La cineasta Lucrecia Martel participó en la apertura del Foro Latinoamericano de las Lenguas, que se realizó el 24 de agosto en el Museo de Antropología de la FFyH. En esta entrevista, reflexiona sobre los derechos lingüísticos como derechos humanos, el uso del lenguaje en el cine y la fuerza del movimiento feminista: “Esa praxis política de las mujeres va a transformar todos los espacios”, dice.
El 24 de agosto, en el Museo de Antropología, se llevó a cabo el Foro Latinoamericano de las Lenguas, organizado por la Facultad de Filosofía y Humanidades, que consistió en una serie de actividades en torno a la problemática de la lengua y camino al I Encuentro Internacional: Derechos Lingüísticos como Derechos Humanos en Latinoamérica, que se realizará en marzo de 2019, en contraposición al VIII Congreso Internacional de la Lengua Española.
Estos eventos proponen una reflexión amplia, situada en la realidad latinoamericana, sobre el problema de las lenguas y su articulación con políticas económicas, sociales, culturales, académicas, educativas y comunicacionales.
Lucrecia Martel, directora de Zama, La Ciénaga y La niña santa, entre otras películas, fue una de las invitadas a participar del conversatorio “¡¿Por qué no te callas?!, junto a Horacio González, Graciela Bialet y Pablo Ramos, coordinado por Beatriz Bixio.
En esta entrevista, la cineasta salteña reflexiona sobre el tema principal del congreso que realizará el año que viene: los derechos lingüísticos como derechos humanos. “Es un tema bien delicado, porque no vamos a terminar haciendo lo que criticamos”, dice y agrega: “Me preocupa cuando esa dinámica está dominada por quien maneja el mercado. Cuando un autor tiene que usar el idioma que domina el mercado, la cultura pierde la diversidad”.
También habla de las dificultades para hacer cine en el interior y de cómo algunos autores reniegan de su idioma: “Cómo no va a servir la lengua que hablás para hacer cine”, se pregunta y larga: “Cuando en un país la realidad se está negando, la lengua sufre mucho”.
Finalmente se refiere al movimiento feminista y el cine y el lugar que ocupa el sonido dentro de su narrativa audiovisual: “El sonido define a la imagen y le da espacio a la bidimensionalidad”, concluye.
Entrevista: Pablo Giordana
Cámaras, sonido y posproducción: Lisandro Civarolo, Maximiliano Broggi y Francisco Palomeque (Imperia Films)