En el marco del Proyecto PISAC-COVID, el estudio indaga sobre las condiciones de la escolaridad en el nivel secundario y las políticas desplegadas durante las etapas de la pandemia, con el objetivo de estudiar las transformaciones y las desigualdades que lo afectan. Octavio Falconi, Silvia Servetto y Guadalupe Molina participan como Investigadorxs Responsables, en tanto Coordinadorxs de equipos de investigación del Área de Educación del CIFFyH y del Área de Investigación Educativa del CEA de la FCS-UNC.
“La reconfiguración de las desigualdades vinculadas a la educación secundaria argentina en situación de pandemia/pospandemia” se llama el proyecto PISAC-COVID que financia la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, y del cual participan investigadorxs del Área de Educación del CIFFyH de la Facultad de Filosofía y Humanidades, en conjunto con la Facultad de Ciencias Sociales de la UNC y otras siete universidades nacionales.
El estudio indaga las condiciones de la escolaridad en el nivel secundario y las políticas educativas desplegadas durante las etapas de la pandemia, con el propósito de estudiar las transformaciones de la escolaridad y las desigualdades educativas que afectan al nivel. El proyecto contempla dos tipos de estudios -uno cuantitativo y otro cualitativo-. El trabajo de campo del segundo de éstos, se desarrolla en dos departamentos o distritos de las provincias de Córdoba, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Chaco, Catamarca, Neuquén, Río Negro y Santiago del Estero, Conurbano bonaerense e interior de la provincia de Buenos Aires, a través de entrevistas a los responsables del área a nivel central y local (directoras/es e inspectores/as), directivas/os de establecimientos y también en forma grupal a docentes y estudiantes, entre otros actores socioeducativos.
“Se abordan las desigualdades de cobertura, permanencia y egreso de los/as estudiantes del nivel secundario de modo diacrónico (pre-pandemia, pandémicas y/o postpandémicas), las diferencias en las estrategias institucionales, en las condiciones de enseñanza, así como en las experiencias escolares desplegadas como respuesta a la suspensión de la presencialidad”, señala el proyecto, que se encuentra en plena etapa del trabajo y recolección de información.
Las desigualdades educativas son caracterizadas y analizadas en niveles macro, meso y micro, en las modalidades de educación común y técnica, en ámbitos urbanos y rurales, de gestión estatal y privada, y son puestas en relación con las desigualdades socioeconómicas, territoriales y de género para arribar a la caracterización de circuitos diferenciados de escolarización.
Hoy, la investigación en educación secundaria ocupa un porcentaje mayoritario de la producción de investigación en Argentina, y en parte explica la importancia de este proyecto que se propone generar conocimiento sobre las dinámicas de mutación y la desigualdad educativa para el nivel secundario.El retorno a la presencialidad, que se preveía con esquemas alternados, requiere describir y analizar el estado del sistema para el sostenimiento y acompañamiento de las trayectorias escolares en pandemia y postpandemia, teniendo en cuenta las desigualdades jurisdiccionales y territoriales previas y las emergentes en 2021. Asimismo, las políticas y las estrategias institucionales desplegadas en los ámbitos locales y en las escuelas, constituyen respuestas de los Estados que este proyecto busca identificar, caracterizar y analizar como soluciones a las condiciones de suspensión de la presencialidad y a la situación de desigualdad educativa que afecta en su conjunto a los/as adolescentes y jóvenes de la Argentina en relación al derecho a la educación”.
Dentro de esta ambiciosa investigación, la Facultad de Filosofía y Humanidades tiene mucho para aportar, en función de su larga trayectoria sobre educación secundaria, que se expresa en la experiencia y recorrido de varios equipos del Área de Educación del Centro de Investigaciones de la FFyH, que para este caso trabajan de manera conjunta con pares de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNC.
“Participar en el Proyecto PISAC-COVID con un criterio de representatividad y especificidad temática tiene entre sus objetivos fortalecer y desarrollar la formación de investigadores noveles, becarixs y estudiantes avanzados, como también de lxs propios investigadores con trayectoria, en saberes vinculados con la producción de conocimiento en torno a la educación secundaria -temática altamente representada entre nuestros equipos-, a la vez de robustecer al Área como espacio de formación y producción de conocimiento”, señala a Alfilo Octavio Falconi, integrante del comité científico e Investigador Responsable (IR) del proyecto, quien tuvo la tarea de convocar a todos los equipos e investigadorxs que participan. “Buscamos promover el intercambio y la producción con otros equipos del país especializados en la temática”, completa Falconi, actual coordinador del Área de Educación del CIFFyH.
La idea es dejar conocimientos instalados y un modo de trabajo colectivo en torno al objeto de estudio para que, una vez finalizado este PISAC COVID, se pueda pensar entre todos los equipos que investigan educación secundaria en el Área del CIFFyH un proyecto/programa unificado y de mayor amplitud en la producción de conocimiento transversal acerca del fenómeno en Córdoba, independientemente de que cada equipo siga investigando sus propios temas.
Silvia Servetto y Guadalupe Molina también coordinan equipos de investigación, en el CIFFyH pero en este caso participan en representación de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNC. “Como la convocatoria surgió también desde el CODESOC (Consejo de Decanos y Decanas de Ciencias Sociales y Humanas) y algunos de los nodos tenían que pertenecer a facultades de ciencias sociales, nos pareció conveniente que Silvia y Guadalupe hicieran un nodo por esa unidad académica”, aclara Falconi, quien agrega: «Es muy importante la producción de conocimiento desde la FFyH y la FCS para construir un diálogo y un aporte a las autoridades provinciales de Córdoba, que son quienes tienen la responsabilidad de tomar decisiones en torno a la política en educación secundaria, como así también las autoridades ministeriales a nivel nacional a partir del producto de investigación del proyecto en su totalidad”.
Desigualdades estructurales
Algunos datos preliminares confirman que la pandemia no hizo más que profundizar desigualdades estructurales en el sistema educativo argentino del nivel secundario, cuya cobertura de escolarización de la población entre 12 y 17 años es del 84% según el Censo 2010-INDEC, con una tasa de egreso del 47,1%, de repitencia de un 11% en repitencia y un de abandono de la escuela de un 9%.
Aunque en el último decenio se incrementaron las tasas de acceso, con mejoras progresivas en las tasas de graduación y en el pasaje del primero al segundo ciclo, todavía 4 de cada 10 jóvenes no logran finalizar la escuela secundaria antes de los 22 años. La estadística oficial muestra trayectorias escolares diferenciales en cada uno de sus ciclos: mientras en el ciclo básico hay mayores indicadores de repitencia que de abandono (11,6% y 8,4%, respectivamente), en el ciclo orientado el abandono es superior a la repitencia (14,5% y 6,4%, respectivamente), situación que confirma diferentes tipos de dificultades para garantizar trayectorias continuas y completas.
Estas desigualdades también se expresan geográficamente. Las estadísticas nacionales y la Encuesta Nacional sobre la Estructura Social (ENES, PISAC) dan cuenta de grandes brechas entre las jurisdicciones, sector de gestión (estatal o privada) en indicadores de cobertura y de calidad y, especialmente, la persistencia de desigualdades según el nivel socioeconómico de los estudiantes. “Cabe señalar que los efectos de tales desigualdades son acumulativos y no solo inciden en la experiencia escolar, sino que afectan al conjunto de la experiencia social”, se advierte en el Proyecto.
La virtualidad ¿excluyente?
Si se consideran las desigualdades educativas previas a la pandemia, se identifica que desde los primeros años del siglo XXI, se promovieron políticas sobre terminalidad de la secundaria, con la intención de garantizar el derecho a la educación y paliar las desigualdades existentes en términos de acceso y finalización del nivel secundario. De la mano de la obligatoriedad de la educación secundaria establecida por la Ley de Educación Nacional (2006), se generó un imperativo a favor de la inclusión, que orientó a las políticas del nivel. Sin embargo, la pandemia introdujo otros aspectos que contribuyeron a ampliar las brechas educativas que estaban presentes y que cobraron una amplia visibilidad en el nuevo contexto, como las condiciones de acceso de los hogares a la conectividad. De acuerdo a datos del ENACOM (Ente Nacional de Comunicaciones), en Argentina el porcentaje de hogares con acceso a internet era del 62,8% para 2019.
El organismo también aporta datos sobre equipamiento tecnológico: el 86% de los hogares de estudiantes del último año del nivel secundario contaban con al menos una computadora. El dato, no obstante, debe ser contextualizado por la situación de desgranamiento y abandono de los últimos años de este nivel. Además de la disponibilidad de conectividad y equipamiento, interesa el tipo de conocimiento de lxs adolescentes para el uso, que también presenta diferenciales entre regiones geográficas: en la región Centro el 56,2% de lxs adolescentes de secundaria tiene conocimientos intermedios y avanzados, mientras en la región NOA ese porcentaje es del 23,8%.
En este sentido, un informe del CONICET del año pasado (2020) indica en todas las regiones del país un punto en común: las dificultades para continuar la escolaridad por falta de acceso o porque las familias no pueden hacer el seguimiento de las tareas. La disponibilidad tecnológica condiciona las posibilidades de mantenimiento de la escolaridad remota. Según el informe publicado por el Ministerio de Educación, el 58% de los hogares de adolescentes jóvenes que asisten a escuelas estatales de nivel secundario no tiene computadoras disponibles en el hogar. Ese valor desciende al 21% para los jóvenes que asisten a escuelas privadas. El medio más utilizado para el vínculo de las escuelas con las familias han sido los mensajes de textos (SMS, Whatsapp y otros) con un 65%.
El uso de plataformas educativas también presenta diferencias según sector de gestión: mientras que el 30% de estudiantes de escuelas estatales pudieron acceder por ese medio, en las escuelas privadas lo tuvieron disponible el 64% de lxs estudiantes. Según ese relevamiento, el 76% de lxs estudiantes sostuvo una frecuencia semanal de contacto con la escuela, un 45% todos los días hábiles y un 31 % entre 2 y 3 veces por semana.
Experiencia y trayectoria del CIFFyH
El proyecto PISAC-COVID se ancla en la experiencia, capacidad científica, técnica y administrativa para el desarrollo de investigaciones específicas que desde el 2013 viene realizando la Red de Investigadores en Educación Secundaria (RIES), de la cual Falconi pertenece a su comité científico, asociación que nuclea la mayor parte de lxs investigadorxs responsables de los Nodos integrantes del proyecto. Espíritu de trabajo asociativo, replicado en lxs participantes de cada uno de los equipos de investigación que trabajan educación secundaria del Área de Educación del CIFFyH, aportado a través de directorxs, codirectores e investigadorxs especializadxs, como así también egresadxs, becarixs y estudiantes avanzadxs, en educación técnica, rural, enseñanza, políticas educativas, como Vanesa López, Nora Alterman, Alejandra Castro, Cecilia Martinez, Mónica Uanini, Gonzalo Gutierrez, Eugenia Danieli, Lucia Beltramino, entre otres.
Armar un proyecto de esta dimensión, con el relevamiento de más de 2300 escuelas secundarias de ocho jurisdicciones geográficas, fue posible gracias a la base de datos que RIES construyó a lo largo de los años, con acceso libre de todos los proyectos de investigación sobre educación secundaria, producción de conocimiento en el país de los últimos 15 años. Investigaciones, proyectos, libros, artículos, capítulos de libros, conforman un volumen de investigación en educación secundaria de las más importantes dentro del campo de la educación. “Había mucho material, pero desarticulado, no dialogaban entre sí y no estaban sistematizados y recopilados. Eso permitió hacer una base para pensar qué se está conociendo y qué posibilidades existen para que las políticas educativas accionen sobre las problemáticas que se relevan de manera recurrente en la investigación”, destaca Falconi.
Silvia Servetto es la Investigadora Responsable de la Facultad de Ciencias Sociales. Junto a Guadalupe Molina integran el Nodo 2, que hace el estudio de campo en la provincia de Chaco. “Con Octavio y Guadalupe funcionamos como un equipo de coordinación y hacemos trabajo de campo tanto en Córdoba como en Chaco. Es un proyecto ambicioso, muy importante, que abarca un estudio sobre el estado de situación de la educación secundaria en el país, aunque hacemos foco en las ocho provincias donde están las universidades nacionales que participan del proyecto más Chaco, que lo tomamos desde Córdoba. Es un trabajo en tres planos: uno trabaja sobre las políticas educativas, otro las estrategias institucionales y el tercero las prácticas de los actores escolares”, relata Servetto.
En una primera etapa, los equipos se abocaron al relevamiento de información de las políticas educativas, específicamente a través de las normativas que se implementaron entre 2020 y 2021 que fueron muchas. Este proceso alteró el estado de situación de las escuelas por la falta de presencialidad y el traslado de las escuelas a las familias, fundamentalmente con los contenidos y evaluaciones. “Hemos pasado a realizar entrevistas a directores jurisdiccionales de educación secundaria y estamos entrevistando a directores de escuelas secundarias públicas, privadas y de distintas modalidades. El trabajo de campo está siendo complejo porque lo estamos haciendo a distancia, de manera virtual, eso complejiza el contacto, no es lo mismo hacerlo personalmente, todo ha sido mucho más engorroso. Investigar en tiempo de pandemia es complicado y lo sigue siendo, además de que las escuelas están desbordadas de trabajo y eso también hace que lxs investigadores no seamos la urgencia de las escuelas, eso lentifica, ralentiza el trabajo de campo”, reconoce Servetto.
“La amplia participación y el intercambio en este proyecto es relevante porque lxs investigadorxs que lo integran son profesores en Ciencias de la Educación pero también del profesorado de la FFyH, aspecto que permitirá transferir lo que se investiga a las cátedras en la formación de pedagogxs, profesorxs y egresadxs que se insertan en la educación secundaria. El objetivo con la producción de conocimiento del estudio en marcha es articular e integrar las tres funciones universitarias: docencia, investigación, extensión”, destaca Falconi.
Una foto de la secundaria argentina
Servetto plantea que el proyecto “va a ser muy importante para conocer y caracterizar el estado de las escuelas secundarias en Córdoba y, en el caso particular nuestro, también aportar a lo de Chaco, que fue una de las primeras provincias en tener coronavirus, la primera provincia que se aísla. Por eso nos parecía interesante tomar este caso, aparte de saber cómo transitaron las propuestas y dificultades. El contraste entre Chaco y Córdoba nos permite ver los procesos de desigualdad. Lo que estamos discutiendo hoy es no solo mirar un tema clásico dentro de los estudios sociales, como lo son las desigualdades geográficas, en este caso las desigualdades entre provincias, sino cómo cada provincia ha generado distintas estrategias para hacer frente a la desigualdad que ya existía pero que con la pandemia se profundizaron”.
Sobre este punto, Servetto aporta información sobre los distintos impactos que el Covid produjo según la región geográfica y el tipo de comunidad: “Hay situaciones dentro de la selva chaqueña o en zonas rurales de esa provincia -lo mismo pasa en Córdoba o Catamarca- donde vemos que la pandemia no vino a ser una alteración radical dentro de la vida cotidiana de lxs alumnxs, porque ellxs ya tenían todo un sistema armado en relación a lo remoto. Trabajan con cuadernillos u otras formas de comunicación, ya sea por las lluvias intensas, por la lejanía, ahí ya había otras relaciones entre la escuela y la comunidad. Las alteraciones de la pandemia son mucho más urbanas o de grandes metrópolis, no de zonas rurales o localidades más pequeñas. Docentes que llegan a la casa de lxs alumnxs para llevar materiales, no hace falta tanta virtualidad, existen otros modos de comunicación más directos”.
En plena etapa de recolección de información con funcionarios y directores escolares, Servetto señala que todavía falta entrevistar a docentes y estudiantes, “que es lo que más nos interesa, porque son lxs estudiantes quienes viven o han tenido otro tipo de experiencias en este tiempo”.
Tanto Falconi como Servetto remarcan la importancia y relevancia para la Facultad de participar de un proyecto de esta envergadura, que va a producir “conocimiento valioso, una lectura que hasta ahora no se había hecho, porque va a ser una lectura completa en lo macro, meso y micro, más allá de la pandemia, de los aspectos del sistema educativo de nivel secundario en todos sus sectores, ámbitos, rural y urbano, estatal y privado, y en las escuelas orientadas y técnicas. Es dejar un conocimiento exhaustivo en todo el país sobre lo que es la secundaria, una foto y un insumo para la investigación de acá en adelante”.
Córdoba y CABA hacen punta en la educación privada
Para conocer y mensurar las desigualdades del sistema educativo en el nivel secundario, se retomó en las ocho jurisdicciones seleccionadas el informe acerca del ICSE (Índice de Contexto Social de la Educación) que detalla distribución de ICSE en bajo y medio, alto y/o crítico dentro del territorio nacional. El alto implica altos niveles de privación y carencia, y el bajo lo contrario. Así, dentro de cada una de las ocho jurisdicciones, el proyecto propone elegir dos departamentos que polarizan ese ICSE. En el caso Córdoba se seleccionaron los departamentos de Río Seco (norte de Córdoba) por su ICSE alto, y Tercero Arriba (Centro de Córdoba) por su ICSE bajo. En realidad, el departamento Minas es el que tiene el ICSE más alto, pero es una zona bajamente poblada, con pocas escuelas secundarias. Y de ICSE bajo estaban Córdoba Capital y Punilla como primeras, pero se decidió por Tercero Arriba porque es un territorio no tan explorado ni conocido y es una zona de fuerte actividad de industrias químicas, agropecuarias y cultivos intensivos de cereales y oleaginosas.
Otro aspecto a destacar es sobre Córdoba y CABA en relación a otras jurisdicciones: ambas tienen los indicadores más altos de establecimientos de educación privada. El caso de CABA alcanza un 68% y Córdoba ya está en el 50%. “Son indicadores muy altos de establecimientos privados para la educación secundaria, que muestran el retroceso de la oferta estatal para este nivel educativo. No obstante, hay que decir que en Córdoba el 60% de lxs estudiantes van a escuelas estatales, a pesar de la paridad entre instituciones privadas y estatales. Fenómeno este último que en parte radica en la desigual cobertura en el territorio provincial de estos distintos sectores: la estatal llega a lugares donde a la privada o no le interesa o no le es redituable. No obstante, este indicador muestra otra cara de la desigualdad: hay más instituciones privadas para menos estudiantes, y mejores condiciones en la relación establecimientos-volumen de alumnes, -privilegio que se suma a otros aspectos de existencia e infraestructura-, aunque vale aclarar que no es la situación de todos los establecimientos privados”, advierte Falconi. De todas maneras, hay que hacer una salvedad con respecto a las unidades educativas de educación secundaria: el ministerio de educación de Córdoba amplió la oferta educativa por medio de los anexos, que son unidades educativas que muchas veces no se computan estrictamente como establecimientos. Es una variabilidad a tener en cuenta, aunque no modifica el altísimo porcentaje de escuelas privadas de la Provincia”, agrega Falconi.
Otras particularidades que muestra el estudio hace foco en el contexto rural: en Santiago del Estero y Catamarca, el 71 y 87% de las escuelas son rurales, por eso el Nodo que investiga esas provincias tiene en cuenta ese aspecto.
Y en lo que se refiere a educación técnica, un dato interesante: el 84% de estudiantes de escuelas de esta orientación están escolarizados en establecimientos que pertenecen al sector de gestión estatal.
Por Camilo Ratti
Fotografías: gentileza Octavio Falconi
(Las imágenes de las escuelas fueron tomadas antes de las medidas ASPO y DISPO dispuestas por el Gobierno Nacional)