Testimonios
Cincuenta años después de la muerte de Agustín Tosco, estas voces recuperan la emoción y la intensidad de aquellos días. Muchos de los testimonios aquí reunidos relatan el velorio y el sepelio, cuando miles de personas se congregaron para despedirlo y fueron reprimidas por las fuerzas policiales. A través de estos recuerdos personales, se reconstruye una memoria colectiva que sigue dando testimonio del compromiso, la dignidad y el ejemplo de Tosco.
Juan Ciampolí, fue estudiante de Arquitectura y militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) en 1975. Aquí comparte el relato de la asistencia de Agustín Tosco a la Facultad de Arquitectura para conversar con estudiantes que estaban organizando el Taller Total. Juan participó también en el sepelio de Agustín Tosco. Juan decidió enviar su relato escrito. Aquí lo compartimos:
«1) Setiembre de 1970. Facultad de Arquitectura. UNC. Taller Total. Aún me quedaba por delante, el quinto y sexto año de la Carrera. Iniciamos un trabajo académico Grupal de todos los niveles. De inmediato, definimos el Grupo humano con el que íbamos a realizar nuestra tarea del Taller para dar una respuesta real en el marco social de esos años. El grupo humano seleccionado, fue la Cooperativa “El Huanquero”, recolectores manuales de la basura y elementales recicladores de la Villa Sangre y Sol de barrio San Vicente y Villa Inés de barrio Müller- Córdoba.
Por el mes de febrero de 1971, uno de los docentes de apoyo del área de Ciencias Sociales, convocó fuera de horario, a algunos alumnos de quinto y sexto año porque vendría un dirigente sindical a hablar con nosotros. Fuimos unos pocos. Algunos como yo, pensamos que sería un delegado gremial que quería integrarse a nuestra labor ya iniciada. Para sorpresa de todos, el visitante era Agustín Tosco, acompañado por alguien de su gremio – que no recuerdo – y por el editor Alberto Burnichon.
Nos impactó la introducción de Tosco; “vengo a hablarles y a preguntarles…..”, nos sorprendimos, no podíamos creer que alguien de su estatura político/sindical, nos preguntara algo a nosotros, jóvenes estudiantes….
Vestía una camisa clara sin corbata y un saco sport gris oscuro, desprendido. Fumaba de un modo pausado al tiempo que miraba varias veces su reloj ….nos dimos cuenta que sería una reunión breve.
Fue concreto, con su voz grave y potente, dijo que además de las luchas permanentes por salario y mejores condiciones de trabajo y de vida, todos los trabajadores necesitaban satisfacer una de las demandas más importantes de las personas: la vivienda. Su idea era organizar un plan de viviendas por el sistema de ayuda mutua y esfuerzo compartido para toda la clase trabajadora. No dijo ayuda mutua y esfuerzo propio, sino compartido. Además, no habló de viviendas para un determinado gremio, sino para toda la clase trabajadora. Quedamos en que analizaríamos lo hablado pues se abría un panorama imprevisto.
Transcurrieron dos o tres semanas y llegó la fecha del 15 de marzo de 1971. Ese día hubo otra gran manifestación popular en Córdoba – El Viborazo – que anticipadamente daría fin – días después – al breve Gobierno de Uriburu. También modificaría sustancialmente la posibilidad de dar inicio y continuidad a la labor que había mencionado Tosco. No volvimos a tener otra reunión y él sería detenido por la Dictadura de Levingston en abril siguiente.
Con el paso de los años, pensé que quizás Tosco tenía claro su objetivo y tal vez ya contaría con el personal idóneo para organizar un plan como ese. No lo sé. En mis pensamientos, he debatido conmigo varias ideas. Posiblemente vino a plantearnos un tema real para tener un mayor acercamiento con el estudiantado. Acaso, era una manera de iniciar un vínculo para construir solidez a esa unidad obrero-estudiantil por la que tanto bregaba. De haber avanzado en ello, hubiera sido un maravilloso trabajo académico y social. Impredecible decir qué escala hubiera adquirido….
2) Con motivo de los 50 años de El Cordobazo, el 29 de mayo de 2019, en la Sala de Prensa del Club Belgrano, se organizó un homenaje a Agustín Tosco con la presencia de su hijo Héctor. Allí supimos – si la memoria no me falla – que el hijo de Héctor (y nieto de Agustín), jugaba en alguna de las divisiones inferiores de Belgrano.
Cada uno de los presentes – algunos, vecinos del barrio y viejos obreros de la Cervecería Córdoba – tenía un breve comentario sobre la personalidad de Tosco/Dirigente/Persona.
En ese momento, un hombre de la misma edad de Héctor, tomó la palabra y dijo: “yo tenía unos 9 ó 10 años, vivía aquí, en Barrio Alberdi, donde mis padres modificaron una parte de nuestra casa para que funcionara un comedor para estudiantes. Después de ayudar en el almuerzo, yo prefería salir en bicicleta y andaba por todo el barrio. La tarde del sepelio de Tosco, me llamó la atención la cantidad de gente que se había juntado en la plaza del Cementerio San Jerónimo y como pasaba cuando había sepelios muy concurridos, yo iba al portal a mirar. Ese día, dejé la bicicleta a un costado y como hacía otras veces, trepando por la reja, subí al techo del portal de entrada al cementerio. Desde allí, podía ver todo. Me llamó la atención un auto oscuro del cual bajó un chico rubio y su familia. En ese momento, empezaron los tiros y me quedé pegado y acostado en el techo, sin dejar de mirar a ese niño rubio que asustado se había quedado al lado del auto. Entre tanta gente que corría, lo perdí de vista….pasaron los años y siempre me pregunté qué había sido de aquél chico rubio, siempre lo tuve presente en mis recuerdos…..” acercándose a Héctor Tosco, siguió: “hoy me alegra haberte encontrado y saber que estás bien…” la emoción nos envolvió y todos aplaudimos.
3) Cuando Agustín Tosco ya estaba detenido en el sur por la Dictadura, siempre había actividades organizadas por obreros y estudiantes, reclamando Libertad a los presos políticos. Muchas de ellas, pensadas en las aulas de las Facultades. Una de esas actividades, eran las pintadas en paredes de toda la ciudad. Recuerdo que, frente a Cinerama en la Avenida Colón, estaba la Pinturería Genera. Entre los tantos vendedores, había un joven muy activo y desinhibido. Al vernos entrar al negocio y suponiendo que íbamos a comprar un aerosol rojo, gritaba al tiempo que reía: “¡¡ Marche un Libertad a Tosco !!!!”, y sonreíamos junto él…era cierto, íbamos a eso.
4) Hace un año aproximadamente, murió el “Conejo”, Compañerazo del Taller Total y militante de una agrupación de izquierda. Para un encuentro en el 2015, me contó que él, en un par de ocasiones, había sido uno de los que habían cuidado a Agustín antes de trasladarlo a Buenos Aires cuando ya estaba clandestino. “Fue en una casa de un pueblo cerca de Córdoba. La casa ya no está, la demolieron e hicieron una nueva. Cada tanto, paso no sé bien porqué, pero me da la sensación de verlo, escucharlo…sentir su radio, escuchar su voz: “Compañero, antes de irte, ¿me traerías cigarrillos?”
Estos son mis recuerdos más “cercanos” de Agustín Tosco.
El Santo Rosario
El Santo Rosario es un relato ficcional escrito por el periodista y poeta cordobés Francisco “Pancho” Colombo, que se inspira en el velorio de Agustín Tosco, figura emblemática del sindicalismo argentino. A través de una prosa cargada de emoción y compromiso, Colombo recrea la atmósfera de dolor, tensión y represión que marcaron aquellas jornadas de 1975, combinando la sensibilidad poética con la fuerza de la memoria histórica. Aunque basado en hechos reales, el relato se construye desde la imaginación del autor, ofreciendo una mirada íntima y literaria sobre aquellos acontecimientos.









