La primera actividad del ciclo de formación política “Memorias para el futuro” giró en torno a los hechos que cambiaron el curso político de los 70 y que hoy sigue siendo un espejo para pensar la militancia y transformar la realidad. Del panel participaron lxs secretarixs generales de Gráficos, Ilda Bustos, y de UEPC, Juan Monserrat, el abogado laboralista, Luis Fanchín, y el secretario de Coordinación de la FFyH, Leandro Inchauspe, con la coordinación de Lucía Crinejo, del CEFFyH. El segundo encuentro será “Luchas de las mujeres por ampliación de derechos. A 75 años del derecho al voto femenino”, el viernes 23 de septiembre a las 17 en la sede de ANSES, Avellaneda 490.
El ciclo de formación política para estudiantes y trabajadorxs que organizan la Secretaría de Extensión, la Secretaría de Asuntos Estudiantiles, la Oficina de Graduadxs y el Programa de Derechos Humanos de la Facultad de Filosofía y Humanidades, el Centro de Estudiantes de esta unidad académica, la Unión Obrera Gráfica de Córdoba, el Foro Sindical de Derechos Humanos de la Mesa de Trabajo por los DDHH y la Biblioteca Nacional-sede Juan Filloy (Córdoba) tuvo su primera actividad con los hechos que en agosto de 1972 cambiaron el curso político argentino y sigue siendo un faro para mirar la militancia y pensar los desafíos de un presente que cada vez se aleja más de la utopía revolucionaria de una patria más justa y equitativa, como la que soñaron y por la cual pelearon las organizaciones populares de aquellos años.
Con la apertura y coordinación de Lucía Crinejo, secretaria de Derechos Humanos del Centro de Estudiantes de la Facultad de Filosofía y Humanidades, la primera en tomar la palabra fue Ilda Bustos, secretaria general de la Unión Obrera Gráfica de Córdoba, quien resaltó el eje de la convocatoria: “Me parece muy acertado el título Memorias para el Futuro, para ligar los hechos históricos como Trelew, con el futuro, con nuestro devenir. Lo trascendental es el legado de este hecho que alumbra muchas luchas populares. Aquellas organizaciones político-militares confrontaban con un enemigo que identificaban claramente y eso nos diferencia con el hoy. El legado es la necesidad de identificar el enemigo y luchar contra el con todas las herramientas que tengamos a mano”.
“Hoy la democracia le debe todo a los pobres y la clase trabajadora”, por eso, ante un público juvenil y militante convocó a “ponerlo todo, el cuerpo, el alma, la vida, una vida de integridad, como la pusieron lxs compañerxs sin especulación política. Hay que recuperar Trelew para hacer la transformación que sigue pendiente. Tener un futuro de libertad, soberanía y justicia social. Para eso hay que recoger la memoria y el legado, el relato histórico, que no se puede interrumpir, como ha pasado muchas veces. Esta historia tiene que alumbrar a las nuevas generaciones para que vengan nuevas luchas que puedan cambiar la realidad sí o sí”.
Juan Monserrat, de UEPC, fue quien tomó la palabra para insistir en la “necesidad de protagonizar muchos Trelew y Cordobazos para defender el salario, las condiciones laborales, el estado de bienestar y otras conquistas de las organizaciones populares que el capitalismo intenta –y con éxito- llevarse puestas para implementar una sociedad cada vez con menos derechos”.
Luego de compartir un impresionante relato sobre cómo miraban los militares que participaron de la masacre a lxs militantes revolucionarios presos en Trelew, el dirigente docente sostuvo que si bien “no es posible transferir las experiencias a las nuevas generaciones, es imprescindible recuperar aquellos hechos para que las nuevas generaciones construyan su propia historia”.
El tercer panelista fue Luis Fanchín, abogado laborista y representante legal del gremio docente, quien planteó tres ejes: el empate hegemónico entre las fuerzas populares y el poder económico que Argentina vive desde hace décadas como algo distintivo en relación a otros países de América Latina, la explicación histórica de la violencia política que atravesó a su generación y las enseñanzas que dejó Trelew para pensar la actualidad. “En Argentina ni la oligarquía ha podido derrotar al movimiento popular, ni este ha podido torcer el poder de esos sectores dominantes. En Chile, Perú y otros países las dictaduras lograron imponen su proyecto económico y destruir o debilitar al movimiento obrero, cosa que en Argentina no se logró. A 3 años del Golpe del 24 de marzo, la CGT declaró el primer paro nacional, por eso no es cierto que Malvinas terminó con la dictadura, aceleró un proceso que los sectores obreros venían llevando a cabo”.
Otro punto en el que puso énfasis fue el tema de la violencia: “La generación del 60 y 70 no éramos violentos, nos enseñaron a ser violentos. Crecimos con esa cultura golpista, autoritaria, de presencia militar en nuestra vida cotidiana. Planteos y golpes de Estado, democracia vigilada, Frondizi, Illia…, ahí aprendimos que el poder nace con la boca del fusil, en la década del 70 no teníamos opción, de una forma u otra para tener opinión teníamos que estar del lado de madera de la culata del fusil”.
Por último, aunque aclaró que “la conciencia epocal es intransferible, lo más difícil de entender, es importante apropiarse de las palabras porque quien se apropia de ellas se apropia de la historia”. Además, valoró la posibilidad de analizar los hechos de Trelew, escenario donde según su análisis se vieron las propias contradicciones políticas del régimen militar: “Lanusse planteaba una apertura política, se había acercado al Grupo Andino y del Pacífico en buena sintonía con Allende, y eso a la Embajada norteamericana no le gustaba, además de que la Marina era visceralmente gorila”.
Leandro Inchauspe, secretario de Coordinación de la FFyH, fue quien completó las intervenciones previas al diálogo con el público, planteando una historización de la represión estatal por razones políticas a lo largo del siglo XX, para terminar advirtiendo el resurgimiento de discursos por parte de sectores sociales y políticos de derecha, que vuelven a justificar el uso de la fuerza física para eliminar al adversario político.
Pocos días antes del intento de magnicidio contra la Vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, Inchauspe se preguntaba ¿Por qué re-memorar Trelew, a cincuenta años de los hechos? ¿Para qué volver a recordarlo desde la universidad pública?: “Creemos que no solo nos obliga el compromiso con jóvenes y no tan jóvenes, argentinos y argentinas que lucharon por la justicia en el pasado. Lo cual sería, ya, razón suficiente. También lo hace el crecimiento, cada vez más desembozado en algunos medios de comunicación y en varias manifestaciones opositoras, de un discurso que vuelve a clamar muerte. De una iconografía que simula a la muerte y el asesinato – bolsas de cadáveres, guillotinas – que resurgen para anunciar lo que se quiere hacer con quien piensa distinto. Frente a todo ello, tenemos la responsabilidad de alzar la voz, una voz que viene desde el pasado en nuestro caso, para decir rotundamente que no, que no queremos más muertes de militantes populares, ni de nadie, a manos del Estado”.
Texto y fotos: Camilo Ratti
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