Silvia Cattoni
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El meticuloso trabajo de archivo de Graziella Bernabó y Onorina Dino reúne, por primera vez, la producción poética completa que incluye además los poemas póstumos e inéditos de Antonia Pozzi (1912-1939), una escritora lombarda tardíamente reconocida por la crítica. Esta compilación es el resultado de una exhaustiva investigación filológica que tuvo como base los tres cuadernos en los cuales Pozzi escribió toda su obra: un arco temporal que se inicia en 1929 y se cierra en 1938, un año antes de su precoz suicidio. La colección lleva el título Parole, denominación con la cual la autora nombraba sus poemas. En efecto, tal elección se reconoce en la dedicatoria general de la obra dirigida a Antonio Maria Cervi, el profesor de latín y griego que gravitó de manera decisiva en su vida. De la profunda admiración que Antonia Pozzi profesó a Cervi surgió un intenso sentimiento amoroso. Sostenido, en gran medida, por la relación epistolar que lo acrecentó e idealizó en la distancia, el vínculo fue prontamente interrumpido por la intervención de sus padres favoreciendo en la joven tempranos sentimientos de desolación y tristeza.
Contemporánea a la generación de Vittorio Sereni, Dino Formaggio, Enzo Paci, Luciano Anceschi y Remo Cantoni, su voz se destaca por un delicado y dramático lirismo. La conciencia poética de Antonia Pozzi se respalda en una sólida formación humanista de prestigiosos centros educativos. Estudió primero en el Liceo Ginnasio Statale Alessandro Manzoni y luego en la Università degli Studi di Milano y en 1935 se graduó con una tesis sobre Flaubert bajo la tutela del profesor de estética, Antonio Banfi, reconocido por su antidogmatismo y oposición al régimen fascista. Aunque en sus primeras fases su poesía revele un inusitado lirismo y un entusiasmo juvenil que la liga al mundo y a la vida, la experiencia del dolor y un particular sentido crítico le conceden, en etapas sucesivas, un carácter verdaderamente innovador oportunamente señalado en la severa lectura de Eugenio Montale. La profunda sensibilidad de alguien que parecía no estar preparado para la vida se reconoce en el suicidio precoz y en el singular pathos de la imposibilidad que se lee en sus versos. Su recorrido poético ofrece, en su inicio, composiciones que revelan el entusiasmo esperanzado que anima la escritura de los jóvenes y promisorios diecisiete años hasta el expresionismo de los versos maduros articulados por sentimientos sombríos y afligidos que reflejan la controvertida situación política, social y cultural de los años del fascismo. La voz de Pozzi breve e intensa se recorta original en el escenario lírico de la poesía italiana de la década del 30.
Esta colección ordena cronológicamente toda su producción poética realizada en el transcurso de apenas una década. En ese breve período el estilo poético se modula gradualmente en fases sucesivas. El fervor del sentimiento inicial, pleno de confianza en las posibilidades del futuro, cede paso a la conciencia lúcida de quien advierte y lamenta lo que no pudo ser. El sentimiento de soledad y la fuerza de la angustia definen un lenguaje que, abierto a la historia, se vuelve cada vez más personal y dramático. En los poemas juveniles de 1929 se reconocen de manera indirecta a través de Annunzio Cervi, poeta, héroe de guerra y hermano del hombre amado por Antonia, claras filiaciones estéticas. Los ecos de Leopardi, los rasgos melancólicos de la poesía crepuscular, el uso recurrente y muchas veces irónico del diminutivo con intensiones afectivas de Palazzeschi, y la búsqueda de la palabra inocente que al igual que Ungaretti recupera la esencia de las cosas orientan el estilo de sus primeros versos. Temas como la relación con la naturaleza, el amor, la amistad, la solidaridad con el dolor humano se ligan a la intensidad de las emociones casi adolescentes de un yo lírico que con plena conciencia de la forma es consciente de las mediaciones literarias que esta exige. Sin embargo y más allá de estas evidentes influencias, la poesía de Pozzi muestra el ímpetu y la fuerza expresiva de un estilo personal que procura destacar un mundo de relaciones plenas y promisorias, y sobresalen, en este sentido, composiciones como Canto della mia nudità y el musical sensualismo de Terrazza al Pincio.
Una especial atención merece el poema Amore di lontananza que evoca con quince endecasílabos el célebre Infinito del poeta de Recanati. Pozzi exhibe tempranamente su capacidad técnica para moverse entre lo próximo y lo lejano, entre lo pequeño y lo vasto, entre lo finito y lo infinito, sin por ello, perder el vínculo con la realidad inmediata. Fue precisamente la figura de Annunzio, objeto de idealización en poemas como Offerta a una tumba, Vita, Anniversario, la figura que inspiró en esta fase el motivo recurrente del “bimbo non nato”, una alusión a la imposibilidad que signó su relación con Antonio Maria Cervi. Especial interés revisten las composiciones de 1933 dedicadas en su gran mayoría al profesor A.M.C.A. A la breve colección Un vita sognata, siguen todas aquellas que evocan con renovada sensibilidad la frustración y el dolor trágico propio de una historia de amor malograda y de la maternidad vedada.
Por su tono elegíaco de delicada simbología y por las imágenes de un eros dolorosamente negado por las circunstancias externas, se destacan los poemas Naufraghi, All’ amato, Il celo in me y La voce. Una particular relación con el ámbito natural es celebrada mediante imágenes de gran nitidez visual que recorren toda su poesía, pero especialmente la serie de poemas dedicados al paisaje de la Lombardía. En este período la autora renueva el tema de la naturaleza y el tratamiento del paisaje de Pasturo y convierte a la montaña en uno de los motivos poéticos privilegiados, en tanto espacio propicio para la soledad del yo que procura refugio acogedor en el misterio de la naturaleza. El contacto con el bosque al pie del macizo montañoso Grigna, que la poeta descubrió además por su afición temprana a la fotografía y al alpinismo, es objeto de numerosas imágenes elaboradas en la familiaridad de la evidencia tal como se lee en Radici, Tramonto corrucciato, Distacco dalle montagne.
La poesía de los últimos años revela una fase marcadamente innovadora en la que sin dudas influyó su pertenencia al círculo intelectual creado en torno a Banfi. Es esta una poesía en la que, en íntima consonancia con el dolor humano, la madurez del estilo alcanza un lenguaje duro y descarnado y, en una mayor apertura a la vida, también la guerra es objeto de meditación poética. La relación estrecha con Dino Formaggio le abrió a Pozzi nuevos horizontes poéticos vinculados a la conciencia antifascista y a los temas sociales. Fue esta una conciencia que marca aún más las diferencias con su padre, principal opositor a su relación con Antonio Maria Cervi y un convencido defensor del régimen político de Musolini. En estas composiciones cambian los paisajes dominantes y se advierte una neta apertura a los espacios urbanos que la poeta descubre en la periferia sur de Milán, en particular de los barrios obreros de Corvetto, Porto di Mare y Chiaravalle. En estos poemas sobresale un profundo sentimiento de solidaridad con los aspectos más sórdidos de la realidad miserable que la propaganda fascista intenta ocultar. La búsqueda poética persigue posiciones éticas claramente definidas tal como se lee, por ejemplo, en Periferia y Via dei Cinquecento. Algunos de los versos escritos entre 1937 y 1938 encuadran poéticamente nítidos escenarios lombardos donde se congregan imágenes de la periferia urbana, del espacio fabril, del trazado del ferrocarril conformando una clara alusión a las profundas contradicciones de la modernidad en una época de aguda crisis histórica, moral y cultural. En ellos se lee un claro vínculo con su entrañable amigo Vittorio Sereni. Ambos proyectan el sentido de extrañamiento ante un mundo vivido como ajeno e inauténtico, pero frente a la objetivación y lenguaje exiguo de Sereni, Pozzi presenta una poesía del detalle con imágenes de exhaustiva descripción y un registro lírico de tipo expresionista. También la trágica realidad de la guerra interpela su sensibilidad en composiciones como Le donne y Notturno. En ellas la voz ensancha el horizonte poético confirmando una vez más la constante apertura a la vida. En esta etapa el sentimiento de angustia y el claro patetismo se delinean con interrogantes cada vez más profundos y oscuros.
Gracias al trabajo de la crítica que hoy intenta mitigar una injustificada postergación, la poesía de Antonia Pozzi se proyecta plena de vigor y fuerza expresiva en el horizonte poético del Novecento. Este libro celebra su voz en favor de un merecido reconocimiento y difusión.
Silvia Cattoni es profesora de Literatura italiana en la carrera de Letras Modernas (FFyH, UNC) y de Literatura occidental contemporánea en la Facultad de Lenguas.
Bibliografía
Pozzi, A. (2015). Parole. Tette le poesie. Milano: Ancora.