Con un emotivo acto en el Espacio para la Memoria La Perla, el 23 de marzo, quedó inaugurada la muestra fotográfica “Lo imposible sólo tarda un poco más. Voces y miradas sobre el juicio al terrorismo de Estado en Córdoba”. Con más de 300 imágenes, esta muestra colectiva recupera distintos momentos vinculados al juicio más largo de nuestra historia y se expone de manera simultánea en cuatro espacios públicos de Córdoba: el Espacio La Perla; el Archivo Provincial de la Memoria; el Espacio para la Memoria Campo de La Ribera y el Pabellón Residencial de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC.
La actividad comenzó a las 11 horas del jueves 23 de marzo con la plantación de un ombú en el Bosque de la Memoria del Espacio La Perla. Allí, su director, Emiliano Fessia compartió un breve repaso histórico del lugar, desde aquella jornada lluviosa del 24 de marzo de 2007, cuando el presidente Néstor Kirchner entregó el predio a la provincia de Córdoba para ser usado como un lugar abierto para la Memoria. “Un lugar que pasó del horror a un lugar de vida, de riqueza, de diversidad, de acciones colectivas” expresó Fessia de manera sentida y agradeció además la presencia del público, de familiares y representantes de los distintos organismos de Derechos Humanos que se hicieron presentes. También al decano de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC, Diego Tatián, a los fiscales Facundo Trotta y Rafael Vehils Ruiz y a las autoridades de la provincia de Córdoba.
En ese marco, se descubrió una placa conmemorativa a las víctimas de la última dictadura cívico-militar y juntos colaboraron en la plantación de un ombú, como árbol autóctono que alude “al entramado social que nos contiene y refiere a su vez a la fortaleza de aquellos que lucharon por la consolidación de la democracia y sus valores”.
Luego, el acto de inauguración de la muestra “Lo imposible sólo tarda un poco más” se desarrolló al aire libre, en el patio que separa la ex cuadra de La Perla con las cocheras y la ex sala de torturas de este lugar. Aquí, Emiliano Chiappero del área de comunicación del Campo La Ribera, ofició de maestro de ceremonia en un acto fraterno y profundamente emotivo. Cálido y luminoso, como el mismo jueves en que se desarrollaba.
“Las imágenes y los textos que van a ver en esta muestra buscan disparar la memoria y preparan un diálogo con la historia”, expresó Chiappero e invitó a su par Emiliano Fessia a compartir unas palabras frente a un público conformado por unas 200 personas, entre autoridades provinciales, universitarias, de otros Sitios de Memoria, estudiantes universitarios y secundarios; vecinos del ciudad de Malagueño, el Colectivo El Aromito, trabajadores de la Coopi de Carlos Paz, más integrantes de grupos y organizaciones sociales de Córdoba.
“Lo más potente que sale de estos lugares es lo colectivo. Esto es parte del gran aprendizaje que dejaron las viejas”, señaló Fessia sin dejar de mirar al público. En sus palabras, hizo hincapié en la relación que surge casi siempre entre la calle y el palacio. “Es la mezcla de las dos cosas, lo explosivo, lo productivo, es lo que pasa entre esos dos lugares, como está ocurriendo ahora”, afirmó. “Hoy La Perla es un poco más de aquel lugar frío y sombrío donde se sucedía la tortura física de manera impune y cotidiana. Estamos eternamente agradecidos a los sobrevivientes, porque con valentía fueron capaces de dar testimonio y así hoy lograr hacer justicia. Por eso la importancia de esta muestra, en este lugar que termina en justicia, con un diálogo vivo entre palabras e imágenes del juicio”.
El segundo orador del acto, fue el decano de la FFyH, Diego Tatián quien se refirió a la importancia de “encontrar sentido a lo que hacemos y saber de dónde venimos. Tenemos un movimiento de Derechos Humanos que es el más significativo del mundo. Sobre todo, por esa capacidad y persistencia de producir efectos pedagógicos, sociales, políticos”. También señaló que dentro del contexto actual resulta fundamental “impedir el negacionismo, que es una vulneración de los hechos del pasado. Los que sostienen el negacionismo – dijo–, buscan instalar una guerra de interpretaciones para negar todo lo sucedido en Argentina.
Actualmente, los que proponen esto reclaman una “memoria completa”. Se trata de una manera novedosa de negacionismo, por eso hay que mantener una memoria interna, viva, activa. Ponerla a disposición para revertir ese negacionismo y continuar el camino sostenido de Memoria, Verdad y Justicia”. Tatián trazó una interesante distinción entre Memoria e Historia. “Hay Memoria mientras exista un daño latente, una situación de peligro”, explicó.
“Por eso, todo lo que sucedió en nuestro pasado reciente no es un problema de la historia, sino fundamentalmente de memoria colectiva”. En ese marco recordó una frase de Isak Dinesen que le gustaba citar a Hannah Arendt: “todas las penas pueden ser soportadas a condición de que seamos capaces de ponerlas en una historia”. “Es intolerable la pérdida de la pena, que no forme parte de ninguna historia, de ningún relato. Y el movimiento de Derechos Humanos de nuestro país le ha dado un sentido al dolor”. En relación a la muestra fotográfica también señaló que “los registros fotográficos también han dotado de sentido al dolor. La fotografía ha tenido y tiene una función social fundamental, para saber lo que tenemos que hacer hoy y estar atentos a lo que viene”. En ese marco, recordó a la querida madre de Plaza de Mayo Emi D’Ambra –fallecida a comienzos de marzo de este año– cuya trayectoria ejemplar nos orienta en momentos de gran desorientación. “Sobre todo, cuando no sabemos para dónde ir. Frente a las distintas denostaciones que profesa hoy el gobierno nacional, nosotros vamos a saber qué hacer, al recordar la vida de Emi y de tantas otras que, al igual que ella, nos generan alegría para seguir haciendo cosas desde la Facultad de Filosofía y Humanidades y ese gran movimiento de Derechos Humanos. Ojalá estemos a la altura de la adversidad en la que hoy nos encontramos” concluyó el decano.
Después tomó la palabra la fotorreportera Irma Montiel, quien emocionada confesó que no es una tarea sencilla trabajar en Derechos Humanos. “Lograr una imagen que conmueva es una tarea ardua”, dijo. “Con nuestro trabajo lo que intentamos es volverlos a la luz de todos a los desaparecidos”. En los juicios –contó– “frente a la mirada de los represores hemos recibido todo tipo de chicanas, de humillaciones. Entonces, uno busca fotografiarlos, hacer públicos sus rostros, verlos sentados ahí, en el banquillos de los acusados. Es importante conocer no sólo el rostro de las víctimas, sino también de quienes fueron los represores. Que la sociedad conozca quienes fueron”, subrayó.
“Al principio de los juicios, los genocidas se mostraban desafiantes. Nos provocaban para buscar ofendernos. Pero con el paso del tiempo, ellos mismos se fueron cubriendo las caras, se sentían incomodados. Les molestaba mirar a cámara”, aseguró Montiel. “Como fotógrafos tratamos de buscar la realidad. La sociedad no conocía sus rostros. Y aquí en esta muestra intentamos reflejar parte de lo que fue este juicio histórico”.
Luego, intervino de manera breve el fiscal Facundo Trotta quien destacó a la importancia del mes de la Memoria, porque “significa un compromiso en el proceso de Memoria, Verdad y Justicia”. Sobre la muestra, remarcó la generosidad y el trabajo de Emi D’Ambra y las “viejitas’, como les decía y les digo yo cariñosamente”, dijo. “Ellas han sido promotoras, un ejemplo de dignidad, de integridad, de tenacidad, de lucha”. El fiscal contó que al escribir el texto para la muestra tuvo que desprenderse de su función judicial y abocarse a lo que sentía, a lo que disparaban esas fotos para expresar sus sentimientos. Siempre a partir del “ejemplo de las Madres y las Abuelas”.
Las última en pronunciar unas palabras fue la estudiante Sol Yornet, cuyo abuelo, Julio Roberto Yornet, fue secuestrado en la tarde del 23 de julio de 1976 y permaneció cautivo el ex centro Clandestino de Detención y Exterminio La Perla, y aún permanece desaparecido. Emocionada hasta las lágrimas y con su voz entrecortada, contó que “a los nietos nos cuesta imaginar tanto horror”. Pero es importante saber que somos “fruto de ese pasado y que existe un futuro que nos sucederá después”. Sol Yornet expresó que los textos que se animó a escribir para esta muestra “serán parte de un testimonio de un pueblo que no va a callar nunca más”. Además remarcó que en cada palabra “no sólo está el testimonio de la pérdida, sino que aparece el recorrido de las luchas, la alegría, esos abrazos entre compañeros, el pañuelo mojado de llanto y las flores rojas que seguiremos haciendo”.
El acto finalizó con la lectura completa del texto de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Sonia Torres, quien tiene a su yerno Daniel Orozco y a su hija, Silvina Parodi, desaparecidos y aún busca de manera incansable a su nieto, nacido en cautiverio durante la dictadura.
Memoria viva
“Fue posible, se hizo Justicia”, expresan con satisfacción quienes han sido parte de esta muestra que se nutre de imágenes y palabras para mantener viva la memoria. “Ahora estas imágenes buscan otro imposible: rescatar momentos luminosos que puedan dar cuenta, al menos en parte, de las infinitas vivencias sucedidas durante el trascurso del mayor Juicio Oral de nuestra historia”.
Impulsada de manera conjunta por la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC y los Sitios de Memoria de Córdoba, la muestra “Lo imposible sólo tarda un poco más” articula, entre voces y fotografías, cuatro series de obras que expresan diferentes dimensiones comprendidas desde el inicio del mega juicio La perla -en diciembre de 2012- hasta la sentencia del día 25 de agosto de 2016.
Así, las imágenes que se exhiben, producidas por más de 30 fotógrafos profesionales y aficionados de Córdoba, nos interpelan como protagonistas de una historia tan cercana como viva cuyo horror, puesto en marcha desde los poderes del Estado, fracturó de manera sistemática y a lo largo de casi toda una década la vida de miles de familias argentinas. Sus sobrevivientes, familiares, amigos –nosotros mismos como país y sociedad toda–, hemos llegado hasta hoy con la posibilidad de haber logrado una serie de avances en materia de Derechos Humanos, que implicó la concreción de juicios por delitos de lesa humanidad, que resultan un ejemplo en cualquier parte del mundo. Cada una de las pruebas aportadas, junto a los testimonios y la valentía de testigos y víctimas de semejante holocausto, reconstruyen un imprescindible entramado de verdad, memoria y justicia.
Aquí las imágenes individuales carecen de su poder de síntesis. La multiplicidad de miradas potencia la necesidad de trazar distintos recorridos, de perpetuar cientos de instantes para inmortalizar hechos y sentimientos que se generan de manera conjunta. Que surgen de la suma de aquellos actos cotidianos, pequeños, tenaces, capaces de perdurar y sobresalir con luz propia a lo largo del tiempo.
Los lugares de la exposición son otra una invitación a mirar ese pasado dentro de un contexto histórico y de memoria, porque además pertenecen al patrimonio de lo público. A valorar los pasos desandados en este pasado reciente y sobre todo a reflexionar por qué aún resulta tan necesario dejar huellas –con imágenes y palabras– sobre cada avance y tramo recorrido a lo largo de estas últimas cuatro décadas.
Así, la muestra compuesta por más de 300 imágenes gira alrededor de cuatro ejes. Las fotográficas que aluden principalmente al «El proceso judicial» de este mega juicio están expuestas dentro del Espacio para la Memoria La Perla. Las fotografías referidas a las acciones realizadas con «Los árboles de la Vida y sus rituales» se pueden ver en el Archivo Provincial de la Memoria. Aquellas que hacen foco en la perseverancia del trabajo de memoria, bajo el eje «Si se sostiene la lucha, la justicia llega” están expuestas en el Espacio para la Memoria Campo de La Ribera. Y por último, las fotografías y textos que evocan «El Juicio en la Calle», se pueden recorrer en la planta baja del Pabellón Residencial de la Facultad de Filosofía y Humanidades, en Ciudad Universitaria.
Se mantendrá expuesta a lo largo de dos meses y su entrada es libre y gratuita para todo público.
Fotógrafos que participan: Julián Athos, Valentina Rocío Barbero, Verónica Benegas, Jorge Luis Berzero, Manuel Bomheker (Será Justicia), Nicolás Bravo, Carlos Cáceres, Esteban Cabrera (Radio FM Sur), Colectivo Manifiesto, Rodrigo de la Barrera, Victoria Degenaro, Emanuel Delgado, Gina Fanchin, Fotografía de prensa, Alejandro Frola, Elizabeth Kenny, Gabriela Lescano, Paula Lobariñas, Leonardo Luna, Yanina Luna, Natalia Magrín, Marcos Mattos, Irma Montiel, Mariana Palmero, Ariel Pasik (flores rojas), Ramiro Pereyra, Juan Pablo Ravasi, Osvaldo Ruiz, Sebastián Salguero, Julieta Santo, Universidad Abierta, Lucia MainaWaisman, Acervo fotográfico de los Espacios para la Memoria y Acervo fotográfico del Archivo Provincial de la Memoria.
La muestra se acompaña con textos de Emiliano Fessia, Diego Tatián, Sonia Torres, Paula Mónaco, Sol Yornet, Facundo Tortta, Ildaa Bustos y Virginia Carranza.
Para visitar
Espacio para la Memoria La Perla | Ruta 20, Km 15 | Tel.: 0351-4983256 | visitasalaperla@gmail.com | apm.gov.ar
Espacio para la Memoria Campo de la Ribera | Martín Cartechini s/n. | Tel. 0351 – 4348876 | educacionlaribera@gmail.com | apm.gov.ar
Archivo Provincial de la Memoria | Pasaje Santa Catalina 66 |Tel. 0351 – 4341501 | culturaycomunicacionapm@gmail.com
Facultad de Filosofía y Humanidades, UNC |Pabellón Residencial | Ciudad Universitaria | De 9 a 20 hs | Te. 0351 433-3060, interno 111. | areaculturaffyh@gmail.com
Texto y fotos: Irina Morán
“Una construcción colectiva”
Mirando hacia atrás en los modos en que nos hicimos eco de lo que fue una jornada histórica, no podemos dejar de afirmar que la memoria es sin dudas una construcción colectiva. Que los modos de construcción de la memoria, y de lo fotográfico, tiene que ver con una serie de diálogos, de interpretaciones, de un punto de vista mayor, más abarcable. Esta muestra en los cuatros Espacios de la Memoria, donde participan 34 fotógrafos y colectivos de fotógrafos, conforman a su vez un mayor colectivo entre todos. Es esa trama de imágenes, de registros diversos, que constituyen una sola edición superadora.
Como Colectivo Manifiesto aquella jornada nos propusimos acompañar a dos familias -Nadra y Bustillo- durante ese día y registrar hasta el momento final de la jornada, después de la sentencia. Atravesamos por diez mil emociones de la mano de nuestros retratados, detrás, al lado, al oído, con apretones de manos, abrazos. Elegimos retratar la sentencia de la mano de los familiares. Ser parte de la multitud, de los invisibles, de los silenciosos, de los ojos brillantes. Desde los fueguitos que construyen esa memoria».
Colectivo de fotógrafos «Manifiesto»
Pliegues
Pisadas. Pliegues. Contornos. Un abrazo y una consigna. Flores rojas.
Las flores rojas que aparecieron un día en La Perla. Y primaveran en el mismo lugar. Con otro piso.
Con pisadas infinitas, en las temporalidades y en las geografías. Un piso de justicia.
Que aloja esos pliegues de vida, pliegues en forma de pañuelo, que se despliegan y hay lugar, para todos.
Un lugar florecido de cuerpos.
Un lugar florecido de lugares. La escuela. La esquina del barrio. La plaza. Los amigos. Los compañeros.
Una ronda que se mueve. En patineta. En bici. Cantando. Con las remeras. Las banderas.
Hay lugar. Entramos todos. Abrigados por el pañuelo, en un lugar que se sustrae al tiempo.
Un lugar, que por su potencia de fundar comunidad, nos ilusiona con instantes de eternidad.
Pisadas de ojos frescos. Pisadas que siguen la huella del legado. Legado/Memoria hecho pliegue. Que se despliega. Para florecer. En la justicia.
Virginia Carranza
Subsecretaria de Asuntos Estudiantiles – FFyH – UNC.
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