Beatriz Busaniche, presidenta de la Fundación Vía Libre y activista del Software Libre, presentó en Córdoba su último libro “Propiedad intelectual y derechos humanos”, en el marco de la Semana del Acceso Abierto, organizada por el Área de Tecnología Educativa de la FFyH. Busaniche también es reconocida por su férrea posición en contra de la implementación del voto electrónico y participó en los debates por la Reforma electoral en el Congreso de la Nación.
«Votar con computadoras es abrir una puerta grande al fraude”.
Richard Stallman
Programador estadounidense y fundador del movimiento por el Software Libre en el mundo.
En junio de este año, el presidente Mauricio Macri envió al Congreso un proyecto de ley de Reforma Electoral para “clarificar el sistema de votación” y controlar el funcionamiento de las campañas para que “no haya trampas”. Macri también dijo que la iniciativa busca tener «un sistema transparente y equitativo del siglo XXI que va a ayudar a unir a los argentinos».
Uno de los temas más importantes de esta Reforma es la implementación del voto electrónico, para finalizar, supuestamente, con el “robo de boletas”. Sin embargo, este sistema es cuestionado por distintos sectores ya que fue utilizado en varios países, como Holanda, Alemania, Austria o Dinamarca, donde lo descartaron o prohibieron. De hecho, Corea del Sur, que le vendería las computadoras a nuestro país, no lo aplica en sus elecciones.
Beatriz Busaniche, presidenta de la Fundación Vía Libre, una organización dedicada a la defensa de derechos humanos en entornos mediados por tecnologías, participó junto con otros miembros en las comisiones por la Reforma electoral en el Congreso de la Nación y es una de las voces disidentes y que aportó numerosas pruebas al debate en contra del voto electrónico. “Desde la Fundación Vía Libre somos extremadamente críticos de esta reforma planteada por el Poder Ejecutivo y que ya tiene dictamen de mayoría en el Congreso. Nosotros decimos que atrasa en varios sentidos. En un sentido, porque los países que usaron voto electrónico, como Holanda, Alemania, Austria o Dinamarca, que han intentado implementar este tipo de tecnología en su sistema electoral, están retrocediendo. Es decir, aprendieron de la experiencia y que esto no se debe hacer. Holanda, por ejemplo, lo prohibió en el año 2008, porque se probó que se podía vulnerar el secreto del voto. Alemania, con un fallo ejemplar del Supremo Tribunal Constitucional lo declara inconstitucional porque la ciudadanía no puede auditar, comprender y dar seguimiento pleno a todo el proceso. Hay una caja negra que intermedia entre el votante y la expresión de su voluntad. Y eso es inadmisible constitucionalmente”, dice Busaniche, que estuvo en Córdoba el miércoles 5 de octubre presentando su libro “Propiedad Intelectual y Derechos Humanos. Hacia un sistema de derechos de autor que promueva los derechos culturales”, en el marco de la semana del Acceso Abierto de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC.
- Decís que la reforma electoral atrasa en varios sentidos, ¿en cuáles?
Atrasa porque (el voto electrónico) es regresivo desde el punto de vista de derechos políticos. En Argentina, la Ley Sáenz Peña, que ya cumplió más de 100 años, es un baluarte del sistema democrático porque el voto debe ser secreto, universal. La cuestión del secreto del voto es un avance que lograron las democracias del mundo. Esto es regresivo porque se pone en riesgo el secreto y porque se pone en riesgo la participación ciudadana en el proceso electoral. Atrasa también porque va a contramano de donde está yendo el mundo.
- En ese sentido, decís algo muy fuerte, que es que el voto electrónico es “antidemocrático”.
El voto electrónico es profundamente antidemocrático. De hecho, en Vía Libre lo estamos diciendo hace rato para ver si logramos levantar una voz de alerta. Esta es la peor amenaza al sistema democrático desde el regreso de la democracia en 1983. A mí me dicen que eso es un poco exagerado. Puede sonar exagerado en algún sentido, porque hubo ataques a la democracia en los levantamientos contra el gobierno de Alfonsín. Pero en esos levantamientos había una amenaza visible. En este caso, la amenaza es totalmente velada. El ciudadano está contento porque va a ir a ejercer su voto rápido, fácil y moderno, y hay una tecnofilia que le da un velo de modernidad. Es muy grave porque no operan los mecanismos de resguardo de la democracia. En el propio Congreso se repiten muletillas, falsedades que vienen de los argumentos de marketing del Poder Ejecutivo y te dicen cosas escalofriantes, como que esto es transparente. Cuando el tribunal constitucional alemán dijo exactamente lo contrario. No es transparente para el ciudadano, entonces no es constitucional.
- Sin embargo, los argumentos a favor: transparencia, rapidez, que es más económico, son fácilmente rebatibles.
El argumento de lo económico ya es rebatible solo comparando el presupuesto 2015 del 2017. El gasto para la elección de 2017, que es una elección legislativa además, es muchísimo mayor que el gasto de 2015, y excede por mucho la tasa inflacionaria. Y todavía no se sabe cuánto se va a gastar en computadoras. Hay 95 mil mesas y por lo tanto tiene que haber más máquinas, porque si una falla hay que tener un respaldo. Se está pensando en comprar 120 mil máquinas y desarrollar un software, capacitar al votante. Es un operativo a nivel nacional que va a costar miles de millones de pesos. Pero el peor de los argumentos, porque si esto fuera caro pero seguro y cumpliera con los resguardos que la democracia exige se podría discutir, es la cuestión de la transparencia, que es “un verso”. La idea de la transparencia es un mito.
- ¿Por qué pensás que hay mucho lobby en los medios a favor del voto electrónico?
Hay varias cuestiones. La tecnofilia es un mal de esta época. Creemos en la tecnología. Es la nueva fe. La tecnología aparece como la salvadora de todos aquellos procesos que son difíciles de solucionar. Esa es una explicación de buena fe. Después tenés un interés muy particular de la prensa, y es que quiere cerrar el domingo lo más temprano posible con un resultado claro. La rapidez es una demanda de la prensa más que de la ciudadanaía. No es un problema. Todos los lunes a la mañana nos levantamos y vemos quien ganó la elección. La velocidad del conteo no es un tema si lo que se pone en riesgo es la integridad del voto.
- Ustedes también dicen que ni siquiera el software libre es garantía de honestidad.
Tener el código fuente libre es indispensable, pero eso no te garantiza que ese software, que fue auditado públicamente, sea efectivamente el que corre en las 95 mil máquinas disponibles en el sistema electoral. Es muy difícil hacer esa auditoría.
- La elección de Buenos Aires fue un “gol” para los propulsores del voto electrónico, porque si bien se probó que hubo vulnerabilidades no fue cuestionada.
Eso es muy shockeante, porque además la Justicia actuó mal porque quedó probado que hubo vulnerabilidades. La Justicia, teniendo un reporte de vulnerabilidades tan grave varios días antes de la elección, en lugar de suspender la elección y exigirle a la empresa contratista que tome los recaudos necesarios para garantizar la elección, allanó a quien lo denunció. El multivoto también quedó documentado en una auditoría que encargó el propio tribunal.
- En esta nueva reforma también están contempladas penas para quienes no cumplan la ley.
En el proyecto hay penas de hasta 6 años para quienes hagan auditorías independientes del sistema electoral. Esta es la respuesta más concreta que recibimos. Tipificar penalmente las prácticas de aquellos que nos oponemos al sistema, tanto sea conseguir el código fuente y equipos y hacer auditorías de manera no oficial, como desarrollar software para atacar el sistema y probar si tiene fallas.
- Para vos una de las posibles soluciones es la boleta única en papel, como se usa en Córdoba y Santa Fe.
Lo primero que hay que hacer cuando se encara una reforma electoral de este tipo, es analizar por qué se quiere hacer. Eso no existe en esta reforma. No hay un análisis serio. Todo lo que hay son clichés. Hay un problema concreto a solucionar que es el robo de boletas y la posibilidad de que todas las fuerzas estén representadas en el cuarto oscuro. Si el Estado provee boleta única en papel ambos problemas se solucionan. La boleta única plantea un problema de conteo, es un poco más lento, pero hay desarrollos de tecnología que pueden colaborar en el conteo. No hay ningún instrumento que medie entre el ciudadano que va a emitir su voto y su voluntad. Si el problema es la lista sábana, el voto electrónico no lo soluciona. Esconde la lista sábana bajo la alfombra, porque en el proyecto dice que se van a mostrar solo los tres primeros de la lista. El sistema, además, promueve la votación de la lista completa.
Entrevista completa
Entrevista a Beatriz Busaniche from Área de Tecnología Educativa on Vimeo.
Por Pablo Giordana
Fotografías: Pablo Becerra – Área de Tecnología Educativa – FFyH
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