El 27 y 28 de febrero se encontraron en el Pabellón Venezuela de la FFyH comunidades de distintos puntos del país, organismos y funcionarios nacionales y provinciales, con el objetivo de trabajar problemáticas comunes y elaborar un documento que pueda ser presentado en el III Foro Mundial de Derechos Humanos a realizarse en Buenos Aires entre el 20 y el 24 de marzo.
Una gran ronda que convocó a los “seres protectores, guías, maestros y guardianes” de los cuatro puntos cardinales y sahumó con los buenos espíritus a cada participante, fue la ceremonia que abrió un encuentro de comunidades indígenas de diferentes provincias y regiones argentinas, organismos y funcionarios involucrados en la temática indígena.
Con la presencia de la Decana de la FFyH, Flavia Dezzutto, el secretario de Extensión, César Marchesino, la Directora del Museo de Antropologías, Fabiola Heredia, y la Directora del Programa de Derechos Humanos de esta Facultad, Victoria Chabrando, el Pabellón Venezuela fue el espacio donde se desarrollaron paneles y talleres sobre las problemáticas que afectan a las comunidades: educación; salud y ambiente; memoria y derechos; comunicación con identidad e Interculturalidad y violencia territorial, entre las más importantes o urgentes.
Además de socializar esta agenda común, que en cada territorio tiene sus particularidades, el objetivo de la actividad fue elaborar desde la mirada y perspectiva indígena un documento para ser presentado y trabajado en el III Foro Mundial de Derechos Humanos a realizarse en Buenos Aires entre el próximo 20 y 24 de marzo.
Lucía Villareal, Representante del Consejo de Comunidades Indígenas de Córdoba y Alberto Canelo, Curaca Mayor del pueblo de Quizquizacate, fueron lxs encargadxs de saludar y dar la bienvenida. En la ceremonia habían hecho lo propio Aldo Gómez, de la comunidad Ticas, y Alicia Puga, de la comunidad Ckatacuna, de Río Cuarto.
Ya en el auditorio Hugo Chávez, y con la conducción de Andrea Bareto, de la Comunidad Charrúa Etriek, de Entre Ríos y Fabricio Silva, del Consejo Provincial Indígena de Mendoza, fueron lxs referentes cordobesxs quienes como anfitrionxs saludaron y agradecieron “el esfuerzo de lxs hermanxs que viajaron desde distintos puntos del país para estar acá”. Sobre este punto, cabe destacar que las comunidades del centro del país hicieron un gran trabajo organizativo para que esta actividad camino al Foro Mundial pudiera realizarse.
Martha Ceballos, Curaca Mayor de la Comunidad Rural Arabela Pueblo Comechingón y miembra del Consejo Provincial Indígena, propuso aprovechar el encuentro para “compartir la realidad de los pueblos indígenas”, desafío que resaltaron Horacio Cabral, Lonko de la Comunidad Ranquel Ramón Cabral y miembro de la Comunidad Ranquel de La Pampa, y Cristian Bustos, Charava de la Comunidad Sanavirona e integrante del Consejo Educativo Autónomo de los Pueblos Indígenas (CEAPI).
Previo a los paneles y talleres temáticos, la conferencia de apertura contó con la participación de funcionarixs de organismos estatales y la Decana de la FFyH. El primer turno fue para Gisela Gauna Wirz, Defensora General Adjunta del Poder Judicial de la provincia del Chaco y Defensora Pública Interamericana por la República Argentina, quien puso el énfasis “en la necesidad de que la justica incorpore una necesaria perspectiva indígena dentro del derecho. ¿Quién necesita más educación: las comunidades indígenas o la justicia? Evidentemente la justicia debe incorporar la perspectiva no sólo de género sino también la indígena dentro del derecho. Además, si no hay acceso al derecho – por condiciones de pobreza, marginalidad y/o exclusión– tampoco hay Justicia. Y si no hay justicia no hay derecho. Es imperioso garantizar el acceso a la Justicia desde los organismos estatales y las propias organizaciones indígenas”.
También afirmó la “necesaria la participación de las comunidades indígenas en las acusas judiciales, para que esas causas se visibilicen y puedan ponerse en agenda las situaciones de inequidad y atropellos que sufren las comunidades. Para ello es fundamental tener abogados indígenas y que pueda trabajarse con la perspectiva de la interculturalidad, caso contrario es imposible cumplir las leyes de la Constitución Nacional y los tratados internacionales”.
Gabriela Calderón, del Ministerio de la Mujer y Diversidades de la Provincia de Córdoba, hizo foco en las violencias que las comunidades –y sobre todo las mujeres- padecen en sus territorios: “Es importante visibilizar las innumerables violencias que padecen las mujeres que radican en zonas rurales. Violencias que en su máxima expresión terminan en situaciones de trata de personas o femicidios”.
Eugenia Danagger, Directora de Afirmación y Derecho Indígena del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), destacó el trabajo de las comunidades para poder realizar la actividad camino al III Foro Mundial de Derechos Humanos: “Han sido las organizaciones y comunidades indígenas las principales impulsoras y protagonistas de este encuentro. Visibilizar los derechos humanos de las comunidades fue una iniciativa que surgió autogestionada en cada Consejo Provincial Indígena, y es la organización indígena la clave para poder incidir y diseñar políticas públicas que resguarden los derechos de las organizaciones y comunidades”.
“No podemos ser neutrales”
Ratificando el trabajo y el compromiso institucional y político de la Facultad de Filosofía y Humanidades con las comunidades indígenas de Córdoba y el país, la Decana, Flavia Dezzutto, tomó lo que se había dicho hasta el momento y redobló la apuesta, no sin antes pedir un aplauso para Sonia Torres, Abuela de Plaza de Mayo, quien sería reconocida por el encuentro: “La lucha de Sonia nos alienta y enseña, no sólo la de ella, sino de las Abuelas, Madres, Hijos e Hijas”. Luego saludó “el esfuerzo de todxs por estar acá y que la voz indígena suene fuerte”, y agradeció la presencia del ex Rector de la UNC, Francisco Tamarit, y la ex Decana de Famaf, Esther Galina.
Para Dezzutto, la presencia de las comunidades en la FFyH “nos enriquece y nos ofrece otras perspectivas, nos hace más verdaderos y justos. Nos amplifica el corazón, el alma y la cabeza. Lo que se debería reflexionar aquí son los distintos genocidios que se cometieron sobre los pueblos originarios de América para la conformación de nuestros Estados Nación, una página de la historia que muchos funcionarios de turno hoy intentan negar o distorsionar. Por eso hay una tensión con nuestro Estado nacional y provincial, y es una obligación preguntarnos por la realidad indígena desde la universidad, no podemos ser neutrales con sus problemáticas”.
Sobre una de las más importantes, dijo que “el gran problema de nuestra América Latina es la tierra y el territorio. Y como bien señalan las comunidades indígenas, la tierra no nos pertenece, sino que nosotros pertenecemos a la tierra. Con la lógica indígena no tendríamos el problema del extractivismo bestial, ni el ataque a la biodiversidad, o la contaminación de nuestras reservas acuíferas. Tampoco existiría la violencia ni el silenciamiento a innumerables temas y problemáticas que atentan de manera directa a la vida cotidiana de las personas. Con la lógica indígena no habría los Roca, una de las figuras más infaustas de nuestra historia”.
Para finalizar, Dezzutto señaló que “como decía una poeta que me gusta mucho, ‘un derecho que no está precedido por una obligación no es nada’, es esto lo que está en juego. Por eso es fundamental construir una perspectiva de los derechos humanos con la mirada indígena. Actualmente en el mundo existe poca tela para cortar, y estos temas no sólo son medulares, sino también urgentes”.
Honrar la lucha
Los ritos y las celebraciones ancestrales habían generado el clima, sentido que las palabras ratificaron como antesala para la emoción pura, que llegó con un momento sublime: el reconocimiento de las comunidades indígenas a Sonia Torres, referente de Abuelas de Plaza de Mayo regional Córdoba, y de la lucha por los derechos humanos a nivel mundial. Marta Ceballos y Aldo Gómez fueron lxs encargados de entregarle una plaqueta y unos lápices para seguir escribiendo Memoria, Verdad, Justicia, Territorio e Identidad. Conmovida, Sonia agradeció a Flavia y a las comunidades y felicitó a la Decana por sus palabras “tan oportunas”. “Yo recibo esto en nombre de todas las abuelas, que nos acompañan desde el cielo, empezamos veintidós esta lucha y hoy quedo yo sola. Empecé a ser Abuela de Plaza de Mayo cuando secuestraron a mi hija Silvina, que estaba embarazada en ese momento. La secuestró la dictadura que desapareció a 30 mil personas y se robó 500 nietos. Por nuestro trabajo sabemos que 55 madres que fueron secuestradas y torturadas, las mataron con sus hijos en sus vientres”.
Frente a un público que la escuchaba con respeto y admiración, Sonia dijo que “con las Abuelas dijimos que hasta que no esté el último nieto no recupere su identidad no vamos a cesar con nuestra lucha. Este acto nos ayuda mucho, porque la difusión es lo que nos permite seguir buscando a nuestros nietos”.
La devolución llegó con Marta Ceballos, quien resaltó que “Sonia es un ejemplo de lucha y una invitación a que todos lxs hermanxs luchemos y empecemos a que nuestros derechos de justicia se vean”. Tan emocionada como Sonia, contó que “le dije a mi madre que cuando fuera grande iba a poder decir quién soy, de donde vengo y hacia dónde voy. Estas jornadas van a ser muy fructíferas, nos llegó la hora de decir quiénes somos y para qué estamos”.
El otro reconocimiento fue para la Fundación Napalpí, que recibieron Analía Noriega y Patricia Villlalba. “En cada lápiz hay una palabra que tiene un significado: Memoria, Verdad, Justicia, Territorio e Identidad. Queremos reconocer el trabajo y la trayectoria de la Fundación, y también sus conquistas a partir de sus luchas”, resaltó Aldo Gómez. Uno de los más destacados protagonistas de esas conquistas fue Juan Chico, docente e investigador indígena del Chaco fallecido durante la pandemia que hizo un enorme trabajo de recuperación de la historia de Napalpí, recolectando testimonios de sobrevivientes y documentación que resultaron claves en el juicio que el año pasado juzgó aquella masacre como delito de Lesa Humanidad, abriendo una nueva etapa jurídica en lo referido al juzgamiento de otras masacres o matanzas indígenas.
Al sonido suave de la guitarra, Fabricio Silva compartió un texto en homenaje a quien supo decir “no arranquen el monte de mí”, como testimonio desgarrado de quienes comprenden y sienten la vida humana como una parte mas de la madre tierra, no por encima de esta: “No arrancaron el monte de ti, de tu mente de tu corazón, en tus pasos bajo el sol y la sombra del monte las palabras volvieron a nacer para que nunca más la verdad sea negada, y en la luz de tu amor y la identidad la lucha indígena siga tus pasos. Por memoria, verdad, justicia, identidad y territorio”.
Texto: Camilo Ratti
Fotografías: Pablo Giordana – Irina Morán
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