Un equipo de investigadores, egresadxs y estudiantes del Laboratorio de Estudios Territoriales del Departamento de Geografía asesora al Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba en la producción de información para la definición de acciones frente al avance del COVID 19. “La pandemia llegó para movilizarnos, y la geografía como ciencia social aporta insumos para la toma de decisiones”, escribe la coordinadora del equipo, Luciana Buffalo, docente e investigadora de la UNC.
Un equipo de investigadores, egresados y estudiantes del Laboratorio de Estudios Territoriales del Departamento de Geografía de la Facultad de Filosofía y Humanidades-UNC, se encuentran asesorando al Ministerio de Salud de la Provincia con incumbencia en el COE (Comité Operativo de Emergencia) de la Provincia de Córdoba, en la producción de información para la definición de acciones frente al avance del COVID 19.
Este equipo que coordino, trabaja desde el mes de marzo en el desarrollo de metodologías de análisis territorial para comprender y monitorear la dinámica del virus en tiempo real. El equipo trabaja de manera coordinada con especialistas del área de epidemiología de la Universidad Nacional de Córdoba y del Ministerio de Salud.
El 11 de marzo, la Organización Mundial de la Salud determinó el estado de pandemia por el virus COVID-19. En este contexto, el 12 de marzo se estableció por decreto presidencial el aislamiento social obligatorio en la República Argentina. El objetivo de esta medida fue disminuir la circulación de personas para evitar el contacto social y limitar los contagios comunitarios.
El aislamiento contempló excepciones, permitiendo una circulación limitada de las personas afectadas a las actividades y servicios declarados esenciales (salud, producción y venta de alimentos, farmacias, seguridad), y para los ciudadanos, posibilitando realizar compras de alimentos en comercios de proximidad.
En la provincia de Córdoba, los primeros casos fueron importados y de contacto cercano, encuadrados epidemiológicamente como transmisión por conglomerados, y recientemente se han detectado casos por contagio comunitario.
En este contexto, y frente al comportamiento de la pandemia en otros lugares del mundo, la reducción o prevención de la morbi-mortalidad por COVID 19 depende de los recursos sanitarios, pero además intervienen dimensiones sociales, demográficas, ambientales, económicas, culturales y habitacionales que condicionan la dinámica del virus en el territorio. Estas condiciones interactúan de manera combinada con las políticas que desde los gobiernos se implementan para detectar, prevenir o reducir la expansión del contagio.
El trabajo persigue una doble intención, por un lado generar información continua para la toma de decisiones sanitarias preventivas en el ámbito de gobierno, y por otro se busca visibilizar situaciones de vulnerabilidad para reforzar la contención en esas áreas. En esta última intención colaboran además colegas del área de Antropología y de Ciencias Sociales.
Así, se comienza a trabajar con los datos de casos aportados permanentemente por el Ministerio de Salud (bajo contrato de confidencialidad) y se realizan distintos análisis con bases de datos existentes de distintos equipos de investigación, y datos estadísticos oficiales.
Los ejes de trabajo incluyen el análisis y georeferenciación multivariable de indicadores de vulnerabilidad socioterritorial de la población frente al COVID 19; movilidad y circulación de población positiva de COVID 19; accesibilidad de la población vulnerable a áreas de abastecimiento en cuarentena; identificación de áreas de riesgo a escala intraurbana para adultos mayores (residencias geriátricas y áreas de densidad de casos de adultos mayores con casos positivos de COVID 19); identificación de focos de contagio, entre otros. Estos análisis se realizan para todo el territorio provincial, con foco en las áreas urbanas de mayor contagio.
Más allá de la experiencia desafiante que hoy transitamos como equipo de investigación, que se compromete ante la situación, sin duda estamos frente a un contexto que necesita respuestas interdisciplinarias urgentes. La pandemia llegó para movilizarnos, y la geografía como ciencia social aporta insumos para la toma de decisiones. Sin duda, hoy necesitamos agudizar nuestros esquemas interpretativos que visibilicen aquello que un mapa superficial no muestra. Necesitamos ahondar en una geografía crítica que evidencie el mundo que hay detrás de cada dato.
Por Dra. Luciana Buffalo
Geógrafa, docente, investigadora y directora del Departamento de Geografía – FFyH/UNC
Fotografías: Gentileza La tinta