La basura como problema filosófico

La Escuela de Filosofía implementó junto a la Cooperativa La Esperanza, la Federación de Carreros, Cartoneros y Recicladores de la Ciudad de Córdoba y la Secretaría de Extensión de la FFyH un proyecto para tratar los residuos sólidos urbanos secos que genera la institución. “Frente a la crisis ecológica, reciclaje con inclusión social”, resaltan lxs impulsorxs de una prueba piloto que podría funcionar para toda la Facultad.

En una ciudad que paga por kilo de basura enterrada en lugar de un sistema que busque disminuirla o reciclarla antes de su disposición final, y que intenta instalar en la localidad de Santa Ana -pegado a la capital de Córdoba-, el predio de enterramiento más grande de Sudamérica -una bomba atómica ambiental-, la Escuela de Filosofía de la FFyH puso en práctica un proyecto de tratamiento para gestionar los residuos sólidos urbanos fracción seca -fundamentalmente papel y cartón-, desde una perspectiva ecológica con inclusión social, articulando con actores universitarios y extra universitarios especialistas en la materia, con quienes ya viene trabajando desde hace un tiempo.

“La iniciativa surge de una propuesta de la organización estudiantil Asamblea de Filosofía, que luego se convierte en un proyecto institucional elaborado y aprobado de manera unánime por el Consejo Asesor de la Escuela de Filosofía, conformado por estudiantes, egresadxs y docentes, ante la necesidad de comenzar a pensar sobre los residuos que se producen en nuestra Escuela, tanto institucionalmente como por los individuos que la componen, en búsqueda por garantizar un tratamiento no contaminante. En este marco, dado que la Escuela en sí misma carece de las herramientas para garantizar dicho proceso, se convocó a la Cooperativa La Esperanza, con la cual ya existía un contacto previo”, señala a Alfilo Paula Hunziker, Directora de la Escuela de Filosofía, quien inscribe este proyecto en la misma línea o sintonía que tiene el de Improntas de la Dictadura en el campo filosófico de Córdoba.

“La Cooperativa tiene una trayectoria de más de doce años de formación y trabajo con residuos. Está integrada por más de 350 compañerxs carrerxs y recicladorxs, dos plantas de tratamiento en la ciudad de Córdoba, presencia en 40 barrios de Córdoba y Gran Córdoba y experiencia en el manejo de residuos de instituciones, además del trabajo que realiza en domicilios particulares, centros vecinales y empresas”, apunta Augusto Rattini, estudiante avanzado de Filosofía, integrante de la Cooperativa y mentor del proyecto que la Asamblea asumió con entusiasmo.

La articulación suma a la Federación de Carreros, Cartoneros y Recicladores de Córdoba, y a la Secretaría de Extensión de la FFyH. “Dicha articulación, a su vez, resulta útil en la medida en que permite a la Cooperativa multiplicar los volúmenes de material ingresados a sus plantas de tratamiento a través de uno de sus recolectores”, afirman.

Para Hunziker es fundamental “pensar en los consumos desde un punto de vista filosófico, poder preguntarnos qué es la basura, y en lo inclusivo que puede ser. Creemos que hay que llevar esta discusión del ambiente a otros espacios de la Facultad, como el kiosko, el bar, el Centro de Estudiantes. Pensar entre todxs la crisis ambiental que nos atraviesa. Si esta iniciativa funciona, y estamos viendo que sí, extenderla a otros ámbitos y Pabellones de nuestra Facu y de otras Facultades de la UNC”, destaca Hunziker.

Lo ambiental y lo inclusivo van de la mano, y es en ese sentido que Rattini sostiene que la experiencia transitada en Filo busca “reconocer el trabajo de lxs recolectorxs y recicladorxs. Reciclar desde abajo es el concepto, que lo pusimos en práctica en el cursillo de ingreso, cuando vinieron integrantes de la Cooperativa a dar charlas explicativas a lxs estudiantes. Queremos continuar, potenciar esos intercambios con talleres, más charlas, porque sostenemos que es necesario que lxs recicladorxs vengan a la universidad, conozcan la Facultad”.

Los cartógrafos del papel en Filo

Otra pata del proyecto es el aporte de lxs trabajadorxs no docentes, quienes “tienen el mapa de la territorialidad de la Facultad, son ellxs quienes conocen el circuito del papel y el cartón, y estamos viendo mucho compromiso con eso, sobre todo en Andrea Martínez, que es quien cumple su función en el Pabellón Francia”, explica Hunziker.

Martínez cuenta que “desde que llegué a Filo, especialmente al Pabellón Residencial, me formaron para darle utilidad a los papeles, por ende me acostumbré a guardarlos, y cuando había una cantidad razonable hablábamos por teléfono con gente que venía a retirarlos, algunos para reciclarlos, otros para venderlos. Siempre que vemos papeles los derivamos a personas que los juntan, nunca los tiramos a la basura”.

A pesar de este antecedente institucional, Andrea se esfuerza en señalar que “el proyecto de reciclado con inclusión social cobró mucha fuerza este año a partir de la impronta que le pone la dirección de la Escuela de Filosofía, quien nos convocó a toda la comunidad, no sólo a los no docentes, a esta tarea del reciclado. Así es que lxs no docentes de Servicios Generales colaboramos en la guarda de papeles y cartones y luego avisamos para que los retiren los de la Cooperativa”.

Aunque para Andrea en otros años había más cantidad de papel para reciclar –insumo que la digitalización administrativa ha disminuido-, “la concientización ha sido fundamental en este 2023, porque lo que nosotros no usamos les es útil a otras personas y colaboramos con el medio ambiente. Lxs integrantes de la Cooperativa trabajan con mucho entusiasmo en la búsqueda de papeles y como gratitud han entregado plantas en forma de agradecimiento a los papeles donados. Es lindo y genera un profundo bienestar sabernos parte de este eslabón de ayuda social”.

Diálogo de saberes

“Existen muchas vías a través de las cuales la Universidad y los barrios populares podrían fortalecerse mutuamente, por ejemplo jornadas de capacitación en clasificaciones de residuos sólidos urbanos para la comunidad de la Facultad, que articulen con grupos de investigación abocados a procesos sociales y ambientales; nutrir a las bibliotecas de los Pabellones a donde se dicta el Programa de la Universidad en la Cárcel a través de la compra y recuperación de libros que ingresan a las plantas de tratamiento de la cooperativa; la construcción de un modelo curricular para proveer a egresados de las carreras de la facultad orientado a la promoción de prácticas ambientales, que permita el acceso de la cooperativa al nivel medio; entre otros”. Estos son algunas de las ideas que dieron vida al proyecto que arrancó con lo más simple: separar, juntar, acumular papeles y cartones en un Pabellón y que una cooperativa los reutilice.

Configurar esta articulación entre la Escuela de Filosofía y la Cooperativa La Esperanza tiene múltiples propósitos: garantizar un sistema de recolección y tratamiento de residuos sólidos urbanos, fracción seca; explorar otros modos de fortalecer el vínculo entre la cooperativa y la Escuela; y llevar un registro del proceso, en búsqueda por extender el sistema de gestión de residuos secos reciclables al resto de las escuelas de la FFyH. Por eso, esta “prueba piloto” configura un antecedente que entusiasma para pensar el abordaje de los residuos en el resto de la Facultad.

Para alcanzar dicho objetivo, se prevé la configuración de un equipo de trabajo compuesto por integrantes de todos los claustros e integrantes de la cooperativa. “Hoy no se hace en todos los pabellones, nació desde el Francia y Paula le está poniendo toda la pila al proyecto. Los de la Cooperativa cumplen en tiempo y en forma y cuando les avisamos vienen a retirar los papeles. Estamos trabajando en un ambiente prolijo, siempre se están poniendo o cartones o papeles adentro del carrito verde del reciclado, es algo que nos hace sentir bien y creo que hay que seguir contagiando  para que se sumen más manos solidarias, para el beneficio de las personas que reciben el papel y nosotrxs tener nuestros espacios ordenados y darle utilidad a lo que ya no nos es útil”, valora Andrea.

Como la misma trabajadora nodocente cuenta, existen antecedentes de la articulación entre la Facultad y las organizaciones cartoneras y recicladoras: desde 2015, en el marco del programa Recuperadores Colectivos para retirar residuos reciclables (celulósicos en su gran mayoría) dicha tarea se llevó a cabo en Casa Verde, la Biblioteca de Filosofía, el CIFFyH, el Decanato-Pabellón Residencial y la Biblioteca del CEPIA con la naturaleza. “Es por ello que el presente proyecto prevé el desarrollo de acciones que excedan el tratamiento específico de los residuos, sino que también permitan re-pensar y fortalecer los vínculos al interior de la sociedad civil. Como señalan algunas investigaciones de carácter etnográfico en torno a la revalorización de residuos por parte de cooperativas, ‘La cuestión del post-consumo en general y más aún del pos-consumo vinculado a los residuos, resulta en la actualidad un campo caracterizado por la vacancia de estudios destinados a sistematizar estos procesos´”, se puede leer en el proyecto que hoy funciona en la Escuela de Filosofía.

Proyecto que se enmarca en lo que establece el artículo 41° de la Constitución Nacional, que  dice que “todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo (…) Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la utilización racional de los recursos naturales, a la preservación del patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, y a la información y educación ambientales…”

El principio de inclusión social está presente en la ordenanza 12.648 de la ciudad de Córdoba, que reconoce la preexistencia de los Recuperadores Urbanos en las tareas de separación de residuos y recolección diferenciada, como legítimos actores de tales prestaciones, razón que implica su inserción en la cadena formal de gestión integral de los residuos sólidos urbanos.

En este sentido es que resulta fundamental resaltar la actividad desarrollada por las cooperativas y/o asociaciones civiles de recuperadores de residuos urbanos como prestadoras de un servicio esencial, como lo es la Cooperativa de Carreros y Recicladores «La Esperanza» Limitada, las cuales se constituyen como una herramienta idónea y necesaria para promover la inclusión económica y social y para implementar la Gestión Integral de los Residuos Urbanos en la Provincia de Córdoba, permitiendo la recuperación de materiales reciclables y reutilizables en concordancia con los principios establecidos en la Ley de presupuestos mínimos de residuos sólidos urbanos Ley N° 25.916 y la ordenanza 12.648.

Desafíos

Para ampliar lo que hoy se realiza en la Escuela de Filosofía, el proyecto contempla conformar un equipo de trabajo encargado de coordinar las acciones y actividades correspondientes. El mismo se encontrará compuesto por integrantes de los diferentes claustros, convocatoria a la que se inscribieron estudiantes y egresados. Y si bien ya cerró la convocatoria para este año, pueden incorporarse nuevos integrantes con un pedido previo. Además, está previsto comenzar diálogos con las demás direcciones de las Escuelas para discutir la extensión de la implementación del proyecto al resto de la Facultad, “atendiendo a las particularidades y modificando lo necesario. Pensar desde esta pequeña experiencia la posibilidad de construir un modelo de tratamiento de residuos reciclables operativo para la Facultad, así como la profundización de la articulación entre esta y el sector de reciclaje de la economía popular”.

Dicha articulación, a su vez, resulta útil al espacio mencionado en la medida en que le permite multiplicar los volúmenes de material ingresados a sus plantas de tratamiento a través de uno de sus recolectores, el cual vería incrementado su ingreso en función de los retiros y por del reconocimiento económico a su trabajo por parte de la Facultad, “algo que por ahora no podemos garantizar, pero que está dentro de los objetivos del proyecto”, aclara Hunziker.

Proyecto con Sofía Cartonera

En el gran abanico de posibilidades que habilita la recolección y reciclado de papeles y cartones, está la de trabajar con Sofía Cartonera, la editorial de la Secretaría de Extensión de la FFyH, que elabora sus producciones con papel y cartón reciclado. “La idea sería poder hacer las tapas de los libros de la editorial con los cartones que reciclemos en la Cooperativa”, cuenta Rattini.

Texto: Camilo Ratti
Fotos: Camilo Ratti y gentileza Augusto Rattini


Proyecto Institucional de la Escuela de Filosofía FFyH-2023

Título: Frente a la crisis ecológica, reciclaje con inclusión social: una prueba piloto en la Escuela de Filosofía

Coordinación de equipo de trabajo: Paula Hunziker, Laura Danón, Carlos Balzi, Emanuel Biset, Patricia Brunsteins, Cesar Marchesino, Augusto Rattini, Federico Martín Rearte Faria.

Equipo de Trabajo: a definir en convocatoria específica para estudiantes y egresades.

Asesoras: Eliana Lacombe, Pablo Barrionuevo, Ignacio Pellón, Agustín Mingorance, Guadalupe Meyer Paz, Esteban Beltrán, Agustín Darío Poncio, Agostina Luz Castro, Camila Chiavassa.

Instituciones, programas y secretarías intervinientes: Escuela de Filosofía (FFyH), Federación de carreros, cartoneros y recicladores de la Ciudad de Córdoba, Cooperativa La Esperanza, Secretaría de Extensión de la FFyH.