Eugenio Zaffaroni fue el invitado especial en el cierre del 2° Seminario Internacional de Extensión “REPENSAR LAS DEMOCRACIAS EN AMÉRICA LATINA: CONTRADICCIONES Y POTENCIALIDADES”, que se dictó a lo largo de 2024, en el marco del Comité de Solidaridad con los Pueblos Latinoamericanos. En ese marco, brindó una conferencia que se puede ver en el canal de YouTube de la FFyH.
La segunda edición del Seminario Internacional de Extensión “REPENSAR LAS DEMOCRACIAS EN AMÉRICA LATINA: CONTRADICCIONES Y POTENCIALIDADES” surgió en el marco de las actividades que desarrolla el Comité de Solidaridad con los Pueblos Latinoamericanos desde fines de 2019, y tiene como antecedente inmediato el seminario internacional “Luchas por la Memoria, la Verdad y la Justicia en la América Profunda”, dictado en la segunda mitad del año 2021, con modalidad virtual, junto a la Universidad Mayor de San Andrés (La Paz, Bolivia), en cual participaron más de 500 personas inscriptas de todo nuestro continente y de Europa.
Este año, el cierre estuvo a cargo de Eugenio Raúl Zaffaroni, abogado penalista, ex Juez de la Corte Suprema de Justicia de Argentina, ex Juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y autor de numerosos artículos y libros, entre ellos “¡Bienvenidos al Lawfare! Manual de pasos básicos para demoler el derecho penal”. La conferencia se llevó a cabo de manera virtual el 22 de noviembre.
“Con mucho entusiasmo, con mucha alegría, hacemos el cierre del seminario ‘Repensar las democracias en América Latina. Contradicciones y potencialidades”, organizado por el Comité de Solidaridad con los Pueblos Latinoamericanos, que cumple cinco años y se conformó en noviembre de 2019 tras el golpe de Estado en Bolivia contra el gobierno constitucional de Evo Morales Ayma y Álvaro García Linera”, comenzó Virginia Carranza, subsecretaria de Asuntos Estudiantiles de la FFyH e integrante fundadora del Comité.
Después, Carranza indicó que “este Comité está conformado por la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC y la Mesa de Trabajo por los Derechos Humanos de Córdoba y ha venido realizando diferentes acciones que tienen que ver con la plena vigencia de los derechos humanos en América Latina, los procesos de memoria, verdad y justicia y la defensa de las democracias. En estos cinco años que estamos cumpliendo hemos pasado desde conformar redes humanitarias para refugiados políticos, que por las condiciones en sus países venían a Córdoba en particular pero Argentina en general, a transitar los exilios correspondientes, hasta una campaña internacional por los salvoconductos para siete personas asiladas en la Embajada de México en La Paz durante 2020. También participamos de la recuperación de la democracia en Bolivia garantizando las mesas electorales en nuestra provincia, que es la segunda en el número de la comunidad boliviana en Argentina”.
A continuación, Pablo Iparraguirre, docente de la Escuela de Historia y coordinador del Seminario, señaló que el objetivo de esta actividad fue “repensar las democracias en América Latina en esta situación tan particular y urgente y para eso nos propusimos conformar un espacio de diálogo”. “Este seminario no solamente expresa un compromiso político de parte de la Mesa de Trabajo de los Derechos Humanos en Córdoba y la Facultad de Filosofía y Humanidades, sino que además es un espacio de intercambio y diálogo que expresa una forma de construir conocimiento, que no solo se produce desde la academia, sino también desde otros saberes y otros conocimientos, sobre todo aquellos que, como en la temática que estamos abordando y en los problemas que estamos abordando, surgen de las luchas y la resistencia de organizaciones sociales a determinadas políticas y a determinados modelos, entonces tenemos el compromiso de pensar formas distintas de construir conocimiento”, continuó.
Antes de brindarle la palabra a Eugenio Zaffaroni, la decana de la FFyH, Flavia Dezzutto, también le dio la bienvenida a las personas que participaron de manera remota en la conferencia y afirmó que “el camino que se manifiesta en este seminario en particular y en este momento de nuestra América en relación a toda la discusión de nuestras democracias, muy complicadas desgraciadamente, nos desafían a una mayor lucidez y a intervenciones que puedan superar inercias, que puedan surgir a partir de este proceso de discusiones teóricas y de experiencias, de compartir nuestro camino en los territorios, de compartir nuestras experiencias políticas y construir análisis cada vez más agudos”.
“Tanto este seminario como todo el camino del Comité se da en el marco de una acción que es necesaria, que es la acción de la solidaridad entre los pueblos latinoamericanos”, afirmó Dezzutto y destacó el trabajo que viene realizando el Comité de Solidaridad con los Pueblos Latinoamericanos: “Un programa de solidaridad entre los pueblos tiene que articular las cosas que todos estos seminarios vienen articulando: los procesos de memoria, verdad y justicia, los procesos de comprensión de los movimientos sociales, las luchas campesinas y las luchas indígenas”.
Agradecido por el espacio, Zaffaroni arrancó su análisis con el foco puesto en lo que está pasando en Argentina, “donde creo hay un desconcierto, una anomia en la población, incluso en la militancia política. Estamos desconcertados, desde que terminó la dictadura militar nunca hemos vivido una situación de caos institucional como esta, con un poder Ejecutivo que desfachatadamente gobierna por decretos, por vetos, asume funciones legislativas ante la impotencia aparentemente del resto. Un Ejecutivo que está entregando todas nuestras riquezas naturales, despilfarrando nuestro capital estatal, haciendo concesiones que van a durar décadas, es decir, respondiendo a los intereses financieros transnacionales”.
Para llevar a cabo estas transformaciones de fondo en contra de las mayorías populares, Zaffaroni fue uno de los primeros que denunció el “lawfare” como un mecanismo regional a través del cual los poderes fácticos instrumentan los poderes judiciales para la persecución política: “Tenemos a Evo, a Correa, a Castillo, a Glas, a Cristina, etc. Tenemos presos políticos y a nadie le llama la atención, nos hemos olvidado de Milagros Salas por ejemplo. Todo esto lo vemos en el panorama regional, y esto se inserta en un mundo (tampoco la región está sola); en ese mundo hay un reacomodamiento del capitalismo”.
Esta situación, destaca Zaffaroni “hace que hoy estemos en un mundo donde el 3% de la humanidad concentra una riqueza que es equivalente a lo que necesita más del 60 por ciento de la humanidad para sobrevivir o para morirse con paciencia. En un mundo donde tenemos genocidios, y no solo los genocidios clásicos sino también un genocidio por goteo, que no nos damos cuenta, donde esa exclusión social va causando muertes, y muertes, y muertes, en nuestra propia región”.
Desde un análisis profundo, el ex juez señala que “si miramos nuestra región en este panorama, nos encontramos con que estamos en una región geopolíticamente subordinada, o por llamarlo de otra manera, colonizada. Solo que no nos damos cuenta porque el colonialismo naturalmente cambió…, los derechos humanos nacieron en otro momento. En el mundo como mundo de relaciones humanas, el mundo que puede regular el derecho, ese mundo nace cuando todos más o menos los bichos que caminaban en dos patas sobre el planeta se pudieron conocer unos a otros. Y eso pasó cuando Colón llegó al Caribe, y cuando Vasco da Gama dio la vuelta por abajo de África y llegó a Asia, a fines del siglo XV, ahí nace el mundo. Y el mundo nace con un tremendo crimen que fue el colonialismo originario, tremendo genocidio, y entonces ese sistema mundo de que se habla aparece con su crimen, pero al mismo tiempo aparece con una resistencia al genocidio. Y entonces los derechos humanos son una respuesta a qué: son una respuesta al colonialismo”.
Compartimos a continuación el video en el cual Zaffaroni analiza y propone acciones para enfrentar a esos poderes coloniales que manejan la política, la cultura, los medios y las tecnologías digitales que influyen de manera decisiva en la subjetividad de las personas: “Tenemos una tarea difícil, que es mantener viva la memoria histórica y una memoria histórica que se nos ha deformado. Se nos ha enseñado otra cosa, nos enseñaron una historia falsa. Nuestros jóvenes no han vivido ciertas experiencias. Lo que estamos viviendo es una suerte de vacío político; y este vacío se llena, el vacío y la política son incompatibles, alguien llena el vacío que se está produciendo. Por eso, lo primero es no pelearnos entre nosotros. Tener idea que necesitamos un frente porque hay un enemigo común que es el colonialismo. No hay que perder de vista eso”.