Defensa de territorios, identidades y educación pública

Las prácticas sociocomunitarias y los trabajos territoriales de grado desarrollados en las carreras de la Escuela de Ciencias de la Educación y el Departamento de Geografía de la FFyH en el barrio IPV de Argüello refuerzan de manera positiva las acciones solidarias que se  generan en la zona. La represión policial y de Gendarmería, instala el miedo y estigmatiza lugares periféricos de Córdoba que se organizan de manera cotidiana para superar las condiciones de exclusión y pobreza.

A partir del año 2006, la profesora Carla Pedrazzani–Licenciatura en Geografía de la Facultad de Filosofía y Humanidades–, trabajó en un proyecto de investigación sobre segregación residencial socioeconómica de barrio IPV de Argüello y otros colindantes. Una zona de compleja delimitación porque abarca el barrio 2 de Septiembre, que incluye a algunos de los planes de vivienda del IPV, y Granja de Funes II. A su vez, en su referencia directa por la zona, incorpora también a Villa Hermana Sierra y asentamientos aledaños de caracterización económica y social diversa. De aquel trabajo de investigación, que implicó un acercamiento sostenido con los algunos jóvenes y mujeres de distintas organizaciones del barrio y vecinxs de esta zona, nació la idea de desarrollar su tesis de grado en la que abordó los efectos territoriales de la implementación conjunta de diversas políticas habitacionales, centrándose en el estudio de la conformación de fronteras simbólicas y la construcción de territorialidades múltiples y las prácticas y representaciones socioespaciales de lxs vecinxs.

Como parte del trabajo de campo se realizó un taller de cartografía social en la Escuela Provincial “Hugo Leonelli”, organizado de manera conjunta con integrantes del Centro de Promoción Infantojuvenil “Juana Azurduy” (actualmente Cooperativa Juana Azurduy), dos estudiantes del IPEM Nº 18 “Federico Cumar”, donde además colaboró una estudiante de Geografía y otra de Trabajo Social de la UNC.

En el año 2014, Carla Pedrazzani, junto a su hermana Paula Pedrazzani (Trabajadora Social) participaron de diversos talleres, entre los que hubo mapeos colectivos, en las jornadas de programas CAI (Centro de Actividades Infantiles) y en la Escuela “Hugo Leonelli”. En julio de 2015, ante la denuncia de vecinas de uno de los asentamientos populares colindantes a IPV de Argüello por un basural a cielo abierto y las diversas problemáticas que traía aparejado este tipo de contaminación, desde el Centro de Salud N° 57 se comenzó a trabajar en una Mesa de Ambiente. Aquí se congregaron las organizaciones barriales y vecinxs de los barrios de la zona que resultaban afectadxs. En ese marco, con parte del equipo del Centro de Salud se participó de diversas actividades, entre ellas la elaboración de un relevamiento de salud comunitaria para poder contar con un diagnóstico de lo que el basural estaba produciendo. Además, se trabajó sobre gestiones con funcionarios de la Municipalidad de Córdoba para ubicar el tema del basural  a cielo abierto en agenda y encontrar posibles soluciones para el tema.
En ese recorrido, –comenta Carla– “fue arduo el trabajo que hubo que hacer para que lxsvecinxs y organizaciones sean escuchadxs por los medios de comunicación y que funcionarios tomaran alguna postura al respecto. Pese a todos los esfuerzos, no se logró solucionar de forma definitiva y el problema del basural sigue existiendo”.

En 2016 y 2017 miembros del equipo del Centro de Salud N° 57, en articulación con la Mesa de Gestión, el grupo de vecinas articuladas en el Centro de Salud, la radio comunitaria Rimbombante, el Cine Comunitario La Ilusión, la escuela “Hugo Leonelli”, la Cooperativa Juana Azurduy, la Asociación Civil Shiweñ, sumada a la participación  de Carla Pedrazzani, como egresada y docente de la carrera de Geografía, se formó un equipo del proyecto Remediar  “Promotoras por un ambiente saludable. Un recorrido audiovisual”. Un trabajo aprobado por el Ministerio de Salud de la Nación en el año 2015, cuyo objetivo fue la formación de promotoras por un ambiente saludable a través de la generación de un espacio de participación con vecinas que viven en una zona de asentamientos expuestas a la contaminación permanente por la presencia de un basural a cielo abierto, entre otros aspectos sanitarios deficitarios”. Allí se desarrollaron diversas actividades y talleres que fortalecieron, no sólo el conocimiento y las acciones ante problemáticas de la zona, sino también el vínculo y la confianza entre profesionales de la Facultad de Filosofía y Humanidades junto con los distintos actores de la comunidad del barrio.

Estigmas barriales

Del conjunto de estas experiencias, en IPV de Argüello, junto con los barrios y urbanizaciones populares colindantes, se puede concluir –asegura Carla Pedrazzani– que hacia un “afuera” la zona de  Argüello IPV “es un conjunto monolítico y estigmatizado, asociado en el imaginario colectivo a un territorio peligroso”.

“Un barrio donde prolifera todo tipo de delincuencia y violencia: drogas, robos a mano armada, abusos, descontrol”.  Y, hacia un “adentro”, la zona resulta como un territorio fragmentado. “Un espacio discontinuo en el cual el estigma le pertenece sólo a algunos sectores y, por lo tanto, es necesario diferenciarse de esos grupos considerados como los ‘otros’”. La propia configuración urbana que fue llevada a cabo por el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV) ha sido clave en conformación de discontinuidades espaciales, fronteras y fragmentaciones socioespaciales que desencadenaron un proceso de diferenciación entre los grupos, ya sea por el tipo de vivienda, por la procedencia de quienes allí lo habitan, o por si deben abonar un monto por la vivienda, o si fueron adjudicadas directamente a través de un programa de erradicación de villas”.

Desde sus inicios hasta la actualidad, la zona presenta graves problemas de obras de ordenamiento, infraestructura, equipamientos y servicios urbanos. Con el gravante de que ante los distintos reclamos de estas problemáticas de servicios básicos, pocas veces son escuchados. Con cada lluvia, las calles se vuelven ríos, el canal se desborda y los servicios y equipamientos sociales son escasos.

A pesar de ello, se reconoce un gran trabajo territorial de las distintas organizaciones que conforman la Mesa de Gestión. La articulación con lxs vecinxs y la propuesta de diversos proyectos y actividades para mejorar la situación en la que se encuentran. Es admirable, la lucha que llevan a cabo día a día lxs vecinxs para librarse de los estigmas negativos y la fuerza de los vecinos para sobrevivir en las precarias condiciones urbanas y de accesibilidad en las que se encuentran.

Universidad y escuelas públicas de Córdoba

“Des-tejiendo itinerarios de enseñanza en la escuela primaria: formas narrativas, textos visuales, mundos culturales” es el nombre del proyecto que surge en 2015, a partir del desarrollo de una Práctica Sociocomunitaria (PSC) en la Escuela Hugo Leonelli de barrio IPV de Argüello.

Las  PSC son instancias de formación llevadas a cabo en territorios, realizadas desde la Secretaría de Extensión, en coordinación con colectivos y organismos sociales comunitarios, públicos y privados con fines sociales, externos al ámbito universitario, que se orientan a coordinar acciones en los procesos de reflexión crítica, identificación de problemas, diagnósticos o propuestas de resolución de problemáticas relativas a las áreas de competencia de la Facultad de Filosofía y Humanidades.

En el caso de esta práctica, desarrollada en la Escuela Hugo Leonelli del barrio IPV de Argüello, se configuró en el marco del Espacio Curricular “Didáctica General” a cargo de la profesora Adela Coria, de la Escuela de Ciencias de la Educación. La profesora Paula Basel estuvo al frente de su coordinación, junto a un equipo integrado por pedagogas, comunicadoras sociales, estudiantes de la Escuela de Ciencias de la Educación y maestras. Entre sus objetivos, se trazó como horizonte la defensa de la escuela pública como lugar privilegiado de encuentro y acceso a la experiencia literaria, la lectura compartida, el derecho a la mirada. Aquí, se concibe a la  la escuela desde un sentido político centrada en la transmisión de la cultura, en un escenario de disputa mayor por “lo común” (disputa ligada a los derechos sociales como responsabilidad prioritaria del Estado).

A lo largo de estos años, en el seminario donde se articuló la formación de grado con la intervención en el territorio, han participado 50 estudiantes del ciclo básico de la carrera de Ciencias de la Educación de la FFyH, más de 20 maestras y aproximadamente 300 chicos y chicas de 1º a 6º grado. La búsqueda central del proyecto ha sido producir intervenciones educativas situadas a través de un proceso de conocimiento y vínculo con el(los) otro(s). Siendo esta una condición vital para articular prácticas con debates, preocupaciones y teorizaciones, vinculados a un campo relacional sensible y relevante, en el cruce entre infancias, ciudadanía, territorio, cultura y escuela. En estas acciones se promueve, documenta, visibiliza y socializa prácticas sociocomunitarias de cuidado de las infancias en territorios de desigualdad, a través de experiencias de lectura con libros de literatura ilustrados y otras narrativas visuales como la fotografía. El recorrido realizado de estos años permite visibilizar los modos singulares en que las comunidades de lectura ayudan a niños y niñas a construir un mundo interno y externo más habitable.

Practicas Sociocomunitarias en el IPV de Arguello

El proyecto trabajado en la Escuela Hugo Leonelli de barrio IPV de Argüello se constituyó en un espacio de formación en “otro tiempo” para el encuentro y diálogo de saberes entre estudiantes de la UNC y las escuelas primarias públicas provenientes de barrios muy alejados de la Ciudad Universitaria (que se sumaban cada quince días al aula de extensión en el Pabellón Brujas). El espacio resultó un modo poco común y sumamente desafiante de habitar el aprendizaje dentro de la FFyH y dentro de la escuela Hugo Leonelli. En palabras de una maestra de la escuela Leonelli, al volver a revisitar los tres años de seminario sostenidos a lo largo del tiempo: “Hemos desdibujado las líneas y fronteras entre la universidad y nuestra escuela”. De esta manera, la participación de las maestras en los talleres en la universidad y la participación de estudiantes universitarios en los talleres en la escuela movilizó una mirada más sensible y comprensiva, generando espacios colectivos de reflexividad que permitieron no sólo imaginar e inventar colectivamente la enseñanza, sino también habilitar una discusión pública acerca de cómo a el nivel de las prácticas pedagógicas se juega también un proyecto político y un proyecto de infancia.

En esta práctica, los itinerarios literarios que cada grupo imaginó para proponer en las aulas junto a niños y niñas de 1º a 6º grado, fueron organizados a partir de la selección de algunos libros-álbum que se encuentran disponibles en las bibliotecas de las escuelas públicas de todo el país. Son libros maravillosos que integran las bibliotecas de las escuelas, en el marco de lo que fue una política pública de lectura y de provisión de libros sostenida durante doce años por parte del Ministerio de Educación de la Nación (interrumpida en el año 2016, cuando el Ministerio de Educación, decidió que no se comprarían más libros de literatura para niños).

A través de esta experiencia se constituyó lo que María Teresa Andruetto llamó  la gran “casa hospitalaria” para referir a los encuentros de los lectores con la ficción. Es decir, la hospitalidad como una cuestión de acogida y de lugar, de espacio en la casa común, cosa difícil y tan decisiva en nuestros días. En palabras de Eugenia, maestra de segundo grado que participó del proyecto desde el inicio, comenta que “la literatura permitió reconocernos y encontrarnos con nuestra propia subjetividad y con la de los otros, especialmente con la de cada uno de los chicos y sus historias”.

 

Después de estos años, se puede valorar que la modalidad de Práctica Sociocomunitaria reviste una dimensión emocional, pedagógica y política que genera miradas y prácticas críticas, comprometidas para la formulación de intervenciones que apuestan por la igualdad.

“En los encuentros entre la escuela y la universidad, el arte y la enseñanza, la literatura y las imágenes como saberes entrelazados, se fue tejiendo una experiencia de pensamiento apasionado, sensible, emocional”, expresan las estudiantes extensionistas de la Facultad de Filosofía y Humanidades. Y al mismo tiempo, destacan: “Trabajar en la Escuela Hugo Leonelli de barrio IPV de Argüello ha permitido utilizar el lenguaje desde un ‘nosotros’ inclusivo, en primera persona. Como expresó en una oportunidad Verónica, directora de la escuela: Durante años hemos caminado proyectos que avanzaban hacia una escuela como punto de encuentro, para tejer redes. Todos hicimos este entramado en el que lo esencial es no perder la esperanza, esa esperanza que nos lleva a soñar y a construir sueños tejidos colectivamente. En definitiva, un proceso de construcción de una escuela pública que transmite saberes emancipadores para ofrecer un lugar de protección y un futuro de justicia para todos…

En este proyecto trabajaron las estudiantes de la Licenciatura en Ciencias de la Educación que se fueron integrando al equipo de extensión: Barbarena Amato Ross, Analí Mansilla, Mora Stiberman, Vanina Mingolla, Lucía Rodríguez y Emilia Mansilla. También forman parte del equipo la profesora Adela Coria, Natalia Riveros, Roxana Ramírez, Clara Iglesias, Marianny Alves.

No a la violencia y a la criminalización de la pobreza

El 7 de mayo de 2018, la zona sufrió un enorme despliegue y presencia de las fuerzas policiales y de Gendarmería Nacional, cercando la zona Argüello IPV (2 de Septiembre, Granja de Funes II, Villa Hermana Sierra y asentamientos populares de la zona). Es importante señalar, que esta zona posee una fuerte estigmatización territorial asociada a lo “peligroso”, “inseguro”, “zona roja” o “caliente”. Estigmas que conllevan consecuencias negativas y discriminatorias hacia quienes habitan estos barrios.

Tras del convenio firmado a fines de marzo, por la Ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich y el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, se intensificó el despliegue de operativos y controles arbitrarios en los barrios populares de nuestra ciudad.

Son numerosos los testimonios de madres y mujeres de jóvenes de Argüello IPV que dan cuenta del desconcierto, la angustia y el terror que sufrieron el 7 de mayo, ante un inusitado operativo que implicó razzias a los vecinos, con personal armados de la CAP y el ETER.

“La policía tiene un criterio, la mirada hacia nosotros es que todos somos negros y chorros. Nos sentimos más sofocados al tener el barrio todo rodeado”; “Se me hizo un nudo en la garganta, para mí nos vinieron a privar de muchas cosas, tengo miedo que me lo agarren a mi hijo, que me lo ensucien, que me lo maten”; “Nosotros tenemos mala prensa. Por eso hay que mostrar lo que somos y enfocarnos en lo que nos revaloriza. Ahora que se odia tanto tenemos que dar la vuelta. Argüello tiene que ser para cuidar a nuestros chiquitos…”; denuncian los vecinxs, tras vivir una jornada de miedo y avasallamientos en el mes de mayo.

Otro de los factores que agrava la situación es el tratamiento sesgado de algunos medios hegemónicos de comunicación sobre la realidad compleja que se vive en distintos barrios de Córdoba. En el caso de las razzias sufridas en el IPV de Agüello, algunos medios trabajan y difunden información sobre la idea de “inseguridad”, con el fin de justificar este tipo de operativos represivos, bajos criterios maniqueos como, por un lado, un estereotipo discriminatorio respecto de quienes viven en la zona (los “delincuentes”) y, por el otro, el resto de la población cordobesa (las “víctimas”).

Cuando los estigmas sociales y la sospecha de criminalización se transforman en algo profundo y estructural, las violencias cotidianas impactan en la construcción de identidades y subjetividades hacia las personas que viven allí. Sobre esta situación, la Mesa de Organizaciones que trabajan en la zona, sostienen que las políticas de seguridad que instrumenta el gobierno provincial y Nacional no deben pasar por incrementar el hostigamiento y la presencia policial. Lxs vecinxs reclaman la ampliación de políticas sociales de inclusión que garanticen y resguarden los derechos básicos dela población.

Lo que está sucediendo en distintos puntos y zonas de pobreza urbana de Córdoba (el fuerte despliegue policial y el tratamiento sesgado de los medios de comunicación), se convierte en una cuestión pública que demanda un posicionamiento comprometido en torno al cuidado de los niños, niñas y jóvenes, contra situaciones de hostigamiento y desamparo.

Por zonas libres de violencias

Dado el trabajo sostenido de territorialidad que desarrollan las distintas Escuelas y áreas de Facultad de Filosofía y Humanidades en el IPV de Argüello, nuestra unidad académica elaboró un Documento de repudio sobre el accionar represivo, en sintonía con los reclamos de lxs vecinxs y organizaciones sociales de la zona. El Comunicado inscribe a los equipos de la FFyH en el marco del compromiso que asume la universidad pública cuando se construyen vínculos profundos con la comunidad, a partir de un trabajo sostenido en el tiempo y en el territorio. También resulta una oportunidad más para reflexionar sobre las múltiples estrategias a desplegar, frente a situaciones críticas y tan sensibles: estrategias que pueden contribuir a comprender, hacer visibles y denunciar los efectos que produce la violencia institucional en la vida cotidiana de los barrios y en la construcción de la subjetividad de las infancias populares.

Una de las responsabilidades que asume la FFyH como parte de la universidad pública, es contribuir a visibilizar y denunciar la vulneración de derechos, así como también acompañar el trabajo comunitario y vital que realiza la escuela pública, las organizaciones sociales y distintas instituciones que traman el lazo solidario y educativo de nuestra sociedad. “Se trata  difundir y seguir apostando –señala el documento– por el derecho de las infancias libres a las palabras, la fantasía, el juego, el arte, los sueños y los mundos posibles, en donde el habitar no sea irrumpido por la estigmatización y criminalización constante”.

Comunicado de equipos de extensión y cátedra de la FFyH

Texto: Irina Morán
Fotos: Natalia Rivero – Paula Basel – Irina Morán