Entrevista con Pamela Lastres, profesora de la Pontificia Universidad Católica del Perú y la Universidad del Pacífico de Lima, y Cristina Bosso, docente de la Universidad Nacional de Tucumán, invitadas a las II Jornadas «El poder de la argumentación», que se desarrollaron los días 29 y 30 de agosto, organizadas por el grupo de Investigación “Pirronismo y Neo-Pirronismo. El influjo del escepticismo antiguo en la filosofía moderna” (SeCyT), el programa “Lógica: modelos y acciones en representación del conocimiento”, la Escuela de Filosofía, el área de Filosofía del CIFFyH y la Secretaría de Extensión de la FFyH.
Pamela Lastres es profesora de Lógica y también da de cursos de Filosofía en la Pontificia Universidad Católica del Perú y en la Universidad del Pacífico de Lima. En las II Jornadas «El poder de la argumentación», participó con en la segunda sesión, “Racionalidad y Argumentación”, con el trabajo “¿Cabe hablar de argumentos terapéuticos?”. Por otro lado, Cristina Bosso , docente de Antropología Filosófica en la Universidad Nacional de Tucumán, estuvo en la sesión 3, “Verdad y Argumentación”, con la ponencia “El regreso de los sofistas”. “Mis inquietudes pasan por la filosofía del lenguaje y sobre todo en el pensamiento de Wittgenstein”, aclara Bosso.
- ¿Cómo surgen estos encuentros?
Pamela Lastres: Hace dos años, con un grupo de colegas organizamos el primer encuentro “El poder de la argumentación” en Cuzco. Asistieron cerca de 250 personas, la mayoría estudiantes y cada uno desde su interés o campo de especialidad trabajó algún tema vinculado a argumentación y el resultado fue muy favorable. Pensamos que hay un camino por transitar, por eso se realiza esta segunda edición.
Cristina Bosso: A mí me interesan mucho estos encuentros porque tienen que ver con lo que yo pienso de la filosofía, que es que a la par de una tarea de especialización y de investigación, es importante que la filosofía salga a la calle. Que no nos quedemos solamente en debates académicos, sino que hagamos conocer lo que hacemos. Siento que este tema en particular puede hacer un aporte a la comunidad. El tema de argumentar, cómo llegar a acuerdos, hacer debates productivos, me parece interesante no sólo para las personas que hacemos filosofía. Estos espacios me parecen especialmente enriquecedores, para no quedarnos encerrados hablando entre filósofos.
PL: Creo que es un excelente canal para mostrar el valor de la filosofía, ya que cumple una labor aclaratoria muy importante y esta es una época de graves confusiones. Confusiones que tienen consecuencias muy importantes para nuestra vida comunitaria. Por ejemplo, hay un eje que se llama Epistemología del Desacuerdo y creo que es un tema muy importante, porque no toda opinión es válida y esa es una de las confusiones más peligrosas de nuestro tiempo: el hecho de creer que cualquier punto de vista o cualquier tontería que se diga debe ser respetada y tiene el mismo valor que una verdad objetiva.
CB: También es una oportunidad muy valiosa para nosotros, porque acá nos reunimos especialistas de diferentes lugares de América y yo siento que ese diálogo es muy enriquecedor, para que cada uno de nosotros salga de su zona de confort. Acá es la oportunidad de dialogar con personas que quizás piensan diferente y vamos llegando acuerdos o desacuerdos.
PL: Otra cosa es que aquí estamos en la tierra de la argumentación y eso es algo que debemos aprovechar. Todo el mundo ha estado expectante al debate que hubo aquí en Argentina sobre el aborto. Creo que es un país donde particularmente se valoran las razones y la exposición inteligente de razonamientos. Independientemente de cuál haya sido el resultado del debate, ha sido un ejemplo para el mundo y creo que todos los extranjeros estamos muy contentos de haber venido a esta Universidad y a este país donde la argumentación tiene un peso muy grande.
- ¿Por qué creés que aquí tiene más peso la argumentación?
PL: Porque se abrió un debate, hubo un debate muy inteligente en relación al aborto, con posturas científicas invocadas y detalladas por horas y eso creo que debe ser apreciado, más allá del resultado. En otros países simplemente se da la espalda a la exposición de puntos de vista. Creo que eso es algo de lo que los argentinos deben estar muy orgullosos.
- ¿Cuál es el desafío de la argumentación cuando provienen de lugares tan distintos? Uno puede argumentar desde una lógica científica, pero también puede hacerlo desde las creencias, etc.
PL: Creo que uno de los posibles caminos de salvación viene de la filosofía, porque permite aclarar ciertas cosas que se presentan como si fueran semejantes cuando en realidad no lo son. Hay que hacer distinciones. De qué hablamos cuando hablamos de validez. Todo merece ser objeto de desacuerdo o no, si es un desacuerdo superficial o no lo es. Creo que avanzar en la clarificación conceptual es algo a lo que no se le da el enorme valor que tiene, independientemente de los resultados prácticos. Ya con el hecho de decir, esto no es lo mismo que esto, estamos ganando me parece. Y eso es lo que hacemos en Teoría de la Argumentación, tratar de poner cada cosa en su lugar.
CB: contra este prejuicio de que la filosofía es un saber inútil, agregaría que la filosofía, al introducir esta clarificación, permite que sepamos de qué estamos hablando. No sé si soy muy optimista, pero creo que hoy la filosofía es más necesaria que nunca. Para poner claridad en estos debates del mundo contemporáneo.
Fotos: Facebook El poder de la argumentación