El 28 de junio, el sociólogo Horacio González visitó la Facultad de Filosofía y Humanidades para presentar el libro “Saberes de Pasillo”, en el marco de un conversatorio titulado: La Universidad y la vida. Lo hizo acompañado por los filósofos Diego Tatián, quien presentó su título “La incomodidad de la herencia”; y Eduardo Rinesi quién habló sobre su último ensayo, “Dieciocho. Huellas sobre la Reforma Universitaria”.
Una hora previa a esta actividad, el ex director de la Biblioteca Nacional, ingresó al Pabellón Residencial y se dispuso a dialogar con el equipo de Alfilo. Sociólogo, docente, investigador y ensayista, Horacio González nació en Buenos Aires en el año 1944. Es Licenciado en Sociología por la Universidad de Buenos Aires (1970) y Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de San Pablo, Brasil (1992). Autor de más de 25 obras, se destacan títulos como “Restos pampeanos”, “Escritos en carbonilla”, “Filosofía de la conspiración”, “Traducciones malditas” y “Perón, reflejos de una vida”, entre muchos otros. Son libros que, en su mayoría, hacen foco en distintos aspectos de la filosofía y la historia política contemporánea. De manera paralela, desde 1968 se ha dedicado a la docencia en universidades nacionales y el exterior, como profesor de Teoría Estética y de Pensamiento Social Latinoamericano.
Durante la llamada crisis del campo (2008), junto a intelectuales como Horacio Verbitsky, Nicolás Casullo, Ricardo Forster y Jaime Sorín integró el Espacio denominado Carta Abierta. Y entre el 2005 y el 2015 se desempeñó como director de la Biblioteca Nacional. Reconocido en dos ocasiones con el Premio Konex a las Letras (2004 y 2014), González es un agudo observador de la realidad política y social del país. Tanto es así, que en momentos críticos o coyunturales suele publicar sus reflexiones críticas en el diario Página/12.
Le gusta volver y visitar Córdoba. Tiene amigos entrañables en esta provincia y en esta Universidad que, hace cien años atrás, supo romper con el pensamiento clerical y conservador a través de la Reforma de 1918. Horacio González se siente parte de esa tradición de intelectuales que a lo largo de la historia ha preferido cultivar esas ansias de cuestionar el pensamiento dogmático o aquellos paradigmas conservadores que, sin opciones o ninguna alteridad, terminan siendo peligrosos y destructivos.
El libro “Saberes de Pasillo” reúne una serie de artículos de Horacio González, publicados originalmente desde de los años `90, en adelante. Son textos reflexivos que, desde la sociología, abordan distintos aspectos que cruzan la universidad. Una institución generadora de saberes y conocimientos, que no logra escapar nunca de esa tensa relación que impera en los círculos de la academia y los conflictos profundos que presenta la sociedad, en distintas épocas.
Distinguido en el año 2014, por la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC, con el premio José María Aricó al “compromiso social y político”, su colega y amigo Diego Tatián, supo describirlo como un “buscador de perlas”, “un gran escuchador” y una “voz imprescindible para Latinoamérica”. Un hombre con la capacidad “de conjugar el activismo cultural, el interés por los otros, las prácticas del atesoramiento, el invencionismo y el impulso de todo pensamiento en dificultad por no codificable”, escribió Tatián.
Fue una definición de una precisión casi quirúrgica. Que además, nos devuelve una profunda admiración. Porque Horacio González es un hombre grande, que posee una desmesura de sabiduría intelectual propia. Algo complejo de comprender para el común de los mortales.
Sobre todo, porque Horacio es un hombre carente de alardes, sereno y humilde. Una persona que al dialogar, escucha atento. Reflexiona, habla pausado y mira. Hurga dentro de esa sinuosa biblioteca que almacena en su memoria y con facilidad logra abordar un mismo tema desde diferentes perspectivas. Quizás sólo para no ser absoluto y desgranar con fundamento un argumento sólido, que lo lleva a concluir con la fuerza de una frase breve y contundente.
En esta entrevista, habla sobre la función que debe cumplir la universidad pública. Analiza el pensamiento que impera en el gobierno nacional y califica la gestión Macri como “uno de los periodos más siniestros de nuestra historia”.
Ante la posibilidad de variar el signo político por la vía electoral, González confiesa que “ese volver es interesante”. Porque “la historia no siempre es marchar hacia adelante” sin tener en cuenta ese pasado que nos precede.
“No sé si tengo mucho tiempo más”, dijo con una sonrisa, fuera de micrófono al terminar la entrevista. “Y me gustaría ser testigo, en el 2019, de un modelo político distinto”.
Texto y Fotos Irina Morán