Sobreviviente de la guerra civil en El Salvador de fines de los 70 a principios de los 90, Sofía Hernández es parte de una familia arrasada por la muerte, que ni bien salió de la cárcel empezó a luchar junto al asesinado Monseñor Romero para encontrar a los desaparecidos y que los responsables de los crímenes fueran juzgados, proceso que aún no fue posible y que el actual gobierno centroamericano se empeña en boicotear. Elegida en 2023 vicepresidenta de la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos (FEDEFAM), mantiene la esperanza de alcanzar justicia en un país atravesado por la violencia y la impunidad y destaca la importancia de seguir trabajando la memoria en las nuevas generaciones. [28/02/2024]
Sofía habla bajito, como es su talla, pero sus palabras y reflexiones hacen temblar la tierra y sacuden el alma. Su vida entera es sinónimo de lucha, de tenacidad, de valentía, de honestidad. Sobreviviente de la guerra civil que entre 1979 y 1992 desangró al Salvador, apenas recuperó su libertad se sumó a las primeras comisiones de familiares que buscaban a sus seres queridos desaparecidos y exigían justicia para los culpables de los crímenes, que según Sofía corresponden en un “95 por ciento a las fuerzas armadas salvadoreñas”. Con 6 millones de habitantes en los años 80 y una superficie de poco más de 21 mil kilómetros cuadrados (el más pequeño de América Central) el conflicto entre la dictadura militar y el Frente Nacional Farabundo Martí para la Liberación Nacional dejó 85 mil muertos y 30 mil desaparecidos, una catástrofe humanitaria que sigue sin cicatrizar a pesar de las décadas transcurridas.
Aunque al día de hoy ningún responsable de crímenes y desapariciones ha sido juzgado, Sofía no pierde las esperanzas ni se amilana frente a la indiferencia y los obstáculos que pone el reelecto Bukele, quien sostiene que los crímenes de lesa humanidad “no existieron”, que la guerra y los acuerdos de paz “fueron una farsa” y se niega, como todos los gobiernos anteriores (incluidos los del Frente), a entregar a las organizaciones de derechos humanos los archivos de las fuerzas armadas.
Como nuestras Madres y Abuelas, como nuestros Hijos, Familiares y sobrevivientes del Terror de Estado que Argentina padeció en los 70 -hoy reivindicado por el gobierno de Milei-, las palabras y la experiencia de esta mujer son un testimonio potente y esperanzador para seguir creyendo que no hay democracia ni futuro posible sin Memoria, Verdad y Justicia. Ni en El Salvador, ni en Argentina ni en ningún lugar del mundo.
Entrevista: Camilo Ratti y Carol Solis
Edición: Lucía Coca