Aun más lejos en la nieve. Selección de poemas de Guennadi Nikoláievich Aiguí

Traducido por Eugenio López Arriazu

 Texto completo: LÓPEZ ARRIZAU_Traducciones

Guennadi Nikoláievich Aiguí, nacido el 21 de agosto 1934 en el pueblo de Shaimurzino y fallecido el 21 de febrero de 2006 en Moscú, es uno de los grandes poetas del siglo XX y comienzos del siglo XXI. Nacido en la República de Chuvasia (URSS), eligió el ruso como lengua poética hacia finales de la década de 1950, pero no fue publicado en Rusia sino a partir de 1991. Su poesía, compacta y “difícil”, pero de una voz lírica potente y performativa, metafísica y shamánica, rusa y extranjera dentro de Rusia misma; embebida en su cultura chuvasia local, pero universal por sus temáticas; tradicional y vanguardista, lo ha convertido no sólo en el poeta nacional de Chuvasia, sino que le ha dado relevancia internacional.

 

En la calma de agosto

convalecencia

entre la clavícula y el cuello

se oculta –como si fuera un ser vivo desconocido

inocente y dorado

el mutismo de la gente–

madurando para la memoria:

no hubo hasta ahora aún ni palabra! – y entonces – entra

como un hálito

a la semivacía luminiscencia:

como una plegaria aún incomprensible –

(como para un bebé)

1984

 

Florecimiento de las rosas en tiempo de enfermedad

F.P.

 mucha

rosa-niebla

(y al igual que el tejido de luz

mi incapacidad

de inteligencia)

(al mismo tiempo

yo

como en la niñez

por una vez

puro)

en los brillos

como en las portezuelas

pero aun así

niebla

en la repetición

y en los brillos

la debilidad

convirtiéndose en arabesco

en los codos

(como si

de aquel

tras la herida no-cercana

costado)

algo sobre la sangre (como un susurro)

volviéndose vastedad (con un temblor)

como hasta los claros del bosque

a mí

en la repetición

hacia adelante

en la transferencia

como hasta los claros

en movimiento y gritos

(mucho tiempo – por la infinitud de dolor escalofriante)

1979

 

Sin nombre

Y el hombre va por el campo

como si fuera Voz y Respiración

entre los árboles, como si estos esperaran

por primera vez sus Nombres.

2003

 

Invierno suburbano

me dormí y me cubrí de nieve

y la vida “de algo” –como-con-sentido

estaba en el pre-decir tan cerca de mí–

un blanco resplandor se sostenía en el campo cerca

como un desmayo

cada vez más alejado del día que se apagaba

1985

 

Por el lado de los barrancos

y − manifiéstanos

los pedazos – se consiguen como desolladura de piel

cuando el brillo de los barrancos saja el mundo:

la sonrisa (saliva preciosa)

para mí por ejemplo –del niño

es como una flor la enfermedad para alguien: ya muy criada

y es como una astilla soportable–

simple pobreza

(cierta pobre luz)

“aunque hay algo” de inútil susurro en el mundo

en ese aire en el que sólo hay la descomposición

del ardimiento de las miserables zanjas-visiones –

aún no-formalizadas en tumbas

de Bocas-Barrancos del País

1983

 

Phloxes de noche en Berlín

G.A.

como si de la cabeza

cayeran fuerzas invisibles!

y en esa impotencia llamada “alma”

cantan-gritan nieblas-y-aldeas

donde los soles son como vitales

tristes –enormes− lejanías!

entre sus despojos

(así –un arbusto: como apartado de la Patria:

no la llamo “natal”:

tiembla)

1992

 

Al “libro de la larga despedida”

Atraviesan mis hermanos la luz del sol

y “Señor” dicen las paredes y cantan los campos

y son tibios los robles – como si en ellos la sustancia de la

gratitud

se oyera como un habla

mas sólo el agua ya cerca no tiene olas

y sin el rasgo de la comunicación – el pasto

los hermanos pasan fulgurantes bajo el dominio de los

irrevocables

y no puedo yo meterme de un salto en esta cadena

3-4 de mayo 2002

Denisova Gorka, bosque

 

Sueño-epílogo

un fogón

como dispuesto

en lo mórbido-y-óseo: tanto más vacuo!

y la acción: si ni siquiera es probable

que consiga algo − alimentándose de él!

y por el extraño sobre-nos-insuflante fuego

de otros fuegos cierta herrería

sin vínculo visible! – erigiendo selectivamente

sus movimientos: vivos – como espiando

algún trabajo – de tormento

1982

 

Eugenio López Arriazu (1967) es Doctor en Letras por la Universidad Nacional de Buenos Aires, especializado en Literaturas Eslavas. Ha traducido entre otros a Suetonio, Pushkin, Sade, Dostoievski, William Blake y W.B. Yeats.

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