En el mes de febrero de 2015 se puso en marcha la cátedra libre Deodoro Roca, una iniciativa de la Facultad de Filosofía y Humanidades y el Instituto Oscar Varsavky de ADIUC, el gremio de los docentes e investigadores de la UNC. El objetivo de esta actividad es generar un espacio que facilite y promueva la reflexión sobre la universidad pública.
La primera actividad de la Cátedra Libre Deodoro Roca se realizó el 25 de febrero en el auditorio Hugo Chávez del Pabellón “República Bolivariana de Venezuela”, con la charla “Universidad Pública. Desafíos a casi 100 años de la reforma”, a cargo de las profesoras invitadas Rosa Nidia Buenfil Burgos, del Departamento de Investigaciones Educativas del CINVESTAV, México; Sandra Carli, del Instituto Gino Germani de la UBA e investigadora de Conicet; y Myriam Southwell, docente de la Universidad Nacional de la Plata y Flacso Argentina e investigadora de Conicet.
La “Cátedra Libre Deodoro Roca” es una iniciativa conjunta de la FFyH y ADIUC, con el objeto de generar un espacio que facilite y promueva la reflexión sobre la universidad pública, entendida como una entidad políticamente viva que requiere repensarse y redefinir constantemente su quehacer, así como el papel que juega de cara a la sociedad. Además, a lo largo de este año se organizarán mesas de debates, cursos, conversatorios, producciones de ensayos y publicaciones vinculadas al tema.
Con la presencia de dos nietos de Roca, Hernán y Carola, entre el público, los encargados de presentar este espacio fueron el Rector de la UNC, Francisco Tamarit, la vicedecana de la FFyH, Alejandra Castro y Javier Blanco, docente y miembro de Adiuc. “El principal objetivo de esta cátedra es constituir un espacio de reflexión y de diálogo para pensar críticamente la universidad pública y la actividad universitaria en el marco de encuentros y conversaciones”, señaló Castro.
Además, agregó que “el interés institucional de abrir esta cátedra está asociado a la idea de participación política critica, porque como Facultad entendemos que es necesario crear condiciones para que esa participación sea posible. Por ello, la idea es que sea un espacio, entre otros existentes, para que esa participación, las preguntas y la crítica se ejerzan”.
El rector Tamarit, por su parte, destacó que esta actividad se inicia faltando muy poco para los primeros 100 años de la Reforma Universitaria de 1918. “Se trató de un evento original y particular, por el alcance que ha tenido, no sólo en América Latina sino en el mundo. Fue un acontecimiento local que supo amplificar lo que luego sería una lucha en casi todo el planeta. Es necesario que la universidad potencie y comparta con otras instituciones un espacio de articulación y debate”.
“Soy un bendecido por la Reforma, porque esta Universidad que tenemos en Argentina es, sin dudas, fruto, aunque no exclusivo pero si sustancial, del movimiento que surgió en Córdoba”, añadió.
Finalmente, se refirió a la figura de Deodoro Roca, abogado, el redactor del Manifiesto Liminar y uno de los principales líderes de la Reforma. “Deodoro Roca supo estudiar en aquellos años las consecuencias de la doctrina Monroe para nuestro país. Cuanta actualidad tiene ese debate sobre la soberanía. También la Reforma supo acercar a la juventud pensante hacia una realidad diferente y reconocerse, como nadie había hecho hasta entonces, como parte de la comunidad de América Latina. Ese Deodoro Roca que fue un luchador por los derechos de los trabajadores. Que defendió a los perseguidos políticos y repudió aquel golpe que iniciaría una seguidilla de golpes antidemocráticos y anticonstitucionales en nuestro país. Por eso este sistema universitario le debe mucho a esa juventud de 1918”.
Deodoro y la universidad pública
La conferencia inaugural de la Cátedra, fue titulada “Universidad Pública. Desafíos a casi 100 años de la reforma” y estuvo a cargo de las profesoras Rosa Nidia Buenfil Burgos, Sandra Carli, y Myriam Southwell, tres reconocidas investigadoras que trabajaron sobre la historia de la educación en América Latina y que indagan acerca del concepto de “universidad pública”.
Myriam Southwell arrancó con los desafíos que impulsó la “potencialidad” de la Reforma Universitaria de 1918 y todo lo que se produjo a lo largo de estos casi 100 años en la educación superior. “En momentos en que nos plantemos como deben ser la universidades para asumir las complejidades de nuestro tiempo, se hace necesario revisitar como esas instituciones fueron descubriendo sus limitaciones, sus problemas y de que forma fueron ensayando respuestas que implicaron procesos de renovación”.
“El periodo histórico que se abre después de la Primera Guerra Mundial, es un período de revisión y renovación, vinculado principalmente a la idea de crisis y modernización, el rol de los intelectuales y el antiimperialismo como un tema fuerte, la idea de la cultura como portadora de valores emancipatorios, en este contexto Deodoro Roca denunciaba un régimen académico anacrónico o montado sobre la idea del derecho divino del profesorado universitario, pensaba que la democratización de la educación superior modificaría ese orden establecido y reclamaba el poder de decisión de los estudiantes en una universidad democrática”, indicó Southwell refiriéndose a la importancia de rescatar las ideas y textos de Deodoro Roca.
A continuación, la intervención de Rosa Nidia Buenfil Burgos, titulada “La universidad pública también debe ser problematizada” se refirió al carácter público y los modelos de universidad. “Se ha investigado la institución desde diversas perspectivas y el carácter del conocimiento que en ellas se enseña; sus funciones sustantivas y su trabajo crítico. El área que me interesa, es la relativa al carácter público de la universidad y en ese terreno observo que con frecuencia se da por sentado el significado de lo público y se opone a la idea de lo privado entendiéndose como universidades de elevado costo; en el mejor de los casos, lo público se toma como un valor democrático y social que la universidad debe tener. Mi interés alude a ubicar los sentidos de lo público que se inscriben en la universidad”.
Sandra Carli, por último, habló acerca del pensamiento de Deodoro Roca y su implicancia en la actualidad, a través de la “resignificación de sus textos del pasado, reapropiados, discutidos y transformados”, que contribuirán también a “elevar la relevancia de esta figura”. “Pensaba que significa abrir una cátedra libre que tiene por nombre una figura como Deodoro Roca y que significa este acontecimiento en el campo actual de la educación superior. Pensaba en la combinación entre la idea de cátedra, con una especie de corsé pero al mismo tiempo con su lugar de formación, y el componente libre, en el que hay algo en el orden de una experiencia de una mayor libertad intelectual”.
Carli aclaró que en muchas universidades nacionales existen este tipo de cátedras y que se definen como “espacios para difundir áreas de la cultura y del saber que no encuentran lugar específico en la currícula de las carreras de la universidad, algo que la universidad no puede ofrecer en su oferta de formación, en su dinámica más estructurada y sedimentada”. También destacó que casi siempre estos lugares están relacionados a algún nombre propio, “que aparece como una decisión para convertirlo en cátedra, una figura relevante en distintas épocas que van a armar una tradición argentina desde esa mezcla entre las figuras locales y los referentes internacionales. Pensar una cátedra libre como un espacio más bien de intercambio, de diálogo, de conversación, puede llegar a instituir otras cosas, es una posibilidad de apertura hacia nuevas condiciones de nuestro trabajo”.
“Esta decisión de crear una Cátedra Libre Deodoro Roca es el reconocimiento de que hay historias institucionales, hay biografías que atraviesan nuestra universidad, hay tradiciones de pensamiento, que ha habido y hay acontecimientos que marcan, sobre todo, particularidades que ponen en entredicho la idea universalista de universidad. La figura de Deodoro Roca como disparador, sea para revisar el pasado o para ver qué del pasado persiste en el presente y que de nuevo hay en el presente que no estaba en el pasado, abre una posibilidad de conocer esas particularidades que tiene la tradición universitaria argentina”, concluyó.
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