Abogado junto a Raúl Zaffaroni de Pedro Castillo, ex presidente peruano, Guido Croxatto explica por qué su destitución es ilegal y debe ser restituido en su cargo. En una nota que trasciende la realidad del país andino, el especialista en derecho penal y derechos humanos analiza la actualidad del Poder Judicial, el único que la ciudadanía no elije y que dejó de ser un contrapeso para defender a las minorías para “resguardar los intereses de sectores privilegiados y enriquecidos, que criminaliza la pobreza y a los líderes populares”. Defensor de los jueces garantistas, “los menos politizados de todos, al revés de lo que plantean los medios”, se mete de lleno en la actualidad política y electoral al señalar que le gustaría debatir con Javier Milei, quien a pesar de ser un “showman que está en las antípodas de mi pensamiento, es más que un tipo que grita en televisión, por lo menos tiene argumentos, a diferencia de Bullrich”.
Guido Croxatto es Director Nacional del Cuerpo de Abogados del Estado, de la Procuración del Tesoro de la Nación, abogado de Derechos Humanos y de Pedro Castillo, ex presidente del Perú, derrocado por un golpe del Congreso en diciembre de 2022 porque se negó a renovar las concesiones a las multinacionales mineras que había entregado Alberto Fujimori en la década del 90, impulsaba la masificación del gas y la gratuidad de la educación universitaria y proponía cuotas indígenas en el Parlamento, algo imperdonable para las élites limeñas acostumbradas a tratar a las comunidades originarias y a las poblaciones rurales como seres inferiores. Castillo es el primer Presidente en la historia del Perú que viene de las sierras, con intenciones de reforma agraria y nacionalizaciones mineras, razones suficientes para tirarlo por la ventana, aunque la “razón” oficial esgrimida por el poder real fue la disolución dispuesta por Castillo del mismo Congreso que no lo dejó gobernar desde el minuto uno de su gestión.
En una entrevista en la que aborda múltiples temas relacionados al derecho y la política latinoamericana, Croxatto explica al detalle y con argumentos jurídicos cómo fue todo el proceso destituyente de Castillo, traza un panorama de la realidad social y política del gobierno que conduce Boluarte pero gobierna el fujimorismo, y se expande hacia el resto del continente para hablar sobre democracia y lawfare. En el plano local, se mete de lleno en la polémica entre “garantistas” y “punitivistas”, y tiene tiempo para analizar el fenómeno Milei y los desafíos del campo popular frente a un personaje que amenaza con patear el tablero político y el propio sistema democrático que, casualmente, este año cumplirá 40 años de vida ininterrumpida, otro récord argentino.
- Empecemos por Perú: ¿Qué pasó con Pedro Castillo, hoy preso en una cárcel?
La destitución de Castillo es ilegal desde el punto de vista constitucional y el proceso penal que se le sigue es irregular, porque la imputación se basa en un delito de cumplimiento imposible. Nosotros, con Zaffaroni, entendemos que la destitución y la prisión son arbitrarias, ilegales desde un doble punto de vista, procesal y penal, lo que antes se llamaba derecho de forma y de fondo y que hoy la doctrina está dejando de utilizar y que en este caso tiene sentido recuperar, porque el procedimiento –lo procesal- ganó en importancia, nos dimos cuenta que las garantías del debido proceso son tan importantes como el fondo y el lawfare es una buena muestra. Muchas veces no hay condenas, no llega nunca la condena, pero te alcanza la forma para tener hostigado y acorralado a un líder político durante un montón de años aunque no haya ninguna sentencia, y tal vez no se llega nunca a una sentencia, entonces la verdadera condena es tener a alguien imputado muchas veces con una prisión preventiva ilegal durante todo el procedimiento. Por eso yo rescato tanto la importancia del debido proceso, de responder a las garantías constitucionales durante el proceso. En la destitución de Castillo se violó el debido proceso cuando él da un discurso para disolver un Congreso que no lo dejó gobernar, que no lo dejaba salir del país y que obstruyó 70 proyectos de ley. Castillo impugnaba la Constitución neoliberal de Fujimori, que es algo que el pueblo peruano quiere reemplazar, pero el Congreso también está dominado por este sector racista, que son los sectores concentrados de Lima que gobiernan contra los sectores de la sierra en el Perú, de los que viene Castillo. Él propone una Asamblea Constituyente y disuelve o anuncia sin ningún éxito la disolución del Congreso que no lo dejaba gobernar desde el primer día. Luego el Congreso actúa de manera ilegal y el Tribunal Constitucional convalida la ilegalidad. Más allá de si el discurso de Castillo era correcto, el procedimiento que el Congreso siguió no lo es, porque dicho procedimiento está contemplado específicamente por la Constitución de Perú, no hacía falta inventar un procedimiento nuevo ilegal. Dicho procedimiento de acción constitucional por infracción constitucional con una moción numerada por orden del día, se tenía que notificar al presidente, que tiene derecho a defenderse. Nada de esto sucedió, Castillo no fue notificado ni citado a la moción de orden del día y fue destituido. Hay mucha desinformación y los medios tapan esta ilegalidad diciendo que Castillo era corrupto y que gobernaba mal, pero no basta que un presidente gobierne mal para destituirlo de cualquier forma, hay procedimientos legales para destituir o inhabilitar un presidente y en el caso de Perú no se siguieron, por eso decimos que la única salida es la restitución y que Castillo enfrente un juicio justo conforme a derecho, que es lo que hasta ahora no tuvo. El Congreso optó por la vacancia por incapacidad moral, que era el procedimiento que no correspondía, porque para eso está la acusación constitucional. Pero lo peor es que además de optar por un procedimiento que no correspondía, tampoco el procedimiento fue bien aplicado: hacían falta 26 congresistas y tuvieron 21. Tenían que haber numerado con una moción del orden del día la vacancia y notificar con una moción numerada a Castillo, esa moción no existe. Es decir, se destituye a un presidente violando también el reglamento del Congreso, artículo 89 inciso a, que establece cuál es el mecanismo a seguir. Aníbal Torres, que fue el primer ministro de Castillo, pidió públicamente que se mostrara la moción de destitución, pero no existe, no hay un expediente legal, eso es un golpe de estado en cualquier lugar, en este caso un golpe de estado congresal, como sucedió en Honduras contra Manuel Zelaya en 2009, que es cuando se inician los golpes blandos en toda América Latina. En Perú, el Congreso violó el reglamento de su propia institución y violó los artículos 99, 100 y 117 de la Constitución. La única alternativa es la restitución y que Castillo enfrenta un juicio justo y que se haga un proceso conforme a derecho, respetando la legalidad, cosa que hasta ahora no sucedió. Y como no sucedió la gente salió a protestar por la ilegalidad de todo este procedimiento, porque a Castillo lo sacaron del palacio como maltratan siempre a la gente de la sierra, como si fuera un cholo sin valor, lo que generó que la gente se sienta identificada también con la manera en cómo destituyeron a Castillo. Hay 70 personas asesinadas y no hay nadie preso en Perú, parece que matar 70 indios no genera responsabilidad en Perú, lo cual es muy grave, es un caso de racismo muy claro, porque si las asesinados hubieran sido 70 personas de otra región o de otro lugar, seguramente ese gobierno ya se hubiera caído. Como los que murieron son 70 indios pobres de la sierra a nadie le importa, dejando el mensaje de que hay vidas en Perú que valen menos que otras y eso es el racismo. Que el discurso de Castillo ya ha sido incorrecto, si es que lo fue, no habilita tirarlo por la ventana de cualquier forma, hay un procedimiento establecido y contemplado en la propia Constitución de Perú para esos casos cuando el presidente quiere disolver el Congreso sin estar habilitado. Por eso los congresistas que destituyeron de manera ilegal a Castillo son pasibles de juicio político, como los miembros del Tribunal Constitucional, que no se demoraron ni cinco horas en convalidar el golpe de estado contra Castillo, en vez de analizar y cotejar lo que dice la Constitución, lo que se estaba haciendo desde el punto de vista penal. Para Zaffaroni, que es quien se ocupa de lo penal, el discurso de Castillo confirma un hecho atípico que es una tentativa inidónea para el fin propuesto y la tentativa inidónea, según el código penal peruano, no es punible, con lo cual Castillo, penalmente, también está mal detenido, su prisión preventiva es ilegal porque el delito es de cumplimiento imposible y en la normativa peruana, a diferencia de Argentina, se establece de manera taxativa que la tentativa cuando no es idónea no es punible y en el caso de Castillo eso está claro.
“La destitución de Castillo es ilegal y lo que corresponde es su restitución, porque así lo dicen las leyes de Perú, después serán los peruanos quienes definan su futuro político”
- ¿Por qué Castillo hace ese discurso?
Porque estaba acorralado, de hecho, lo abucheaban las fuerzas de seguridad, que responden al fujimorismo y a la derecha racista. Castillo tenía todos los sectores de poder en contra, el único que sale a apoyarlo es el pueblo y el pueblo fue asesinado a balazos, y si no sale más es porque la consecuencia es que no hay nadie preso por los 70 muertos, lo cual además de ser muy grave da un mensaje de impunidad y de criminalización de la protesta. De hecho, la Corte sigue criminalizando la protesta en Perú. Pero también hay un mensaje peligroso, porque si hay impunidad para los que asesinaron personas, el mensaje es que protestar en Perú es peligroso porque te pueden matar y nadie va a ir preso por eso.
- ¿Vislumbras alguna salida política?
Muchos abogados dicen: la destitución de Castillo fue ilegal, es cierto, no se respetó el debido proceso, pero la única salida políticamente viable serían nuevas elecciones, aunque no sea lo que corresponde jurídicamente. Pero nosotros no somos analistas políticos. Yo no sé cuál es la salida política, eso lo tienen que resolver los peruanos, yo lo que sí sé, como abogado, lo que corresponde jurídicamente, sea viable políticamente o no, según el derecho, lo que corresponde es la restitución de Castillo, porque hoy la situación es ilegal, hay un presidente mal destituido, en forma ilegal, violando el debido proceso, las normas del Perú. El propio procurador del Congreso peruano la semana pasada reconoció que no respetaron el debido proceso en la destitución del presidente. Solo faltaría agregar que dieron un golpe de estado, pero ya lo están reconociendo, lo están reconociendo porque cada vez hay mayor presión internacional y una lectura más fina de la normativa peruana para entender lo que se hizo contra Castillo. Ahora, la salida política la encontrarán los peruanos, nosotros no somos analistas políticos, independientemente de la opinión política. La presidenta que está en la actualidad está usurpando el poder, lo cual es un delito sumado al delito a haber asesinado 70 personas como parte de esa usurpación del gobierno después de un golpe congresal.
- ¿Cuáles son los apoyos que tiene Castillo?
Hay organizaciones campesinas que apoyan a Castillo, hay muchas organizaciones que ni siquiera eran adherentes de él pero que luego de esta dinámica lo empiezan a apoyar, porque Castillo promueve la Asamblea Constituyente, una nueva Constitución y propone incluir cuota indígena en ella, para que los indígenas peruanos lleguen finalmente al Congreso, cosa que el actual Congreso racista no quiere, por eso la represión a los sectores que él representa. Castillo quiere incluir a las poblaciones campesinas, históricamente excluidas de la vida política del país en el Congreso, y materializarlo con cuota indígena en una nueva Constitución. Es el primer presidente rural en la historia del país, eso también es un simbolismo, es como el Evo Morales de Perú, muy parecido. De hecho, Evo Morales es el principal apoyo político que tiene Castillo.
“Hoy la izquierda en Perú es Castillo, es el único que se opone al poder real, al fujimorismo, la otra ‘izquierda caviar’ traicionó y el pueblo lo sabe, por eso lo apoyan”
La traición de Boluarte
Ante la consulta de porqué la vicepresidenta de Castillo, Dina Boluarte, no defendió al ex Presidente, Croxatto fue taxativo: “Ella ha hecho un giro ideológico profundo y traicionó a su partido, la gente no la respalda, tiene 90% desaprobación, es insólito lo que pasa con ella, solo se explica por los intereses económicos poderosos que hay detrás de esta situación: hasta el 2026, es decir todo el periodo que abarcaba el gobierno de Castillo, se vencen las concesiones de la época de Fujimori por la privatización de los recursos naturales de todo Perú. Castillo ya había anunciado, como dijo Lourdes Huanca ayer en el conversatorio, que no las iba a renovar. Esas concesiones son razón suficiente para que Castillo vuele por el aire. Es demasiado poderoso el poder que tenía enfrente para bancárselo solo y sin estructura, sin embargo se lo bancó y dijo que no iba a renovar ninguna de estas concesiones de recursos naturales, lo que puso de manera inmediata a todo el poder económico local e internacional en contra. Castillo estaba en contra de la minería ilegal, que mueve millones en Perú y que hoy apoya la dictadura de Boluarte. La conclusión podría ser que Castillo tomó una posición, tal vez con poca organización política detrás, y del otro lado están todos los intereses económicos, todos los medios a los que él les cortó financiamiento, todo el poder judicial dominado por el fujimorismo y todo el Congreso racista dominado por este sector. Cuando Castillo fue a ver a López Obrador, le dijo “Yo estoy solo”. Y lo está en el sentido de que hay una estructura corrupta que él se saca encima y no negocia, Castillo es así, no negoció con nadie. Se sacó de encima al propio partido que lo llevó al gobierno, con el que después se quedó Boluarte, quedando todos en alianza con el fujimorismo. Es muy claro el escenario: gobierno del fujimorismo con esta títere de Boluarte, que el día de mañana va a ser responsable de las 70 muertes, por eso el fujimorismo deja que esta persona ponga la cara, firme las concesiones que Castillo no iba a firmar y luego dirán que de todas maneras era la vicepresidenta de éste.
- ¿La izquierda, el progresismo, dónde está?
Lo bueno es que el progresismo tiene claramente identificado que Boluarte se dio vuelta completamente, la traición de esta persona que evidentemente hizo todo para quedarse con el poder y ese es el único objetivo de la “izquierda caviar”, como dicen en Perú a quienes inicialmente apoyaron el golpe contra Castillo, lo que deja en claro que también hay racismo en la izquierda. Como Castillo también es un cholo de la sierra y no habla como los profesores de la universidad, no lo apoyan. La otra candidata, Verónica Mendoza, a la que tildan de izquierda caviar, estudió en Francia y apoyó inicialmente la destitución de Castillo, lo cual fue un error de la izquierda caviar de Perú, error grave de la izquierda, que lleva la situación de la izquierda actual en Perú a ser inexistente, la gente no los apoya porque ven que no estuvieron a la altura de las circunstancias y porque privilegiaron intereses de coyuntura por sobre lo que pasaba en el país. Equivocado o no, Castillo representaba un sector históricamente excluido y no le robó nada a nadie. Los que robaron son los que están gobernando y el Congreso de Fujimori, que son todos millonarios corruptos que hacen negocios con la minería ilegal. Frente a esta situación, la izquierda no tiene alternativa, hoy la izquierda es Castillo, no hay alternativa real frente al poder real, el único que está es él, pero esta izquierda caviar hizo a varios líderes de la región cometer algunos pasos en falso.
- ¿Qué reclama el pueblo, las organizaciones populares en Perú?
La inmensa población de Perú quiere una constitución nueva, es inevitable. Y esa es la bandera central de Castillo, por eso los estudios jurídicos de Lima no lo querían ni dejar asumir, impugnaban los votos de los indios y de la sierra que habían votado a Castillo, decían que los indios no saben votar. Luego, gracias al magistrado Arenas, que actuó con integridad, tuvieron que reconocer que el triunfo era legítimo, por eso una vez que asumió no lo dejaron gobernar. Decían: un cholo no puede ser presidente, pero Castillo tomó buenas medidas y todos los proyectos de ley que él mandaba rebotaban, con lo cual no es que Castillo no sabía gobernar, no lo dejaron, que es muy distinto. El intentó la masificación del gas, la educación universitaria libre y gratuita, si eso hubiera prosperado, los números de aprobación de Castillo hubieran sido más altos. La habilidad del fujimorismo está en mostrar que eso no prospera, pero no prospera porque el fujimorismo lo impide al hacer negocios con la educación privada y la falta de gas. No solo no lo dejaban gobernar, no lo dejaban salir del país. Boluarte hace poco salió a Brasil, algo insólito, y cuando Castillo era presidente no lo dejaban salir de Perú, el Congreso lo extorsionaba y tenía que pedir autorización, siendo el presidente legítimo. Curiosamente, el mismo día que Boluarte viajó a Brasil Fujimori salió de la prisión para ir un spa estando preso en el mismo penal que Castillo, quien no puede ver ni a sus abogados ni hablar con su hija, los derechos más básicos, mucho menos ir un spa como Fujimori, lo que demuestra cuáles son las alianzas reales de poder real hoy en Perú. Si un transeúnte no hubiera filmado a Fujimori yendo al spa, y ese video no se hubiera hecho viral, no nos hubiéramos enterado nunca.
- ¿Cuál es tu opinión sobre la democracia hoy en América Latina?
Hay un tema que para mí es central que es algo que se llama objeción contra mayoritaria ¿qué es?, La objeción contra mayoritaria era la justificación del aspecto conservador del poder judicial hace 200 años, en el marco del liberalismo político. Esta objeción o argumento contramayoritario sostiene lo siguiente: dado que en democracia el pueblo elige los representantes de dos poderes -legislativo y ejecutivo-, está bien que haya un contrapeso para defender a las minorías. Ese sería el poder judicial, que no tiene a sus funcionarios elegidos por el pueblo. Esa idea, que es de cuando se inicia la modernidad jurídica, el principio de legalidad en el derecho y en el derecho penal hace 200 años, 250 años, el objetivo era compensar esta tensión que hay entre la democracia y el constitucionalismo, que siempre planteó que había una tensión entre las decisiones de las mayorías y eventualmente algunos derechos de algunas minorías. Por eso el poder judicial tiene una naturaleza eminentemente conservadora, porque naturalmente tiene que ser un contrapeso frente a los avances de las mayorías, tiene que haber cotos vedados, dicen los constitucionalistas. Esto en Alemania se desarrolló mucho con el nuevo constitucionalismo en la posguerra, porque evidentemente la democracia plena o la soberanía popular plena en Alemania condujo a un desastre (nazismo) Entonces ¿Cuál fue la reacción de posguerra con el neoconstitucionalismo? necesitamos un límite a la democracia, un límite a la soberanía, un límite a las ideas teóricas de un Carl Smith, por ejemplo. Y ahí empieza a desarrollarse conceptos como “coto vedado”, “esfera de lo indecidible” dice Ferraioli, “mínima moral” dice Adorno, pero todos están diciendo con distintas palabras lo mismo, que es la idea de derechos humanos: gane quien gane las elecciones no puede hacer cualquier cosa, hay ciertos límites que tiene que respetar y los guardianes de esos límites son los jueces. Esa sería la tensión entre la democracia de elección popular -legisladores y poder ejecutivo- y los jueces, que no son elegidos en esa elección por esa mayoría, cuya función es la de resguardar los derechos de las minorías. Yo creo que esta objeción que ya tiene 200 años tuvo su sentido originario en los inicios del liberalismo político. Había un diseño, una ingeniería institucional constitucional de pesos y contrapesos que justificaba la división de poderes, pero hoy hay una deformación de esa objeción contra mayoritaria, estamos viviendo un desdibujamiento peligroso de esta objeción, porque hoy el poder judicial hace algo muy hábil y muy sutil que hay que teorizar y escribir -y a mí me parece que esta entrevista es importante, porque tiene que quedar escrito y discutirlo en las aulas, los abogados lo tenemos que discutir-, por qué los poderes judiciales hoy siguen justificando sus decisiones contra mayoritarias en el supuesto resguardo de las minorías y en su carácter conservador y como contrapeso de las mayorías, que en un inicio era el resguardo de las minorías vulnerables pero hoy, paradójicamente, es el resguardo de las minorías privilegiadas frente a los avances de las mayorías populares en democracia. Entonces, hoy el poder judicial en vez de defender minorías vulnerables frente al avance de mayorías colosales, lo que hace defender privilegios de minorías enriquecidas frente a mayorías que eligen representantes pero que están empobrecidas y no logran salir de la pobreza. El poder judicial avanza tanto en el resguardo de estas minorías privilegiadas que además criminaliza a los líderes de los movimientos populares, esto es lo que llamamos lawfare. Es decir, han desdibujado la objeción contra mayoritaria y han reforzado el carácter antipopular del poder judicial. Y esto no es lo que hace 200 años era la objeción contra mayoritaria. Nuestros constitucionalistas, como Gargarella o Rosenkrantz, con los cuales yo discutía, no dicen obviamente nada al respecto, pero creo que esta es la discusión teórico constitucional de fondo que los doctrinarios del derecho tenemos que poner sobre la mesa y empezar a dar con los jueces para ver qué roles están tomando los jueces hoy en América Latina, porque hay un activismo judicial que es conservador. Vos podés distinguir un activismo judicial progresista pro derechos humanos, pro comunidades originarias o un activismo judicial conservador, es decir al juez que se desvía del derecho pero no para ser más progresista y defender a las minorías o defender a los pobres, sino más bien al contrario, para defender a los sectores más privilegiados contra las mayorías que están empobrecidas, es el colmo, por eso el poder judicial tiene tanta mala imagen y por eso hace falta una reforma del poder judicial en América Latina. Yo creo que una de los una de las grandes agendas del progresismo en las próximas dos o tres décadas es la reforma del poder judicial. Lo hablamos con Rafael Correa y con López Obrador, porque México tiene un problema con el poder judicial, Argentina, Colombia, Brasil, Perú ni hablar, tienen un poder un problema no el poder judicial, porque este ya no usa la objeción contra mayoritaria para resguardar minorías vulneradas, la usa para perseguir y criminalizar cualquier avance popular, para limitar y coartar cualquier medida que favorezca a las mayorías. Es una deformación de la objeción original del liberalismo político, que en el siglo XXI los jueces usan para resguardar sus privilegios, además porque es el poder que nadie elije, entonces hay una exigencia mayor porque quienes son los guardianes de la Constitución en teoría, lo único que están haciendo es ser guardianes de privilegios de sectores favorecidos. En todo el continente hay un descontento muy grande con el poder judicial porque nadie percibe que el poder judicial esté defendiendo la justicia social o los derechos de nadie con la excusa de la objeción contra mayoritaria y el carácter conservador y antipopular del poder judicial que conduce a muchos jueces a la parcialización y politización de la justicia al criminalizar liderazgos populares como Lula, López Obrador, Castillo, Correa, Zelaya o Lugo o Cristina.
“Los jueces garantistas son los más independientes y menos politizados porque son los que aplican lo que dice la Constitución, al revés de lo que plantean los medios”
El segundo argumento que quisiera incorporar es otra paradoja, que tiene que ser parte del análisis de la política y de la vida judicial en América Latina: estigmatizar como malos jueces a los jueces garantistas y estigmatizar paradójicamente como jueces politizados a los jueces garantistas cuando es exactamente al revés, pero no lo vemos y los medios no lo dicen porque en principio el juez garantista es el que aplica y defiende las garantías de la Constitución, ni más ni menos, eso es el derecho positivo y el principio de legalidad, la obligación de cualquier juez es hacer valer la Constitución, son guardianes de la Constitución y las garantías que están en la Constitución de Alberdi, que es quien las escribió, no Zaffaroni o Guido Croxatto. Lo que hace Zaffaroni es defender lo que escribió Alberdi, por eso él defiende la Constitución de Alberdi cuando se cuestiona el garantismo, y hoy se está promoviendo un discurso anticonstitucional en nombre de la República. Un ejemplo de esta paradoja es la expansión inconstitucional de la prisión preventiva, que según la ley es la excepción y no la norma, pero en la Argentina parece la norma. Esos jueces en realidad son los más politizados y los menos independientes de todos porque se están alejando lo que dice la Constitución para seguir un discurso mediático. Sin embargo, lo que se ve en los medios es exactamente lo contrario, te dicen que los jueces que respetan la Constitución son jueces garantistas y en la medida que son garantistas están politizados y no son independientes, son jueces parciales, cuando en realidad el juez que hace valer las garantías constitucionales es el juez más imparcial y más independiente de todos porque es el que se atiene a derecho, por más que los medios masivos digan lo contrario, con lo cual hoy tenemos un problema que está basado filosóficamente en la mala recepción y deformación de una doctrina de Robert Alexy con quien yo estudié en Alemania. Alexy, que es un neoconstitucionalista no positivista que enseña en Alemania y lo cita mucho la Corte Suprema Argentina -y en Chile también, y lo citan mal además porque no entienden alemán y dicen cualquier burrada-, le está dando un discurso a los jueces latinoamericanos para alejarse del derecho positivo, por eso es “neo”constitucionalista, se alejan de la Constitución con sus garantías, pero eso para el derecho positivo argentino es ilegal y te ayuda a entender qué es lo que están haciendo los jueces activistas en toda América Latina, cuál es el marco teórico con el cual están trabajando, es un neoconstitucionalismo principalista. En Alemania hay un debate muy fuerte, Habermas es un filósofo muy importante, con Klaus Gunther, que es un filósofo del derecho penal muy importante, discípulo del primero, y ellos cuestionan mucho a Alexy, que es mi maestro paradójicamente, pero ahora lo estoy cuestionando porque estoy viendo cuál es el resultado en América Latina, dándole un marco teórico a los jueces que hacen activismo conservador para alejarse del derecho positivo. Y esa recepción conservadora del pensamiento de Alexis en América Latina le da la razón a Habermas en la crítica que le hacen a la facticidad y validez en Alemania cuando dice que el principalismo es peligroso, es peligroso no en Alemania, pero si es peligroso en Argentina y en toda América Latina, porque es parte de los razonamientos no positivistas, no legalistas, no constitucionales, no derecho positivo, que están utilizando los jueces latinoamericanos en general para hacer activismo conservador. Con cualquier argumento republicanista moralista se alejan del principio de legalidad, por eso nosotros con Zaffaroni y con Ferrajoli defendemos un constitucionalismo garantista y el constitucionalismo garantista qué te dice Ferrajioli tiene como metodología el positivismo jurídico, porque tiene como principio el respeto a la legalidad estricta, el apego a la ley, que es lo que nosotros defendemos. La destitución de Castillo como algo ilegal -y no lo digo porque se me ocurrió a mí- lo digo porque es la legalidad en Perú. En el caso de Lula pasó lo mismo, cuando vos ves la sentencia de Moro te das cuenta que no está aplicando taxativamente el derecho, o lo que hizo Bonadío con Cristina o hicieron en México con López Obrador, ni hablar lo que le quieren hacer a Petro en Colombia, es siempre el mismo manual, como lo hicieron con Evo Morales. Son jueces que no están aplicando el derecho positivo, están aplicando sus ideas, pero la legalidad moderna, la modernidad jurídica que Habermas defiende en contra de Alexis en el discurso filosófico de la modernidad, se basa justamente en el derecho positivo y en la legalidad estricta. El derecho importa, en esto tiene razón Rosler en un libro que se llama “La ley es la ley” -a mí no me cae muy bien Rosler, me cuestionó hace mucho creo que sin sentido en una nota de Infobae, pero bueno, él decía que yo era un milagro kirchnerista, así me titula, que era un pibe que defendía el derecho republicano y todo desde el peronismo-, yo creo que no, yo creo que el cristianismo tiene cosas muy buenas y que el peronismo también, pero es una manera que siempre se utiliza de decir si vos estás en contra del discurso instalado siempre te tildan de peronista. Es una tontería de Rosler pero igual mencionémoslo así debatimos con Rosler, que es amigo de gargarela, por lo menos vale la pena debatir con ellos. A mí me gustaría que dijera algo sobre la objeción contra mayoritaria y esta lectura que hago yo de que hay una deformación porque Rosler, que es amigo de Rosenkrantz, que está en la Corte Suprema y que fue mi profesor de Filosofía el Derecho, sabe perfectamente lo que yo estoy diciendo y no están dando ninguna respuesta. Porque nadie los interpela, tampoco nadie los interpela con argumentos, vos podés ir y salir con el bombo que me parece fantástico y me encanta, pero también hay que darle argumentos jurídicos para discutir con esta gente, técnicamente en el terreno de ellos, el terreno jurídico filosófico-teórico. Debatir sobre cuál es el marco teórico que están utilizando. Además de que los citan mal a Alexis, lo citan mal, pero bueno, eso no es un pecado, lo que es un pecado es usurpar un cargo judicial de por vida, no pagar impuestos, ser jueces en países pobres y darle la espalda a la sociedad. Eso sí es una irresponsabilidad.
Ahora, dijimos que la primera objeción es la deformación de una idea liberal originaria que era la objeción contra mayoritaria del poder judicial, y la segunda es que el garantismo no puede ser una mala palabra en una democracia, porque defender las garantías de la Constitución es la obligación de cualquier juez, y quienes se distancian de esto, aunque los medios digan lo contrario, son los jueces más parciales, menos independientes y más politizados. Esto parece una paradoja porque en general los medios no lo plantean de esta manera, sino al revés. Cuando un juez aplica una prisión preventiva sin las condiciones que prevé la ley, por más que a los medios les guste el encarcelamiento masivo de la pobreza, está violando la Constitución, en ese sentido es un juez politizado. Vos vas a una cámara, podés apelar una decisión, pero la prisión preventiva de la Argentina es masiva, y eso viola el principio de legalidad, el principio de inocencia, el derecho de defensa para poder defenderse en condiciones de igualdad. No es lo mismo defenderse en libertad que estando preso. Hay una merma del derecho de defensa. Estando preso te pueden extorsionar, te limitan, con lo cual hoy hay una degradación del Estado de derecho en toda América Latina. Y es tan grave este retroceso, que hoy se ponen de moda personajes como Bukele, que es el resultado del discurso anti garantista de años, que es la criminalización y la prisionización masiva de los jóvenes. Básicamente, eso viola la legalidad, viola el principio inocencia y además ¿Qué horizonte es para nuestras sociedades el encarcelamiento masivo de los chicos?, no tiene ningún sentido, es una tontería, eso no produce socialmente ningún resultado, la única política viable de seguridad es el desarrollo, que puedan proyectar hacia adelante en vez de terminar en las prisiones donde terminan hoy hacinados. ¿Por qué los pibes en El Salvador cometen delitos y en Noruega o en Dinamarca no?, porque son más buenos en Dinamarca, no, porque tiene un estándar muy diferente al que tiene en Centroamérica. Entonces, el estado en serio para ser inteligente no tiene que meter a todos los pibes presos, les tiene que garantizar una vida digna. Pero, además, la prisión preventiva masiva que es lo que vemos en América Latina es contrario a la convención americana de derechos humanos y a las constituciones liberales de todos nuestros países, incluyendo Argentina, con lo cual, el sistema interamericano y la ONU debieron decir algo, porque es ilegal lo que pasa en toda la región con la prisionización masiva de los jóvenes pobres. No es lo que dicen las constituciones liberales. Y los jueces, en la medida en que defienden la garantía de la Constitución, saben que esto está mal, es ilegal, pero tienen que sobrevivir. Entonces, ¿Qué importa más, lo que digamos nosotros en esta sala o lo que dice un medio masivo? El juez no quiere aparecer en la televisión como el juez que liberó a alguien, esos medios te hacen creer que si pasa algo el irresponsable es el juez, no la sociedad que empobrece a la mitad de la población, las dos cosas hoy van de la mano, me parece que en toda América Latina es así. Por eso digo que el paso número uno en Argentina es la reforma judicial, y sacarse al Fondo Monetario de encima otra vez la número 2. La reforma judicial diría que es la prioridad uno en todos los países de América Latina. El poder judicial tal como fue pensado hace dos siglos, no sirve hoy en día, necesitamos pensar un poder judicial para los problemas que tenemos hoy, que de respuesta a los problemas de injusticia que vivimos, a la pobreza masiva. La reforma no se está planteando solo en nuestro país. También se plantea en México, en Colombia, o en Perú. Hay una crisis severa de legitimidad en nuestros poderes judiciales porque no están dando respuestas.
Discursos de odio, Milei
Todos los discursos que promueven la violencia tienen que estar regulados, no se puede cometer un delito amparándose en un derecho, no se puede promover el odio desde los medios masivos de comunicación, evidentemente algo está mal, en Alemania hay una legislación contraria del negacionismo, y a la Argentina le vendría bien para no volver a caer en discusiones que tener que estar superadas para avanzar hacia nuevas discusiones. Hay un proyecto de ley de la agrupación Hijos sobre negacionismo que me parece importante. El poder judicial necesita algún tipo de regulación de los discursos que promueven el odio, porque el odio se cobra vidas, no es un juego, cuando Milei plantea un discurso antifeminista tiene consecuencias, no es una broma, hay una mujer muerta cada día en la Argentina por violencia de género, no es un discurso gracioso para que lo voten los adolescentes, esto tiene consecuencias y hay que explicárselo a la juventud, hacer pedagogía.
“Los discursos de odio se cobran vidas, el discurso antifeminista de Milei tiene consecuencias, no es broma, hay una mujer muerta cada día en la Argentina por violencia de género, hay que explicárselo a la juventud”.
Elevar el debate político
En plena campaña electoral, Croxatto también opinó sobre candidaturas y actualidad política y el rol que los medios ocupan en este partido. “Los medios tienen que ser más serios, hoy son muy pocos serios, el debate político es muy chato, da casi vergüenza, no da ni para debatir o ir a un medio, es todo un show, por eso aparecen showman, Milei es un showman, no es una discusión seria, no es culpa de Milei, él es un resultado. Usarlo a Milei tampoco sirve si además, mal que mal, tiene sus argumentos, que a mí no me gustan, pero por ejemplo a Milei le gusta Friedman, bueno, Friedman ataca al cristianismo y ataca Hegel porque justamente son dos visiones igualitaristas por vías distintas, el cristianismo defiende la idea de igualdad ante la ley, igualdad de las almas en realidad, y a Friedman eso no le gusta, como no les gusta a muchos conservadores que eran contrarios a la revolución francesa. El liberalismo político originario si era igualitario, pero el neoliberalismo no es igualitario. Milei sabe que la gente no está en este debate, entonces puedes decir cualquier cosa, bastante que lo nombra a Alberdi, a Friedman, podemos debatir, seguramente a los gritos, diciendo cualquier pavada, pero bueno, en una de esas no y habrá que intentar. Yo lo que no creo es que no haya que debatir con esta gente, creo que es un error gravísimo que tal vez cometimos nosotros, yo no sé el peronismo, correrle el cuerpo a algunos debates es un error, creo que hay que formarse e ir a dar los debates y ganar el debate. Zaffaroni estaba en minoría en la Corte Suprema, pero él no dejaba de opinar o de escribir en una sentencia cuál era su voto por más que estuviera en absoluta minoría. El fallo Romina Tejerina, por ejemplo, Zaffaroni es la disidencia en ese fallo y todas las mujeres votaron en contra de Tejerina, lo cual es lamentable, pero bueno, hay que explicarlo, hay que leer el fallo y explicar por qué siendo hombre votó con perspectiva de género y las mujeres que integraban la Corte no, para que eso no se repita. Con Milei habrá que discutir, con Bullrich no se puede, dice cualquier cosa. Hay que ver cuál es la base filosófica del neoliberalismo, por qué cuestiona el cristianismo, por qué cuestiona a Hegel, el idealismo Alemán de Hegel, que era un autor estatalista, defendía el estado, para Hegel el estado era la cristalización del bien común, algo mejor que la mezquindad de cada individuo que venía a defender el neoliberalismo individualista de Milei y Friedman, pero si los periodistas no lo interpelan y no le repreguntan nada, también porque te grita…, Ahora, es importante para que los pibes sepan quién es Milei y aprendan quién demonio fue Hegel, qué pensaba Hegel o qué pensaba Alberdi de las garantías.
- ¿Hay un auge de la ultraderecha en América Latina?
Si uno mira los gobiernos de América Latina, no se advierte un auge de la ultraderecha, salvo Bukele, Milei y antes Bolsonaro, que no funcionó. Por eso me parece que no, Bukele encima es anti norteamericano, es muy compleja la dinámica, yo creo que son fenómenos mediáticos, es como un show gracioso en la televisión que no se sostiene, el problema es que hoy todo es muy rápido, hay un autor que se llama Reinhart Koselleck, que habla que la aceleración histórica está llegando a la política, ya no aguantamos ni el plazo constitucional, queremos todo ya, por eso el cuestionamiento del garantismo, porque la democracia tiene procedimientos que son lentos y como la gente quiere todo ya, hoy la política hace todo ya, entonces no respeta el debido proceso, no respeta la Constitución, no respetamos el derecho, por eso el avance de la prisión preventiva, que es una pena anticipada. La agenda la marcan los medios, el juez tiene que poner preso a alguien violando el debido proceso, violando la prisión preventiva, porque se lo piden los medios, no porque se lo pide el derecho. Con esa misma lógica los pueblos evalúan a los dirigentes, entonces cualquier dirigente que llegue y no da respuestas inmediatas evidentemente pasa de la gloria al desastre en una semana. La paradoja es que los gobiernos parlamentarios como tienen los europeos pueden convivir mejor con esa crisis de popularidad de los dirigentes porque enseguida lo reemplazan, el sistema presidencialista como el nuestro es más problemática. Norberto Bobbio, que fundó la carrera de ciencia política en la Argentina con el regreso de la democracia, decía que el procedimiento es el corazón la democracia. Yo siempre pensé que era una frase demodé o tenía gusto a poco, hasta que me tocó ser abogado de Castillo y aprendí por adentro a darme cuenta todo el daño que podés hacer violando el procedimiento, lo vemos con los procesamientos a Cristina, la persecución a López Obrador, a Evo Morales, a Correa, que está exiliado en Bélgica, o los intentos contra Petro en Colombia. Podés hacer mucho daño violando el debido proceso sin tocar el derecho de fondo, porque de última después dirán “bueno, está sobreseído”, pero lo volviste loco durante 10 años manipulando el proceso. Por eso es tan importante el garantismo y las garantías del debido proceso. Jueces como Rafecas, Zaffaroni, no están manipulando el derecho, lo están haciendo valer aunque los medios mientan y digan lo contrario. Los Bonadíos que están dando vueltas por ahí son los que procesan sin pruebas, que mantienen imputado a alguien contrariamente a lo que indica el derecho, los jueces que mandan presos sin condena a quienes no tienen abogados, que están hacinados en una cárcel y nadie se entera, eso es violar la Constitución de Alberdi. Fíjate la paradoja que el neoliberalismo es punitivista, eso es una gran contradicción, si fueran tan liberales, ¿Por qué quieren un estado presente castigando a la gente? seamos liberales en serio. Friedman defendía la idea de mercado negro, por ejemplo, a mí me interesaría saber cuál sería la política de seguridad para Rosario de Milei, ¿Libre mercado? ¿Sería liberalismo o represión? pero la represión se parece más al discurso hegeliano que al de Friedman, la represión ya es estatalista, entonces ¿En qué quedamos? ¿Seguridad privada o seguridad pública? ¿Tiene que haber policía o no tiene que haber policía? ¿Tiene que haber ejército o no tiene que haber ejército? ¿Vendemos órganos o no vendemos órganos? obviamente Milei no va a llevar todos los argumentos a fondo y está bien, no tiene por qué hacerlo, tampoco hay que ridiculizar su posición, por lo menos tiene argumentos, en ese sentido prefiero discutir con Milei que con Bullrich porque dice cualquier pavada. Con Milei vos podés coincidir o no, pero está intentando decir algo, equivocadísimo para mi modo de ver, pero está diciendo algo, que cite a Friedman es un montón para el debate político argentino, tan devaluado. Yo estoy en las antípodas de Friedman, pero leí los libros que escribió, “La libertad de elegir”, entiendo a dónde apunta, y eso te puede permitir eventualmente discutir con Milei si él tiene ganas de discutir. De todas maneras, el grueso de sus votantes no leyeron a Friedman y no lo están votando por lo que dice, lo votan porque grita y hace un show en las redes, y eso tiene que ver con la banalización de la vida política, pero Milei es más que eso, es lo interesante y lo peligroso a la vez si querés, no es solo una persona que grita en televisión, también tiene una mirada que yo no comparto pero tiene una mirada. Hay que tratar de discutir con los conceptos que trae, con el neoliberalismo punitivista no igualitario que propone.
Por Camilo Ratti
Fotos: Pablo Giordana
Edición de videos: Lucía Coca