individualización”.
La consecuencia directa de ese paradigma es el modelo meritocrático que propone Cambiemos, aunque con variantes. “Hay una jerarquía entre CEOs y Emprendedores, los primeros vendrían a ser los profetas de la aspiración, hubo una fascinación de que se hicieran cargo del gobierno. Y por otro lado están los emprendedores, una figura que busca retomar el sentido común del sacrificio y la falta de protecciones como elementos para a poner en práctica en el mercado de trabajo. Son la cara más descarnada, esta idea de que si el trabajo se termina hay que emprender alguna actividad, a diferencia de los CEOs, que gozan de todas las protecciones coorporativas”.
Esto se vincula con la “promesa aspiracional”. “A pesar de la crítica de que Cambiemos era un gobierno de ricos para ricos, eso no funcionó hasta 2017, cuando el gobierno triunfó en las elecciones. La promesa de mejoras no se tenía que cumplir. Las promesas son un camino, dijo Michetti. Cambiemos dice vamos a sufrir hoy para luego tener un futuro venturoso. Ahora, luego de los 2 primeros años empezó a tener límites y cuando empieza a fracasar en la economía, la gestión es un obstáculo para la aspiración. La sociedad argentina es aspiracional, entonces va a buscar un nuevo gestor que lo lleve a sus aspiraciones. Macri deja vacante esto”.
¿La muerte de la política?
Otra idea núcleo que aborda la autora es la del “orden si política”. “Cambiemos busca instalar que la política está muerta. Un orden natural sin política”. Lo paradójico es que el gobierno lo logra apoyándose fuertemente en la política. “Usa la política para lograr la otra cara de su proyecto: una sociedad profundamente desigual. Este orden viene a resolver lo que identifico como la politización de las desigualdades del kirchnerismo. Cambiemos busca hacer desaparecer el antagonismo profundo que nos había traído la sociedad kirchnerista. El gobierno de Cristina sobre todo, llevó las desigualdades al centro del escenario político, puso al adversario social en el centro de su discurso, recuperando la dimensión plebeya del peronismo y mostrando que las desigualdades no son naturales”.
Para Canelo, el problema de la segunda etapa kirchnerista fue que no logró representar a los nuevos sujetos que sus propias políticas de inclusión y ascenso social habían generado. “Cristina dejó de hablarle a esos nuevos grupos, y cuando las expectativas de esos sectores beneficiados por el Estado de Bienestar crecieron, buscaron emparentarse con otros sectores. En las franjas de clases medias hubo un déficit de representación, porque luego del 54% obtenido, el kirchnerismo abandonó la batalla cultural”.
Meritocracia asimétrica
“Cambiemos roba la ética inmigrante de fines del siglo XIX y XX, que era garantía de justicia y equidad. Fuertemente aspiracional y asociada al sacrificio, había componentes colectivos en esa meritocracia inmigrante. Cambiemos le saca los vínculos con los grupos de pertenencia, porque los individualiza. El mérito se cumple solo de manera individual, en cambio, en la ética inmigrante ese éxito se traducía en su comunidad de pertenencia, no sólo por transferencia de prestigio, sino por cuotas de aporte a las organizaciones de sus comunidades”.
Otro elemento que la autora desarrolla en su libro es que el mérito es asimétrico: “Vale para el resto de la sociedad, pero no para el elenco gobernante, que no tiene que hacer mérito ni demostrar nada para ocupar los lugares que ocupa. Se presentan como ricos y exitosos”.
La dimensión moral es otro eje transversal a Cambiemos también se propone a lo moral. “Está instalado que la derecha viene imponer un orden moral, para ellos el populismo no sólo es un adversario político, sino un problema moral. La idea de una bota que debía contener los desbordes de nuestra sociedad, y el que define el tamaño de la bota es el gobierno de turno. Por eso nos dicen que tenemos que vivir con nuestras posibilidades, dejar de lado los atajos, de vivir de prestado. Es un problema cultural que se ve en todas las declaraciones de los funcionarios, todos lo plantean como un problema cultural, de nuestra disposición como país a preferir la salida fácil, el hedonismo argentino, la sociedad perezosa, y ellos vendrían a sacarnos de ese atraso. El símbolo máximo de esto fue cuando Macri culpó a los electores por haber votado mal. Ahí se cuela la ilegitimidad de los instrumentos colectivos, institucionales y estatales, que no permiten comprobar el mérito individual”.
Populismo punitivo
“La política represiva del macrismo es netamente populista porque no viene a resolver los problemas de fondo, viene a poner parches a problemas estructurales, como la seguridad, que busca producir un efecto mediático fuerte en la sociedad. Apela a los instintos más bajos, porque da respuestas sencillas a problemas complejos, genera una espectacularización de sus actos y cuestiona los consensos democráticos básicos, sobre todo sobre el pasado reciente y el rol de las fuerzas armadas en democracia, corrompiendo varios de los pilares fundamentales en los que descansamos nuestro pasado y que creíamos incuestionables”.
Las mujeres en la casa
En el libro, Canelo analiza el rol de seis mujeres claves de Cambiemos: Carolina Stanley, Patricia Bullrich, María Eugenia Vidal, Juliana Awada, Gabriela Michetti y Elisa Carrió. “En todas aparece un libreto de Durán Barba, con palabras seleccionadas y repetidas. Awada lo único que hace es repetir 60 palabras clave. Es una figura muy interesante, porque es contracorriente: en un momento de empoderamiento de las mujeres, ella expresa lo contrario, abandona su apellido y su trayectoria para transformarse en la madre, esposa y compañera de Macri. Muchos sectores muy tradicionales siguen reconociéndose en los valores de mujer que ejerce su rol de primera dama. Es una figura fuerte y poco abordada. Es todo un modelo de mujer y estuvo muy blindada”.
Según la autora, las seis mujeres analizadas “se presentan como mujeres conservadoras y tradicionales. Aunque casi todas ellas fueron mujeres excepcionales, destacaron los atributos “típicamente femeninos”, a decir de Michetti, que ocupa un rol fundamental al ser la vocera del sentido común de las élites. Por eso hay muchas tensiones entre estas mujeres y los avances que en forma desigual pero continua se está dando en las agendas de género. Además, todas ellas son parte de una constelación que tiene en el centro a Macri”.
Algunas conclusiones
La publicación de Canelo es un aporte para entender los objetivos profundos de lo que Cambiemos significa como nuevo actor del sistema político argentino. “Como otras derechas, que ahora se las llama derechas globales, la potencia de Cambiemos se sostuvo en el plano cultural y simbólico, en su intento por restaurar las jerarquías sociales contra la politización de las desigualdades sociales”, advierte su autora.
En este sentido, señala que el macrismo “tuvo ambiciones hegemónicas, no se trató sólo de un plan económico o golpe de suerte. Tuvo su propio relato, una narrativa potente y versátil con la cual peleó su propia batalla cultural, y en ese relato se sintieron representados vastos sectores sociales, desde los más altos a los más bajos, tanto de derecha como otros que no lo son. Sus elementos fueron el éxito, el mérito, contraponiendo la solidaridad a la igualdad”.
Para Canelo, el núcleo de esa batalla cultural es la individualización de la sociedad, «una preferencia por la desigualdad, una creencia profundamente neoliberal que supone que es posible y deseable consagrar comunidades asentadas en la desigualdad, porque eso da seguridades. La lejanía con el otro nos da cierta protección, la desigualdad tiene un fuerte componente de supuesta seguridad».
Por último, la socióloga no dejó de advertir la derechización de la sociedad argentina a partir de 2015: “Por primera vez un partido de derecha se impuso en elecciones democráticas, abriendo de esta manera una nueva etapa en la historia argentina. La ausencia de un partido de derecha fue la particularidad de la política, y su ausencia se explicaba por la presencia de las fuerzas armadas y, por ende, en la inestabilidad del sistema democrático. Eso mostraba la debilidad de nuestras clases dominantes, incapaces de ser dominante en la economía y en lo cultural. Cambiemos fue, en sus dos primeros años, la fuerza que logró conciliar estos dos atributos: ser dominante y ser dirigente. ¿Qué sucedió? Chocaron la calesita, y para mí lo importante es entender que la chocaron solos, no por la resistencia de nuestra sociedad. En el futuro próximo vamos a saber con más información de porqué fracasó”, aseguró Canelo, no sin tirar un interrogante: «Qué hubiera pasado si Cambiemos encontraba su Plan de Convertibilidad, y hubiera logrado, como Menem, conciliar los intereses de los grupos de poder con cierto distribucionismo para atemperar nuestra sociedad».
Aunque la derecha argentina siempre tuvo entre un 30 y un 35% del electorado, hay que superar la mirada cuantitativa. “Si pensamos que la derechización tiene que ver con los temas en debate, analicemos los cuestionamientos que se hacen a las memorias sociales sobre el Terrorismo de Estado. Hoy la derecha amplió su oferta electoral, 3 de los 6 candidatos a Presidente son de derecha, y dicen que los desaparecidos no fueron 30 mil o ponen en juego los pilares democráticos que construimos del 83 en adelante”.
Independientemente del resultado electoral, Canelo advirtió que “es un error pensar que si Cambiemos pierde va a desaparecer, la tarea del nuevo gobierno es irradiar como fuerza triunfante cambios en el sentido común, que es conservador y por definición sostiene el estatus en las relaciones sociales. Caso contrario, Cambiemos va a volver a cobrar fuerza”.
Por eso, plantea la construcción de una narrativa alternativa pero no antagónica a Cambiemos: “Los liderazgos de Alberto Fernández, Axel Kicillof y Verónica Magario van por ese lado, porque han empezado a incorporar estos elementos del sentido común para lograr el éxito en las elecciones. El desafío es acompañar la recuperación material con una narrativa de promesa y relatos inclusivos que reconozcan y representen las demandas y las transformaciones que se están dando en la sociedad. En 2011, las mejoras económicas no se tradujeron en lealtades políticas, le acaba de pasar a Evo Morales también. Ese asenso económico y material crea nuevos grupos que empiezan a estar en disponibilidad y huérfanos de la política, buscando nuevas alternativas de representación, hay que atender eso”.
Por Camilo Ratti