LA EXCAVACION
En las investigaciones desarrolladas durante la década del 40, se detectaron dos tipos de sitios: abrigos rocosos y sitios al aire libre. Estos, son lugares llanos, sobre las barrancas, a orillas del río principal o al pie de los primeros contrafuertes de las sierras. Allí, se encuentra gran cantidad de fragmentos de alfarería, especialmente de tipo liso y tosco, instrumentos líticos y manos de conanas.
Los raspadores son otra clase de artefactos muy abundantes, realizados en cuarzo, calcedonia, sílice o jaspe. Con respecto al registro óseo, hay una gran variedad de instrumentos puntiagudos realizados en huesos de guanaco y de ciervos, o con sus cornamentas, y en huesos de aves, como ñandú o chajá. También se fabricaban puntas largas, punzones y perforadores. Un elemento típico de hueso son las llamadas puntas embotantes, realizadas sobre falanges de guanaco o de ciervos, que están cuidadosamente recortadas en su extremo, dejando intacta la articulación distal y a las que se les ha extraído la parte esponjosa del hueso, de manera tal que quedara un hueco donde se insertaba una vara de madera.
Asimismo, se hallaron pozos identificados como silos o pozo de almacenamiento de semillas o vainas de algarroba, molidas luego en las conanas.
También, se destacan los hallazgos de varias inhumaciones, algunas hechas contra la pared del abrigo y a lo largo de ella. Otros, fueron enterrados en fila en el centro del área de ocupación y corresponden a tres adultos, uno de ellos anciano, como si estuvieran acostados de cuclillas. Hacia la pared del abrigo se encontraron múltiples restos de niños.
En esta zona, se determinaron cuatro horizontes de ocupación, correspondiendo los dos primeros a una economía cazadora - recolectora, sin tecnología alfarera, y los otros dos a una que ya incorporó la agricultura y la cerámica entre sus bienes materiales.