Dawn Hadley y Julian Richards son los arqueólogos británicos que trabajaron en uno de los descubrimientos más importantes de Inglaterra de los últimos años: un campamento del Gran Ejército vikingo en la localidad de Torksey. Los investigadores estuvieron en la Facultad de Filosofía y Humanidades donde brindaron una conferencia y, además, Richards participó en el curso de posgrado “Preservando los bits. Formas de ‘publicar’ el patrimonio en el siglo XXI”.
En el invierno del año 872 los vikingos establecieron un enorme campamento cerca de la actual localidad de Torskey, Lincolnshire, al este de Inglaterra. Un equipo de arqueólogos de las universidades de Sheffield y York, a cargo de Dawn Hadley y Julian Richards, dieron a conocer la noticia de su descubrimiento en mayo de 2017 después de determinar su ubicación exacta y el tamaño que, sostienen, ocupaba un terreno equivalente a 75 canchas de fútbol. Este se convirtió en uno de los hallazgos más importantes que se hicieron en Inglaterra en los últimos años.
El campamento era más grande que las ciudades de Inglaterra en ese momento y tenía alrededor de 55 hectáreas de extensión. Estaba ubicado a orillas del río Trent y sobre la elección del lugar por parte de los vikingos, Hadley señala que había muchos monasterios en el área con riquezas y que el campamento estaba sobre un río muy grande. “Pudimos hacer una interpretación de cómo era el paisaje en ese momento y la margen del río en la otra banda tenían un terreno muy pantanoso, entonces esto conformaba como una especie de isla con defensas naturales”, dice. Esto le ofrecía una posición defensiva y estratégica durante los meses de invierno.
Si bien el lugar ya se conocía por referencias orales y algunos documentos históricos, no se sabía el sitio exacto donde se había establecido el campamento de invierno del Gran Ejercito vikingo. Gracias al trabajo de los investigadores hoy ya se conoce y también se realizó una experiencia en realidad virtual basada en los hallazgos realizados en Torksey. Además, las personas que practican la arqueología como “hobby” encontraron a través de detectores de metales numerosas piezas de plomo que, se piensa, se utilizaban para jugar. Entre los objetos encontrados, hay más de 300 monedas, entre ellas 100 monedas de plata de origen árabe, más de 50 piezas de plata desmenuzada, herramientas de hierro, agujas, pesos de pesca, joyería y accesorios de las vestimentas. “Con ese material se pudo reconstruir como era la vida en ese lugar y muchos de los objetos que encontramos en realidad no eran de los vikingos sino de otros pueblos que eran saqueados por ellos”, explica Julian Richards, arqueólogo de la Universidad de York, quien dictó junto a Andrés Izeta el curso de Doctorado en Antropología “Preservando los bits. Formas de ‘publicar’ el patrimonio en el siglo XXI”, a fines de octubre en la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC.
“Muchos de esos objetos eran fundidos y estos lingotes eran usados para intercambiar y comprar cosas a otras poblaciones. Eso es una evidencia muy importante porque en Inglaterra la gente utilizaba monedas, en cambio los vikingos no. No utilizan monedas sino que fundían el metal. Cortaban las monedas y por eso se sabe que este material estaba asociado con los vikingos”, continúa Dawn Hadley, de la Universidad de Sheffield, directora de la investigación.
La conformación de la población se pudo establecer a través de los hallazgos, ya que se encontraron lugares de entierro con mujeres y niños y también algunos objetos relacionados con la actividad textil. También se demostró que en el campamento vivieron durante el lapso de seis meses a un año.
El campamento era utilizado por miles de guerreros vikingos, mujeres y niños que se alojaron en tiendas de campaña. Se cree que en el sitio también se reparaban barcos y había varios líderes. “Todavía no sabemos cómo es la estructura, porque hemos excavado muy poco hasta ahora”, aclara Hadley. Richards agrega: “Entendemos que este espacio tiene que haber estado estructurado y haber tenido sus calles, y también una disposición en distintas áreas. Si uno tenía que ir a comprar pan, iba a determinado lugar, estaban los mercados, o si tenían que arreglar sus espadas iban a donde estaban los herreros. Cada año ellos cambiaban de lugar su campamento y se han identificado varios no solamente este, pero cuando dejaron de moverse empezaron crear las ciudades”.
Por último, sobre la posibilidad de que los vikingos hubieran llegado a lo que hoy es el continente americano, Richards señala que “por los últimos descubrimientos creemos que estuvieron en Terranova. Pero que el viaje fue hecho por etapas: Islandia, Groenlandia y luego llegaron a Terranova, pero no fueron mucho más al sur que eso”. Hadley, entre risas, asegura: “Vi las colecciones en el Museo de Antropología y me di cuenta que no hay evidencias vikingas en Argentina”.
Por Pablo Giordana