En el I Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, que se realizó en Cartagena -Colombia en 1981, se instituyó el 25 de noviembre como el Día de lucha por la no Violencia hacia las Mujeres. Las feministas dominicanas Magalí Pineda, Mirta Rodríguez y Ángela Hernández propusieron esta fecha en homenaje a las tres hermanas Mirabal, quienes fueron asesinadas por la dictadura de Trujillo en 1960 por la resistencia política que ofrecieron en su país. Muchos años después será tomada esta fecha por Naciones Unidas y convertida en una fecha internacional para la acción pública contra la violencia hacia las mujeres.
Lamentablemente, en los medios de comunicación y en comunicados de instituciones públicas, incluida la universidad, se hace mención solamente de esta marca institucional. Queremos recuperar entonces, en este día, la genealogía feminista latinoamericana de las luchas por los derechos de las mujeres, que constituyó desde hace décadas, a la violencia contra las mujeres como eje principal de su agenda y su acción política. Porque es desde este pensamiento revolucionario que se puso en cuestión la invisibilización de la violencia hacia las mujeres, su naturalización por parte de la sociedad y las instituciones sociales.
Desde ahí es que se demandó al Estado que cumpliese su rol de garante de la vida y la libertad de las mujeres. Desde ahí, que hemos puesto en evidencia y denunciado las formas en que se sigue avasallando los derechos de las mujeres en el trabajo, en la salud, en los medios de comunicación, en la vida comunitaria, en las instituciones públicas… Nuevas formas de violencia, nuevos tramados de dominación se evidencian. No hay respuestas sencillas. Es necesario e impostergable seguir trabajando y pensando en estas formas en que la violencia se trama sobre los cuerpos de las mujeres, sobre nuestra vida y nuestra libertad. Es necesario e impostergable, como docentes e investigador*s discutir las respuestas que se están dando desde las políticas públicas, sus fundamentos y sus prácticas. Y también, desde este lugar, seguir reclamando el compromiso de la Universidad, como institución pública, que en sus prácticas -institucionales, académicas, de investigación, de extensión- contemple los derechos humanos y de las mujeres especialmente. A cada una de las instancias y niveles universitarios. Nos urge que la Universidad asuma el compromiso que le cabe en esta problemática en la formación de futuros profesionales, científicxs, docentes.
Este 25 de noviembre, invitamos a seguir trabajando, a discutir y proponer acciones en cada una de nuestras dependencias, de las facultades y de la universidad en su conjunto, de modo que sea efectivo el compromiso con el derecho de las mujeres a una vida sin violencias.
¡Porque vivas y libres nos queremos!
Área Feminismos, Género y Sexualidades CIFFyH – UNC